El Universo holográfico (2 page)

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Authors: Michael Talbot

Tags: #Autoayuda, Ciencia, Ensayo

Estos apuntes son sólo una muestra de las ideas sugerentes que inducen a la reflexión que analizaremos en el presente libro. Muchas son extraordinariamente polémicas. En efecto, el modelo holográfico en sí es un tema muy debatido y la mayoría de los científicos no lo acepta bajo ningún concepto. Sin embargo, y como veremos, lo apoyan muchos pensadores importantes y admirables que creen que puede ser la imagen más precisa de la realidad que tenemos hasta la fecha.

El modelo holográfico también ha recibido un respaldo espectacular por parte de no pocos experimentos. En el campo de la neurofisiología, numerosos estudios han corroborado varias predicciones de Pribram sobre la naturaleza holográfica de la memoria y de la percepción. De manera similar, un experimento famoso realizado en 1982 por un equipo de investigación dirigido por el físico Alain Aspect en el Institute of Theoretical and Applied Optics de París, demostró que la red de partículas subatómicas que compone el universo físico, el verdadero tejido de la propia realidad, posee lo que parece ser una innegable propiedad holográfica. También discutiremos sus conclusiones en este libro.

Además de las pruebas experimentales, hay varias cosas que confieren autoridad a la hipótesis holográfica. Quizá los factores más importantes sean el carácter y los logros de los dos hombres que dieron origen a la idea. Al comienzo de sus carreras y antes de que el modelo holográfico fuera siquiera un destello en sus pensamientos, ambos acumularon triunfos que habrían llevado a la mayoría de los investigadores a dormirse en los laureles el resto de sus vidas académicas. En la década de 1940, Pribram hizo un trabajo pionero sobre el sistema límbico, una zona del cerebro que tiene que ver con las emociones y la conducta. Y también se considera un hito la obra de Bohm del decenio de 1950 sobre la física de los plasmas.

Pero más significativo todavía es que ambos se hayan distinguido también de otra manera. Es una manera que rara vez pueden reclamar para sí los hombres y mujeres más brillantes, porque no se mide meramente por la inteligencia, ni por el talento siquiera. Se mide por el coraje, por la tremenda resolución que supone mantener las propias convicciones, incluso frente a una oposición sobrecogedora. Cuando estaba estudiando, Bohm hizo trabajos con Robert Oppenheimer para el obtener el doctorado. Después, en 1951, cuando Oppenheimer cayó bajo la peligrosa mirada escrutadora del Comité de Actividades Antiamericanas del senador Joseph McCarthy, llamaron a Bohm para que testificara en su contra y él se negó. A resultas de aquello, perdió su trabajo en Princeton y nunca volvió a dar clase en Estados Unidos; se trasladó en primer lugar a Brasil y después a Londres.

Al comienzo de su carrera, Pribram se enfrentó con una prueba de temple parecida. En 1935, un neurólogo portugués llamado Egas Moniz ideó lo que creía que era un tratamiento perfecto para las enfermedades mentales. Descubrió que perforando el cráneo de un individuo con un instrumento quirúrgico y separando la corteza prefrontal del resto del cerebro podía hacer que los pacientes más problemáticos se volvieran dóciles. Llamó al procedimiento
lobotomía prefrontal
, el cual, en la década de 1940, se había convertido en una técnica médica tan popular que Moniz recibió el premio Nobel. En los años cincuenta el procedimiento conservaba su popularidad y, al igual que las escuchas de McCarthy, se convirtió en una herramienta para acabar con las personas indeseables, culturalmente hablando. Su utilización con esa finalidad estaba tan aceptada que el cirujano Walter Freeman, que abogaba abiertamente a favor del procedimiento en Estados Unidos, escribió sin avergonzarse que las lobotomías «hacían ciudadanos americanos buenos» de los inadaptados de la sociedad, los «esquizofrénicos, homosexuales y radicales».

En esa época apareció en escena Pribram. Pero, a diferencia de muchos de sus colegas, él creía que no estaba bien manipular el cerebro de otra persona tan temerariamente. Sus convicciones eran tan profundas que, mientras trabajaba como un joven neurocirujano en Jacksonville (Florida), se opuso a los criterios médicos aceptados de la época y se negó a permitir que se realizaran lobotomías en la sala que estaba bajo su supervisión. Posteriormente, mantuvo en Yale esa misma postura controvertida, y sus opiniones, radicales en aquel entonces, casi le hicieron perder su trabajo.

El compromiso de Bohm y Pribram para mantener aquello en lo que creían, sin importarles las consecuencias, es evidente también en lo que se refiere al modelo holográfico. Como veremos, exponer su nada desdeñable reputación apoyando una idea tan polémica no es el camino más fácil que podía haber tomado cada uno de ellos. Tanto el valor como la visión que ambos demostraron en el pasado da importancia nuevamente a la idea holográfica.

Por último, otro indicio favorable al modelo holográfico es lo paranormal mismo. No se trata de un asunto menor, porque en las últimas décadas se ha acumulado un extraordinario conjunto de pruebas que sugiere que nuestra interpretación actual de la realidad, la imagen sólida y confortable del mundo de palos y piedras que aprendimos todos en las clases de ciencias del instituto, es una imagen equivocada. Como ninguno de los modelos científicos clásicos puede explicar los descubrimientos paranormales, la ciencia en general prescinde de ellos. No obstante, el volumen de indicios acumulados ha llegado a un punto que hace que la situación sea insostenible.

Por poner un solo ejemplo, en 1987 el físico Robert G. Jahn y la psicóloga clínica Brenda J. Dunne, ambos de la Universidad de Princeton, anunciaron que, tras una década de experimentación rigurosa en el Princeton Engineering Anomalies Research Laboratory, habían acumulado datos inequívocos de que la mente puede interaccionar físicamente con la realidad física. Más en concreto, Jahn y Dunne averiguaron que los seres humanos son capaces de influir en el funcionamiento de cierta clase de máquinas simplemente con la concentración mental. Era un descubrimiento asombroso que no tenía explicación con arreglo a la imagen habitual de la realidad.

Sin embargo, se puede explicar de acuerdo con la idea holográfica. Y a la inversa, los acontecimientos paranormales, como no se pueden explicar según nuestra interpretación científica actual, piden a gritos una forma nueva de contemplar el universo, un paradigma científico nuevo. Este libro, además de mostrar cómo puede explicar el modelo holográfico lo paranormal, examinará también cómo los indicios cada vez más numerosos en favor de lo paranormal parecen necesitar a su vez la existencia de dicho modelo.

El hecho de que nuestra visión científica actual no pueda explicar lo paranormal es sólo una de las razones que justifica que siga siendo un tema tan controvertido. Otra de esas razones es que muchas veces es muy difícil captar con precisión el funcionamiento psíquico en el laboratorio, lo cual ha llevado a muchos científicos a concluir que por lo tanto no existe. En el presente libro discutiremos también esa dificultad aparente.

Una razón todavía más importante es que la ciencia, contrariamente a lo que muchos de nosotros hemos llegado a creer, no está libre de prejuicios. Lo aprendí por vez primera hace unos cuantos años, cuando pregunté a un conocido físico su opinión sobre un experimento parapsicológico en concreto. El físico (que tenía fama de escéptico en cuanto se refería a los fenómenos paranormales) me miró y con gran autoridad afirmó que los resultados no revelaban «pruebas de funcionamiento psíquico alguno sea cual fuere». Yo no había visto aún los resultados, pero como respetaba la inteligencia del físico y su reputación, acepté su juicio sin cuestionarlo. Posteriormente, cuando examiné los resultados por mí mismo, me quedé pasmado al descubrir que el experimento había arrojado indicios muy sorprendentes de capacidad psíquica. Me di cuenta entonces de que hasta los científicos famosos pueden tener actitudes parciales y puntos flacos.

Desgraciadamente es una situación que se da con frecuencia en la investigación de lo paranormal. En un artículo reciente publicado en
American Psychologist
, el psicólogo de Yale Irving L. Child examinaba el tratamiento que la comunidad científica establecida había dado a una serie muy conocida de experimentos PES con el sueño, llevados a cabo en el Centro Médico Maimónides de Brooklyn, Nueva York. A pesar de que los experimentos habían revelado datos espectaculares en apoyo de la PES (percepción extrasensorial), Child averiguó que la comunidad científica había prescindido del trabajo casi por completo. Y más penoso aún fue el descubrimiento de que el puñado de publicaciones científicas que se habían tomado la molestia de comentar los experimentos, había «tergiversado» la investigación tan gravemente que su importancia quedó completamente oscurecida.
[1]

¿Cómo es posible? Una razón es que la ciencia no es siempre tan objetiva como nos gustaría creer. Miramos a los científicos con un cierto temor reverencial y cuando nos dicen algo estamos convencidos de que tiene que ser verdad. Olvidamos que son humanos simplemente y están sujetos a los mismos prejuicios religiosos, filosóficos y culturales que el resto de nosotros. Es una pena porque, como pondrá de manifiesto el libro, hay una gran cantidad de indicios que demuestran que el universo abarca bastante más de lo que permite nuestra cosmovisión actual.

Ahora bien, ¿por qué la ciencia opone tanta resistencia a lo paranormal en particular? Esta cuestión es más difícil. Según el doctor Bernie S. Siegel, cirujano de Yale y autor del libro, éxito de ventas,
Amor, medicina milagrosa
, al comentar la resistencia que encontraron sus opiniones poco ortodoxas sobre la salud, se debe a que la gente es adicta a sus creencias. En su opinión, por eso hay personas que se comportan como los adictos cuando intentas cambiar sus creencias.

Parece que la observación de Siegel encierra una gran verdad, que tal vez es ése el motivo de que muchas de las revelaciones y los avances más importantes de la civilización fueran recibidos, en un principio, con un rechazo apasionado.
Somos
adictos a nuestras creencias y
actuamos
como adictos cuando alguien intenta arrancarnos el opio poderoso de nuestros dogmas. Y como la ciencia occidental ha dedicado varios siglos a no creer en lo paranormal, no va a renunciar a su adicción a la ligera.

Soy un hombre afortunado. Siempre he sabido que en el mundo había algo más que lo que se acepta generalmente. Crecí en una familia de psíquicos y, desde una temprana edad, experimenté de primera mano muchos de los fenómenos de los que hablaremos en el libro. En alguna ocasión, relataré unas cuantas experiencias propias, cuando sea pertinente en relación con el tema que se esté tratando. Aunque sólo pueden contemplarse como pruebas anecdóticas, a mí me han proporcionado una prueba totalmente convincente de que vivimos en un universo que sólo acabamos de empezar a comprender; pero las incluyo por la información que ofrecen.

Finalmente, teniendo en cuenta que el concepto holográfico todavía es una idea en ciernes y un mosaico de muchas opiniones e indicios distintos, algunos han argüido que no debería ser llamado modelo o teoría hasta que los divergentes puntos de vista se integren en un todo unificado. Como consecuencia, algunos investigadores se refieren a esos pensamientos como el
paradigma holográfico
. Otros prefieren llamarlo analogía holográfica, metáfora holográfica, etcétera. En este libro he empleado todas estas expresiones, en aras de la diversidad, además de
modelo holográfico
y
teoría holográfica
; sin embargo, con eso no pretendo dar a entender que la idea holográfica haya adquirido la categoría de modelo o teoría, en el sentido estricto del término.

En esta misma línea es importante observar que Bohm y Pribram, si bien son los creadores de la idea holográfica, no abrazan todas las opiniones y conclusiones presentadas en el presente libro. Más bien se trata de una obra que no mira únicamente a las teorías de Bohm y Pribram, sino también a las ideas y conclusiones de numerosos investigadores que han sido influidos por el modelo holográfico y que lo han interpretado a su manera, una manera controvertida algunas veces.

A lo largo del libro trato asimismo varias ideas de física cuántica, la rama de la física que estudia las partículas subatómicas (electrones, protones, etcétera). Como he escrito sobre este tema anteriormente, soy consciente de que a la gente le intimida la expresión «física cuántica» y temen no ser capaces de entender los conceptos. Mi experiencia me dice que hasta aquellos que no saben nada de matemáticas pueden entender el tipo de ideas de física que se tocan en este libro. Ni siquiera se precisa tener conocimientos previos de ciencias. Lo único que se necesita es una mente abierta, si por casualidad ojeas una página y ves un término científico que no conoces. He tratado de reducir esa clase de términos al mínimo, y cuando era necesario utilizar alguno, siempre lo explico antes de continuar con el texto.

Así que no te asustes. Una vez que hayas superado el «miedo al agua», creo que te verás nadando entre las ideas extrañas y fascinantes de la física cuántica, con mucha más facilidad de lo que piensas. Estoy seguro de que descubrirás que reflexionar sobre algunas de esas ideas puede incluso cambiar tu forma de ver el mundo. De hecho, espero que las ideas que contienen los capítulos que vienen a continuación cambien tu forma de ver el mundo. Con ese deseo humilde presento este libro.

Primera parte

UNA VISIÓN NUEVA Y EXTRAORDINARIA DE LA REALIDAD

Ante un hecho real, siéntate como un niño pequeño y disponte a abandonar cualquier idea preconcebida, sigue humildemente a la naturaleza dondequiera que te lleve, aun al abismo sea el que sea, o no aprenderás cosa alguna.

T
.
H
.
H
UXLEY

C
APÍTULO 1

El cerebro como holograma

No se trata de que el mundo de las apariencias esté equivocado; no se trata de que no haya objetos ahí fuera, en un nivel de la realidad. Se trata de que si penetras a través del universo y lo contemplas desde una perspectiva holográfica, llegas a un punto de vista diferente, a una realidad diferente. Y esa otra realidad puede explicar cosas que hasta ahora eran inexplicables científicamente: los fenómenos paranormales, la sincronicidad o coincidencia de acontecimientos aparentemente significativa.

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