Yo estas cosas las veía en\1«\2»\3en la Televisión. Nunca creí que las vería en realidad.
«Ahí les va su despedida»… Y nos golpearon como si estuvieran quebrando piñatas.
«¡Al Consejo Nacional de Huelga lo vamos a pasar por las armas por traición a la Patria!»…
¡Cuidado, no muevas la camilla, la herida está en el vientre!.
Quedaron tirados en el suelo entre girones de ropa y plantas machucadas muchos zapatos, sobre todo de mujer: mudos testigos de la desaparición de sus dueños.
Los tanques permanecieron muchos días en Tlatelolco… Aquello parecía un campo de batalla…
Quinientas mujeres fueron a la Cámara de Diṕutados a pedir que saliera el ejército de Taltelolco. Portaban cartelones protestando por el allanamiento de morada.
Mientras tanto, en todas parte había una romería de gente buscando a sus muertos o a sus heridos. Sólo en la Tercera Delegación nos mostraron 30 cadáveres. En las Cruces y en los hospitales había más..
¿Quién ordeno esto? ¿Quién pudo ordenar esto? Esto es un crimen.
En vez de meter a los bandidos explotadores a la cárcel, México mete a su juventud.
El doctor Eli de Gortari, profesor universitario, y el editor Manuel Marcué Pardiñas, exdirector de
Politica
, revista de oposición…
Tres líderes del Consejo Nacional de Huelga: Cabeza de Vaca, de la Escuela de Agricultura de Chapingo, Félix Lucio Hernández Gamundi, del Politécnico y Luis González de Alba, de Filosofía y Letras de la
UNAM
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