Quidditch a través de los tiempos (6 page)

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Authors: J.K. Rowling

Tags: #Fantasía

África

La escoba debió de ser introducida en el continente africano por magos y brujas europeos que habrían viajado allí para adquirir conocimientos sobre alquimia y astronomía, disciplinas en las que los magos africanos siempre han destacado. Pese a que todavía no se juega tan ampliamente como en Europa, el quidditch se está haciendo cada vez más popular en el continente africano.

En concreto, Uganda está revelándose como una nación que juega y se interesa mucho por el quidditch. Su club más eminente, el
Patonga Proudsticks
, mantuvo a raya a los Montrose Magpies con un empate en 1986, para el asombro del mundo del quidditch profesional. Seis jugadores del Proudsticks representaron a Uganda recientemente en el Mundial del quidditch, el mayor número de jugadores de un solo equipo que hayan sido convocados a una selección. Otros clubes africanos de renombre son el
Tchamba Charmers
(Togo), maestros del reverse pass; el
Gimbi Giant-Slayers
(Etiopía), dos veces ganadores de la Copa de África, y el
Sumbawanga Sunrays
(Tanzania), un equipo muy popular que ha deleitado a públicos de todo el mundo haciendo loopings en formación.

Norteamérica

El quidditch llegó a Norteamérica a principios del siglo XVII, aunque tardó en asentarse debido a la gran animadversión hacia la brujería que imperaba y que, por desgracia, también se había importado en Europa por esas mismas época. A pesar de que esperaban encontrarse con menos prejuicios, los magos que emigraban y se establecían en el Nuevo Mundo debían tomar muchas precauciones, y eso contribuyó a que la expansión del quidditch se viera restringida en los primeros tiempos.

Sin embargo, ya en épocas más recientes, Canadá nos ha dado tres de los equipos de quidditch más completos del mundo: el
Moose Jaw Meteorites
, el
Haileybury Hammers
y el
Stonewall Stormers
. Los Meteorites estuvieron a punto de ser obligados a disolverse en la década de 1970, debido a su persistente costumbre de festejar las victorias poniéndose a volar por las ciudades y pueblos cercanos al estadio, vuelos en los que no se privaban de dejar una estela de chispas resplandecientes tras sus escobas. Ahora, el equipo limita esta tradición al perímetro del campo y, en consecuencia, los partidos de los Meteorites siguen siendo una gran atracción turística para los magos.

Estados Unidos no ha producido tantos equipos de quidditch de prestigio mundial como otras naciones debido a que este deporte tenía que competir con un juego de escobas nacido en Norteamérica, el quodpot. El quodpot es una variante del quidditch que fue inventada en el siglo XVIII por el mago Abraham Peasegood. Éste había dejado su país natal con una quaffle bajo el brazo y tenía la intención de formar un equipo de quidditch. La historia dice que la quaffle de Peasegood se movió dentro de su baúl hasta dar con la punta se su varita mágica, de modo que, cuando finalmente saco la quaffle y comenzó a lanzarla despreocupadamente, le explotó en la cara.

Peasegood, que según parece tenía un gran sentido del humor, se dedicó enseguida a recrear el efecto en una serie de pelotas de cuero y muy pronto se olvidó del quidditch para desarrollar con sus amigos un juego que giraba en torno a las explosivas características de la nueva pelota, llamada «quod». En el juego del quodpot hay once jugadores por equipo. Los miembros de un equipo se pasan entre sí la quod o quaffle modificada y tratan de meterla en el «pot» del otro extremo del campo antes de que explote. El jugador al que le explote la quod en las manos debe abandonar el terreno de juego. Una vez la quod está segura en el pot (un pequeño caldero que contiene una solución que impide que la quod estalle), el equipo anota un punto y entonces se saca una pelota nueva al campo de juego. El quodpot ha obtenido cierto éxito como deporte para minorías en Europa, aunque la mayoría de los magos permanece fiel al quidditch.

A pesar de los encantos del quodpot, el quiddditch esta adquiriendo cada vez más popularidad en Estados Unidos. Dos equipos han alcanzado recientemente categoría internacional: los
Sweetwater All-Stars
, de Texas, que obtuvieron un merecido triunfo sobre los Quiberon Quafflepunchers en el año 1993, tras un apasionante partido que duró cinco días, y los
Fitchburg Finches
de Massachussets, que ya han ganado en siete ocasionens la Liga norteamericana y cuyo buscador, Maximus Brankovitch III, ha sido capitán de la selección estadounidense en los dos mundiales.

Sudamérica

El quidditch se juega por toda Sudamerica pese a que debe competir con el quodpot, que es tan popular como en Norteamérica. Tanto Argentina como Brasil han llegado a los cuartos de final de la Copa del Mundo durante el Último siglo. Sin lugar a dudas, el país sudamericano más sobresaliente en quidditch es Perú, y muchos pronósticos apuntan a que, en menos de diez años, se convertirá en el primer país latino que gane el Mundial. Los magos peruanos creen que su primer contacto con el quidditch tuvo lugar a través de magos europeos enviados por la Confederación Internación para realizar un seguimiento de la población de viperthooths (dragón nativo de este país). En el tiempo que va desde entonces hasta nuestros días, el quidditch se ha convertido en una verdadera obsesión entre la comunidad de magos y no hace mucho su equipo más famoso, el Tarapoto Tree-Skimmers, recorrió Europa con gran éxito.

Asia

El quidditch nunca ha alcanzado una gran relevancia en Oriente, ya que la escoba es una rareza en países donde se continúa prefiriendo la alfombra como medio de transporte. Los Ministerios de Magia de países que mantienen un próspero comercio de alfombras voladoras, como la India, Pakistán, Bangladesh, Irán y Mongolia, contemplan el quidditch con cierto recelo, aunque el deporte tiene algunos seguidores entre magos y brujas de la calle.

La excepción a esta regla es Japón, donde el número de seguidores del quidditch no ha dejado de crecer durante el último siglo. El equipo japonés con más éxito es el
Toyohashi Tengu
, que estuvo a punto de ganar en 1994 a los Gorodok Gargoyles de Lituania. Cuando son derrotados, los japoneses incendian ceremonialmente sus escobas, algo que está mal visto por el Comité de Quidditch de la Confederación Internacional de Magos, que lo considera un desperdicio de madera.

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El desarrollo de la escoba de carreras

Hasta principios del siglo XIX se jugó al quidditch con las mismas escobas que se utilizaban a diario, cuya calidad variaba mucho. Esas escobas representaban un gran avance frente a sus antecesoras medievales; la invención del conjuro del almohadón por parte de Elliot Smethwyck en 1820 supuso un salto de gigante en la tarea de hacer escobas más confortables (véase la figura F).

Fig. F

Aun así, la mayoría de las escobas del siglo XIX eran incapaces de alcanzar altas velocidades y a menudo resultaba difícil controlarlas a grandes alturas. Por lo general, las escobas eran fabricadas a mano por un solo artesano, y aunque eran admirables desde el punto de vista del diseño y el acabado, su rendimiento en la práctica rara vez estaba a la altura de su hermosa apariencia. Un buen ejemplo es la
Oakshaft 79
(llamada así porque el primer modelo se manufacturó en 1879). Creada por el fabricante de escobas Elias Grimstone de Portsmouth, la Oakshaft es una escoba elegante con un grueso mango de roble, diseñada para vuelos prolongados y para resistir vientos fuertes. Aunque la Oakshaft es ahora una escoba clásica que se paga precios exorbitantes, todos los intentos de utilizarla en el quidditch fracasaron. Su peso le impedía dar la vuelta a altas velocidades, de modo que nuca alcanzó mucha popularidad entre aquellos que preferían la agilidad a la seguridad. No obstante, siempre será recordada como la escoba que se utilizó en el primer vuelo a través del Atlántico, realizado por Jocunda Sykes en 1935. (Antes de esa época, los magos preferían tomar barcos en lugar de confiar en las escobas para semejantes trayectos. La aparición es menos confiable cuanto mayor es la distancia que hay que recorrer, y sólo magos verdaderamente expertos tratarían de aparecerse de un continente a otro.)

En 1901, Gladis Boothby creó la
Moontrimmer
, que supuso un progreso importante en la fabricación de escobas, y por un tiempo esas delgadas escobas con mango de fresno tuvieron gran demanda como escobas de quidditch. La principal ventaja de las Moontrimer sobre las demás era que podían alcanzar alturas que nunca antes se habían logrado (sin que el control de la escoba se viera afectado. Gladis Boothby era incapaz de producir la Moontrimmer al ritmo que los jugadores de quidditch reclamaban. La fabricación de una nueva escoba, la
Flecha Plateada
, fue muy bien recibida; se trataba de la verdadera precursora de la escoba de carrera, pues corría mucho más que la Moontrimmer o la Oakshaft (más de 112 kilómetros por hora con viento de cola), pero, al igual que ellas, era obra de un solo mago (Leonard Jewkes) y los pedidos sobrepasaban con creces las exigencias.

El gran adelanto se produjo en 1926, cuando los hermanos Bob, Hill y Barnaby Ollerton fundaron la Cleansweap Broom Company. El primer modelo, la
Barredora 1
, se fabricó en una cantidad nunca antes vista y se promocionó como una escoba de carreras diseñada especialmente para actividades deportivas. La Barredora fue un éxito inmediato y abrumador, monopolizó el mercado como ninguna otra escoba precedente y, en menos de un año, todos los equipos de quidditch del país estaban montados en una.

Los hermanos Ollerton no conservaron por mucho tiempo el monopolio de las escobas de carrera. En 1929, Randolph Keitch y Basil Horton, ambos jugadores de los Falmouth Falcons, crearon un nueva fábrica. La primera escoba de la Comet Trading Company fue la Cometa 140; la cifra responde al número de modelos que Keitch y Horton probaron antes de llegar al que se comercializó. El hechizo de freno que patentaron benefició a los jugadores, a quienes ahora les resultaba más fácil no rebasar los postes en plena carrera al intentar marcar un tanto y no salirse del campo. Así, la Cometa se convirtió en la escoba preferida por la mayoría de los equipos ingleses e irlandeses. Mientras la competencia entre la Barredora y la Cometa se hacía más intensa, marcada por las mejoradas Barredoras 2 y 3 de 1934 y 1937 respectivamente, y la Cometa 180 de 1938, otros fabricantes de escobas estaban apareciendo por toda Europa.

La Tinderblast salió al mercado en 1940. Fabricada por Elleby y Spunmore, una empresa de la Selva Negra, La Tinderblast es una escoba muy resistente, aunque nunca ha alcanzado las velocidades de las Cometas o las Barredoras. En 1952, Ellerby y Spudmore sacó un nuevo modeló, la
Swiftstick
. Es más veloz que la Tinderblast, pero tiende a perder potencia en los ascensos y los jugadores de quidditch no la han utilizado nunca.

En 1955, Universal Brooms Ltd. introdujo en el mercado la Shooting Star, la escoba de carreras más barata hasta la fecha. Desgraciadamente, después de su inicial estallido de popularidad, se descubrió que perdía velocidad y altura con el paso de los años, y Universal Brooms tuvo que cerrar en 1978. En 1967, el mundo de las escobas se convulsionó con la aparición de la Nimbus Racing Broom Company. Nunca antes se había visto algo como la
Nimbus 1000
. Alcanzaba velocidades superiores a los ciento sesenta kilómetros por hora, era capaz de girar 360 grados sobre sí misma en el aire y combinaba la seguridad de la antigua Oakshaft 79 con la facilidad de manejo de las mejores Barredoras. La Nimbus se convirtió inmediatamente en la escoba preferida por los equipos profesionales de quidditch de Europa, y los siguientes modelos (1001, 1500 y 1700) han mantenido a la Nimbus Racing Broom Company como la mejor en su terreno.

La
Twigger 90
empezó a ser fabricada en 1990 por Flyte y Barrer con la intención de arrebatar a la Nimbus el liderazgo del mercado, aunque tenía un buen acabado e incluía muchos accesorios nuevos, como un timbre de serie y un cepillo con sistema antiturbulencias, resultó que la Twigger se combaba al volar a gran velocidad y se ha ganado la desgraciada reputación de ser usada por magos con más galeones que sentido común.

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El quidditch en la actualidad

El juego del quidditch sigue fascinado y obsesionado a gran cantidad de fanpaticos de todo el mundo. En la actualidad, todo aquel que compre una entrada para un partido de quidditch puede estar seguro de que será testigo de una sofisticada contienda entre pilotos muy cualificados (a menos, por supuesto, que la snitch sea capturada en los primeros cinco minutos de partido, en cuyo caso todos nos sentimos ligeramente estafados). Nada lo demuestra mejora que las difíciles jugadas que durante su larga historia han inventado magos y brujas ansiosas de perfeccionarse y de perfeccionar el juego. Algunas de esas jugadas se explican a continuación.

Amago de Wronsky

El buscador cae como una roca hacia el suelo y finge que ha visto la snitch allá abajo, pero se eleva justo antes de colisionar contra el campo. Con ello se pretende que el otro buscador lo imite y se estrelle. Se llama así porque la inventó el cazador polaco Josef Wronski.

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