Read Lo que nadie te dice cuando te han dejado Online
Authors: Mandelrot
Las pequeñas recompensas
Atención a estas tres palabras: objetivos, disciplina y paciencia. Cualquier hobby, cualquier actividad placentera, te ayudará mucho y te hará sentir bien; pero entre ir al cine una vez a la semana, por ejemplo, y meterse en un curso a aprender un idioma nuevo hay algunas diferencias. Sobre todo que, además del beneficio directo de cada segundo que estés con la cabeza ocupada en tu afición, tendrás una recompensa, un estímulo positivo, que te llegará cada vez que cumplas una meta. Un examen aprobado, un dibujo terminado, una figura completa... Lo que sea, un pequeño reto que te ha costado tiempo y esfuerzo y que al final consigues.
¿Por qué resulta esto especialmente importante? Porque, en un momento en que tu autoestima está baja, la sensación de "lo hice", "lo conseguí", de poder contra ti mismo, refuerza sin que te des cuenta la idea de "puedo lograr lo que antes creía que no podría; aunque crea que hay algo que no puedo superar, lo superaré". No se trata de fijarse una meta dificilísima y que requerirá mucho tiempo, sino de objetivos más rápidos y asequibles que te darán esa misma sensación pero con más frecuencia, porque podrás ir consiguiéndolos uno tras otro; y todos esos pasos juntos acabarán llevándote lejos. Acostúmbrate a ser capaz de alcanzar lo que parecía imposible.
Esto no sólo vale para las malas rachas de desamor, sino para todo el mundo en todo momento de su existencia. Ser feliz requiere también su trabajo y dedicación, y no basta con tener unas condiciones de vida muy cómodas; por eso hay ricos y famosos que viven sumidos en la tristeza, que no encuentran el equilibrio y se autodestruyen, que acaban matándose aunque lo tengan todo. Si tu vida, por muy buena que sea, se limita a ver pasar un día detrás de otro y no hay nada que te aporte una sensación positiva hacia ti mismo, todo lo que te rodea te servirá de poco.
Objetivos, disciplina y paciencia.
Tu cuerpo es parte de ti
Si se trata de buscar la mayor cantidad y calidad de buenas sensaciones posibles para pasar esta mala etapa rápidamente y con éxito, y hemos hablado de ocupar la mente, notarás también muchísimo el cuidado del cuerpo. Vamos a fijarnos en tres aspectos: alimentación, ejercicio y tratamientos.
Cuidando la alimentación: mucha gente intenta sustituir el amor por la comida; pero no por comer saludablemente, alimentos naturales, ricos y variados que nos mantienen fuertes y nos hacen sentir sanos, sino por productos procesados ricos en azúcares o grasas que "saben bien" aunque a corto plazo vayan directamente contra nuestro organismo.
¿Compensa el momento de devorar esa golosina a cambio de todo el tiempo después que nos encontraremos más pesados o cansados, notaremos que engordamos, no rendiremos igual en nuestra vida y además tendremos la sensación negativa de no ser capaces de controlar nuestros actos? Cada caso será distinto y cada uno responderá lo que sea en su caso, pero los dulces, igual que el alcohol o las drogas por ejemplo, nunca han servido para ayudar a solucionar ningún problema y en muchos casos lo han puesto más difícil.
Y si nos vamos al ejemplo contrario, lo mismo: personas que dejan de comer, o que hacen dietas insanas, que roban a su cuerpo los nutrientes necesarios para funcionar correctamente. Necesitamos cubrir nuestras necesidades de hidratos de carbono, proteínas y grasas —buenas—; si no tenemos lo necesario para funcionar bien es que sencillamente no nos encontraremos bien. Y si siempre es importante, en un caso como éste en que andamos escasos de buenas sensaciones y necesitamos rentabilizar al máximo todas las que podamos conseguir, es fundamental.
Todos sabemos lo que hay que hacer, y si no por todas partes hay disponible información y profesionales para ayudarnos: ir acostumbrándose a hacer buenos desayunos, no dejar pasar más de 4-5 horas sin probar bocado, evitar fritos, rebozados, salsas y platos pesados, comer frutas —por ejemplo a media mañana o a media tarde para no estar mucho tiempo con el estómago vacío—, verduras, cenas tempranas y ligeras... No hay misterios. Recurre a todos los trucos que puedas para cuidarte: si se te pegan las sábanas y no tienes tiempo para empezar bien el día con un desayuno completo déjate preparado un buen batido en la nevera hecho por ejemplo con frutas, lácteos, cereales y frutos secos —la pérdida de vitaminas es pequeña, y siempre será mejor que nada—; piensa con antelación qué vas a hacer en la jornada y lleva algo contigo si ves que no tendrás tiempo para ir a comer bien; si sales por ahí, sé consciente de lo que te sienta bien y lo que no. Estás curándote y en una etapa en que todo es importante, cuídate.
Actividad física: por mi propia experiencia podría llenar páginas y páginas hablándote de lo importante que es el deporte y las mejoras concretas, clarísimas, que notarás con él.
Simplemente por resumirlo un poco, además de todo lo positivo que hemos mencionado (tener una ocupación que te saque de la rutina, marcarse pequeños retos y ver que los consigues, todo eso y más) el ejercicio te hará liberar endorfinas que te subirán el ánimo, poco a poco te sentirás más fuerte y activo, mejorarás tu autoestima —fundamental ahora—, y por ejemplo como consecuencia de ello te verás y sentirás mejor contigo mismo. Y no estamos hablando simplemente de beneficios a larguísimo plazo, para tu vida, para una mejor vejez... No, hablamos de beneficios desde ya y para siempre.
¡Elige algo que te guste! ¿Por qué tanta gente empieza y lo acaba dejando? Pues porque hacen algo que es una tortura, que les hace pasarse las horas previas pensando "vaya, hoy me toca", y al final tarde o temprano se acaban rindiendo ante su propia resistencia. Dentro de que es esfuerzo es justamente "esforzarse", poner a prueba tus límites y superarlos, agotarse y de alguna manera "sufrir" es inevitable, busca lo que te sea más fácil y divertido, o menos difícil y aburrido. Nadar es un ejercicio estupendo, por ejemplo, pero si vives en un lugar frío y la piscina te queda muy lejos quizá no sea tu opción; o si te cuesta relacionarte y tienes una edad avanzada más que comprarte unas pesas para hacer ejercicio en casa te vendría mejor algo como apuntarte en clases de bailes de salón. Piensa en tus circunstancias concretas, busca opciones, infórmate, no te quedes en lo más común y échale imaginación: patinar, judo, senderismo, tai chi... Es imposible que no haya algo que puedas hacer disfrutándolo si te lo propones.
Tratamientos: no a todo el mundo le gusta todo, pero hay una gran variedad y de vez en cuando hacerse un regalo puede ser una sensación maravillosa. Un día de talasoterapia, una sesión de belleza, un buen masaje... Un detalle más importante de lo que parece en el caso de los tratamientos corporales es el hecho de ser tocado, aunque sea por un extraño: cuando estás sufriendo falta de cariño, tener contacto con alguien que sabe lo que hace y aplica sus técnicas justamente de manera que te haga sentir bien, puede ser una sorpresa para quien no lo ha experimentado antes. Además de los beneficios específicos de cada tratamiento para la salud, quizá descubras que cuando encuentres a la persona adecuada es tan potente el alivio para el cuerpo como para el espíritu.
Pasito a pasito
Desde el momento en que empieces a avanzar en la dirección correcta lo sabrás. Tu "brújula interior" te dirá claramente que, aunque quizá lo que te apetezca sea hundirte, por ahí es por donde tienes que ir para curarte y recuperar tu vida. Pero no creas que es un camino fácil: si ya sabes lo que es sufrir muchísimo, hazte a la idea de que aún te queda muchísimo más. Y aunque, con mucho esfuerzo y disciplina, sientas que hayas avanzado, en cualquier momento te podrá pasar algo que eche por tierra gran parte del trabajo y vuelvas a retroceder. No sólo aún estás enfermo, sino que además caminas cuesta arriba y el suelo no es firme: a veces se deslizará y te arrastrará hacia atrás.
Una frase, un recuerdo, un olor, una canción, algo que veas por la calle o en una película... Estás tan débil que cualquier pequeño golpecito puede hacerte caer. Pero no tienes alternativa: cuando esto ocurra te volverás a levantar y avanzarás como puedas por donde sabes que hay que ir. No es justo, pero es así.
Simplemente confía en ti mismo. Eres un ser humano en un momento muy difícil, ten paciencia y no te desesperes, sigue adelante y saldrás de ésta incluso más fuerte de lo que eras antes. Sufre lo que tengas que sufrir, desmoralízate cuando te toque, pero no pierdas el rumbo. Ánimo.
Párate un momento
Cuando empieces a trabajar en tu proceso de recuperación personal, lleves algún tiempo luchando y hayas tenido algunos altibajos como todo el mundo, tómate alguna vez un rato para analizar tu situación. Una vez te dejaron y comenzó el sufrimiento —si no es que empezó antes—, piensa en cómo te sentiste, en cuál fue tu trayectoria, en cómo te afectó en cada momento; y, una vez llegados al momento en que decidiste hacer algo para salir adelante, estudia tu evolución hasta el momento y cómo has ido reconduciendo la situación.
¿Por qué insisto en esto? Pues porque los humanos estamos acostumbrados a darlo todo por sentado y la mayoría de las cosas que pasan en nuestras vidas, de tanto tenerlas ahí, se hacen "invisibles": dejamos de valorar lo que tenemos, empezando muchas veces por las personas que nos acompañan, y eso hace que nosotros tampoco nos esforcemos por conservarlo y ganárnoslo día a día.
Pero, ya que esta etapa es tan dura y requiere tanto esfuerzo, hacer esa pausa te será especialmente útil para valorar lo que has hecho y reafirmar tu elección. Cuando sufriste el abandono y te hundiste podías haber elegido el camino de la autocompasión, la apatía y la esperanza en que alguien te sacara de allí; pero decidiste empezar a moverte por ti mismo para recuperarte y recuperar tu vida, y luchar por volver a ser alguien sano y preparado para decidir su destino. Llegados a ese punto hazte esta pregunta: ¿ha valido la pena? ¿Ha sido lo correcto? Después de lo que estás aprendiendo en toda esta experiencia ¿cuál de los dos caminos crees que es el mejor?
La respuesta te dará una fuerte sensación positiva, que te ayudará mucho, y además te motivará para seguir adelante. Seguro.
Una ayuda extra
El apoyo de los que tienes cerca, un libro como éste, tu propia experiencia pasada y la disciplina y fortaleza que seas capaz de reunir podrán ayudarte mucho; pero somos humanos y a veces las cosas nos superan.
Inténtalo con todas tus fuerzas, haz lo que debes, aprovecha todos tus recursos, y si todo no es suficiente, recurre a un profesional.
Mucha gente no utiliza esta ayuda por vergüenza, o timidez, o por no reconocer que la situación le puede... Lo cierto es que no tiene sentido renunciar porque sí al gran apoyo de alguien que se dedica justamente a la solución de problemas como el que nosotros tenemos, y tiene los conocimientos y experiencia. Si una de las lecciones que debemos aprender de esta vivencia en nuestras vidas es a superarnos, justamente quizá sea hora de superar nuestros prejuicios y no despreciar ninguna salida.
Las dos trampas
Lo que viene a continuación puede ser especialmente importante para definir tu futuro, puede retrasar tu curación completa o incluso hundirte de nuevo, así que creo que es mejor advertirte para que estés prevenido si ocurre: se trata de dos errores muy comunes, dos tentaciones en las que es especialmente difícil no caer.
El primer fallo que debes evitar, si ya estás consiguiendo avances y poco a poco has mejorado, es intentar demostrarle a tu ex lo bien que estás. Aunque no lo parezca ésta es simplemente una variante de la misma equivocación que es hacer lo contrario, es decir perseguirle y arrastrarte para darle pena... En cualquiera de los dos casos lo que estás haciendo es mirar atrás: esa persona es el pasado, no lo olvides. Aunque sea para que vea que te has recuperado, quizá por desquitarte o sacarte la espina de esa persona que dejó de quererte, lo que estás haciendo es meter en tu cabeza a alguien a quien deberías haber sacado ya.
¿Te dejó? ¿Se acabó? Pues ya te tiene que dar igual lo que piense de ti; no te da igual, claro, duele cuando alguien no te quiere y duele más cuando no sufre por ti ni un poquito... Pero es que tienes que olvidarte de eso. Una vez que esa persona decidió que no sería parte de tu futuro afectivo en aquel momento, tú desde el primer paso que diste le dejaste atrás en la historia de tu vida. Y, una vez más, recuerda: "atrás" no es la dirección que te llevará hacia adelante. Sé que cuesta, pero en realidad esa supuesta "superioridad"
o "independencia" tuya no lo es tal si permites que te siga importando la imagen que tenga sobre ti. Si te invaden estos pensamientos haz lo que sea para ocupar tu mente en otra cosa y liberarte de tu adicción.
El otro gran problema, ya lo he mencionado pero merece un comentario más amplio, es el de caer en los brazos de alguien equivocado porque nos ofrece el amor que nos falta. Y, dentro de esto, la gran tentación: "mi ex quiere volver".
A veces cuando uno está en lo peor, a veces cuando empiezas a salir del agujero, te puedes cruzar con una persona con la que quizá surja algo. Esto no tiene por qué ser necesariamente malo, por supuesto, pero está claro que si no tienes la mente despejada y además arrastras un gran vacío afectivo es más fácil que tiendas a agarrarte a cualquiera que te trate bien y te dé cariño. Hay que tener la cabeza muy fría y ser muy, muy fuerte para no quedarte con la primera oportunidad que pasa cerca... Pero al menos, si te ocurre esto, hazte esta pregunta: ¿me quedaría con esta persona si la hubiera conocido en cualquier otro momento de mi vida? Si te agarras a alguien simplemente por las circunstancias, es evidente que cuando esas circunstancias cambien y tú te hayas recuperado dejarás de quererle; es lo que a veces se llama una "pareja de transición", que no tendría nada de malo excepto porque meterse en una relación que no tiene futuro suele acabar con el sufrimiento de uno de los dos cuando no ambos. Valora la situación y toma tus propias decisiones, pero si se te da el caso al menos no hagas tonterías que te lleven a algo peor: piensa, ten claro lo que quieres para tu vida y no te l eves a engaños.
Entre las posibilidades de caer en los brazos equivocados está, como he comentado, la de que la persona que te haya dejado quiera recuperar vuestra relación.
Suele pasar cuando el otro ve que no le han salido sus planes como había calculado, o se siente solo (y por supuesto ya sabemos que cuando teníamos una fuente de cariño tendemos a buscar la que había más cerca), también es muy común unir esto a que tú empiezas a avanzar... Y claro, decir esto es duro; pero cuando dejas a alguien y ves que la otra persona no sufre todo lo que debería no deja de ser un pequeño golpe para tu ego.