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Authors: Mantak Chia & Douglas Abrams Arava

El Hombre Multiorgásmico (2 page)

En el capítulo 1, describimos las pruebas, tanto orientales como occidentales, de la existencia de orgasmos múltiples en los hombres. También comentamos las últimas investigaciones científicas que parecen confirmar la antigua comprensión taoísta de la importancia de tener orgasmos sin eyacular. Al informar sobre estos sorprendentes estudios, el
New York Times
concluyó: «Crear esperma es mucho más complicado de lo que los científicos se habían imaginado y exige el uso de unos recursos que de otra manera asegurarían la salud del hombre a largo plazo».
[4]

Pero la teoría sin práctica no tiene valor. Por tanto en los capítulos 2 y 3 te damos las «prácticas en solitario» que puedes usar para desarrollar tu capacidad multiorgásmica, tengas pareja o no. Muchos hombres empiezan a experimentar orgasmos múltiples en una semana o dos, y la mayoría son capaces de dominar la técnica en un período de entre tres y seis meses.

Los capítulos 4 y 5 te enseñan la «práctica a dúo» que usarás para compartir el kung fu sexual con una compañera y para proporcionarle placer de formas que probablemente nunca imaginó posibles.

Las mujeres sacarán provecho de leer el libro completo, pero el capítulo 6 está escrito especialmente para ellas y explica por qué deben aprender a ayudar a sus compañeros —y a sí mismas— a alcanzar su potencial orgásmico.

El capítulo 7 está escrito para los hombres gay y describe las prácticas específicas que han de aprender para tener una vida sexual multiorgásmica sana.

El capítulo 8 está dirigido a resolver las inquietudes de los hombres con problemas sexuales, como eyaculación precoz, impotencia o infertilidad.

La sexualidad taoísta ofrece formas completamente diferentes de pensar sobre estos problemas y de superarlos.

Finalmente, el capítulo 9 ofrece consejos para tener toda una vida de intimidad sexual extática. Comienza con una sección para los hombres mayores y de mediana edad que a menudo experimentan una disminución de su apetito sexual y de su potencia. Presentamos investigaciones sobre hombres multiorgásmicos que contradicen las creencias habituales de que la sexualidad alcanza su punto más elevado en la adolescencia y declina a partir de ese momento. Los taoístas siempre han sabido que si un hombre comprende la verdadera naturaleza de su sexualidad, no hará sino mejorar a medida que vaya madurando. Este capítulo también incluye una sección sobre cómo ayudar a nuestros hijos a desarrollar una vida sexual sana y saludable. ¡Si
nuestros
padres lo hubieran sabido!

China produjo los primeros manuales sexuales, los más completos y detallados. En
El hombre multiorgásmico
continuamos con esta larga tradición facilitando a los hombres y a sus parejas una guía práctica y directa para transformar su sexualidad. Aunque en el taoísmo la sexualidad y la espiritualidad no están separadas, nos damos cuenta de que algunos lectores están interesados exclusivamente en los consejos prácticos sobre sexualidad, mientras que otros querrán aprender más sobre la dimensión sagrada de la suya. Comenzamos con las técnicas básicas que todos los lectores necesitan para hacerse multiorgásmicos y añadimos, gradualmente, técnicas más sutiles para aquellos lectores interesados en utilizar la sexualidad como camino para mejorar su salud y profundizar en su espiritualidad.

Merece la pena mencionar que este no es un libro sobre taoísmo, ni como filosofía ni como religión (uno de los autores del libro, Mantak Chia, ha escrito más de diez libros que explican con todo detalle las enseñanzas prácticas de esta antigua tradición, a partir de la cual él desarrolló un sistema de salud muy abarcante llamado el Tao Sanador). En
El hombre multiorgásmico
, ofrecemos técnicas taoístas prácticas, confirmadas por estudios científicos, a los lectores que están buscando no un nuevo sistema religioso sino una experiencia más profunda de su propia sexualidad.

Esperamos que este libro encienda la chispa de nuevas investigaciones científicas dirigidas a confirmar o revisar la teoría y práctica aquí ofrecidas. Creemos que el tiempo del secretismo y el chauvinismo cultural ha pasado. Oriente y Occidente pueden compartir sus conocimientos para beneficio de todos los amantes modernos que buscan la plenitud sexual en esta era de confusión carnal.

CAPÍTULO UNO
Tienes la prueba en tus pantalones

Tal vez ya hayas experimentado los orgasmos múltiples. Aunque pueda parecer algo sorprendente, muchos hombres son multiorgásmicos antes de entrar en la adolescencia y empezar a eyacular. Las investigaciones de Kinsey sugirieron que más de la mitad de los muchachos preadolescentes podían tener su segundo orgasmo poco después del primero, y que casi un tercio podían tener hasta cinco orgasmos o más, uno detrás de otro. Esto llevó a Kinsey a afirmar que «se puede alcanzar el clímax sin eyaculación».

Pero los orgasmos múltiples no están limitados a los preadolescentes. Kinsey continúa: «También hay hombres mayores, incluso de treinta años o más, que pueden igualar estos resultados».

El Dr. Herant Katchadourian, en su libro
Fundamentals of human sexuality
, añade: «Algunos hombres pueden inhibir la emisión de semen al tiempo que experimentan las contracciones orgásmicas: en otras palabras, tienen orgasmos sin eyacular. Tales orgasmos no parecen estar seguidos por un período refractario (pérdida de erección), lo que permite a estos hombres tener orgasmos múltiples como las mujeres».

¿Por qué la mayoría de los hombres pierden la capacidad de ser multiorgásmicos? Posiblemente, para muchos de ellos la experiencia de la eyaculación es tan intensa que eclipsa la del orgasmo, haciendo que no puedan distinguir entre ambas. Un hombre multiorgásmico describió así su primera eyaculación: «Todavía lo recuerdo con claridad. Estaba teniendo un orgasmo, lo que era habitual, pero esta vez salió bruscamente de mí un chorro de líquido blanco. Creí morir. Juré a Dios que no volvería a masturbarme, propósito que duró más o menos un día». Como el orgasmo y la eyaculación ocurren a los pocos segundos uno de otro, es muy fácil confundirlos
[1]
. Para hacerte multiorgásmico, debes aprender (o quizá reaprender) a separar entre las distintas sensaciones de la excitación y a disfrutar del orgasmo sin traspasar la cima de la eyaculación. Entender que el orgasmo y la eyaculación son dos cosas diferentes te ayudará a distinguirlas en tu cuerpo.

Ondas cerebrales y reflejos

El orgasmo es una de las experiencias humanas más satisfactorias y, si alguna vez lo has disfrutado (casi todos los hombres lo han hecho), no necesitas que te lo defina. Pero no todos los orgasmos se originan de la misma forma. El orgasmo es ligeramente diferente para cada persona e incluso es distinto para la misma persona en momentos diferentes. A pesar de ello, los orgasmos masculinos comparten ciertas características comunes: movimientos corporales rítmicos, aumento del pulso, tensión muscular y, posteriormente, una repentina liberación de la tensión que incluye contracciones pélvicas. Además es muy placentero. Después de señalar que «el orgasmo es el peor entendido de los procesos sexuales», la tercera edición de
Smith‘s general urology
explica que el orgasmo incluye «contracciones rítmicas involuntarias del esfínter anal, hiperventilación (aumento del ritmo respiratorio), taquicardia (aumento del ritmo cardíaco) y una elevación de la presión sanguínea».

Los cambios descritos en estas definiciones se producen en todo el cuerpo. Sin embargo, durante mucho tiempo el orgasmo ha sido (y para muchos hombres sigue siendo) un asunto estrictamente genital. Wilhelm Reich, en su controvertido libro
La función del orgasmo
, fue el primer occidental en afirmar que el orgasmo afecta a todo el cuerpo y no sólo a los genitales
[2]
. En Oriente, los taoístas han sabido desde hace mucho tiempo que el orgasmo afecta a todo el cuerpo y desarrollaron técnicas para extender el placer orgásmico.

Actualmente, muchos investigadores dentro del campo de la sexualidad afirman que el orgasmo tiene más que ver con el cerebro que con la fuerza muscular. La investigación de las ondas cerebrales está empezando a revelar que el orgasmo podría ocurrir fundamentalmente en ese órgano. El hecho de que se puedan tener orgasmos estando dormido (sin que medie contacto corporal) parece confirmar esta teoría, y el neurólogo Robert J. Heath de la Universidad Tulane ha presentado otras pruebas que también la apoyan: descubrió que la estimulación mediante electrodos de ciertas zonas cerebrales produce un placer sexual similar al producido por la estimulación física. A muchos terapeutas sexuales les gusta decir que el sexo ocurre en el cerebro. Hay cierta verdad en esta afirmación, particularmente cuando hablamos del orgasmo.

A diferencia del orgasmo, que es una experiencia cumbre a nivel físico y emocional, la eyaculación es un simple reflejo que ocurre en la base de la columna y da como resultado la expulsión del semen. Michael Winn, veterano instructor del Tao Sanador y coautor de
Secretos taoístas del amor: cultivando la energía sexual masculina
, explica: «Muchos hombres se quedan fríos ante la idea de un orgasmo sin eyaculación porque llevan mucho tiempo, a veces décadas, viviendo el sexo con eyaculación. Lo primero que tienen que hacer es desmitificar ésta, ya que no es más que un espasmo muscular involuntario».

Con la práctica es posible aprender a experimentar el sentimiento cumbre del orgasmo sin activar el reflejo de la eyaculación. En los dos próximos capítulos explicaremos, paso a paso, cómo separar exactamente el orgasmo de la eyaculación y cómo extenderlo por todo el cuerpo. Pero comprobemos primero que los hombres, al igual que las mujeres, pueden tener orgasmos múltiples.

Las pruebas

Probablemente las investigaciones más extensas realizadas en laboratorio sobre la capacidad multiorgásmica masculina sean las llevadas a cabo por William Hartman y Marylin Fithian. Estos investigadores hicieron pruebas a treinta y tres hombres que afirmaban ser multiorgásmicos, es decir, capaces de tener dos o más orgasmos sin perder la erección.

Así, mientras estos hombres mantenían relaciones sexuales con sus parejas en el laboratorio, Hartman y Fithian registraron su ritmo cardiaco, que es, a juicio de los investigadores, el mejor método para identificar los orgasmos. En reposo, el ritmo cardiaco masculino tiene una media de unas 70 pulsaciones por minuto; durante el orgasmo el ritmo casi se dobla, elevándose a 120 pulsaciones; y después del orgasmo, el corazón recupera el ritmo de reposo (ver figura 1). También midieron las contracciones pélvicas (más obvias en el movimiento de tensión involuntaria del ano), que coinciden con el aumento del ritmo cardiaco durante el orgasmo. Sus hallazgos fueron sorprendentes: los gráficos de excitación sexual de estos hombres eran idénticos a los de las mujeres multiorgásmicas.

Quizá los hombres y las mujeres sean más parecidos de lo que solemos pensar. Evolutivamente, esta similitud tiene sentido ya que los genitales masculinos y femeninos proceden del mismo tejido fetal. En su conocido libro
The G spot and other recent discoveries about human sexuality
, Alice Ladas, Beverly Whipple y John Perry, afirman que la sexualidad masculina y femenina son casi idénticas. Además de su conocido descubrimiento del «punto G» (del que hablaremos en el capítulo 4), también sugieren que los hombres pueden experimentar orgasmos múltiples, como las mujeres.

En la investigación dirigida por Hartman y Fithian, la media de orgasmos de los hombres multiorgásmicos fue de cuatro. Algunos tenían un mínimo de dos, y ¡uno de ellos llegó a tener hasta dieciséis! En otro estudio llevado a cabo por Marion Dunn y Jan Trost, la mayoría de los hombres declaraban haber tenido entre dos y nueve orgasmos por sesión
[3]
.

Llegados a este punto, es importante mencionar que la sexualidad taoísta no se basa en llevar la cuenta de los orgasmos, sino que más bien trata de cultivar una sexualidad sana y satisfactoria.

Así, puedes sentirte satisfecho con uno, con tres o con dieciséis orgasmos:
cultivar
la sexualidad significa profundizar en el placer corporal y aumentar la capacidad de intimar con tu pareja. Cada persona y cada experiencia sexual es diferente, por lo que el número «justo» de orgasmos dependerá del deseo que tú y tu compañera tengáis en ese momento. Cuando te hagas multiorgásmico, no tendrás que preocuparte por
durar
más tiempo o por cuántos orgasmos tiene tu compañera porque ambos podréis tener todos los orgasmos que queráis.

La pequeña muerte

Dado que los antiguos maestros taoístas eran también médicos estaban interesados en la sexualidad como parte de la salud general del cuerpo. En este sentido, practicaron el kung fu sexual porque descubrieron que la eyaculación agota la energía masculina. Probablemente ya habrás notado la pérdida de energía y la sensación general de cansancio que siguen a la eyaculación, lo que hace que tu cuerpo sólo quiera dormir aunque desees seguir atendiendo a las necesidades sexuales y emocionales de tu pareja. Un hombre multiorgásmico lo expresaba así: «Una vez que eyaculo, la almohada me atrae más que mi novia».

La imagen de la mujer insatisfecha cuyo amante eyacula, gruñe y se derrumba encima de ella es tan común que en nuestra cultura se ha convertido en un chiste, pero el cansancio que sienten los hombres después de la eyaculación es tan antiguo como el primer coito. PengTze, consejero sexual del famoso Emperador Amarillo, dijo hace casi cinco mil años: «Después de eyacular, el hombre está cansado, le zumban los oídos, los ojos le pesan y desea dormir». «Tiene sed y sus miembros están débiles y rígidos. Durante la eyaculación disfruta brevemente de las sensaciones pero después se queda exhausto durante muchas horas».

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