Read El año que trafiqué con mujeres Online
Authors: Antonio Salas
—La verdad es que al principio visitar clubes para dar las placas de calidad era una cosa que nos seducía, pero ahora hay que ir cogiendo a la gente de la oreja para que vayan...
En otras palabras, que los «inspectores de puticlub» de ANELA tenían la tediosa misión de visitar los prostíbulos aspirantes, para comprobar que los servicios ofrecidos por cada burdel y por sus trabajadoras eran satisfactorios... ¡Lástima de «inspectores»! ¡Cuán dura es su labor! ¡Tener que recorrer España fornicando y bebiendo de garito en garito ... ! Sin embargo, parece que algunos clubes, que habían sido merecedores de la «garantía ANELA», tras satisfacer todas las exigencias de sus «observadores», con el tiempo se enemistaron con la asociación de burdeles, hasta llegar a ser expulsados de la misma.
—Hay algunos clubes —explica Roberto— que estaban en ANELA y que ya no están. Si por lo que sea se decide que ese club infringe las normas de la asociación, se le da de baja y ya está.
—Pero la placa de ANELA, por lo que he visto, está incrustada en la pared. Si el propietario del club no quiere entregarla, ¿qué pasa?
José Luís Roberto duda un instante antes de responderme. Después, mira de reojo hacia el exterior del despacho, por donde transitan algunos de sus empleados de Levantina de Seguridad o de España2000 y concluye:
—Pues va y se retira. O sea, actuamos mano militaris. Es decir, vamos, quitamos los tornillos y nos la llevamos. Y si el agente tiene algún problema, que haga lo que tenga que hacer...
No pude evitar imaginarme a un grupo de skinheads, como los que aparecían en las fotos de Las Provincias o de El Mundo, o como mis ex camaradas en el movimiento neonazi, llegando a cualquier prostíbulo para arrancar manu militari la placa de ANELA sin más contemplaciones. Estoy seguro de que pocos propietarios de garitos se atreverían a discutir con aquella «guardia pretoriana» de la asociación. Una vez más, y como expongo en Diario de un skin, los cabezas rapadas son los encargados de hacer el trabajo sucio de los que mandan. Sin embargo, —es justo reconocerlo— Roberto no necesita una «guardia pretoriana» personal para ejercer la violencia, aunque sé que la tiene. Según recogió la edición valenciana del diario El Mundo, él mismo, en persona, junto con otros ocho corpulentos ultraderechistas, habían protagonizado un altercado en la calle de Carlos Cervera de Valencia, durante la manifestación contra la inmigración de aquel fin de semana, al intentar agredir a varios ultraizquierdistas que les increpaban. Fue necesaria la intervención policial para que Roberto y sus camaradas retomaran el curso de la manifestación.
—Bien ——continúo mi entrevista—, si yo tengo un club y conozco gente que tiene clubes, imagina que queremos entrar en ANELA. ¿Cuáles son los requisitos? Supongo que hay que pagar algo, ¿no?
—Claro. Esto no es una ONG. Se pagan 2.500 euros para cuota de inscripción y 625 euros trimestrales. Pero hay una categoría B para los clubes que son más pequeños, clubes que tienen menos de veinte mujeres trabajando. La cuota son 300 euros de inscripción y 200 trimestrales.
Está claro que ANELA es un lucrativo negocio. No sólo permite a los «inspectores» disfrutar de esos exámenes de los burdeles de toda España y de sus fulanas gratis, sino que aporta pingues beneficios económicos. A estas alturas de la entrevista, ya he llegado a la convicción de que Roberto conoce muy a fondo el mundo de la prostitución, así que decido tensar un poco más el hilo de mi fortuna, profundizando en otros aspectos.
—Supongo que en vuestras inspecciones de los clubes, os habéis encontrado todo tipo de cosas, ¿no?
—A mí personalmente me ha ocurrido encontrarme con un alto cargo de la administración, que públicamente ha dicho que la prostitución no tenía que ser legal, borracho y metiéndole mano a una chica en un club... 0 hay también muchas anécdotas de muchas mujeres de clubes, prostitutas, que luego terminan siendo las respetables esposas de muchos personajes influyentes. Yo me he encontrado en más de un acto oficial con personajes muy importantes, y al ver a su mujer la he reconocido de conocerla trabajando en algún club tiempo antes...
¡Bingo! Roberto está completamente relajado, no sospecha de mí, así que decido dar un paso más y hago una pregunta más arriesgada. Tomo de la mesa uno de los folletos de su candidatura a la alcaldía de Paterna y disparo:
—Veo que eres el líder de este partido político. ¿Y no es un poco contradictorio que seas el candidato de un partido nacionalista, que lucha contra la invasión de los inmigrantes, y a la vez el fundador de una asociación que vive de las inmigrantes dedicadas a la prostitución?
—Joder, eso decían en el Frente Español cuando me montaron la bronca, pero peor es lo de Blas Piñar. Su hermana es la propietaria del solar donde está el Showgirl que está en Joaquín Costa, nº 39, y nadie le dice nada.
—¿Cómo? ¿Que la familia de Blas Piñar alquila uno de sus solares a un puticlub?
—Desde hace años. El club que está en Joaquín Costa. Aquí, en Valencia.
No doy crédito. El presidente de España2oc,o acababa de pronunciar el nombre del más famoso y veterano representante de la ultraderecha española, relacionándolo indirectamente con el negocio de la prostitución. Es mucho más de lo que podía imaginar. Que el presidente y candidato de un partido ultraderechista, que abomina de la inmigración, sea el fundador de una asociación nacional de burdeles es insólito; pero que la familia del «patriarca» de la extrema derecha española se beneficie indirectamente de los ingresos de un prostíbulo es el colmo.
Posteriormente encontraría referencias a este mismo asunto en foros neonazis de Internet como Disidencias, o ultracatólicos, como Foro Tomás Moro. En esos puntos de encuentro de la ciberultraderecha española, el fundador de ANELA no duda en acusar a Blas Piñar de lo mismo que él ejerce.
Por supuesto no bastaba con que José Luís Roberto lo dijese. Su acusación contra Blas Piñar resultaba muy grave. Desde el punto de vista político podría parecer que el líder de España 2000 pretendía desacreditar a su adversario ultraderechista, en la puja por acaparar los votos de la extrema derecha, involucrándolo en el negocio de la prostitución a través de su hermana. Así que el siguiente paso estaba claro. Si el director de Levantina de Seguridad y fundador de ANELA no me había mentido, el local Showgirl, donde las fulanas brasileñas, colombianas, europeas del Este o africanas vendían su cuerpo y su honra a los honrados españolitos blancos, sería propiedad de la hermana de legendario Blas Piñar. Y el único lugar donde podría averiguar irrefutablemente si tal información era cierta es el Registro de la Propiedad de Valencia.
Fueron necesarias muchas gestiones y seguir pistas falsas, con el consiguiente malgasto de tiempo y dinero. Roberto se había equivocado al darme la dirección del burdel. El Showgirl no se encuentra en el no 39 sino en el N. 41 de Joaquín Costa, y lógicamente el apellido Piñar no aparecía en el registro de la propiedad de las fincas del 39. Nuevo viaje a Valencia para comprobar la ubicación exacta del prostíbulo y... Voilá!
Roberto no me había mentido. Según los informes expedidos por el Registro Mercantil de Valencia a mi solicitud, tanto el local del prostíbulo como incluso su pequeño aparcamiento privado de Joaquín Costa no 41 son propiedad «en cuanto a la totalidad en pleno dominio con carácter privativo» de doña María Isabel Piñar López, con DNI 19691...
Al examinar los informes del Registro Mercantil valenciano no pude evitar una sonrisa burlona. Recordé a mis ex camaradas los skinheads, con los que había convivido durante meses, con los que en infinidad de ocasiones había discutido sobre el problema de la inmigración, y a los que había escuchado una y mil veces alabar la lucha contra la «invasión» de los extranjeros que protagonizaban sus líderes políticos de la ultraderecha... ¿Qué pensarán todos ellos al descubrir que los partidos políticos ultraderechistas a los que sustentan con sus votos no sólo no son consecuentes con la ideología que venden a sus jóvenes cachorros neonazis, sino que además se lucran indirectamente con las «negras», «moras», «sudacas» o «judías», a las que supuestamente tanto odian? Como ya expliqué en Diario de un skin y no me cansaré de repetir, al final los neonazis son, tan sólo, una panda de borregos ingenuos manipulados por sus líderes políticos.
En el caso del Showgirl existe un agravante, y es que este club en cuestión se vio en el eje de una compleja operación policial que, en junio de 2003, concluyó con casi una veintena de detenidos en diferentes ciudades españolas. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía adscritos a la Unidad contra Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF) Central y la jefatura Superior de Policía de Valencia, la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Cádiz, la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de Córdoba y la Comisaría Provincial de Huelva desarticularon una red internacional de crimen organizado implantada en Valencia, Huelva, Córdoba y Cádiz, en la que estaba implicado el Showgirl, según me relataría personalmente el jefe de grupo responsable de la operación, en su despacho de la sede central de la Brigada de Extranjería de Madrid.
Las investigaciones comenzaron en noviembre de 2002, a raíz de la denuncia presentada por tres rumanas que alegaban haber sido captadas por las mafias de tráfico de personas, y trasladadas a
Valencia para ser obligadas a prostituirse, en burdeles como el Showgirl, mediante engaños y amenazas. En mayo de 2003 una menor de edad huyó de uno de los clubes valencianos de la red y denunció a la compatriota que la forzaba a ejercer la prostitución, y que resultó pertenecer a la misma organización. A partir de ahí se desata una investigación policial que concluye con la entrada y registro del Showgirl, y de otros pisos y burdeles pertenecientes a la misma red internacional de falsificación y tráfico de seres humanos.
Entre los dieciocho detenidos en la operación, destaca José Benito A. P., nacido en Mañufe (Pontevedra) en 1977, y encargado de controlar a las rameras del Showgirl de Valencia, y del Glamour de Córdoba, a las que amenazaba con armas de fuego, puños americanos y porras eléctricas. Entre ellas varias sudamericanas en situación ilegal, contra las que Blas Piñar o José Luís Roberto podrían proferir todo tipo de improperios en sus manifestaciones políticas y mítines ultraderechistas. Pero a ninguno de ellos les molesta que inmigrantes ¡legales como aquéllas ejerzan la prostitución en burdeles que estén relacionados con ellos o sus familias, aunque para ello las chicas, algunas menores de edad, deban vivir aterrorizadas por individuos como José Benito.
Pero aquello no era todo. Las sorpresas no habían hecho más que comenzar. Al buscar información sobre la fundación de ANELA en la hemeroteca, me encontré con el Boletín Oficial del Estado del jueves 12 de abril de 2001, fecha en que se publica la resolución de la Dirección General de Trabajo sobre la presentación del Acta de Constitución y Estatutos de la Organización Patronal «Asociación de Empresarios de Locales de Alterne» (Expediente N. 7.844). ¿Y quién es, según el BOE, el representante de ANELA encargado de presentar oficialmente a la federación de burdeles? ¡Tachán! Nada más y nada menos que mi viejo y admirado camarada don Eduardo A., alias El Duro, mano derecha de Ynestrillas, líder de Patria Libre y abogado del nazi Pedro Varela, propietario de la legendaria Librería Europa y cofundador de CEDADE. Eduardo A. aparecía repetidamente en el libro y en el documental Diario de un skin, pero en aquel momento no podía suponer que su relación con la federación nacional de prostíbulos me hiciese volver a toparme con él en esta nueva investigación.
Que el organizador de la manifestación contra la inmigración, repleta de skinheads, del día anterior fuese el fundador de una asociación de burdeles, donde el 99 por ciento de las rameras son inmigrantes, era paradójico; que la hermana del ultraderechista español más relevante de la historia moderna se lucrase indirectamente con el burdel Showgirl era contradictorio; pero que hasta el representante de dicha asociación en cuanto a los trámites legales en Madrid fuese el líder de Patria Libre, mano derecha de Ynestrillas y abogado del nazi más famoso de España, resultaba increíble.
En aquel momento de la investigación no podía sospechar que durante mi infiltración me encontraría a famosos empresarios, políticos y presentadores de televisión que también eran propietarios de burdeles españoles. Lo de José Luís Roberto, Blas Piñar o Eduardo A., de todas formas, no es más que un botón de muestra. De todos modos, en cuanto a las ideologías, creo que en Diario de un skin dejé muy claro que los cabezas rapadas son manipulados por sus líderes e ideólogos políticos, con lo que esto no era más que un nuevo ejemplo de su flagrante hipocresía. La consigna era expulsar a los inmigrantes... y fornicar con las inmigrantes. Lo más escandaloso es que muchas de ellas, dominicanas, nigerianas o cubanas, son negras. Me encantaría saber qué opinan las skingir1s sobre esto... ¿0 acaso no mestiza la raza un jerarca ultra cuando se folla a una negra? ¿Se excluye a los líderes de la lucha por la pureza racial? ¿Ejercen estos ideólogos un «derecho de primario» al que son ajenos los skins de base?
En algunos instantes de las entrevistas que concede Roberto no puede evitar que su ideología transpire sobre sus palabras.
—En tiempos de Franco estaban mejor, porque las prostitutas estaban censadas y tenían su correspondiente cartilla sanitaria. Aunque ahora el Senado ha creado una comisión para regular la prostitución, el Parlamento Catalán ha aprobado por el cien por cien un Decreto Ley por el cual se regulan los locales de alterne, el Parlamento Valenciano ya tiene consensuado un borrador de ley, y como un efecto dominó, ya se está trabajando en otras autonomías. Y en ANELA estamos luchando por eso y por conseguir una regularización de la prostitución, similar a la que hay en Alemania u Holanda.
En otro momento de la reunión, José Luís Roberto, que ya está completamente metido en su papel de Secretario General y jefe jurídico de ANELA, intenta demostrarme la magnífica labor social de su asociación, con un ejemplo personal.
—Nosotros estamos ayudando mucho a las chicas. Mira, esta chica es una nórdica que nosotros rescatamos. La habían vendido a una pareja que la puso a trabajar de prostituta aquí en Valencia. La golpeaban, le rompían vasos en la cara y le hicieron de todo...