C
AMPBELL
: Y esto es de los Upanishads hindúes, sobre el siglo VIII a.C.: «En el comienzo, había sólo la gran conciencia reflejada en la forma de una persona. En el reflejo, no encontró nada más que a sí misma. Entonces su primera palabra fue: "Esto soy"».
M
OYERS
: Génesis 1: «Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó. Varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios; y díjoles Dios: "Creced y multiplicaos"».
C
AMPBELL
: Escucha esto, de una leyenda de los bassari, en África Occidental: «Unumbotte hizo un ser humano. Su nombre era Hombre. Unumbotte después hizo un antílope, llamado Antílope. Unumbotte hizo una serpiente, llamada Serpiente… Y Unumbotte les dijo: "La tierra todavía no ha sido apisonada. Debéis apisonarla hasta que quede bien lisa allí donde os sentáis". Unumbotte les dio semillas de toda clase, y les dijo: "Plantad esto"».
M
OYERS
: Génesis 2: «Y fueron acabados los cielos y la tierra y todo su ornamento. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo, y reposó ese día de toda la obra que había hecho».
C
AMPBELL
: Otra vez cito a los indios pima: «Hice el mundo, y he aquí que el mundo está acabado. Así es que hice el mundo, y acabado está el mundo».
M
OYERS
: Génesis 1: «Y vio Dios todo lo que había hecho y he aquí que era bueno en gran manera».
C
AMPBELL
: Y de los Upanishads: «Entonces advirtió: Yo, en realidad, yo soy esta creación, pues yo la hice brotar de mí mismo. De ese modo él se volvió la creación. Verdaderamente, el que sabe esto se vuelve en esta creación un creador».
Esta es la clave. Cuando sabes esto, es que te has identificado con el principio creativo, que es el poder de Dios en el mundo, vale decir en ti. Es hermoso.
M
OYERS
: Pero el Génesis continúa: «"¿Has comido del árbol del que yo te prohibí que comieses?". Y el hombre respondió: "La mujer que me diste por compañera me dio fruta del árbol, y yo comí". Entonces Dios dijo a la mujer: "¿Qué es lo que has hecho?". Y dijo la mujer: "La serpiente me engañó, y comí"».
Empezó muy temprano eso de pasarse las culpas.
C
AMPBELL
: Sí, y se ensañaron con las serpientes. La leyenda bassari sigue por el mismo camino: «Un día Serpiente dijo: "Nosotros también deberíamos comer de estos frutos. ¿Por qué pasar hambre?". Antílope dijo: "Pero no sabemos nada sobre este finito". El hombre y su esposa tomaron el fruto y lo comieron. Unumbotte bajó del cielo y preguntó: "¿Quién ha comido el fruto?". Respondieron: "Nosotros". Unumbotte preguntó: "¿Quién os ha dicho que podíais comer de ese fruto?". Respondieron: "La Serpiente"». Como ves, en buena medida se trata de la misma historia.
M
OYERS
: ¿Cómo lo interpretas? Me refiero al hecho de que en estas dos historias los actores principales acusan a otro de haber sido el iniciador de la Caída.
C
AMPBELL
: No sólo eso, sino que es la serpiente. En ambas historias la serpiente es el símbolo de la vida que se desprende del pasado y sigue viviendo.
M
OYERS
: ¿Por qué?
C
AMPBELL
: El poder de la vida hace que la serpiente se desprenda de su piel, como la luna de su sombra. La serpiente se desprende de su piel para volver a nacer, como la luna de su sombra para renacer también. Son símbolos equivalentes. A veces la serpiente es representada por un círculo comiéndose su propia cola. Es una imagen de la vida. La vida se desprende de una generación a otra, para volver a nacer. La serpiente representa la energía y conciencia inmortal comprometida en el campo de batalla del tiempo, rechazando siempre la muerte y volviendo a nacer. Hay algo extraordinario, asombroso en la vida, cuando la ves bajo esa luz. Y por eso la serpiente transporta en sí tanto la fascinación como el terror de la vida.
Además, la serpiente representa la función primaria de la vida, que es principalmente comer. La vida consiste en comerse a otras criaturas. No se piensa en eso cuando se está ante una apetitosa comida. Pero lo que estás haciendo es comer algo que poco tiempo antes estaba vivo. Y cuando miras la belleza de la naturaleza, y ves los pájaros picoteando… están comiendo cosas. Ves las vacas pastando, están comiendo cosas. La serpiente es un canal alimentario viajero, poco más. Y te da esa sensación primordial de rechazo, de la vida en su cualidad más primaria. Con ese animal no hay razonamiento posible. La vida vive matándose y comiéndose a sí misma, desprendiéndose de la muerte y renaciendo, como la luna. Es un misterio que estas formas simbólicas y paradójicas tratan de representar.
Ahora bien, a la serpiente, en la mayoría de las culturas, se le da una interpretación positiva. En la India, hasta la serpiente más venenosa, la cobra, es un animal sagrado, y el Rey Serpiente mitológico sólo es inferior al Buda. La serpiente representa el poder de la vida comprometida en el campo del tiempo, y de la muerte, pero eternamente vivo. El mundo no es más que su sombra, la piel que cae.
También en las tradiciones de los indios norteamericanos se veneraba a la serpiente. Se la consideraba una potencia importante con la que más valía trabar amistad. Entre las tribus suroccidentales, los hopi, por ejemplo, tienen la danza de la serpiente, en la que se ponen serpientes en la boca y traban amistad con ellas y luego las devuelven a las montañas. Las serpientes son devueltas para llevar a las montañas el mensaje humano, así como antes han llevado el mensaje de las montañas a los humanos. La interacción de hombre y naturaleza queda ilustrada en esta relación con la serpiente. Una serpiente fluye como agua, y por eso es acuosa, pero su lengua despide, continuamente, fuego. De ahí que tengas el par de opuestos unidos en la serpiente.
M
OYERS
: En la historia cristiana la serpiente es la que seduce.
C
AMPBELL
: Eso equivale a un rechazo a la afirmación de la vida. En la tradición bíblica que hemos heredado, la vida es corrupta, y todo impulso natural es pecado salvo que esté circuncidado o bautizado. La serpiente fue la que trajo el pecado al mundo. Y la mujer fue la que le entregó la manzana al hombre. Esta identificación de la mujer con el pecado, de la serpiente con el pecado, y por ello de la vida con el pecado, es el giro peculiar que le ha dado a toda la historia el mito bíblico y la doctrina de la Caída.
M
OYERS
: ¿La idea de la mujer como pecadora aparece en otras mitologías?
C
AMPBELL
: No, no la he visto en otra parte. Lo más cercano sería quizás Pandora con su caja, pero ahí no se trata de pecado sino sólo de problemas. La idea en la tradición bíblica de la Caída es que la naturaleza, tal y como la conocemos, es corrupta, el sexo en sí es corrupto, y la hembra como epítome del sexo es corruptora. ¿Por qué les estaba prohibido a Adán y Eva el conocimiento del bien y el mal? Sin ese conocimiento, seríamos como niños todavía en el Edén, sin ninguna participación en la vida. La mujer trae la vida al mundo. Eva es la madre de este mundo temporal. Antiguamente tú tenías un paraíso de sueños allá en el Jardín del Edén: sin tiempo, sin nacimiento, sin muerte… sin vida. La serpiente, que muere y renace, desprendiéndose de su piel y renovando su vida, es el señor del árbol central, donde se reúnen el tiempo y la eternidad. En realidad, es el dios primordial del Jardín del Edén. Yahvé, el que entra con el fresco de la noche, es apenas un visitante. El Jardín es el hogar de la serpiente. Es una historia muy, muy vieja.
Tenemos sellos sumerios del año 3500 a.C. mostrando la serpiente, el árbol y la diosa, esta última dándole el fruto de la vida a un hombre. Aquí está presente la vieja mitología de la diosa.
Ahora bien, hace muchos años vi una cosa fantástica en una película sobre una sacerdotisa de un culto de serpientes en Birmania, que tenía que producir lluvia para su pueblo subiendo por un sendero de montaña, llamando a una cobra para que saliera de su guarida y besándola tres veces en la nariz. Ahí estaba la cobra dadora de vida, dadora de lluvia, como una figura divina positiva, no negativa.
M
OYERS
: ¿Cómo explicas la diferencia entre esa imagen y la imagen de la serpiente en el Génesis?
C
AMPBELL
: En realidad hay una explicación histórica basada en la llegada de los hebreos a Canaán y su dominación del pueblo cananeo. La divinidad principal de este pueblo era la Diosa, a la cual está asociada la serpiente. Es el símbolo del misterio de la vida. Pero el grupo orientado hacia el dios masculino lo rechazó. En otras palabras, hay un rechazo histórico de la Diosa Madre implícito en la historia del Jardín del Edén.
M
OYERS
: Se diría que esta historia les ha hecho daño a las mujeres al colocar a Eva como responsable de la Caída. ¿Por qué se considera a las mujeres responsables de la Caída?
C
AMPBELL
: Las mujeres representan la vida. El hombre no entra a la vida si no es por una mujer, y es la mujer la que nos trae a este mundo de pares de opuestos y sufrimiento.
M
OYERS
: ¿Qué trata de decirnos el mito de Adán y Eva sobre los pares de opuestos? ¿Cuál es el sentido?
C
AMPBELL
: Todo empezó con el pecado… o, dicho de otro modo, empezó al salir de la zona mitológica y onírica del Jardín del Paraíso, donde no hay tiempo y donde hombres y mujeres no saben siquiera que son diferentes entre sí. Los dos son sólo criaturas. Dios y el hombre son prácticamente lo mismo. Con el fresco dei atardecer Dios entra en el jardín donde están ellos. Y después comen la manzana, el conocimiento de los opuestos. Y cuando descubren que son diferentes, el hombre y la mujer cubren sus vergüenzas. Ves, no habían pensado en sí mismos como opuestos. Macho y hembra es una oposición. Otra oposición es humano y divino. Bueno y malo es una tercera oposición. Las oposiciones primordiales son las sexuales y la que hay entre humanos y Dios. Después viene la idea de bien y mal en el mundo. Y así es como Adán y Eva se ganaron la expulsión del Jardín de la Unidad Intemporal, podría decirse, sólo por el acto de reconocer la dualidad. Para salir al mundo, tienes que actuar a partir de los pares opuestos.
Hay una imagen hindú que muestra un triángulo, que es la Diosa Madre, y un punto en el centro del triángulo, que es la energía de lo trascendente entrando al terreno del tiempo.
Y de este triángulo salen parejas de triángulos en todas direcciones. Del uno salen dos. Todas las cosas en el campo del tiempo son pares de opuestos. Este es el paso de la conciencia, desde la conciencia de la identidad a la conciencia de la participación en la dualidad. Y entonces ya estás en el campo del tiempo.
M
OYERS
: ¿La historia está tratando de decirnos que, antes de lo que sucedió en este Jardín para nuestra destrucción, había una unidad de la vida?
C
AMPBELL
: Es una cuestión de planos de conciencia. No tiene que ver con nada que haya pasado. Está el plano de la conciencia donde puedes identificarte con lo que trasciende los pares de opuestos.
M
OYERS
: ¿Que es…?
C
AMPBELL
: Innombrable. Innombrable. Es trascendente a todos los nombres.
M
OYERS
: ¿Dios?
C
AMPBELL
: «Dios» es una palabra ambigua en nuestra lengua, porque parece referirse a algo que es conocido. Pero lo trascendente es incognoscible y desconocido. Dios trasciende, en última instancia, a todo lo que lleve el nombre «Dios». Dios está más allá de los nombres y formas. Meister Eckhart dijo que la última y más alta elección es dejar a Dios por Dios, dejar tu idea de Dios en favor de una experiencia de lo que trasciende todas las ideas.
El misterio de la vida está más allá de todas las concepciones humanas. Todo lo que sabemos está dentro de la terminología de los conceptos del ser y el no ser, múltiple y único, verdad y mentira. Siempre pensamos en términos de opuestos. Pero Dios, lo último, está más allá de los pares de opuestos, eso es todo lo que puede decirse de él.
M
OYERS
: ¿Por qué pensamos en términos de opuestos?
C
AMPBELL
: Porque no podemos pensar de otro modo.
M
OYERS
: Es la naturaleza de la realidad en nuestro tiempo.
C
AMPBELL
: Es la naturaleza de nuestra
experiencia
de la realidad.
M
OYERS
: Hombre-mujer, vida-muerte, bien-mal…
C
AMPBELL
: …yo y tú, esto y aquello, verdad y mentira… todo tiene su opuesto. Pero la mitología sugiere que más allá de esa dualidad hay una singularidad sobre la que aquélla juega como un juego de sombras. «La eternidad está enamorada de los productos del tiempo», dice el poeta Blake.
M
OYERS
: ¿Qué significa que «la eternidad está enamorada de los productos del tiempo»?
C
AMPBELL
: La fuente de la vida temporal es la eternidad. La eternidad se derrama a sí misma en el mundo. Es la idea mítica básica del dios que se multiplica en nosotros. En la India, el dios que yace en mí es llamado el «habitante» del cuerpo. Identificarse con ese aspecto divino e inmortal de uno es identificarse uno mismo con la divinidad.
Ahora bien, la eternidad está más allá de todas las categorías del pensamiento. Este es un punto importante en todas las grandes religiones orientales. Queremos pensar en Dios. Dios es un pensamiento. Dios es un nombre. Dios es una idea. Pero su referencia es a algo que trasciende todo pensamiento. El misterio definitivo del ser está más allá de todas las categorías del pensamiento. Como lo dijo Kant, la cosa en sí misma no es cosa alguna. Trasciende la categoría de cosa, va más lejos de cuanto pudiera ser pensado. Las mejores cosas no pueden decirse porque trascienden el pensamiento. Las segundas en importancia son malentendidas, porque son los pensamientos que se supone que se refieren a las que no pueden ser pensadas. Las terceras más importantes son aquellas sobre las que hablamos. Y el mito es ese campo de referencia a lo que es absolutamente trascendente.