Aún hay más. Sus números encendieron mi curiosidad y, por deducción, hallé números de códigos de la astronomía de precesión. Mis hallazgos han demostrado que existe un código oculto lleno de claves y de matemáticas inconfundiblemente inteligentes. Emite señales sobre referentes de tiempo específicos, que vinculan el pasado con el presente y el presente con el futuro. Al decodificarlo, se determinó que un ciclo de precesión es de alrededor de 25 920 años al principio. Con este razonamiento, se puede demostrar que ellos sabían que cuando la precesión cambia a 25 776 años, el fin de un ciclo se aproxima, ¡y esto es lo que sucede ahora!
Más adelante veremos que los textos funcionan como el
software
para los acontecimientos reales y los monumentos como el
hardware
. Teniendo esto en cuenta, decodificamos el código más valioso del
Libro de los Muertos
. La precesión es muy importante en esto, por lo tanto, no sobrestime tales hallazgos porque todos digan lo mismo: el fin de un gran ciclo está muy próximo. ¡Sólo nos quedan unos pocos años!
En otras palabras, utilizaron sus mitos como vehículos de información técnica específica y fueron capaces de transmitirnos esa información. Lo que los motivó era lógico, es decir, la supervivencia de la raza humana. Casi todo lo que sabían que tenía importancia provenía de las estrellas. Estaban sumamente preocupados por la astronomía y le prestaban una inmensa, firme y minuciosa atención a las estaciones, los solsticios y equinoccios. Esos olvidados Newtons y Einsteins estaban obsesionados con las medidas, las cuentas y los números, codificándolos en sus mitos. Los colocaron en poderosos números astronómicos y de nosotros depende «explicar» la codificación de la precesión de los equinoccios.
Nuestros principales descubrimientos son los siguientes: Un ciclo completo de precesión de 25 920 años nunca existe. A mitad de camino del ciclo, el mismo es abruptamente quebrado. Cuando un ciclo alcanza los 25 776 años de precesión, tomará la otra dirección, entonces el Este se convertirá en el Oeste y viceversa. Este mecanismo explica el desplazamiento de los polos y la destrucción de la Atlántida, y nosotros seremos destruidos por el mismo mecanismo. Para comprender esta decodificación, vea también los otros capítulos; es la misma matemática e igual de simple (vea el Capítulo 23, El Códice Dresden Decodificado).
La precesión y el campo magnético
Los científicos concuerdan en que la precesión afecta nuestro campo magnético. Lo están estudiando intensamente y muchos convienen en que la intensidad del campo magnético aumenta y declina en un ciclo. Y sabemos que la precesión cambia junto con el campo magnético. Durante los últimos 2000 años, la fuerza del campo bipolar —mantenga la respiración— ha decaído en un 60%. Esto significa que estamos experimentando un precursor de un nuevo intento de reversión, y podría suceder en cualquier momento. Normalmente, la intensidad magnética decae de manera gradual, pero hacia el final cae como una piedra. Robert Coe averiguó que el campo magnético de la Tierra se había revertido a una tasa sorprendentemente rápida de ocho grados por día (o más rápido), del mismo modo que una lamparita de luz brilla con menos intensidad si gira la perilla que regula la luz. Luego, como un reóstato gigante encendido, vuelve a brillar. Pero el Norte se convierte en el Sur y viceversa. En medio de esto, fluctúa notablemente. En la publicación
Nature
, Coe dijo: «Se produjeron rápidas fluctuaciones, muchas veces, durante la reversión». Y más adelante especula: «Es probable que una actividad aumentada del campo magnético externo… del Sol, produzca los saltos de alguna manera». («Nueva evidencia del cambio extraordinariamente rápido del campo geomagnético durante una reversión».
Nature
, 20 de abril de 1995).
Con esto en mente, es bueno saber que este día se aproxima en forma acelerada. Según sea hacia dónde se incline la Tierra, el mundo se inundará y la mayoría de los animales y personas se ahogará de manera catastrófica. Se lee en la obra
Visud-dhi-Magga
, libro de la antigua India: «… hay siete eras; cada una de ellas está separada de la anterior por una catástrofe mundial». Más aún, leemos que el libro fue escrito para preservar y transmitir la sabiduría del mundo antediluviano.
Lo mismo puede decirse de los textos Edfú. Reymond, en su magistral estudio denominado
Mythical Origin of the Egyptian Temple [Origen mítico del templo egipcio]
, confirma:
El tono general del registro, aparentemente transmite la visión de que un mundo antiguo fue destruido y, como un mundo muerto, llegó a ser la base de un nuevo período de creación, que al principio fue la recreación y la resurrección de lo que una vez había existido en el pasado.
Los textos Edfú afirman repetidamente que los «Seguidores de Horus» tenían el conocimiento, la sabiduría procedente de una época previa de la Tierra. Es esto lo que estamos decodificando en este preciso momento.
El ciclo del cataclismo
Es asombroso e increíble que los egipcios y los atlantes conocieran el número 25 776. ¡La astronomía moderna y supersofisticada supo de él hace apenas unos años! Sólo eso ya clarifica lo minuciosamente precisos que eran en sus observaciones. Y por añadidura, sabían cómo procesar sus resultados de manera brillante en una simple serie de números. Estos existen para advertirnos del juicio final que se avecina. El número comprueba que:
La gran pregunta ahora es por qué. Bueno, estimado lector, a esta altura ya debe saber la respuesta. En el capítulo sobre el gran cataclismo que golpeó a la Atlántida, usted leyó que los sacerdotes pudieron predecir el desastre. En
Sing-li-ta-tsiurn-chow
, que es una antigua enciclopedia china, leemos: «… en una convulsión general de la naturaleza, el mar es sacado de su lecho, las montañas saltan desde el suelo, los ríos cambian su rumbo, los seres humanos y todo lo demás está arruinado, y los antiguos trazos son borrados».
¡De esto trata la ciencia! Una feroz actividad volcánica, destructivos terremotos, una ola gigantesca, la destrucción de los continentes, etc., son el resultado de acontecimientos que fueron predichos por estos números. Los egipcios describieron varias catástrofes en su historia y la periódica reconstrucción de su mundo. Por lo tanto, sus mitos tienen que ver con hecatombes como el Diluvio. Pero las «eras» que terminan en catástrofe y destruyen una gran parte de la humanidad, se deben a la precesión de los equinoccios. Obviamente, ellos asignaban gran importancia a esto. Cada civilización que esté familiarizada con los números debería hallarse en condiciones de decodificar este mensaje de la antigüedad. «Debería» digo claramente, porque no siempre resulta así de simple. Pasé meses devanándome los sesos antes de poder hallar estos códigos, e incluso entonces me situé al comienzo de la historia. ¡Y la precesión del zodíaco con el ritmo del paso de un caracol es la clave! Con certeza pude llegar a las siguientes conclusiones:
Figura 17
. El zodíaco
Con estas conclusiones en mente, empecé a trabajar. Pero ¿dónde buscar? Me fijé en las distintas duraciones de los signos del zodíaco. En la actualidad, contamos con períodos iguales para cada era, pero los atlantes no. Para ser precisos, deberían haber tomado el número 25 920 dividido por 12 = 2160 años, mas este no era el caso para los atlantes. Mi intuición me dijo que ahí era donde debía mirar. Los sabios de la antigüedad habían puesto un «esquema de computación» en sus códigos. Yo estaba seguro de eso, sólo era cuestión de hallarlo y así me pondría en contacto directo con ellos. Logré descifrar una parte de la increíblemente larga serie de números que describen el caos mundial venidero. Lo leerá en el próximo capítulo. Si puede dividir, sumar, restar y multiplicar, con seguridad le será factible seguir mis cálculos. Pero no olvido que sólo encontré una parte de ello. Otros, seguro, podrán hallar mucho más. ¡Los recibiré con los brazos abiertos!
LA DURACIÓN DE LAS DIVERSAS ERAS
Actualmente se calcula que una era dura unos 2148 años en su constelación. Los atlantes lo calculaban de manera diferente. Sabían que los signos estelares no tenían los mismos tamaños y, por lo tanto, empleaban periodos diferentes. Con ayuda del libro
Le Grand Cataclysme
, pude hallar ocho eras con sus respectivas duraciones:
La duración de las diversas eras también fue distinta para los egipcios, siendo la diferencia entre el ciclo más largo y el más corto, de 720 años.
Si miramos el zodíaco, advertiremos que Aries y Tauro están uno al lado del otro y tienen la misma duración, es decir, 2304 años. Lo mismo ocurre con Géminis y Cáncer, y con Leo y Virgo. Puesto que el signo de Acuario está junto al de Piscis, también tienen la misma duración: 2016 años. Otro tanto ocurre con Escorpio; como está junto a Libra, se deben contar 1872 años. El ciclo completo abarca 25 920 años.
Series numéricas zodiacales
La duración de las diferentes eras puede anotarse en una serie específica de números, ¡y no existe otra posibilidad!
Figura 18
. El zodíaco de los egipcios.
Yo hallé esta serie luego de haber restado el período más corto del más largo (2592 - 1872 = 720). Eso es diez veces 72. Luego de hacer algunos cálculos me di cuenta de que otras restas también arrojaban múltiplos de 72. Colocándolos en orden de mayor a menor y siguiendo los múltiplos de 72, obtuve:
2592 - 1872 = 720 = 72 x 10
2592 - 2016 = 576 = 72 x 8
2304 - 1872 = 432 = 72 x 6
2304 - 2016 = 288 = 72 x 4
2016 - 1872 = 144 = 72 x 2
El número 432 tiene una posición central y es igual a 1/6 de la duración del zodíaco. 4320 x 6 = 25 920 ; debe multiplicarlo por seis porque al lado de 432 se encuentra la serie 72 x 6.