Los doze trabajos de Hércules (11 page)

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Authors: Enrique de Villena

E en este grand allegamiento los nobles mancebos de noble linaje tenían a grand vergüença que por ellos no fuese puesto remedio. E ofreciéronse de ordenar una grand caça en que los más dellos escogidos armados en sus cavallos serían de las armas que convienen para el tal fecho para matar el dicho puerco por virtud y beneficio de golpes y feridas y seguirlo de los corrientes cavallos fiando en su aya otras vezes provada virtud. Así fue concluydo, aceptado y loado y la caça ordenada. La fama deste fecho se estendía por la provincia mayormente veyendo los grandes aparejos que para esto fazían. Súpolo la virgen Atalante que andava por los montes usándose y deportándose en el venático oficio, por quitar ociosidad de sí y estar apartada de compañía de las gentes a fin y intención de mejor guardar virginidad que a los sus dioses prometido avía. Desta Atalante faze grand mención Sant Gerónimo en el tractado
Contra Justiniano
. Esta virgen fue a aquel allegamiento por ser en la caça del nombrado puerco, y creedera cosa es y razonable que llamada y rogada por los que la caça ordenaron y en ella yr querían, queriendo de la dicha virgen ser acompañados, y ayudados y avisados en y de los lugares y pasos do el dicho usava puerco y do avía mayor lugar y vantaja para lo matar. Ca eran ciertos que ella en esto mejor sabía pues morava en los montes. E andava cada día por aquellos apartados lugares y podía ver y saber y sabía los lugares y mañas de las otras y del dicho puerco y de las cosas que fazía. Así andubieron en uno con la virgen Atalante que los guiava, a los nobles mancebos de Calidonia a las asperas montañas, do más usava el esquivo puerco. El qual sentido el ruydo y estruendo de las nuevas armas, sonidos de los osados mancebos, salió veniendo contra ellos sin temor de la muchedumbre y púsose en medio fendiendo la haz de los cavalleros de aquellos, feriendo muchos con el golpe de sus agudos dientes, espantándose los cavallos de la su venida. E temían las sus feridas y grand parte de fuyr curavan negando obedescer las riendas del cavalgador. E las espuelas sangrientas en la y de la sangre de los cavallos non los podían fazer allegar al sañudo puerco, mayor era el temor por la visión que el dolor por las feridas y sobre mayor que el pujamiento de las espuelas. Ya los mancebos osados eran, ya por sus cavallos destornados que en su ayuda avían traýdo. E maguer el cruel puerco muchas y diversas vezes oviese fecho feridas no se tornava a la espesura de los árboles ni se curava de los coçes de los aquexados cavallos. Tanto los trabajó que los fizo allí parar y mover no se podían. Con todo eso por los cavalleros era reziamente combatido de lanças y espadas. E no el suponteficado cuerpo romper podían ya muchas lanças eran en tierra caýdas pocas armas en las manos de los
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cavalleros [quedavan]
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, grand parte dellos caýdos en tierra y desmembrados por el puerco. E otros se afogavan en la sangre de los cavallos. E los que quedavan querían si ser pudiese de allí lejos estar, conociendo que no avían defendimiento y a la su virtud fallescían armas y aun con todo eso la yra del puerco no era menos que antes. Quantas impiadosas bueltas bozes con profundados gemidos sonavan al cielo invocando [siquier]
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llamando a los inmortales dioses, quanto dolor y cuitas del conocimiento de tanta mancebía que allí era, no pueden los historiales suficientemente o complida por exemplo representar.

Tanto duró este combate que ya el día terminava a su curso y la luz se partía de la tierra, quando la virgen Atalante vio que los dioses que fueron en tanta presura púsose en los mayores peligros, aquella ora animosamente ferió el dañoso puerco de una lança rompiendo ya algund quanto por él el trabajo amollentado cuerpo, faziendo manar la caliente y de los cavallos ya frías que muertos yazían en mestura estraña. Veyendo esto, los valientes mancebos afincaron el cuerpo de muchas feridas. E el çaguero, que le dio el golpe de que murió, fue Hércules que era venido a aquel allegamiento, oyendo que se devía fazer tan osado y valeroso abto. Afirmóse que el consejo de aquesta caça del dicho Hércules salió. E por eso la gloria de aquel vencimiento a él fue dada y contada, pues començó consejando y dando osar y fue fin matando el puerco por quien tanto trabajo avían.

Declaración.

Esta historia introduxeron los poetas que dello fablaron que en parte [m]ás fabulosa que pudiesen mostrar y sacar a los especulativos maternal exemplo por lo qual entiéndesen que el nuestro cuerpo quando se da a deleytes, sin embargo del espíritu se falla así como [en reyno]
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y tierra desierta a su guisa encegándose en las sensuales cosas. Que es puerco que por usança toma tanta de osadía que enbarga las esirituales obras y el uso de razón enajena fasta negar que es materia y asmoso, el espíritu usurpando o tomando sueño [devidamente]
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el oficio de forma activó, sopeando la ánima y desdeñándola. Así que el poco bien que era quedado por la abastança en el mundo, entendido por el Atheleo segund es dicho avía fecho por humildad entonces el iniquo y maligno puerco del cuerpo, sentiendo el espíritu, el nuestro cuerpo no dexa siguiendo sus deleytes y talantes recobra la perdida gracia, aunque por el mundo en sus pompas esa ora embargado sea. Quando el ombre que ha vencido el mundo se esfuerça de crecer [y] poblar de virtudes, porende entonces sienten más fuerte la batalla del puerco, que es el cuerpo que hombre cría estado desierto de virtudes. Contra esto no valen lazos de detenimiento ni valen saetas de reprehendimiento.

Conviene que toda la potencia del ombre se allegue con todas sus fuerças, que son entendidas por los virtuosos y nobles mancebos de Calidonia. E llaman
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a éste el fuerte Hércules, que es la perseverança, confiando en su virtud ya provada vencer el puerco del cuerpo, pues que mató el león del pensamiento entendiendo por la soberbia, segund que es amencionado en el capítulo segundo. E demandaron a esta caça la virgen Atalante, que es entendida por ella la humildad que mora en los desiertos de contemplación, fuyendo a la compañía de las ocupaciones, dada al venático oficio, abominando los vicios y traspasamiento de la ley de Dios, desechando la ociosidad de buenas obras. Esta Atalante sabe los pasos del monte y los pasos y la morada de las fieras conosciendo sus propias culpas y considerando los escondrijos de su pensamiento. Ésta descubre la cueva del puerco por confesión de boca fasta poner y pasar a las otras fuerças. E así van las umanas fortalezas en virtuosa paz cabdilladas por perseverança, entendida por Hércules, y guiadas por Atalante, entendida por humildad.

Entonce el iniquo y maligno puerco del cuerpo se entiende el spíritu que lo contradize, se levanta y sale al camino enflaqueciendo el buen propósito, y rendiendo imposibles las virtudes del bien bevir y spirituales, con los dientes agudos del ábito vicioso llagando los livianos cava[l]los de la voluntad corrientes por el pungimiento de las espuelas del ferviente deseo y reglados y detenidos con las riendas de razón, trayendo sobre sí los spirituales motivos que son cavalleros sobre tales cavallos. Pero tanta es la fuerça que el cuerpo ha cobrado quando mucho tiempo sin contraseguimiento, seguiendo su voluntad, que a los primeros golpes derriba cavallos y cavalleros spirituales, que en otra tentación provara y fueron cavallerilmente esforçados. En esta sazón, son abatidos y más aquexados fasta que quedan pocas fuerças spirituales por vencer las quales llaman a los dioses quexándose y condoliendo de la compañía perdida, a demostrar que sin ayuda de Dios, especia de virtudes humanas y divinas no pueden vencer el cuerpo.

Paren mientes los que esto les paresciere estraño como Sant Pablo que venció el mundo y desechando de sí el diablo por este puerco fue tanto guerreado, paren mientes a Sant Gerónimo que por quarenta años fuyendo a la compañía de los ombres mató al diablo con su eloquencia y sancto fablar esponiendo las escrituras sagradas, quanto fue guerreado deste puerco que ha venido a los postrimeros días de la su vejez y a la flaqueza de los huesos por penitencia. E no dexava este puerco de presentarse las danças que viera de las donzellas en los coros de Roma. Paren mientes como provó el seráphico Sant Francisco que así era junto con pobreza y como toda natura de possessión avía lançado de sí trayéndose deseo de muger y fijos. E otros muchos dignos de grand recordación que sobidos al monte de virtudes no fueron seguros del acometimiento deste puerco, ca mientra le cargara del puerco o cuerpo y lieva no seguros de sus asechanzas. E menos es alguna bastante después de
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la durada batalla llagarlo sino la virgen Atalante, que es profunda humildad que llaga y derriba la osadía del cenoso cuerpo, menospreciando la fuerça, fermosura, industria, composición, durada, agudez, ligereza o compañía, sacándole la su sangre de presunción que lo inflama y pasándole la su yra con la aguda lança de paciencia llagando la su salvaje carne y dando fuerça a las otras spirituales virtudes, así como consejadriz y conservadora de aquellas. Pero por muchos golpes que Hércules con el su duro braço dava a este puerco no rescebía mortal llaga, es a saber, el puerco del cuerpo, maguer sea guerreado y ferido por el spíritu no rescibe mortal golpe sino por la perseverança fasta la fin. Este Hércules lo mató y por esto a él es dada la gloria deste vencimiento. Esto deve ser a perpetua recordación divulgado por que sepan los spirituales onbres cómo y quándo han de matar este nozible puerco.

Verdad.

Fasta aquí he puesto la verdad alegórica y moral significación de la tañida pohesía, pero por que no entiendan los leyentes que sin real historia esto pasase, segund la orden de los otros tiempos la verdad de aquella segund los exponedores lo afirman. Cierto es que fue en Calidonia un grande puerco entre otros muchos, tan grande de cuerpo que jamás en aquella parte nunca tal fue visto, que fazía mucho daño en aquella tierra. E provaron de lo matar muchos singulares della y no pudieron. Antes alguno dellos por el puerco fueron devorados y comidos y los pohetas en sus historias fizieron comparación de la su grandez de los bueyes de Calidonia, que eran mayores. En semejable verdad que fuesen de la casta que Hércules traxo de España, segund es dicho en el décimo capítulo. E veyendo los más valientes mancebos de Calidonia este daño, juntados y juntos fueron por matar este puerco. E fue con ellos la virgen Atalante, segund es dicho que realmente y de fecho fue tal como es puesto de suso. E fallado el puerco defendióse mucho y mató dellos algunos asaz señalados. E la primera persona que lo firió fue la virgen Atalante según en la historia es puesto. E por esto tomaron osadía los mançebos cavalleros y ferieron atrevida y reziamente el puerco. Mas el postrimero que del golpe mortal o de que murió lo llagó fue un cavallero de Calidonia nombrado Meleagro, el qual Boecio en el lugar alegado finge que fue Hércules a mostrar que muchos hércules fueron o muchos cavalleros que así ovieron nombre y cada uno fuerte y así virtuoso cavallero deve y puede ser Hércules llamado. Este Meleagro tajó la cabeça al puerco y diola a la virgen Atalante, que primero lo avía ferido.

Desto ovieron embidia dos cavalleros antiguos tíos de Meleagro que cuydaron aver la honrra de aquel abto por ser antiguos, maguer tanto no oviesen fecho por las manos, avían aquel fecho por consejo en presencia enderesçado y puesto adelante. E quieren dezir algunos que tanta yra concibieron por no levar la mejoría de dar aquel presente a la virgen
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que mataron la dicha virgen y que Meleagro mató los dichos sus tíos. Esto fue recordado por historiales escriptos en loor de Meleagro y segund opinión de Boecio, en loor de Hércules. Es bien verdad aún que Meleagro lo feriese, inflamado de los fechos que Hércules en quitar del mundo las nozibles fieras fizo, se movió y atrevió a matar el dicho puerco. E desta guisa en su manera Hércules fue cabsa y a él los loores darse deven a exemplo de los animosos y valientes cavalleros, acrescentándoles su esfuerço y veyéndolos y amostrando tales y grandes fechos posibles y fazederos.

Aplicación.

La moralidad deste trabajo y su real historia son espejos a todos y quales quier de los estados aquí notados onde verán el camino de bien bevir y mejor acabar. E singularmente faze al estado de solitario, que fue fallado por sojubgar, quanto en esta vida fazer le puede, el cuerpo al espíritu. Ca el cuerpo toma grandes fuerças quando no es quando no es costreñido y retraýdo, si quiere regir sin esta subjugación se rebela y torna con yra porcina, cenosa y inmunda. Pues quien lo quiere acabar y vencer, así como el solitario conviene acorrerse y retraherse a la soledumbre, juntando sus spirituales fuerças, que se derraman en la compañía y uso de las gentes rehezmente, y allí darse a profunda humildad que es conservadora del solitario estado, teniendo en miente que sean regidas sus sanctas inclinaciones cavallerilmente y discreta con perseverança. E por mucho que el cuerpo lo impugne, la humildad lo llaga y fiere y abaxa el su orgullo y enflaquesce la su fuerça, ésta es virgen jamás no corrompida amostrar que las otras virtudes sin ella se pueden viciar reteniendo el primer nombre, faziendo contrarios abtos como prodigalidad que quier ser vista franqueza e por algunos es llamada audacia y fortaleza, crueldad y justicia. E ansí de las otras en su manera. E jamás sobervia no quiere ser vista humildad, ni puede aver este nombre maguer algunas vezes se ascondió so el manto de humildad. En este passo conozcan que los abtos solitarios de fuera no son umiliación. Ca la humildad no tañida ni viciada está en el coraçón bien que muchas vezes se gana por humildades excripciones o abtos y se arrayga en la voluntad onde no era, cresciendo o mejorando en ella. Con ésta ferirán el sobervio cuerpo de soledumbre o de virtuoso espíritu. Batalla es inmortal o questión o debate que no recibe paz, de la qual el apostol ha fecho expresa mención en sus epístolas. Sepan aún qué poco valdría domar el cuerpo por la ferida de humildad sin la perseverança no le montava, continuando de virtud fasta que el spíritu sea suelto de la corporal atadura. En esta guisa avrá el solitario vitoria y vencimiento del puerco calidónico y fecho exemplo a los otros de aquel estado que después seguiéndolo será dina cosa fenchirse en aquel mismo o apescersele en tal abto. Semejable esto faría al estado de muger que considerada la flaqueza de sus fuerças deve tener en miente este puerco no la sobre, estúdianse vençerlo por umildad y matarlo por perse-
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-verança, aviendo paciencia en los reprehendimientos que sus maridos o mayores le farían, guardando [todavía]
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poridad y censeridad virginal o conjugal o vidual segund Dios la disporna fasta que la ánima vença al cuerpo dexándolo muerto en los montes deste mundo. Así de los otros estados podréys ezemplificar por la suscinta o cogida o quedada manera en el reposo de vuestro entendimiento, buscando los grados y propiedades de las semejanças de los otros en este capítulo presentados.

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