Metafísica 4 en 1 Vol.1 (32 page)

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Authors: Conny Méndez

Tags: #Autoayuda, Esoterismo.

Almas valientes y estudiosas como la de nuestro Amado Maestro se encargaron de enseñar la Verdad a través de los tiempos.

El monje Roger Bacon estuvo encarcelado durante catorce años. Fue al fin puesto en libertad, pero murió a los dos años, en el 1294.

Christian Rosenkreutz

Nació en el año 1378, murió en el año 1484.

Alemán, noble, huérfano, fue educado en un Monasterio donde aprendió el latín y el griego.

La religión de Cristo estaba siendo muy mal entendida y pésimamente enseñada. Evidentemente el Adepto venía a enderezar esa carga. A los 17 años se fue del monasterio en compañía de un frater y viajaron a Damasco, a Jerusalén, a Arabia, a Egipto, a Marruecos y a España.

A la gran pena de Christian, su frater murió en Chipre. Sin embargo resolvió continuar viaje solo. Llegando a Damasco se enteró de un círculo secreto de teósofos que habitaban la ciudad de Damcar. Se encaminó hacia ésta dirigido por ciertos árabes. Llegó el día en que cumplía 16 años. Fue recibido graciosamente y le fue anunciado que hacía tiempo que se le estaba esperando. Para comprobarlo, los hermanos le refirieron varias escenas de su vida. Eran expertos en las artes mágicas y el joven decidió permanecer con ellos.

Procedieron de inmediato a iniciarlo en ciencias ocultas. Aprendió el idioma árabe y tradujo el libro “M” al latín. Después de tres años de instrucción mística y de acuerdo con las instrucciones de los hermanos, dejó la ciudad misteriosa y se trasladó primero a Egipto y luego a Fez. Allí se conectó con otros Maestros que le enseñaron la mejor forma de invocar a los espíritus elementales. Terminado su período iniciático en Fez, a los dos años se trasladó a España donde intentó convencer a los doctos del error en que se hallaban, pero los eruditos se rieron de él y le participaron que ellos habían aprendido las “artes negras” con un Maestro muy superior a él, o sea con el propio Satanás en la Universidad de Salamanca.

Lleno de noble indignación se sacudió el polvo de España y fue a otros países donde, lamentablemente, encontró el mismo trato. Al fin se refugió en su país de origen y permaneció allí recluido en la soledad, escribiendo.

Después de cinco años de una vida de ermitaño resolvió que el que ha logrado alcanzar la trasmutación de los metales y la manufactura del elixir de vida, sin duda estaba destinado a un más noble propósito que el de rumiar en la soledad. Por lo menos esas eran las opiniones de los que lo rodeaban. No sabemos las disposiciones de la Jerarquía Cósmica que lo dirigía.

Poco a poco reunió en su contorno los miembros que iban a formar la Orden Rosacruz. Cuando el número llegó a cuatro hermanos, inventaron un lenguaje mágico y un diccionario colmado de la Sabiduría Oculta y titulado TODO LO QUE EL HOMBRE PUEDA DESEAR, PEDIR Y ESPERAR. Tradujo al latín la sabiduría de Salomón, de Moisés y de Enoch y fundó la primera de las Sociedades de la Rosa Cruz, que fue llamada LA CASA DE SANCTUS SPIRITUS.

Cuando ya eran ocho hermanos decidió separarlos para que recorrieran mundo fundando Capítulos de la Orden en ocho diferentes países. Convinieron en que la Orden debería permanecer secreta durante cien años.

A su tiempo C.R.C. murió y fue sepultado en una de las casas secretas de la Orden. Los miembros originales desaparecieron y no fue hasta la tercera generación de sucesores que, durante unas reparaciones, apareció la tumba en una cripta oculta. Estaba inscrita con caracteres mágicos, y según la historia de la Orden, “Iluminada con el Sol de los Magos”.

El cuerpo se encontraba en perfecto estado de conservación, como ocurre con todo iluminado cuyas células limpias se llenan de luz, y por lo tanto no pueden corromperse. En el sarcófago había documentos de gran valor para la Orden, y que esclarecían las confusiones que estaban molestando a los diferentes capítulos, los cuales alegaban que el tal Christian Rosenkreutz era seguramente un impostor o un símbolo, ya que cada Capítulo se consideraba la Casa Original. Uno de los documentos disponía la divulgación de los propósitos de la Orden por medio de una circular invitando a la iniciación a toda persona preparada y sincera.

En el año 1614 los filósofos y alquimistas del pueblo de Cassel en Alemania, fueron sorprendidos por la publicación de un panfleto circular que llevaba el título de FAMA FRATERNITATES, u opinión fraternal de la Meritoria Orden de la Rosa Cruz, dirigida a los eruditos en general y a los cabezas de Gobierno en Europa.

Era un mensaje de algunos Adeptos anónimos profundamente perturbados por la condición de la humanidad, y que ansiaban su regeneración y su perfeccionamiento. Proponía que todos los hombres sinceros se unieran para establecer una síntesis científica para encontrar el sistema perfecto para el desarrollo de las “artes” (ocultas). Abogaba por la terminación de todas las discordias y conflictos entre los intelectuales de la época, y también la disolución de las autoridades con sus teorías anticuadas. Hacía hincapié sobre el hecho de que, así como la religión había sido reformada y aseada, igual destino le correspondía ahora a la ciencia. Proponía que todo esto fuera dirigido por una Hermandad de Iluminados, Hijos de la Luz, quienes habían sido iniciados en los misterios del Oriente por un alto miembro de la Jerarquía de Adeptos, y estaban capacitados para llevar la Era a su Perfección. Esta circular tuvo siete ediciones en tres años.

Christian Rosenkreutz trabajó con los alquimistas por el mismo espíritu que repudia la religión ortodoxa, que huyen de los dogmas y la esclavitud, y viene a implantar la libertad de los Hijos de Dios en alguna forma nueva.

Los hermanos de la Orden Rosa Cruz admitían que el espíritu del fundador estuvo en continuas existencias físicas, tomando un cuerpo nuevo cada vez que sus vehículos habían perdido utilidad, o para cambiar el campo de sus actividades, lo cual concuerda con la comunicación del Maestro Saint Germain respecto a su ocupación de más de cuarenta “Cuerpos Prestados”.

Francis Bacon (1561)

La historia lo declara hijo de Sir Nicolás Bacon y Lady Anne Cooke; pero las murmuraciones de la corte anunciaron que había nacido hijo de Isabel I de Inglaterra y del favorito de los favoritos, Sir Robert Dudley, Conde de Leicester.

Francis Bacon nació en el año de 1561; y hay que recordar primeramente, que el año anterior, o sea en 1560, la reina y Dudley hicieron varios intentos de unirse en matrimonio secretamente. Todos los intentos fracasaban porque la reina dejaba de acudir a las citas clandestinas. En la última de éstas, habiendo ella prometido solemnemente que acudiría, Dudley se cansó de esperar, y ya cayendo la noche, despidió al juez y se disponía a retirarse cuando llegó la reina. Se había apresurado únicamente para decirle a Dudley que la disculpara, pero que inconvenientes insuperables de la Corte le habían impedido cumplir su palabra y lo habían estropeado todo.

La reina entró al coche, blindado de cortinajes, y juntos desaparecieron en la noche. Al día siguiente, como si tal cosa, la reina recibía en su despacho los asuntos de su reino, pero a los pocos meses “surgió” la estratégica moda del talle puntiagudo y rígido como una tabla que bajaba del pecho, entre voluminosos “polissons” de cada lado y sobre las caderas, todo atrevidamente diseñado como para disimular un embarazoso embarazo.

La reina había, al fin y al cabo, desistido de toda idea de matrimonio. Isabel avaloraba demasiado su derecho de reinar a su antojo y sin interferencia, y continuó apodándose “la Reina Virgen”. Para poder continuar esta farsa (en la hipótesis de que el niño Francis fuera de ella), había que entregarlo en adopción a algún cortesano. Más adelante veremos cómo todo iba comprobando la verdad; la Verdad que siempre está a la vista del que “tenga ojos para ver”.

Francis Bacon nació, pues, en el año 1561, como quien dice, por esos mismos días. Resultó ser lo que tenía que ser, un muchacho excepcionalmente inteligente. Entró a la Universidad de Trinity a los doce años de edad y a Cambridge tres años después. No había cumplido los 16 años cuando ya le había tomado aversión a la filosofía de Aristóteles. La encontraba estéril y desprovista de todo lo que pudiera beneficiar prácticamente la vida del hombre.

Al terminar en las universidades, los señores Bacon lo enviaron a París, bajo la tutela del embajador inglés, para estudiar política y diplomacia. Allí se interesó en la ciencia experimental, emitiendo un concepto radicalmente nuevo sobre el objetivo del saber humano, y expresando que en la antigüedad el único fin era el de descubrir nuevos argumentos verbales, en cuanto que la ciencia moderna buscaba vencer y dominar la naturaleza arrancándole sus secretos, no por medio de eternas palabrerías, sino por la experimentación; la unión de la teoría y la práctica; el conocimiento y la técnica. Como verás, era el mismo objetivo que lo impulsaba a través de todas sus vidas. Comenzaba ya a escribir su magna obra, “Instauratio Magno de Dignitatis Scientiarum” destinado a devolverle al hombre su autoridad sobre la materia. El “Hilo de Ariadna” nos sigue señalando el temperamento del Adepto en su costumbre de producir todos sus escritos en latín, y en su empeño de llevar a la humanidad a dominar y a libertarse de toda atadura y represión.

La muerte de Sir Nicolás Bacon lo obligó a regresar a Londres donde encontró que el testamento de su padre le adjudicaba la parte flaca del “hijo segundón”, y lo forzaba a ganarse la vida. Se entregó al estudio jurídico.

Francis Bacon pasó veinticinco años de su vida a la sombra de Lord Burghley, tío de él por parte de su madre, el cual lo obstaculizaba y lo humillaba sistemática y constantemente y en forma tan marcada que daba a pensar que le había sido entregada la tutela del joven para que lo mantuviera, no solamente vigilado, sino dominado y reprimido. Todos los intentos de Francis para lograr su situación apropiada en la corte fueron infructuosos. Se diría que la Reina Isabel no tenía otro empeño que el de un pasado desafortunado. Al fin, tal vez forzado por las habladurías cortesanas y las suposiciones desfavorables para la Reina y su agente Burghley, éste le obtuvo un asiento en el Parlamento; pero toda idea de que pudieran aprovecharlo como instrumento dócil fue disipada. Lo primero que hizo el joven fue colocarse en la oposición contra una petición real que surgió. Esto, por supuesto produjo la desaprobación de la reina y del tío Burghley y no hubo más favores.

Sin embargo resultaba casi imposible reprimirlo, ya que los múltiples talentos de Francis, sus trabajos científicos y literarios, aún en los momentos de mayor lucha contraria, engrandecían su reputación. En 1605 publicó su “Avance del Conocimiento Divino y Humano” que constituía la primera parte de su “Instauratio Magno”, el cual iba a dar al mundo un nuevo sistema de aprendizaje y pedagogía.

Con Francis Bacon comenzó otra vez la Edad Moderna de la Filosofía. Al Organon de Aristóteles, él opuso su Novum Organum. Así como Proclus había restaurado el neo-platonismo, Francis Bacon hizo renacer por cuarta vez en la historia del intelecto humano el platonismo y el neo-platonismo, liberando los intelectos de su tiempo de las discordancias de las teologías aristotelianas. Lord Bacon era Rosacruz. Llegó a ser imperator de la Orden.

La Vox populi continuaba murmurando acerca de Francis Bacon y se aseguraba que las comedias habilísimas que lanzaba un tal William Shakespeare, no eran sino de Francis Bacon.

El que firmaba las obras, o sea el William Shakespeare que en ellas aparece, era hijo de un granjero de Stratford-on Avon. No era exactamente un campesino ya que había desempeñado algunos cargos municipales en dicho pueblo, pero tampoco era persona que pudiera dispensarle a su hijo la suficiente cultura para que éste se expresase en los términos poéticos y eruditos del teatro shakesperiano. Tampoco podría el hijo del granjero conocer la vida cortesana y nobiliaria, ni mover en ella sus personajes con la familiaridad y soltura que evidencian las mencionadas obras.

El William Shakespeare que firmaba las obras se ganaba la vida trabajando de portero en un teatro. Algunas veces, y debido a una emergencia, desempeñaba algún papel insignificante. No es difícil deducir que Francis Bacon aprovechara la amistad para llevar sus obras al teatro, a través de este canal. Son treinta y pico de piezas que traen a la atención una situación humana o social, por las cuales siempre trabajó el Adepto, y por él, Francis Bacon. Treinta y pico de obras que manifiestan una continua corriente de la “Ley de la Vida” que hoy conocemos tan bien. Además, ha sido revelado por los Hermanos Mayores en Metafísica que las obras teatrales de Shakespeare contienen no menos de 500 acrósticos del nombre “Francis Bacon” y también un código cifrado aparece en una de las obras, el cual divulga la Instrucción Interior de una Escuela Iniciática de la cual Francis Bacon era miembro. Sea dicho de paso que este señor es autor de un Código Cifrado que es aún hoy en día la autoridad mundial.

A la muerte de la reina Isabel de Inglaterra ascendió al trono el rey James I, lo cual desalojó automáticamente la resistencia contra Francis Bacon, y éste fue nombrado procurador. De allí, a fiscal de la corona, a Lord guardián del Sello Real, y de allí a Canciller, todo en menos de once años, además de que simultáneamente le fue otorgado el título de Lord Verulam, y tres años más tarde el de Vizconde Saint Albans. (¡Oh Ariadna!).

Los envidiosos andaban muy industriosos. Lo atacaron, lo calumniaron y lograron encarcelarlo en la Torre de Londres. Bacon era defensor de la política del rey, y los amigos que habían servido a Isabel hubieran preferido verlo en el mismo plano humilde en que ella lo había mantenido. El rey lo liberó y lo exculpó, pero Bacon se retiró a la vida privada donde continuó escribiendo su “Instauratio Magno” y las comedias de condiciones sociales que había que corregir.

El “hilo de Ariadna” nos lleva hasta la Iglesia de San Miguel de Verulam, en la catedral de Saint Albans, donde se dice que fue enterrado el cadáver de Francis Bacon, pero que la murmuración asegura que no existe, ¡ni jamás existió un cuerpo en esa tumba!

En un Plano de Conocimiento mucho más profundo, vamos a comentar la encarnación del Adepto en el cuerpo de Francis Bacon.

Primeramente, todo niño trae en sus electrones, estampado un número, o la frecuencia vibratoria, o sea SU ecuación. Esta rata vibratoria se repite en los sonidos que componen su nombre y apellido. Para nada cuenta la “coincidencia” en el nombre que la madre desee ponerle al niño. Es su vibración la que se graba en la mente de la madre y la obliga a escoger el nombre que le corresponde a ese niño, en esa encarnación. Si por alguna circunstancia el nombre es cambiado por el padre, o los familiares, el niño sufre y sufrirá toda su vida, de múltiples tropiezos, de frustraciones y desarmonías entre su sendero y su carácter o temperamento. A veces constituye esto un grave atraso para el individuo. Con frecuencia la persona se cambia de nombre y logra restituir su encarnación al carril que le corresponde para cumplir su destino.

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