Bardo thodol: El libro tibetano de los muertos (6 page)

Un seguidor del tantra, incluso si es el inferior entre los inferiores, por más torpemente que se comportara en este mundo y por más inculto y grosero que fuese, aun cuando fuera incapaz de poner en práctica las enseñanzas tántricas, sólo por haber tenido fe en los tantras y no haber cedido a la duda o la increencia alcanzará la liberación en este punto; no importa que su conducta en el mundo humano haya sido inconveniente; cuando muera, al menos alguna señal como una reliquia o una luz irisada aparecerá. Esto se debe al gran poder que tiene la enseñanza tántrica.

Los yoguis tántricos que están por encima de la media, que han realizado la visualización y la práctica completa de la meditación, y que han practicado la recitación de los mantras del corazón y todo lo demás, no tienen por qué vagar errantes en el bardo del Absoluto, sino que tan pronto como dejan de respirar, los poseedores de conocimiento, los guerreros y las dakinis los invitarán al Reino Puro del Espacio. Como signo de que así sucede, el cielo se ilumina y se disuelven en la luz del arco iris, apareciendo una lluvia de flores, acompañada de fragancias de incienso, sonidos de instrumentos musicales en el aire, rayos de luz, reliquias como joyas
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y otras cosas semejantes: éstos son los signos.

Por consiguiente, los filósofos y observadores de las normas monásticas, los seguidores del tantra que han roto sus votos iniciáticos y todas las personas ordinarias, no tienen más medio que esta
Liberación a través de la audición.
Los meditantes que han practicado las meditaciones del Gran Símbolo y la Gran Perfección
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reconocerán la luminosidad en el bardo del momento que precede a la muerte y alcanzarán el
dharmakaya,
así que es por completo innecesario leerles esta
Liberación a través de la audición.

Si reconocen la luminosidad durante el bardo del momento que precede a la muerte, alcanzarán el
dharmakaya.
Si la reconocen durante el bardo del Absoluto, cuando aparecen las divinidades coléricas y las divinidades apacibles, alcanzarán el
sambhogakaya.
Si la reconocen durante el bardo del devenir, alcanzarán el
nirmanakaya
y renacerán en una mejor situación en la que volverán a encontrar esta enseñanza, puesto que los resultados de las acciones influyen en la vida siguiente. La
Liberación a través de la audición
es una enseñanza que ilumina sin meditación, que libera sólo por ser oída, que conduce a los grandes pecadores por el camino secreto, que separa de la ignorancia en un instante; es una enseñanza profunda que procura la iluminación instantánea, de modo que los seres que la han hecho suya ya no pueden volver a caer en existencias inferiores. Esta enseñanza y la
Liberación por el acto de llevar determinados amuletos
deberían ser leídas en voz alta, pues las dos combinadas son como un mándala dorado incrustado de turquesas.

Día octavo

Ahora que se te ha enseñado la necesidad de la
Liberación a través de la audición,
se pondrá de manifiesto cómo aparece el bardo de las divinidades coléricas. Invocando a la persona muerta tres veces por su nombre, hay que decir estas palabras:

«Oh hijo de noble familia, escucha sin distracción. Aunque el bardo de las divinidades apacibles ya ha aparecido anteriormente, no lo has reconocido, y has vagado errante más allá de él hasta el momento presente. Ahora, en el octavo día aparecerán las divinidades coléricas bebedoras de sangre. No te distraigas y reconócelas.

»Oh hijo de noble familia, el Grande y Glorioso buddha Heruka saldrá desde el interior de tu cerebro y aparecerá real y claramente ante ti: su cuerpo es de color vino, tiene tres cabezas, seis brazos y cuatro piernas separadas; el rostro derecho es blanco, el izquierdo es rojo, y el del centro, de color vino; su cuerpo resplandece como una masa de luz, sus nueve ojos brillantes miran a los tuyos con una expresión colérica, sus cejas son como destellos de luz, sus dientes brillan como el cobre; ríe en voz alta dando alaridos de «¡a-la-la!» y «¡ja-ja!» y emite fuertes ruidos sibilantes de «¡uuuh, uuuh!». Sus cabellos rojos y dorados se elevan como llamas resplandecientes, sus cabezas están coronadas con calaveras secas y con el sol y la luna, su cuerpo está engalanado con serpientes negras y calaveras frescas; de sus seis manos, la primera de la derecha sujeta una rueda; la central, un hacha; la última, una espada; la primera de la izquierda, una campana; la central, una reja de arado, y la última, una calavera a modo de copa; su consorte Buddha-Krodhisvari abraza su cuerpo con el brazo derecho colocado alrededor de su cuello y su mano izquierda sostiene una calavera llena de sangre para su boca; emite fuertes sonidos palatales y ruge con el sonido del trueno; llamas de sabiduría salen de los resplandecientes cabellos
vajra
de su cuerpo; está en un trono sostenido por garudas
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, con un par de piernas recogidas y las otras extendidas.

»No tengas miedo de él, no te aterrorices, no te confundas. Reconócelo como la forma de tu propia mente. Es tu
yidam,
así que no le temas. Es realmente el bienaventurado Vairocana con su consorte, así que no le temas. El reconocimiento y la liberación son simultáneos.»

Cuando esto se dice, él reconocerá su
yidam,
y fundiéndose inseparablemente con él se convertirá en un buddha en el
sambhogakaya.

Día noveno

Pero si tiene miedo y escapa, y por tanto no lo reconoce, entonces en el noveno día la manifestación bebedora de sangre de la familia Vajra irá a recibirle. Para instruirle de nuevo hay que invocar a la persona muerta por su nombre y decir estas palabras:

«Oh hijo de noble familia, escucha sin distracción. En el noveno día, la manifestación bebedora de sangre de la familia Vajra llamada el bienaventurado Vajra Heruka saldrá de la zona oriental de tu cerebro y aparecerá ante ti: su cuerpo es de color azul oscuro, tiene tres cabezas, seis brazos y cuatro piernas separadas; el rostro derecho es blanco, el izquierdo es rojo, y el del centro, azul; de sus seis manos, la primera de la derecha sujeta un
vajra;
la central, una calavera a modo de copa; la última, un hacha; la primera de la izquierda, una campana; la central, una calavera a modo de copa, y la última, una reja de arado; su consorte Vajra-Krodhisvari abraza su cuerpo con el brazo derecho colocado alrededor del cuello y su mano izquierda sostiene una calavera llena de sangre para su boca.

»No tengas miedo de él, no te aterrorices, no te confundas. Reconócelo como la forma de tu propia mente. Es tu
yidam,
así que no le temas. Es realmente el bienaventurado Vajrasattva con su consorte, así que ten devoción. El reconocimiento y la liberación son simultáneos.»

Cuando se dice esto, él reconocerá su
yidam,
y fundiéndose inseparablemente con él se convertirá en un buddha en el
sambhogakaya.

Día décimo

Pero si aquellos que tienen una gran oscuridad kármica sienten miedo y escapan, y no lo reconocen, luego, en el décimo día, la manifestación bebedora de sangre de la familia Ratna irá a recibirle. Así, para instruirle de nuevo hay que invocar a la persona muerta por su nombre y decir estas palabras:

«Oh hijo de noble familia, escucha sin distracción. En el décimo día, la manifestación bebedora de sangre de la familia Ratna llamada el bienaventurado Ratna Heruka saldrá de la zona sur de tu cerebro y aparecerá ante ti: su cuerpo es de color amarillo oscuro, tiene tres cabezas, seis brazos y cuatro piernas separadas; el rostro derecho es blanco, el izquierdo es rojo, y el del centro, amarillo oscuro brillante; de sus seis manos, la primera de la derecha sujeta una joya; la central, un tridente con tres cabezas humanas; la última, un garrote; la primera de la izquierda, una campana; la central, una calavera a modo de copa, y la última, un tridente; su consorte Ratna-Krodhisvari abraza su cuerpo con el brazo derecho colocado alrededor del cuello y su mano izquierda sostiene una calavera llena de sangre para su boca.

»No tengas miedo de él, no te aterrorices, no te confundas. Reconócelo como la forma de tu propia mente. Es tu
yidam,
así que no le temas. Es realmente el bienaventurado Ratnasambhava con su consorte, así que siente anhelo. El reconocimiento y la liberación son simultáneos.»

Cuando se dice esto, él reconocerá su
yidam,
y fundiéndose inseparablemente con él se convertirá en un buddha.

Día undécimo

Pero si, incluso después de ser instruido de este modo, es empujado hacia atrás por las malas tendencias inconscientes y tiene miedo y escapa, y por tanto no reconoce al
yidam,
y cuando ve a Yamantaka no le reconoce, luego, en el undécimo día, la manifestación bebedora de sangre de la familia Padma vendrá a recibirle. Así, para instruirle de nuevo hay que invocar a la persona muerta por su nombre y decir estas palabras:

«Oh hijo de noble familia, escucha sin distracción. En el undécimo día, la manifestación bebedora de sangre de la familia Padma llamada el bienaventurado Padma Heruka saldrá de la zona occidental de tu cerebro y aparecerá claramente ante ti en unión con su consorte: su cuerpo es de color rojo oscuro, tiene tres cabezas, seis brazos y cuatro piernas separadas; el rostro derecho es blanco, el izquierdo es azul, y el del centro, rojo oscuro; de sus seis manos, la primera de la derecha sujeta un loto; la central, un tridente con tres cabezas humanas; la última, una caña; la primera de la izquierda, una campana; la central, una calavera a modo de copa, y la última, un pequeño tambor; su consorte Padma-Krodhisvari abraza su cuerpo con el brazo derecho colocado alrededor de su cuello y su mano izquierda sostiene una calavera llena de sangre para su boca.

»No tengas miedo de él, no te aterrorices, no te confundas. Reconócelo como la forma de tu propia mente. Es tu
yidam
, así que no le temas. Es realmente el bienaventurado Amitabha con su consorte, así que siente anhelo. El reconocimiento y la liberación son simultáneos.»

Cuando esto se dice, él reconocerá su
yidam,
y fundiéndose inseparablemente con él se convertirá en un buddha.

Día duodécimo

Pero si incluso después de ser instruido de este modo es empujado hacia atrás por las malas tendencias inconscientes y tiene miedo y escapa, y por tanto no reconoce al
yidam,
luego, en el duodécimo día, la manifestación bebedora de sangre de la familia Karma vendrá a recibirle, con las gauris, pisacis y yoguinís. Si él no la reconoce tendrá miedo. Así, para instruirle de nuevo hay que invocar a la persona muerta por su nombre y decir estas palabras:

«Oh hijo de noble familia, escucha sin distracción. En el duodécimo día, la manifestación bebedora de sangre de la familia Karma llamada el bienaventurado Karma Heruka saldrá de la zona norte de tu cerebro y aparecerá claramente ante ti en unión con su consorte: su cuerpo es de color verde oscuro, con tres cabezas, seis brazos y cuatro piernas separadas; el rostro derecho es blanco, el izquierdo es rojo, y el del centro, verde oscuro majestuoso; de sus seis manos, la primera de la derecha sujeta una espada; la central, un tridente con tres cabezas humanas; la última, una caña; la primera de la izquierda, una campana; la central, una calavera a modo de copa, y la última, una reja de arado; su consorte Karma-Krodhisvari abraza su cuerpo con el brazo derecho colocado alrededor de su cuello y su mano izquierda sostiene una calavera llena de sangre para su boca.

»No tengas miedo de él, no te aterrorices, no te confundas. Reconócelo como la forma de tu propia mente. Es tu
yidam,
así que no le temas. Es realmente el bienaventurado Amoghasiddhi con su consorte, así que siente intensa devoción. El reconocimiento y la liberación son simultáneos.»

Cuando esto se dice, él reconocerá su
yidam,
y fundiéndose inseparablemente con él se convertirá en un buddha.

* * *

Gracias a la instrucción de su lama los reconocerá como sus propias proyecciones, como un juego de la mente, y será liberado. Es lo mismo que, por ejemplo, ver un león disecado: uno se siente estremecido si no sabe que se trata realmente de un león disecado, pero si alguien le instruye sobre la realidad, se queda asombrado, pero no ya temeroso. De modo semejante, también aquí se siente aterrorizado cuando las divinidades bebedoras de sangre aparecen con sus inmensos cuerpos y sus gruesos miembros, llenando todo el espacio, pero tan pronto como es instruido los reconoce como sus propias proyecciones o como sus
yidams;
la luminosidad sobre la que ha meditado antes y la autoexistente luminosidad que surge más tarde, se fusionan como madre e hijo, y, como si se encontrara con un viejo conocido, la luminosidad autoliberadora de su propia mente surge espontáneamente ante él, y se libera.

Ahora bien, si no se recibe esta enseñanza, incluso una persona buena puede extraviarse y vagar errante en el samsara. Entonces las ocho gauris coléricas y las pisacis de varias cabezas saldrán de su cerebro y aparecerán ante él. Así, para instruirle de nuevo hay que invocar a la persona muerta por su nombre y decir estas palabras:

«Oh hijo de noble familia, escucha sin distracción. Las ocho gauris saldrán de tu cerebro y aparecerán ante ti. No tengas miedo de ellas.

»Desde la parte oriental de tu cerebro aparecerá ante ti Gauri blanca, sosteniendo un cadáver a modo de garrote en la mano derecha y una calavera a modo de copa llena de sangre en la mano izquierda. No temas. Desde el sur aparecerá Gauri amarilla, disparando una flecha con un arco; desde el oeste aparecerá Pramoha roja, sosteniendo el estandarte de un monstruo marino; desde el norte aparecerá Vetali negra, sosteniendo un
vajra
y una calavera a modo de copa llena de sangre; desde el sudeste aparecerá Pukkasi naranja sosteniendo un manojo de entrañas en la mano derecha y comiéndolas con la izquierda; desde el sudoeste aparecerá Ghasmari verde oscura, bebiendo en una calavera a modo de copa llena de sangre, que sostiene en la mano izquierda y remueve con un
vajra
en la mano derecha; desde el noroeste aparecerá Candali de color amarillo pálido, arrancando una cabeza de su cuerpo, sosteniendo la cabeza en la mano derecha, y el cuerpo, al que devora, con la izquierda; desde el nordeste aparecerá Smasani de color azul oscuro arrancando la cabeza de un cuerpo, y devorándolo; estas ocho gauris de las ocho direcciones, rodeando a los cinco herukas bebedores de sangre, saldrán de tu cerebro y aparecerán ante ti. No tengas miedo de ellas.

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