La profecía de Orión (25 page)

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Authors: Patrick Geryl

Tags: #Ensayo, #Ciencia

Al ver lo que ha sucedido, esta teoría no es confiable ahora. También, el ciclo de las manchas solares puede ser más largo o más corto, resultando en una coincidencia «máxima» de la fecha predicha por los mayas y los antiguos egipcios. Es una prueba suficiente para no desechar la antigua sabiduría de estos científicos extraordinarios. Sabemos acerca del ciclo de las manchas solares mucho menos que los atlantes. Durante miles de años ellos lo estudiaron, aplicando una teoría que ningún moderno experto en temas solares conoce. Basándose en esa teoría pudieron predecir con toda exactitud el comportamiento del Sol. Como puede observar en este libro, los mayas y los antiguos egipcios tenían números extremadamente precisos con respecto al tiempo que tarda la Tierra para realizar una revolución alrededor del Sol. Si usted posee una exactitud tan increíble, no tendrá ningún inconveniente en calcular el tiempo de rotación de los campos magnéticos del Sol. Una vez sabido esto, luego de una larga investigación, se puede desvelar el ciclo de las manchas solares. Es así como lo hicieron ellos, y es así como tendremos que hacerlo nosotros otra vez. El problema es que sólo disponemos de una cantidad limitada de datos. Existe la posibilidad de que esto no sea suficiente para adquirir los conocimientos teóricos necesarios que permitan recalcular la fecha del final del mundo que fue predicha. En todo caso, comenzaré mostrando cómo los atlantes adquirieron sus conocimientos.

La teoría estremecedora

Astrónomos y físicos aún no tienen explicaciones para el ciclo de las manchas solares, pero los sacerdotes que estudiaron las «combinaciones matemáticas celestiales» descubrieron unos pocos fenómenos. Al cabo de muy largos períodos de observación, notaron que las manchas solares se movían por el ecuador, con un tiempo promedio de 26 días. Hasta los polos, el tiempo promedio se torna más largo. También descubrieron que el tiempo requerido por las manchas solares para moverse desde un punto al otro, varía junto con el ciclo de las mismas. Cuando se produce una mancha solar mínima, las manchas se mueven con mayor lentitud encima del Sol. De todas estas observaciones, ellos extrajeron una teoría. El código principal fue redescubierto en 1989 por el investigador Maurice Cotterell, quien empleó números redondos para los campos magnéticos del Sol: 26 días para el campo ecuatorial y 37 días para el campo polar. Comenzando por estos números, halló un ciclo de manchas solares de 68 302 días. Esto está descripto en profundidad en su libro
The Mayan Prophecies [Las profecías mayas]
, para el cual utilizó diferenciales y un programa de computación que denominó «diferenciación rotativa». A fin de simplificar este tema, hizo uso de una comparación, la cual se basaba en una indicación aleatoria de los campos magnéticos del Sol y de la Tierra, con un período intermedio de 87,4545 días. Este fue escogido porque los campos polar y ecuatorial del Sol terminan un ciclo común cada 87,4545 días y regresan al punto de partida. Equiparó un ciclo con un bit y obtuvo un resultado sensacional, pues había un claro ciclo rítmico en la larga impresión de la computadora. Cotterell vio que esto era semejante al conocido ciclo de las manchas solares; en consecuencia había hallado una relación entre la teoría y la realidad. Es necesario enfatizar aquí que ninguno de los astrónomos conoce dicha teoría. Por eso nadie en la Tierra está consciente de los efectos catastróficos de una completa oscilación de los campos magnéticos del Sol. Repito: ¡ninguno de los científicos oficiales conoce dicha teoría! Por eso, la advertencia de los mayas y los egipcios debe ser considerada con toda seriedad. El hecho de que los mayas estaban conscientes de esta teoría es estremecedor.

«¿Por qué?», se preguntará usted. Bueno, no existe una solución matemática simple para calcular este ciclo. Soy consciente, gracias a los papiros que tienen más de 5000 años de antigüedad, de que los egipcios eran capaces de calcular problemas matemáticos extremadamente difíciles. Los mayas deben haber tenido la misma capacidad.

He aquí tan sólo un ejemplo de un problema difícil que los egipcios podían resolver: calcule el volumen y la superficie de media esfera. Este problema se halla en el papiro Rhind, el cual se encuentra en Moscú. Su antigüedad estimada es de 5000 años y fue copiado de documentos más antiguos todavía. Cuando vi el problema me quedé sin aliento. ¡No era tan simple! Necesité mi libro de matemática espacial para resolver el problema e incluso me tomó dos horas refrescar mi memoria, para comprender los cálculos, una vez que los hube leído.

Esta es otra prueba de que los egipcios sabían mucho más de lo que los egiptólogos quieren admitir. Más aún, gracias a que el Códice Dresden y el zodíaco astronómico egipcio fueron descifrados, hallé la evidencia de que ambas civilizaciones conocían el ciclo de las manchas solares. Esta es una clara muestra de que estaban en condiciones de hacer el trabajo, y una prueba incondicional de que los mayas y los egipcios tienen el mismo origen, y de que eran brillantes matemáticos y astrónomos que superan a los astrónomos actuales. Ejemplo de esto es el hecho de que el campo polar del Sol es invisible desde la Tierra. Sólo los satélites que están en la órbita alrededor del Sol pueden verlo. El gran misterio es cómo hicieron los mayas para averiguar la velocidad de este campo… ¡y tengo muchas preguntas de índole similar!

Para ambos pueblos, el ciclo de las manchas solares era un tema central en su forma de vida, y esto no es difícil de creer cuando uno toma conciencia de que una tormenta solar gigantesca, proveniente de un punto culminante en el ciclo de las manchas solares, hará oscilar los campos polares de la Tierra. La catástrofe asociada con esto seria la muerte de miles de millones de personas, probablemente toda la humanidad, debido a la destrucción de las plantas nucleares, a causa de los enormes terremotos. La Tierra se convertiría en una inmensa pelota radiactiva, inhabitable para el hombre. Estos pensamientos deberían ser suficientes para que tomemos conciencia y comprendamos que es urgente realizar excavaciones en el laberinto, donde quedaron enterrados todos los conocimientos.

Los conocimientos perdidos y los códigos redescubiertos

Muchos problemas hallarán su solución en las secretas habitaciones del laberinto. Para calcular el ciclo de las manchas solares se requiere un serio conocimiento de las matemáticas, y no es tarea fácil. También son necesarios conocimientos específicos del movimiento de la Tierra alrededor del Sol, de matemática espacial, medición exacta del tiempo y matemática integral. El hecho extraño es que ellos poseían todas estas aptitudes, pero debían mantenerlas en secreto. Sólo los sacerdotes iniciados en los textos sagrados poseían estos conocimientos. Para otros, todo estaba oculto en el misterio. De ahí que esto no nos facilita nuestro trabajo. Un código determinado está escondido detrás de cada número o carácter. El significado de esto y cómo interpretarlo requiere extrema paciencia y tenacidad. Sin estas dos cualidades, no es posible descifrar sus importantes mensajes codificados. Es interesante saber que ellos siempre trabajaban con los mismos números sagrados.

Figura 37
. La velocidad de los campos magnéticos del Sol: 26 días en el ecuador y 37 en los polos.

«Siga intentando» es el mensaje; la única manera de hallar las respuestas, mientras no poseamos los datos del laberinto. Si volvemos a hacer cálculos y «pensamos en otras estimaciones matemáticas» sobre el ciclo de las manchas solares, encontraremos muchos mensajes codificados que resultan interesantes. Divida el ciclo teórico de Cotterell sobre las manchas solares, por los períodos de rotación de los campos magnéticos del Sol, y hallará el número de ciclos por los que pasan los campos magnéticos, en un ciclo de 68 302 días o 187 años:

68 302 ÷ 26 = 2627

68 302 ÷ 37 = 1846

Al restar estos números, se obtiene la cantidad de veces que el campo ecuatorial alcanza el campo polar: 2627 - 1846 = 781. Esto nos conduce a diferentes conexiones. Para calcular cuándo un campo alcanza al otro, haga los siguientes cálculos sencillos:

2627 ÷ 781 = 3,36363636

1846 ÷ 781 = 2,36363636

Explicación: cuando el campo polar ha viajado el 2,3636 de un círculo, es alcanzado por el campo ecuatorial. Este último ha viajado un círculo más, o 360 grados. Esto es exactamente después de 87,4545 días y coincido con el ciclo que Cotterell calculó. Es asombroso que en ambos campos se produzca el número infinito 0,36363636. Aquí radica el origen de los 360 grados:

  1. Cuando estudié matemáticas no comprendía por qué un círculo consta de 360 grados y no de 100. Al observar estos números se tornó claro para mí: ¡su origen está en el cálculo del ciclo de la mancha solar!
  2. Otra decodificación explicó que los egipcios y los mayas calculaban la diferencia de grados por los que los campos viajaban (360) y la usaban en el ciclo de precesión que duraba 25 920 años (25 920 = 72 x 360). Esto prueba incontestablemente el origen de los 360 grados.
  3. Después de un ciclo de 87,4545 días, se produce una diferencia de 360 grados. Ocho de estos ciclos forman un miniciclo en los cálculos de Cotterell, dando como resultado el siguiente número de grados: 360 x 8 = 2 880. Este número aparece en distintos cálculos; es una parte esencial. Aquí se encuentra el origen de este número. Usando los tiempos entre los cataclismos anteriores ¡es posible calcular el ciclo sotíaco (de Sothis = Sirio) con la ayuda del número 2880!
  4. Luego, la serie infinita 0,36363636 aparece varias veces en el Códice Dresden, convirtiéndose en el código crucial de Venus. Y se torna más complejo todavía. Los números de los códigos multiplicados por 36 arrojan nuevas combinaciones que conducen a más revelaciones del Códice Dresden y del zodíaco egipcio.

Recompensa de $ 25 000

La situación es sumamente seria. Los mayas entendieron una teoría ¡que los astrónomos modernos no conocen! Nadie me creería de no estar completamente seguro de esto, por lo tanto, ofrezco una recompensa de $ 25 000 a la primera persona que pueda demostrar que los astrónomos conocen la teoría del ciclo de las manchas solares de Maurice Cotterell (ver:
The Mayan Prophecies [Las profecías mayas]
). Para cobrar su dinero, deberá enviar a mis editores, la revista científica sobre astronomía donde esta teoría haya sido publicada por astrónomos oficiales. Sólo se permitirán trabajos científicos anteriores a julio de 2001 y quedan excluidas las publicaciones que estén fuera de las obras científicas astronómicas oficiales.

Después de este ofrecimiento, espero que me crea cuando digo que hablo en serio.

16

CATÁSTROFES, TORMENTAS SOLARES Y LA PRECESIÓN DEL ZODÍACO

Este capítulo es extremadamente importante. Muestra un vínculo matemático irrefutable entre el ciclo de las manchas solares y la precesión (cambio) del zodíaco. En un momento sabrá hacia dónde nos conduce todo esto, pero primero, debe observar algunos pequeños cálculos matemáticos; nada difícil. Hice estos cálculos numerosas veces y no me produjeron ningún colapso mental, por lo tanto, usted no tiene nada que temer. Como me pasó a mí, se topará con varios números asombrosos que no podrá ignorar. Empecemos ahora mismo.

Primero, debe recordar que cada campo magnético del Sol tiene una velocidad de órbita diferente. La rotación en los polos es más lenta que en el ecuador. El campo ecuatorial rota alrededor de su eje en 26 días, el polar, en 37. Al cabo de 87,4545 días, el campo más rápido del ecuador alcanza al campo polar. En ese período, el campo ecuatorial ha viajado 3,363636 partes de un círculo, y el polar, 2,363636; la diferencia es exactamente un círculo de 360 grados.

«No tan difícil», le oigo pensar. Bueno, entonces continúo con mi historia. Si leyó el capítulo en el cual se descifra el código del zodíaco, debe saber que la Tierra se desplaza 3,33333 segundos por año en el zodíaco. Ahora le pido que multiplique ese número por sí mismo: 3,33333 x 3,33333 = 11,11111. Este es el tiempo promedio del ciclo de una mancha solar. Cada 11 años, el ciclo de la mancha solar sube y baja, va desde un punto alto a uno bajo. Nuevamente, esto no es una coincidencia. En cálculos posteriores, logré descifrar varios códigos con este número, el cual demostró que mi búsqueda iba bien. Si se multiplica este número importante por el número de los ciclos de rotación de los campos magnéticos del Sol, se obtienen los siguientes resultados sorprendentes, y en verdad, quiero decir sorprendentes:

3,363636 x 11,11111 = 37,37373737

2,363636 x 11,11111 = 26,26262626

Por cierto, vuelven a aparecer los periodos de rotación, pero revertidos en comparación con la cantidad de círculos que se ha viajado. Se obtienen dos series infinitas de 37 y 26. Los lectores inteligentes se darán cuenta de lo siguiente: esto significa que, si conoce el período del campo magnético del ecuador, puede calcular la velocidad del campo polar, usando el cuadrado del número de precesión. Y por supuesto, puede hacer lo mismo, pero al revés.

Bueno, me quedé sin habla. No soy capaz de expresarlo con mayor precisión. Es una extraordinaria conexión matemática, donde la coincidencia está absolutamente —repito, absolutamente—, fuera de toda discusión. Es parte de un «plan maestro», un programa de computación muy sofisticado, que derrota al más moderno
software
, en su belleza y complejidad. Usted no puede ignorarlo. Sólo trate de hacer algo como esto. Este es su punto de partida: incorpore los dos campos magnéticos del Sol, los cuales son la piedra angular del ciclo de las manchas solares, con su periodo promedio. Si le preguntara esto a un astrónomo, él lo miraría con desesperación y no contestaría su interrogante. Peor aún. No podría estar en condiciones de brindar un modelo matemático, porque no sabe las fórmulas que conocían los mayas y los egipcios. Estas series de complejos datos astronómicos asombran a todo el mundo. Y demuestran incondicionalmente la inteligencia de aquellos que crearon estas teorías. Así como el descubrimiento de la piedra Rosetta indujo el comienzo de la egiptología, esta manera de decodificar causará una revolución en el conocimiento de la antigüedad. Es un vínculo crucial con la existencia de nuestra civilización. En cierto modo, estas cifras tienen una numerología esotérica. Como puede ver, son números esenciales que pueden procesarse en componentes básicos. Cuando están procesados, a su vez, ellos nos conducen a los mismos números que son una mezcla de combinaciones del más alto orden, dando como resultado una fuente de información para los que se dedican a esto, es decir, los expertos en números.

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