América (38 page)

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Authors: James Ellroy

Tags: #Histórico, Intriga

DOCUMENTO ANEXO: 9/11/59.

Memorándum de Robert F. Kennedy a Kemper Boyd.

Kemper:

Agradezco la nota. Empiezas a pensar de forma política y creo que tus comentarios respecto a Hoffa y los republicanos son muy perspicaces. Me alegro de que el Departamento de Justicia se haya concentrado en Sun Valley; siempre he considerado que era nuestra acusación más sólida contra Hoffa.

Siempre he creído que el dinero obtenido ilegalmente por el fondo de pensiones (los tres millones «fantasmales») financió la inversión de Hoffa en Sun Valley, y que Hoffa se quedó con buena parte de esa cantidad. En estos momentos, nos sería muy conveniente alguna pista o información sobre la posibilidad de acceder a los libros «auténticos» del fondo de pensiones. ¿Qué hay del Fantasma de Chicago? Siempre has comentado que ese anónimo cruzado jesuita era un trabajador dedicado, pero no me has enviado ningún informe suyo desde hace meses.

Bob

DOCUMENTO ANEXO: 17/11/59.

Nota de Kemper Boyd a Robert F. Kennedy.

Estimado Bob:

Estoy de acuerdo. Desde luego, sería muy útil alguna pista sobre el fondo de pensiones en estos momentos. El Fantasma trabaja duro, pero se encuentra con una pared tras otra. Y tenga presente que es un agente del FBI con una cargada agenda de trabajo como tal. Es un hombre tenaz pero, como le digo, avanza muy lentamente.

Kemper

DOCUMENTO ANEXO: 4/12/59.

Informe de vigilancia de campo del FBI. Del jefe de Agentes Especiales de Chicago, Charles Leahy, a J. Edgar Hoover.

Marcado: «Extremadamente confidencial. Reservado a la atención personal del director.»

Señor:

Siguiendo su requerimiento, unos agentes designados por la oficina de Sioux City han tenido bajo vigilancia al agente especial Ward J. Littell desde el 15/9/59. No ha sido visto en las cercanías de la sastrería Celano's y, según parece, se ha abstenido de cualquier actividad clandestina contra la delincuencia organizada. No se le ha visto con el agente especial Kemper Boyd y la intervención del teléfono de su casa (iniciada el 20/11/59) indica que sólo habla con Helen Agee y, esporádicamente, con su ex esposa, Margaret. No llama a su hija, Susan, ni recibe llamadas de ella y desde la fecha de inicio de las escuchas no ha recibido ninguna del agente especial Boyd.

El rendimiento laboral de Littell se ha deteriorado progresivamente. Este declive ya había empezado antes de que se iniciara el seguimiento. Destinado a vigilar a los miembros del partido Comunista de Estados Unidos en Hyde Park y Rogers Park, Littell abandona con frecuencia su puesto de observación para dedicarse a beber en tabernas o a visitar diversas iglesias católicas.

Los informes de Littell para la brigada Antirrojos muestran una gran negligencia. Miente constantemente respecto a las horas que dedica a sus obligaciones y los comentarios que hace sobre los miembros del partido no pueden considerarse sino excesivamente caritativos.

El 26/11/59, el agente especial W.R. Hinckle observó a Malcolm Chamales, jefe de una célula del partido Comunista, abordar a Littell a la puerta del edificio donde vive. Chamales acusó a Littell de «urdir pruebas falsas para el FBI» y le desafió a responder. Littell invitó a Chamales a una taberna y el agente especial Hinckle los observó enzarzados en una discusión política. Volvieron a encontrarse el 29/11 y el 1/12. El agente especial Hinckle observó ambas reuniones y cree que los dos hombres se están haciendo amigos o, al menos, compañeros de copas.

Fuentes de la Universidad de Chicago afines al FBI han informado de que el agente especial Littell y Helen Agee fueron vistos en el campus discutiendo acaloradamente. Según parece, su relación se ha deteriorado y la señorita Agee instaba a Littell a buscar ayuda para su problema con la bebida. El 3/11/59, el agente especial J.S. Butler observó a Littell y a la señorita Agee enzarzados en una discusión política.

La señorita expresó su admiración por el vicepresidente Richard Nixon. Littell se refirió al señor Nixon con el mote de «Dick el Tramposo» y lo llamó «azuzador de rojos y criptofascista financiado con fondos para sobornos».

En conclusión: en estos momentos se está recopilando un perfil de Littell como procomunista. En mi opinión, sus declaraciones subversivas, sus traicioneras omisiones al deber en la brigada Antirrojos y su amistad con Malcolm Chamales continuarán en el futuro Y lo convierten en un riesgo para la seguridad.

Respetuosamente,

Charles Leahy

Jefe de A.E., oficina de Chicago

DOCUMENTO ANEXO: 21/12/59.

Informe de campo de Pete Bondurant a Kemper Boyd, «para hacer llegar a John Stanton». Marcado: «KB, ten cuidado en cómo trasmites esto.»

KB:

Lamento haberme retrasado con el informe que quería Stanton. No me gusta poner las cosas por escrito, de modo que puedes tachar lo que te parezca antes de enviarle estas notas. Y asegúrate de que Stanton las destruye. Sé que está convencido de que la Agencia terminará por aceptar al ciento por ciento lo que estamos haciendo, pero puede pasar mucho tiempo hasta entonces.

1) Mis obreros del Klan han terminado el embarcadero y fondeadero de las lanchas rápidas. Blessington ya es operativo al ciento por ciento.

2) Dougie Frank Lockhart es un buen fichaje. Tiene las chifladuras habituales en tipos que se dedican a lo suyo, pero así están las cosas y no creo que sea ningún obstáculo mientras eso no interfiera en su trabajo. A su contacto del FBI le fastidió que no quisiera chivarse de sus rivales en el KKK de Luisiana, pero dejó de quejarse cuando Lockhart le dijo que tú dirigías la operación. Supongo que el tipo consultó con Hoover y éste le dijo que tienes carta blanca. De momento, Lockhart ha hecho una buena labor. Conseguí algo de pasta de Trafficante para él y la ha utilizado para establecer su propia agrupación del Klan a las afueras de Blessington. Ha ofrecido primas de enganche, y todos los tipos del Klan de la zona han abandonado sus antiguas agrupaciones y se han afiliado a la de Dougie Frank. Le he dicho que no querías linchamientos, bombardeos de iglesias ni palizas. Se mostró algo decepcionado, pero ha aceptado. Lockhart se lleva bien con los cubanos y ha dicho a los tipos del Klan que no provoquen problemas raciales con nuestros instructores y reclutas. De momento, los tipos han acatado las órdenes.

3) Nuestro negocio en Miami va viento en popa y las perspectivas son aún mejores. Los beneficios del último mes del Plan de Alojamiento Booker T. Washington han sido un catorce por ciento superiores a los del mejor mes en toda la existencia de la organización de Trafficante. Los beneficios brutos del Plan George Washington Carver fueron un nueve por ciento mayores que el máximo conseguido por Santo. Chuck Rogers asegura que la gente del rancho mexicano es de fiar. Han establecido un sistema por el cual puede aterrizar y despegar sin presentar papeles a la policía estatal mexicana. Ahora tenemos una pista de aterrizaje en Blessington, de modo que Chuck puede hacer mucho más seguros los viajes de aprovisionamiento. Me he ocupado de llevarle su parte del dinero a ST a Tampa, cada semana. Está satisfecho con los beneficios y ha estado soltando bonificaciones en metálico a nuestro grupo de elite con regularidad. Me ha devuelto un quince por ciento directamente para dedicarlo a la causa y ha dedicado un cinco por ciento más a un fondo para armamento que ha establecido Guy Banister en Nueva Orleans. Hasta la fecha, Fulo, Chuck, Páez, Obregón, Delsol y Gutiérrez han sido totalmente honrados. No ha habido mermas de mercancía ni ha faltado un dólar.

4) Stanton quería informes de la conducta de esos hombres. Mi opinión es que, hasta que alguien robe mercancía o dólares o fastidie un trabajo, todos merecen una calificación de sobresaliente. Obregón tiene ciertos reparos a las incursiones en Cuba en lancha rápida y su primo Delsol es un poco inestable, pero hasta el momento todo eso son simples minucias. Lo importante es que todos los son proamericanos y anticastristas radicales que no roban nada a Trafficante. Yo digo que les dejemos sisar en las tarifas de s taxis y aliviar la presión con mujeres y bebida. Te aseguro que se los puede atar demasiado corto; si no, se pondrán nerviosos.

5) Como reclutadores, no están mal. Tenemos cuarenta y cuatro novatos en Blessington y los hemos tenido muy ocupados. Chuck, Fulo, Lockhart y yo hemos estado entrenándolos en ciclos de quince días. Les enseñamos a usar armas cortas y fusiles, combate cuerpo a cuerpo y técnicas de sabotaje de lanchas; después, llevamos a los hombres a Miami con contactos para posibles empleos. Allí, los hombres se encargan de reclutar a otros y envían a los candidatos a un encuestador cuyo nombre clave es HK/Puma, el cual los distribuye entre los campos de instrucción a cargo de la Agencia, según las disponibilidades de ocupación. Si la invasión de la que me hablaste tiene lugar algún día, deberíamos disponer de un excedente de soldados bien entrenados entre los que escoger.

6) Todos nosotros -Páez, Obregón, Delsol, Gutiérrez, Fulo y yo- hemos hecho viajes nocturnos a Cuba en lancha. Hemos dejado mercancía a nuestros contactos en la isla y hemos disparado contra algunas patrulleras de los milicianos. Fulo y Gutiérrez hicieron una incursión y encontraron a una unidad de la milicia dormida en la playa. Mataron a los treinta con ametralladoras. Fulo le arrancó el cuero cabelludo al oficial que mandaba la unidad y ahora ondea en la antena de radio de nuestro barco insignia.

7) Como querías, me estoy repartiendo entre Blessington, nuestro negocio en Miami y la compañía de taxis. Jimmy Hoffa está bastante resentido de que seas tan amigo de los Kennedy, pero le satisface el trato con la Agencia; cuantos más inmigrantes cubanos lleguen a Miami, más dinero gana la Tiger Kab. Y gracias por la mercancía que me diste para H.H. Como me paso el tiempo en Florida, supongo que es ese paquete lo que me mantiene en su nómina. Por mí, me borraría de ella, pero sé que quieres cultivar alguna conexión de la Agencia con él. Lo llamo una vez por semana para mantener el contacto. H.H. dice que ahora le cuidan unos mormones. Le ayudan a esquivar a los oficiales que van a verle con citaciones del asunto de la TWA, y hacen el trabajo del que me ocupaba antes, excepto procurarle la mercancía. Creo que seguiré recibiendo el cheque de Los Ángeles mientras pueda suministrársela.

8) Lenny Sands está escribiendo las páginas de
Hush-Hush
sin ayuda de nadie. Ese artículo cubano que publicó me pareció muy bueno y nos proporcionó algunos buenos contactos para la causa.

Esto es todo. No me gusta dejar cosas por escrito, así que dile a Stanton que destruya esto.

¡Viva la causa!

PB

37

(Blessington, 24/12/59)

Lockhart puso los pies sobre el tablero de instrumentos del camión. El traje de Santa Claus con el relleno de fibra le hacía sudar profusamente.

–Está bien, no me das permiso para bombardear iglesias ni matar negros. ¿Qué me dices, entonces, de aplicar el código moral del Klan?

Pete entró en el juego. Dougie Frank Lockhart era un experto en plantear quejas.

–¿Qué es eso?-preguntó.

–Bien, imagina que te llega el comentario de que Sally, la hermana de uno de los colonos blancos de la zona, tiene los ojos puestos en el negro Leroy, ése de quien dicen que tiene una manguera de treinta centímetros en la entrepierna; imagina que los sorprendes en plena faena. Lo que haces es poner al fuego el hierro de marcar reses con el símbolo del KKK y marcar a Sally por confraternizar con otras razas.

–¿Qué hay de Leroy?

–Le preguntas de dónde ha sacado lo suyo y si también las hacen de ese tamaño en blanco.

Pete se echó a reír. Dougie Frank se sonó la nariz asomado por la ventanilla.

–Lo digo en serio, Pete. Soy el Brujo Imperial de los Caballeros Reales del Ku Klux Klan del sur de Florida y, hasta el momento, lo único que he hecho es repartir dinero de la CIA y formar un equipo de
softball
para jugar con tus jodidos exiliados criptonegros.

Pete sorteó un perro suelto. El camión dio con un bache y los pavos envueltos para regalo botaron y se movieron en la caja del vehículo.

–No me digas que tu enlace del FBI te permitía llevar a cabo linchamientos.

–No. Pero tampoco me decía: «Dougie Frank, no mates negros mientras estés en nómina del gobierno.» ¿Ves la diferencia? Tú me dices abiertamente que no lo haga. Y lo dices en serio.

Pete vio unas cabañas en el camino. Buen lugar para repartir pavos. Santo Junior había dicho que engrasara a los vecinos y, como tenía un excedente de aquellas aves procedentes de un robo, había imaginado que el reparto gratuito de pavos navideños promovería una actitud favorable entre la gente de la zona.

–Haz tu trabajo. Estamos metidos en un asunto importante, así que tómalo en serio.

–Ya lo hago -respondió Lockhart-. Realizo mi trabajo y tengo la boca cerrada acerca de la línea aérea de transporte de polvo blanco que tiene montada Chuck Rogers en la pista de Fort Blessington, sí señor. Pero lo que digo es que mis muchachos necesitan alguna diversión.

Pete tomó una curva.

–Hablaré con Jimmy Hoffa. Quizás él pueda llevarlos a cazar tiburones en barco.

–Yo me refería, más bien, a hacer cumplir la norma número sesenta y nueve del Código Moral.

–¿Qué norma es ésa?

–La que se aplica cuando se sorprende a Tyrone y a Rufus, los hermanos del negro Leroy, llamando a la puerta de Sally.

–¿Qué se hace entonces?-Se empluma a Sally.

–¿Y Tyrone y Rufus?

–Los coges y les bajas los pantalones para ver si es cosa de familia.

Pete soltó otra carcajada. Dougie Frank se rascó la barba, blanca como la nieve.

–¿Cómo es que me ha tocado a mí vestirme de Santa Claus?

–No he encontrado un disfraz a mi medida.

–¿No podrías haber disfrazado a alguno de los cubanos?

–¡Oh, vamos! ¿Un hispano, Santa Claus?

–Creo que este trabajo es degradante.

Pete se detuvo junto a un patio de juego sucio y destartalado. Unos chiquillos de color vieron a Santa Claus y se pusieron locos de excitación. Dougie Frank bajó del camión y repartió los pavos. Los chiquillos se le acercaron y le tiraron de las barbas.

Los blancos de la zona recibieron pavos. Los negros, también. Los policías de Blessington tuvieron pavo y Jim Beam, procedente del mismo golpe.

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