Lestat el vampiro (70 page)

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Authors: Anne Rice

»"En realidad, no se trataba más que de un demonio vulgar, de esos cuyas tropelías oye uno comentar en cualquier época y lugar. Uno de esos que trastorna durante un tiempo a los que viven en determinado sitio, que a veces entra en el cuerpo de algún inocente y ruge por boca de éste con voz estentórea, y puede obligar a su víctima a mascullar procacidades y proposiciones carnales a quienes la rodean. ¿Sabes a qué me refiero?”

»Asentí. Le dije que siempre se oyen historias así. Se decía que uno de tales demonios había poseído a una virgen vestal en Roma. Esa muchacha empezó a hacer proposiciones obscenas a todos los que la rodeaban, mientras su rostro se volvía morado debido al esfuerzo, y luego se desvaneció. Pero, al despertar, el demonio había desaparecido misteriosamente.

»—Yo pensé —le dije— que la muchacha estaba loca. Que, digámoslo así, no era la persona indicada para ser una virgen vestal...

»—¡Por supuesto! —exclamó mi interlocutor con una voz cargada de ironía—. Yo también lo habría pensado, y casi cualquier hombre inteligente que recorre las calles de Alejandría sobre nuestras cabezas.

Pero tales historias surgen y desaparecen. Y, si por algo son notables, es porque no afectan al curso de los acontecimientos humanos. Esos demonios pueden perturbar una familia, alguna persona en concreto, pero luego caen en el olvido y volvemos a estar como al principio.

»—Exactamente.

»—Pero ahora entiende que te estoy hablando de un Egipto remotísimo. Eran tiempos en que el hombre se ocultaba del trueno o comía el cuerpo de los muertos para absorber su espíritu.

»—Entiendo —asentí.

»—Y este buen rey Enkil decidió dirigirse personalmente al demonio que había entrado en casa de su mayordomo. Aquel ser, anunció, estaba privado de armonía. Por supuesto, los magos reales le suplicaron que les permitiera ocuparse de la expulsión del demonio, pero éste era un rey que buscaba el bien para todos. Tenía el ideal de que todo lo existente se uniera en la bondad, de todas las fuerzas confluyendo en el mismo rumbo divino. El le hablaría a aquel demonio, trataría de reconducir su poder, por así decirlo, para el bien de todos. Y únicamente si no lo conseguía, consentiría en que el demonio fuera expulsado.

»"Y así el rey entró en la casa de su siervo, donde los muebles volaban de una pared a otra, y las jarras se rompían y las puertas batían solas. Y empezó a hablar con aquel demonio y a invitarle a responder. Todos los demás huyeron del lugar.”

»"Toda una noche pasó antes de que saliera de la casa embrujada y, cuando lo hizo, explicó cosas sorprendentes”

»"—Estos demonios son infantiles y estúpidos —explicó a sus magos—, pero he estudiado su conducta y he descubierto la razón de que demuestren esa rabia. Están furiosos por no tener cuerpo, por no tener sentidos como los nuestros. Obligan a la inocente víctima a gritar porquerías porque los ritos del amor y de la pasión son cosas que no tienen modo de conocer. Pueden hacer moverse las partes del cuerpo pero no habitan en ellas realmente, y por eso están obsesionados con la carne que no pueden invadir. Y usan sus débiles poderes para hacer volar objetos y para obligar a sus víctimas a retorcerse y dar saltos. Este anhelo de ser carnales es el origen de su furia, la demostración del sufrimiento que es su destino.”

»"Y tras estas piadosas palabras, se dispuso a encerrarse de nuevo en la casa endemoniada para aprender más cosas. Pero esta vez su esposa se interpuso en su camino. No estaba dispuesta a permitir que volviera con los demonios. Le dijo al rey que se mirara en el espejo. En las escasas horas que había pasado a solas en la casa, había envejecido considerablemente. Y, cuando vio que no podría hacerle desistir, se encerró en la casa con él, y todos los que esperaban fuera escucharon el estruendo del interior temerosos de que, en cualquier momento, se oyera también a la pareja soltando alaridos o rugiendo como posesos. El ruido de las estancias interiores resultaba alarmante. Empezaron a aparecer grietas por las paredes.”

»"Como la vez anterior, todos huyeron, salvo un reducido grupo de hombres interesados. Estos hombres habían sido enemigos del rey desde el principio del reino. Eran viejos guerreros que habían conducido las expediciones de Egipto en busca de carne humana y que ya estaban hartos de la bondad del rey, de la Buena Madre, de los cultivos y de todo lo demás. Estos hombres vieron en aquella aventura espiritista no sólo una muestra más de la vana necedad del rey, sino una situación que, pese a todo, les proporcionaba una buena oportunidad.

»"Al caer la noche, se introdujeron en la casa. Eran hombres intrépidos, como lo son los ladrones de tumbas que saquean las sepulturas de los faraones. Tenían fe, pero no la suficiente para poner coto a su codicia.”

»"Y cuando vieron a Enkil y Akasha juntos en medio de la estancia por la que volaban los objetos, se les arrojaron encima y apuñalaron una y otra vez al rey como vuestros senadores romanos apuñalaron a César. Y también acuchillaron a la reina, la única testigo. Y el rey exclamó al verse herido”

»"—¡No! ¿No comprendéis lo que habéis hecho? ¡Habéis abierto a los espíritus un camino por el que entrar! ¿No lo entendéis?”

»"Pero los hombres huyeron, seguros de la muerte del rey y de la reina, que yacía arrodillada y sostenía en sus manos la cabeza de su esposo. Ambos sangraban por más heridas de las que uno podría contar.”

»"A continuación, los conspiradores incitaron al pueblo. Que todo el mundo supiera que el rey había sido muerto por los espíritus, anunciaron, añadiendo que hubiera debido dejar los demonios a sus magos, como habría hecho cualquier otro rey. Y, portando antorchas, todos acudieron a la casa endemoniada que, de pronto, había quedado en absoluta calma.”

»"Los conspiradores urgieron a los magos a entrar, pero éstos tenían miedo.”

»"—Entonces, entraremos nosotros y veremos qué ha sucedido —resolvieron los malvados, y abrieron las puertas.”

»"Allí estaban el rey y la reina, contemplando tranquilamente a los conspiradores. Todas sus heridas estaban curadas, sus ojos despedían una luz espectral, su piel tenía un tenue resplandor blanquecino y su cabello poseía un brillo esplendoroso. La pareja salió de la casa mientras los conspiradores huían aterrados, despidió a la multitud y a los sacerdotes y regresó sin acompañantes al palacio.”

»"Y, aunque no se lo confiaron a nadie, supieron qué les había sucedido. A través de las heridas, el demonio había penetrado en ellos en el instante en que la vida mortal iba a escapárseles. Pero fue la sangre lo que impregnó aquel demonio en el momento crepuscular en que el corazón casi se detenía. Tal vez era aquélla la sustancia que siempre había buscado en su rabia ciega, la sustancia que había intentado obtener de sus víctimas en sus arrebatos, pero que nunca había conseguido porque no lograba infligir suficientes heridas a su víctima sin que ésta muriese. Pero ahora estaba en la sangre, y ésta no era meramente el demonio, ni tampoco la sangre del rey y de la reina, sino una combinación de lo humano y lo demoníaco que constituía algo completamente distinto.”

»"Y lo único que quedó del rey y de la reina fue lo que aquella sangre podía animar, lo que podía impregnar y reclamar para sí. Sus cuerpos estaban muertos a todo lo demás, pero la sangre fluía por sus cerebros y sus corazones y sus pieles y, gracias a ello, la inteligencia del rey y de la reina permaneció viva. Sus almas, si lo prefieres, sobrevivieron, pues las almas residen en esos órganos, aunque no sepamos la razón. Y, aunque la sangre del demonio no tenía voluntad propia, carácter propio que el rey y la reina pudieran percibir, el rojo líquido potenció sus mentes y sus voluntades, fluyendo por los órganos que crean el pensamiento. Y añadió a las voluntades sus propios poderes puramente espirituales, de modo que el rey y la reina podían escuchar los pensamientos de los mortales y percibir y comprender cosas que estaban vedadas a los mortales.”

»"En suma, el demonio había dado y había tomado, y el rey y la reina eran Seres Nuevos. Ya no podían comer alimentos, ni crecer, ni morir, ni tener hijos, pero podían sentir con una intensidad que los aterró. Y el demonio obtuvo lo que buscaba: un cuerpo en el cual vivir, una vía para estar por fin en el mundo, un modo de sentir.”

»"Pero después llegó otro descubrimiento aún más espantoso: que debía mantener animados aquellos cuerpos muertos, que la sangre debía recibir su alimento. Y lo único que podía similar para su uso era la misma sustancia de la que estaba hecha. De sangre. ¡Que penetrara más sangre! ¡Que más sangre recorriera cada rincón de aquellos cuerpos en los que disfrutar de tan maravillosas sensaciones! Su sed de sangre era insaciable.”

»"El demonio les tenía sometidos. Los dos reyes eran Bebedores de la Sangre. Nunca sabremos si el demonio supo de ellos, pero el rey y la reina sí se dieron cuenta de que tenían el demonio dentro y no podían librarse de él y de que morirían si lo hacían, pues sus cuerpos estaban muertos. Y supieron al instante que aquellos cuerpos muertos, animados como estaban por aquel fluido demoníaco, no podían soportar el fuego ni la luz del sol. Por una parte, parecían frágiles flores blancas que el calor diurno del desierto podía marchitar y ennegrecer. Por otra, la sangre de su interior parecía ser tan volátil que herviría con el calor, destruyendo así las fibras por las que corría.”

»"Se ha dicho que, en esos primeros tiempos, no podían soportar ninguna iluminación brillante, que incluso un fuego cercano podía hacer que su piel humeara.”

»"En todo caso, representaban un nuevo orden de seres y sus pensamientos correspondían a su condición, y los reyes trataron de entender las cosas que veían, las situaciones que les afectaban en su nuevo estado.”

»"No están registrados todos los acontecimientos. No existe nada en la tradición, tanto escrita como oral, acerca de cuándo escogieron por primera vez trasmitir la sangre, o de cómo determinaron el modo en que debe realizarse: vaciando de sangre a la víctima casi hasta el momento crepuscular previo a la muerte, o de lo contrario la sangre demoníaca insuflada en él no podría adueñarse del cuerpo.”

«"Sabemos, en cambio, por la tradición no escrita, que el rey y la reina trataron de mantener en secreto lo que les había sucedido, pero su ausencia durante el día despertó sospechas entre el pueblo pues les impedía asistir a las ceremonias religiosas en la tierra.”

»"Y así sucedió que, antes de poder llegar a conclusiones más claras, tuvieron que conducir a las masas a un culto a la Buena Madre bajo la luz de la Luna.”

»"Con todo, no pudieron protegerse de los conspiradores, que seguían sin entender su recuperación y trataron de deshacerse de ellos nuevamente. El ataque llegó pese a todas las precauciones y la fuerza de los reyes se demostró abrumadora para los conspiradores, en quienes sembró el pánico el hecho de que las heridas que lograban infligirles curaran milagrosamente al instante. Al rey le cercenaron un brazo y se lo volvió a poner en el hombro; el miembro revivió y los conspiradores huyeron.”

«"Gracias a estos ataques, a estas batallas, entraron en posesión del secreto no sólo los enemigos del rey, sino también los sacerdotes.”

»"Y ya nadie quiso destruir al rey y a la reina; al contrario, quisieron tomarles prisioneros y obtener de ellos el secreto de la inmortalidad. Trataron de tomar su sangre, pero sus primeros intentos fracasaron.”

»"Los que bebieron no llegaron al borde de la muerte y por ello se convirtieron en criaturas híbridas, medio dioses y medio hombres, y murieron de terribles maneras. Pero algunos lo lograron. Quizá vaciaron sus venas primero. No hay registros al respecto. Pero en épocas posteriores, éste ha sido siempre un modo de conseguir la sangre.”

»"Tal vez la Madre y el Padre decidieron tener compañía de su especie. Quizá por soledad y miedo, decidieron transmitir el secreto a los mortales de temple en quienes pudieran confiar. Tampoco de esto hay constancia. Sea como fuere, pasaron a existir otros Bebedores de la Sangre, y el método para crearlos acabó por conocerse.”

»"Los papiros nos cuentan que la Madre y el Padre trataron de triunfar en su adversidad. Trataron de encontrar una razón a lo sucedido y se convencieron de que aquella intensificación de sus sentidos debía ponerse al servicio de algo bueno. Al fin y al cabo, la Buena Madre había permitido que todo aquello sucediera, ¿verdad?”

»"Era preciso santificar y contener en el misterio lo sucedido o, de lo contrario, Egipto se convertiría en una raza de demonios Bebedores de Sangre que dividirían el mundo en los que beben la sangre y los que sólo son alimentados para entregarla, una tiranía que, una vez establecida, nunca más podría ser rota con la sola fuerza del hombre mortal.”

»"Así, los buenos reyes escogieron el camino del ritual, del mito. Vieron en sí mismos la imagen de la luna creciente y la luna menguante, y en el acto de beber la sangre al dios encarnado que se toma a sí mismo en sacrificio, y utilizaron sus poderes superiores para adivinar, predecir y juzgar. Se vieron a sí mismos aceptando sinceramente la sangre ofrecida al dios, que de otro modo corría por el altar. Envolvieron en el símbolo y el misterio aquello cuya divulgación no podía permitirse y desaparecieron de la vista de los hombres en el interior de los templos, para ser adorados por aquellos que les podían proporcionar sangre. Reclamaron para sí los sacrificios más convenientes, los que se habían hecho siempre por el bien de la Tierra. Inocentes, intrusos, malhechores, bebieron la sangre por la Madre y por el Bien.”

»"Dieron vida al mito de Osiris, basado en parte en sus propios y terribles sufrimientos: el ataque de los conspiradores, la recuperación, la necesidad de vivir en el reino de las sombras, el mundo más allá de la vida, la imposibilidad de volver a caminar a la luz del sol. E injertaron el mito en otras historias más antiguas de dioses que se agitan en su amor por la Buena Madre, que ya existían en la Tierra de la que habían llegado.”

»"Y así nos llegaron sus historias, esos relatos que han traspasado los límites de los lugares secretos en los que eran adorados la Madre y el Padre, en los que moraban los que ellos habían creado con la sangre.”

»"Ya eran viejos cuando el primer faraón construyó una pirámide y los primeros textos ya recogen su existencia de forma fragmentaria y extraña.”

»"Un centenar de otros dioses gobernaban Egipto, como sucede en todas las tierras. Pero el culto a la Madre y al Padre se mantuvo secreto y poderoso. Un culto al que los devotos acudían para escuchar la voz silenciosa de los dioses, a compartir sus sueños.”

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