El joven Lennon (18 page)

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Authors: Jordi Sierra i Fabra

Tags: #Relato, #Biografía

Los deseos de John de ser un buen padre y conseguir que la maldición de los Lennon cesara se vieron truncados por el éxito de los Beatles. De 1963 (año del nacimiento de Julian) a 1968 (año del divorcio de sus padres), John y los Beatles vivieron la locura de su apoteosis, y Julian pasó los primero cinco años de su vida sin apenas ver a su padre. La intimidad de John y Cynthia sufrió el mismo golpe. En 1968 John conoció a Yoko Ono, una artista japonesa, ocho años mayor que él, y los dos se enamoraron de una forma absoluta. El suyo fue un amor que habría de pasar a la historia.

Yoko Ono hizo que John alcanzara su auténtica madurez. Era la primera persona en muchos años que le trató como a un ser de carne y hueso, no como un mito o un dios. A partir de aquí John comenzó a romper con su pasado: primero fue Cynthia, su novia de la adolescencia; después cambió su nombre, legalmente, dejándose de llamar John Winston Lennon para ser John Ono Lennon. En 1969 John y Yoko se casaron en Gibraltar.

Menos de un año después, con Paul McCartney también casado, los Beatles dejaban de existir como grupo.

Desde su matrimonio con Yoko, y más especialmente desde la libertad individual ganada con la separación de los Beatles, John Lennon se abrió a sus infinitas posibilidades como ser humano, favorecido, cómo no, por su fama y su riqueza. Las tres constantes que marcaron su vida fueron su amor por Yoko, la paz y su propia evolución humana y moral, evolución que pasó necesariamente por la estabilidad de todas la pequeñas y grandes lagunas existentes en su vida. El caso de su paternidad fue el más básico y ejemplar. No podía pagar los errores cometidos con su hijo Julian, ni redimirle, ni volver atrás para recuperar el tiempo perdido, pero deseó con todas sus fuerzas un hijo que le resarciera, que le permitiera, cuando menos, sentirse completo como padre. Yoko Ono tuvo una serie dramática de abortos, hasta que en 1975 los dos pudieron completar su más anhelado sueño: el mismo día que John cumplía treinta y cinco años, el 9 de octubre, y también el mismo día que John conseguía la ciudadanía americana, después de una larga lucha, nacía Sean Ono Lennon. Durante los últimos años John había vivido en Nueva York, con una orden de expulsión de Estados Unidos pesando sobre su cabeza, porque el Gobierno no quería darle un visado permanente ni concederle la ciudadanía americana. ¿Motivo? La militancia política de John en favor de la paz. El pulso llegó a enfrentarle a la mismísima Casa Blanca, y a su inquilino de entonces, el presidente Nixon, contra el que John había luchado apoyando a los demócratas en las elecciones anteriores. La paz y sus ideales eran ya por entonces un horizonte perpetuo en la vida de John y de Yoko.

Nada más nacer su hijo Sean, John cumplió su palabra y dejó de grabar discos. Renunció a ser un
rock star
. En 1977 Yoko y él, con Sean, viajaron al Japón, donde pasaron un tiempo. Fue entonces cuando dijo por primera vez en una rueda de prensa que estaba retirado, y que no volvería a grabar ni a cantar hasta que hubiese completado personalmente la educación de Sean, lo más importante para él. Lamentando siempre no haber sido un buen padre para Julian, se dispuso a sacar de su segunda oportunidad el mayor partido posible. En Nueva York mantuvieron una plácida existencia, rota de vez en cuando por alguna de sus locuras. Locuras tales como enviar semillas de árboles a los principales dirigentes políticos del mundo o como alquilar vallas publicitarias en los suburbios de las ciudades más conflictivas para desear felices navidades a los humildes, aquellos de los que nadie se acordaba; locuras como hacer donaciones cuantiosas de dinero a entidades benéficas, o regalar al cuerpo de policía de Nueva York chalecos antibalas con los que proteger sus vidas. Por entonces, su frase «Dad una oportunidad a la paz» ya era histórica.

En 1980, cuando Sean cumplió cinco años, Lennon aceptó grabar un disco. El número cinco parecía fatídico en la «maldición Lennon»: Alfred Lennon entró en el orfanato a los cinco años, Julian contaba cinco años cuando su padre lo abandonó al divorciarse de Cynthia. Se cumplía la primera etapa. Se sentía feliz, responsable, y de nuevo lleno de cosas que contar y que cantar. Era su vuelta a la actividad, aunque no a la locura del mundo de la música.

En diciembre de 1980 se publicó
Double fantasy
, grabado por él y por Yoko Ono. John Lennon había vuelto.

A las once de la noche del día 8 de aquel diciembre, en España cuatro de la madrugada del día 9, un loco solitario, supuestamente fanático de John, y de nombre Mark David Chapman, de veinticinco años de edad, le disparó a quemarropa un cargador en el vestíbulo del Edificio Dakota de Nueva York, su casa.

El hombre que destinó parte de su vida a la causa de la paz, que amó al mundo y supo crear uno de los sueños más hermosos de la historia, cayó de esta forma, víctima de la violencia inútil del siglo XX.

El futuro había terminado.

Y una pequeña acotación…

POR lo general, los libros suelen presentarse al comienzo, en una introducción aclaratoria o un bosquejo de intenciones previas. En este caso, por la singularidad del tema, he creído más oportuno dejarlo para el final, una vez leída y asimilada la obra. No hay en ello otro deseo que permitir una entera libertad en el ánimo de cualquier lector, conocedor o desconocedor de la historia de John Lennon o los Beatles, para enfrentarse a sus propias conclusiones, si es que éstas son necesarias.

Hay mucho escrito sobre los Beatles, antes y después de convertirse en el grupo más famoso de todos los tiempos, y mucho en torno a John Lennon, que por un azar del destino se transformó con su absurda muerte en el primer mártir de la
Era Rock
. Pero cuanto se escriba o se diga jamás hará tanta justicia como los hechos que conforman cada premisa de la historia. Para mí, la clave de lo que fue y representó Lennon reside en lo que sucedió después de su muerte, porque ello dio el definitivo valor a su vida. Cuando al domingo siguiente a su asesinato. Nueva York entero, y el medio millón o más de personas reunidas en el Central Park especialmente, guardó diez minutos del silencio más impresionante que se recuerda en la babel de los rascacielos, de la misma forma que el resto del mundo mantuvo también a las doce del mediodía esos diez minutos de silencio por John y por la paz, por el amor y contra la violencia, algo comenzó a cambiar. Ningún hombre había conseguido nunca algo así, ni vivo ni muerto. Un planeta callado durante diez minutos, por toda la música que un solo ser había sido capaz de dar, y con ella…

Para una generación moría un sueño, desaparecía una ilusión. Muchos nos dimos cuenta de que la juventud quedaba definitivamente atrás. La frase más famosa del mayo del 68 francés, «La imaginación al poder», era plasmada por el horrible martilleo de los disparos que habían acabado con toda posibilidad de fantasía.

Quedaba, eso sí, la esperanza inquebrantable de un eterno futuro.

Con el que comenzar siempre.

Y con el que recordar.

Frente a lo mucho que hay escrito de John Lennon, como beatle, como cantante y artista individual, y como símbolo de muchas cosas, nadie ha hablado jamás de la etapa más crucial en muchas vidas humanas: la adolescencia, el tiempo que va de los catorce a los dieciocho años y que suele, en muchos casos, marcar nuestra vida. Así que ésa ha sido mi intención: desvelar la verdad de un tiempo remoto, apenas conocido, y ahondar en la semilla del Lennon joven, tal vez mucho más importante que la de los otros Lennon: artista, hombre, músico, leyenda, héroe.

Las dificultades, paralelas a la investigación, proceso de datos y análisis en la confección de esta obra, han residido principalmente en las contradicciones existentes en algunas fechas históricas. Sin embargo, creo que en un mundo que pierde constantemente su identidad, los hechos, aquello que conforma la historia, son lo importante. Poco importa que haya dudas en torno al año en que John y Paul se conocieron, cuando en cambio sí es cierto que fue un 15 de junio en el
pic-nic
de Woolton, y que Iván Vaughan fue el que los presentó. Poco importa la mística del proceso evolutivo hasta presentarse en La Casbah, año que también es objeto de dudas, cuando se sabe que fue un 29 de agosto. Los historiadores dudan en lo más fundamental, lo que debería ser evidente, el año, mientras que saben muy bien las fechas. Curioso. Me he atenido a lo que generalmente se da como válido.

Mi intención, frente a la dificultad de precisar fechas y de concretar datos, los muchos puntos oscuros y olvidados del pasado, ha sido la de dejar prevalecer el germen de una realidad global y de un desarrollo afín a ella. La palabra más aproximada para definir lo que representa todo ello es «voluntad». Yo llamaría a esta historia una «épica romántica», o vuelo imaginario por el cielo de una historia verdadera. Sólo la dramatización de cada escena es parte del escritor. El fondo auténtico, la verdad, subsisten, y los hechos fueron tal y como aquí han sido descritos. Los nombres de los personajes son también reales. Las cuatro constantes de la adolescencia y la vida de John Lennon son las que han dado forma a las cuatro partes de este libro: Liverpool (el entorno), Quarrymen (la música), Julia (el drama personal) y Beatles (el sueño hecho realidad).

El resto…

Todo cuanto John Lennon hizo en su vida se gestó en esos años clave. Todo lo que fue o no fue, pudo ser o acabó siendo, surgió aquí. Posiblemente por esta razón la adolescencia de John no deja de ser la adolescencia de todos.

El sueño mágico que se hizo realidad.

La épica de la fantasía convertida en épica de la vida.

Deseo agradecer a todos los personajes reales de esta obra el uso que hago de sus nombres, y pedir perdón por las palabras que no fueron y han sido escritas, tanto como por las que fueron y no lo han sido. Obviamente la realidad siempre es otra cosa, aunque nunca llegue a saberse si mejor o peor. El tiempo, la dimensión de la historia, la pérdida de las referencias y la pátina de los recuerdos, es la curva final que tensa el arco cuya flecha acaba de convertirse en libro. El simple poder de este trabajo reside en el intento, mi intento, por acercar una dimensión humana al mundo que gozó con la música surgida de ella.

Los Beatles nacieron discográfica y popularmente en 1962, pero antes, en 1940, había nacido un niño llamado John Winston Lennon, y en 1955 ese niño dejó de serlo para hacer de su adolescencia una maravillosa aventura.

Por encima y por debajo de miserias y glorias, tragedias y éxitos, ésa fue la mejor de las realidades.

En 1971, John Lennon cantaba en
Imagine
(Imagina):

«Imagínate que no hay cielo,

es fácil si lo intentas.

No hay infierno bajo nosotros,

sobre nosotros sólo firmamento.

Imagínate toda la gente viviendo para hoy…

Imagínate que no hay posesiones,

me pregunto si podrás.

Sin necesidad de codicia ni hambre,

una hermandad de hombres.

Imagínate toda la gente

compartiendo todo el mundo.

Dirás que soy un soñador,

pero no soy el único.

Espero que algún día te unas a nosotros.

Y el mundo será sólo uno.»

Valió la pena.

Vallirana, julio-agosto de 1985.

Jordi Sierra i Fabra

JORDI SIERRA I FABRA (Barcelona, 26 de julio de 1947) es un escritor español, que destaca por la variedad de temáticas y registros en su narrativa. En los últimos 25 años sus obras de literatura infantil y juvenil se han publicado en España y América Latina. También ha sido un estudioso de la música rock desde fines de los años 60. Ha sido fundador y/o director de numerosas revistas, como
El Gran Musical
,
Disco Exprés
,
Popular 1
,
Top Magazine
,
Extra
y
Súper Pop
, esta última ya en 1977, cuando había dejado la música por la literatura. También ha escrito varios cuentos para pequeños, como
Teo en la playa
,
Teo en el monte
y varios libros de
Caillou
.

Autor precoz, comenzó a escribir a los 8 años y a los 12 escribió su primera novela larga, de 500 páginas. En 1970 abandonó los estudios para trabajar como comentarista musical profesional. En 2009 superó los 9 millones de libros vendidos en España. Tiene una extensa obra que en 2010 alcanza los 400 libros escritos y ha obtenido multitud de premios por su obra en castellano y en catalán, y a ambos lados del Atlántico. Muchas de sus novelas han sido llevadas al teatro y algunas a la televisión.

En 2004 creó la
Fundación Jordi Sierra i Fabra
en Barcelona, destinada a promover la creación literaria entre los jóvenes de lengua española. Cada año convoca un premio literario para menores de 18 años. El mismo 2004 impulsó la
Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra para Latinoamérica
con sede en Medellín, Colombia, que atiende a más de cien mil niños y jóvenes cada año.

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