Dinero fácil (28 page)

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Authors: Jens Lapidus

En el bosque alguien llamó a Jorge por su nombre. No podía estar más inmóvil ni más callado de lo que ya estaba.. ¿Habían vuelto los yugoslavos?

No apareció nadie.

¿Cuánto tiempo llevaba ahí tirado? ¿Diez minutos? ¿Dos horas?

El vómito apestaba.

Estaba acabado. Los yugoslavos eran más listos de lo que se había pensado. Debería haber estado más atento. Debía de haber sido la resaca. ¿Cuánto tiempo le habían seguido Mrado y su compinche? No estaban en el autobús. No estaban en su vagón de metro, no los había visto en la parada del autobús en KTH. No había visto que un mismo coche hubiera seguido al autobús. ¿Le habían seguido desde Sollis
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? ¿Cómo sabían que estaba en casa de Vadim? Sospechas: el cabrón ruso debía de haber cantado. O algún otro del garito de la noche anterior. ¿Le habían reconocido? Hijos de puta.

Intentó mover una parte pequeña del cuerpo, el dedo índice. Al principio no lo notaba. Tres segundos más tarde, todo el brazo le palpitaba de dolor. Demasiado daño. Gritó fuerte. Pasó de si los yugoslavos aún estaban ahí.

Alguien volvió a gritar su nombre.

Vomitó.

Las oraciones en su boca:
La madre que te parió
*. Los pensamientos en su cabeza: ¿en quién podía confiar ahora? ¿Sergio? ¿Eddie? ¿Ashur? ¿Podría ponerse en contacto con su hermana? ¿Se atrevería a llamar a su hermana? La fuga de la cárcel estuvo muy bien engrasada, fue fluida. Rápida. La mejor hasta entonces. Pero la vida después de la fuga: Jorgelito había pensado a demasiado corto plazo. Se había creído que sería fácil. El mismo error que los demás, había sido débil, había salido de fiesta. Había necesitado contacto social.

Intentó abrir los ojos. Abetos a su alrededor. La luz se filtraba y moteaba el suelo. Marrón, agujas, calvas. No se oían pájaros.

¿Qué iba a pasar? Una cosa era arriesgarse él para conseguir dinero de Radovan. Pero ¿poner en riesgo a su hermana?

Pensó en sus dos tatuajes. En el hombro derecho un diablo que sonreía. Dibujado sólo con tinta negra. Alrededor llamas rojas, naranjas y amarillas. En la espalda un crucifijo con el texto:
The Man,
con letra gótica. Se había pensado que él era
the man with the master plan
{51}
cuando en realidad era un pringado. Jodido.

Un perdedor en la lona en la cuenta atrás.

Capítulo 26

Un chico de lujo de paseo por el bosque. JW buscaba a Jorge considerando dos posibilidades: o bien el chileno estaba herido en algún lugar entre los árboles o los yugoslavos se lo habían llevado en el coche.

Empezó por el lado de la derecha. Caminó en zigzag, primero unos diez metros hacia el interior del bosque, luego en diagonal hacia la carretera. Después otra vez diez metros recto hacia el interior del bosque.

Se acordó de
La loca historia de las galaxias.
«Peinad la zona», ordenaba la caricatura de Darth Vader. En la siguiente imagen, sus ayudantes arrastraban grandes peines por el suelo. Mel Brooks: tan clase B y sin embargo tan ocurrente.

JW peinó el bosque.

No encontró ningún Jorge entre los abetos.

Una hora y veinte minutos antes JW había llegado a Malmvagen justo a tiempo de ver salir del portal a alguien con el aspecto de Jorge. El detective JW retrocedió unos pasos, tras la esquina de la casa, lo cual demostró ser totalmente correcto. Miró hacia delante. Vio salir a un hombre enorme de un coche demasiado lujoso e ir tras el chileno. Algo no encajaba. El hombre no llegaba a alcanzar a Jorge. Todo el tiempo se mantuvo unos metros más atrás. Tras un rato quedó claro: el hombre gigantesco perseguía al chileno.

El hombre cumplía todos los requisitos del aspecto de gánster yugoslavo clásico: chaqueta de piel tres cuartos, bufanda, vaqueros negros, zapatos de piel. El cuello más ancho que el de Hulk. Los brazos a los costados arqueados hacia fuera, parecía como si siempre estuviera cargando con un televisor. Pelo corto color ceniza, el flequillo cortado recto. Las mandíbulas revelaban una férrea dieta de testosterona.

¿Por qué cojones le había puesto Abdulkarim en esa situación? JW se sentía como un policía fracasado. No se atrevía a aproximarse aunque tenía a Jorge a su alcance. La cuestión aún mayor era quién era el yugoslavo gigantesco. ¿La mafia serbia también quería aprovecharse de los conocimientos sobre coca del chileno?

Continuó el seguimiento. Subió hacia la estación de cercanías. JW se quedó en la parte inferior de las escaleras mecánicas y oyó que el tren entraba en la estación. Subió corriendo y se metió en un vagón. Podía ver a través de los cristales de las ventanas al yugoslavo en el siguiente vagón. Bien.

La tensión, total. JW se olvidó del asunto de Camilla totalmente.

El yugoslavo gigantesco se bajó en T-Centralen. No se veía a Jorge pero JW supuso que el yugoslavo controlaba. Le siguió hacia abajo.

Se bajó en KTH. Dejó distancia con el yugoslavo. Vio a Jorge esperando en una parada de autobús. JW se dirigió con paso decidido hacia la misma parada. Se tenía que notar que su única meta en la vida era el autobús 620. De camino hacia allí pasó a dos metros del yugoslavo gigantesco. JW no sabía si resultaba misterioso que fuera a la misma parada que Jorge, pero pese a ello notaba la cercanía del yugoslavo tan intensamente como si hubieran estado cara a cara en un ascensor estrecho. El tipo tenía presencia.

Algunas personas subieron después de Jorge pero el yugoslavo no estaba en el autobús. ¿Se había rendido? Jorge estaba sentado apretujado junto a una mujer de mediana edad con el bolso en las rodillas. En los asientos de delante estaban sentados los dos hijos de la mujer con cucuruchos de helado en las manos. Estaba libre uno de los asientos de detrás, en el otro estaba sentado un abuelo con una gorra. No era momento de hablar con el chileno; habría que esperar hasta que se bajara. JW se sentó al fondo del todo.

Se bajó en la misma parada que el chileno. Caminó tras él, unos cientos de metros más atrás. Tras un rato vio a un yugoslavo acercarse corriendo. Comprendido, estaban allí. Medio minuto más tarde oyó gritos. Le entró pánico. ¿Qué leches iba a hacer? Se escondió entre los árboles. Se quedó parado, escuchó. Esperó. Y ahí estaba. Pensó en buscar a Jorge. Pero no se le veía. Tras haber cubierto cien metros JW cambió de lado. Merecía la pena dedicar otra hora a buscar.

Se oyó un grito. No tan alto como los anteriores pero igualmente lleno de dolor.

Intentó ir en dirección al sitio de donde había venido el sonido. Miró a su alrededor. Vio árboles oscuros, senderos cubiertos de agujas. En algunos lugares las ramas de los abetos llegaban hasta el suelo y ocultaban lo que pudiera haber debajo. JW avanzó, levantó las ramas, miró debajo. Se pinchó con las agujas. El bosque no era precisamente su entorno. Además se estaba cagando de miedo.

Siete metros más adelante vio en el suelo bolsas de plástico llenas de alimentos. JW siguió el rastro. Más adelante se veía una persona agazapada. ¿Era el chileno? ¿Vivía?

JW miró a su alrededor. No había yugoslavos por ahí. Llamó. No recibió respuesta. Se acercó. El chico parecía muerto. JW se puso en cuclillas a su lado. Pronunció el nombre de Jorge. De verdad que no quería encontrarse con un muerto.

Al final hubo una reacción.

Jorge, con los ojos aún cerrados, murmuró:

—Márchate.

JW no sabía qué iba a decir. Pensó: Qué bien que el tío vive. Pero ¿qué ayuda necesita? No es una buena idea involucrar una ambulancia.

—Hola. ¿Cómo estás? ¿Puedo hacer algo?

—Lárgate.

—Qué bien que estás vivo. Sé quién eres. Te reconozco. Llevo buscándote varias horas.

Jorge abrió un ojo. Tenía algo de acento de sueco de Rinkeby.

—¿
Y
tú quién coño eres?

—Me llamo Johan. No tengo ni idea de quién te ha hecho esto ni por qué. Estás hecho un asco. Necesitas cuidados. Tienes que escucharme. Te traigo noticias geniales.

—Que te largues. No tienes que ver conmigo una mierda. No te he visto nunca.

—Espabílate. Te llamas Jorge Salinas Barrio y te fugaste de Österåker el 29 de agosto. Desde entonces has estado viviendo como un fugitivo, tiene que ser duro. Tú conoces el negocio de la cocaína mejor que nadie. Eres el rey de la farlopa en la zona de Estocolmo. ¿Me estás escuchando?

Jorge estaba tumbado sin moverse. No decía nada. Pero tampoco decía que no.

—Trabajo para un árabe, Abdulkarim Haij, ¿sabes quién es?

Jorge volvió a alzar la mirada. JW lo interpretó como: Sigue hablando.

—Él me proporciona farla. Verás, yo vendo a la gente de Stureplan y gano mucho dinero. Se les puede sacar hasta mil cien por gramo. No está mal. Pero imagínate si se pudieran bajar los precios de compra aún más. Eso es lo que vamos a hacer cuando nos expansionemos. Y te conocemos, sin nosotros no tienes vida Aparentemente, además de la policía también hay otra gente que te está buscando. Ahora puedes olvidarte de ellos. Vamos a ayudarte, vamos a volver a levantarte. Te conseguiremos pasaporte,
pesetas
*, lo que necesites. La policía no tiene ni una posibilidad. Tampoco los yugoslavos esos. Si trabajas para nosotros te forrarás.

JW recuperó la respiración. Le daba igual que Jorge pareciera estar totalmente ausente. Notaba lo excitado que estaba, llevaba días pensando en ello. Ahora era difícil tomárselo con calma.

—Escucha, hemos estudiado el crecimiento en Estocolmo. La coca está saliendo del centro. Es la nueva tendencia, la nueva droga del pueblo. Va a ser como la maría. Y el precio baja cada día. Cuando entraste en la cárcel el gramo costaba mil doscientas. Ahora muchos venden farla del ochenta y cinco por ciento por ochocientas. Eso significa que los volúmenes se disparan y nosotros, que tenemos buenos contactos, podemos comprar a precios rebajados. Los ingresos añadidos aumentan radicalmente. Y aquí es donde entras tú, nos vas a ayudar a ingresar más. Sobre todo vas a vender a la gente del extrarradio. Tú y yo, juntos, vamos a hacernos los dueños de esta ciudad. ¿Me sigues? Dueños de esta ciudad

Jorge con voz gimoteante.
Maricón
*, lárgate.

PARTE 3

(CUATRO MESES MÁS TARDE)

ACTA

Vista previa oral en el tribunal de Estocolmo.

Caso n.° T 3245-06

Tribunal

Juez interino Patrick Kenbäck

Actuario

Secretario del juzgado Oskar Hävermark

PARTES

Demandante

Annika Sjöberg, 690217-1543
Gröndalsvägen 172
11769 Estocolmo

Presente

Representante y asesor según la ley de asistencia jurídica:

Abogado Göran Insulander
Apartado de correos 11244
11221 Estocolmo

Presente

Demandado

Mrado Slovovic, 670203-9115
Katarina Bangata 35
11639 Estocolmo

Presente

Representante:

Abogado Martin Thomasson
Apartado de correos 5467
11231 Estocolmo

Presente

CAUSA

Patria potestad, custodia, régimen de visitas, etcétera.

El actuario repasa lo anteriormente acontecido en el caso.

DEMANDAS

Göran Insulander
manifiesta que Annika Sjöberg solicita la patria potestad exclusiva sobie la hija, Lovisa, así como su concesión como medida provisional.

Martin Thomasson
manifiesta la postura de Mrado Slovovic según lo siguiente. Se opone a la solicitud de Annika Sjöberg. Por su parte, solicita tener derecho a un régimen de visitas
semanal
desde las 18 horas de los
martes
hasta las 18 horas de los
viernes,
así como su concesión como medida provisional.

Goran Insulander
manifiesta que Annika Sjöberg se opone a la solicitud de Mrado Slovovic. Accede a que Mrado Slovovic tenga derecho de visita
cada dos semanas,
desde las 18 horas de los
martes
hasta las 18 horas de los
miércoles.

FUNDAMENTOS, ETCÉTERA

Göran Insulander
manifiesta los motivos y las circunstancias de las demandas de Annika Sjöberg como sigue. Annika Sjöberg y Mrado Slovovic se casaron hace aproximadamente nueve años. Tuvieron a su hija Lovisa dos años más tarde. Lo mejor para Lovisa es no tener demasiado contacto con Mrado Slovovic, ya que es una influencia muy negativa sobre la hija, aparte de que para ella es peligroso estar con él. Además, no es capaz de colaborar con Annika Sjöberg en las entregas y recogidas relacionadas con las visitas. Mrado Slovovic la ha amenazado en una serie de ocasiones. Pese a ello, Annika Sjöberg considera que Lovisa puede tener visitas limitadas con su padre, ya que es importante para un niño tener contacto con sus dos progenitores. Lovisa nunca pregunta por Mrado Slovovic. En el año 2002 empezó a deteriorarse la relación entre las partes. Mrado Slovovic no estaba nunca en casa por la noche y dormía la mayor parte del día. Se enfadaba cuando Lovisa gritaba o hacía ruidos y no se encargaba de ella. Era Annika Sjöberg quien se encargaba de las comidas y la higiene de Lovisa. Mrado Slovovic se movía en ambientes criminales y en la primavera de 2004 Annika Sjöberg decidió separarse. Mrado Slovovic se enfadó mucho por esto y amenazó, entre otras cosas, con llevarse a Lovisa a Serbia. También dijo en dos ocasiones que le iba a romper el cuello si no le dejaba vivir con Lovisa. Durante los años 2004-2006 las visitas a Lovisa han sido problemáticas. Durante periodos prolongados, el más largo de cuatro meses, no vio a Lovisa. En varias ocasiones Mrado Slovovic no apareció cuando tenía que devolver a Lovisa sino que se la quedaba hasta tres días más sin el permiso de Annika Sjöberg. Lovisa está muy estresada y duerme mal después de estar con él. Cuando está en casa de Mrado Slovovic, le deja ver vídeos toda la tarde y no le hace comida adecuada para ella. Él sigue moviéndose en ambientes criminales y anteriormente ha sido condenado por varios delitos violentos. Conocidos de Annika Sjöberg declaran que han visto a Mrado Slovovic en su coche deportivo con Lovisa conduciendo a velocidades muy superiores a las permitidas. En una ocasión se la llevó con él a un club de lucha deportiva donde estuvo junto al cuadrilátero y vio cómo noqueaban a Mrado Slovovic. Esto afectó mucho a Lovisa. Es dañino para Lovisa relacionarse con Mrado Slovovic. En parte porque se la lleva con él a actividades claramente peligrosas. En parte porque se encuentra dentro de un entorno de criminalidad. Además, Mrado Slovovic no es capaz de colaborar con Annika Sjöberg.

Martin Thomasson
manifiesta los motivos y las circunstancias de las demandas de Mrado Slovovic como sigue. Lovisa tiene necesidad de su padre. No es cierto que sea peligroso para ella relacionarse con él. Él no conduce con exceso de velocidad con ella en el coche. Le da de comer adecuadamente y ver la televisión no es lo único que hace. Realizan muchas actividades juntos, entre otras cosas van a Skansen y hacen pasteles. En una ocasión Lovisa acompañó a Mrado Slovovic al local de entrenamiento de deportes de lucha, pero no es cierto que ella viera cómo le noqueaban. Sin embargo él y Lovisa boxearon en broma en el cuadrilátero de una manera totalmente inofensiva. El motivo por el que Annika Sjöberg afirma hechos no verdaderos es porque tiene celos de Mrado Slovovic, ya que poco después de su ruptura él inició una relación con una nueva mujer. Los problemas para recoger o entregar a Lovisa son por Annika Sjöberg, que a veces se derrumba psicológicamente. En esas ocasiones se queda apática en la cama y no es capaz de cuidar de Lovisa. Este comportamiento ya empezó durante el matrimonio de las partes. Cuando Annika Sjöberg se encuentra en esos periodos depresivos Mrado Slovovic considera que no es positivo para Lovisa estar con Annika Sjöberg.

Lovisa se encuentra muy a gusto en sus visitas con Mrado Slovovic y en varias ocasiones ha expresado que quiere estar más tiempo con él. En la última visita de Mrado Slovovic, en enero de este año, Lovisa dijo que quería «vivir con papá» como vivía «con mamá». Siempre se pone muy triste cuando tiene que volver con Annika Sjöberg.Annika Sjöberg se ha negado a que Mrado Slovovic se lleve a Lovisa a Serbia para visitar a su abuelo paterno. Mrado Slovovic nunca ha tenido intención de llevarse a Lovisa sin el conocimiento de Annika.

Lo mejor para Lovisa es que las partes mantengan la patria potestad compartida y que pase aproximadamente el mismo tiempo con su padre que con su madre. Sin embargo, en las circunstancias actuales, Mrado Slovovic considera que un derecho de visitas de martes a viernes es suficiente.

Bajo la guía del actuario, las partes discuten una solución consensuada. No se alcanza un acuerdo.

Se considera finalizada la vista con notificación de que se comunicará el fallo presencialmente en la secretaría del juzgado el veintitrés de febrero de este año a partir de las 13.30 horas.

Tras deliberación a puerta cerrada, el tribunal falla lo siguiente.

SENTENCIA

(Se comunicará el veintitrés de enero de este año a las 13:30 horas).

Motivos

El tribunal no encuentra en la situación actual motivos suficientes para retirar la patria potestad compartida. Por lo tanto, la solicitud de Annika Sjöberg en este sentido queda desestimada.

En cuanto al derecho de visitas, el tribunal constata que durante los últimos cinco años Mrado Slovovic ha visto a Lovisa de manera irregular. Con estos antecedentes el tribunal decide que por el momento el régimen de visitas sea de un día cada dos semanas. De resultar positivo el régimen de visitas las propias partes podrán discutir la ampliación de las formas de visita.

Conclusión

Hasta que las cuestiones se resuelvan por juicio o decisión que tenga validez legal o los padres alcancen un acuerdo sobre el asunto y el acuerdo sea aprobado por los servicios sociales o se decida otra cosa, el tribunal decide lo siguiente.

A. Se mantiene la patria potestad compartida de Lovisa para ambas partes.

B. Las necesidades de Lovisa de momento se satisfacen con un régimen de visitas para Mrado Slovovic cada dos semanas desde los miércoles a las 18.00 horas hasta los jueves a las 18.00 horas.

Cómo apelar

La apelación se elevará ante el tribunal de apelación y se presentará al tribunal en un plazo máximo de tres semanas a partir de la fecha del fallo.

Firmado:

OSKAR HÄVERMARK

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