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Authors: Mantak Chia & Douglas Abrams Arava

El Hombre Multiorgásmico (5 page)

Como mencionamos en el capítulo 1, según los taoístas, todas las partes del cuerpo (incluyendo el cerebro, las glándulas, los órganos y los sentidos) dan lo mejor de su energía durante el orgasmo para crear una nueva vida. Este poder puede ser empleado para crear un niño, pero cuando la meta no es la procreación, los taoístas creen que es mejor conservar la energía y canalizaría por todo el cuerpo para que produzca placer y salud. Como somos concebidos a través de un orgasmo y la energía orgásmica empapa cada célula de nuestro cuerpo, para seguir estando sanos y activos necesitamos sentir regularmente esta energía rejuvenecedora; lo ideal es sentirla cada día.

Una vez que desarrolles el hábito de hacer circular tu energía sexual por todo el cuerpo, podrás sentir estas sensaciones en cualquier momento. El veterano instructor del Tao Sanador Michael Winn explica: «La energía sexual está disponible para el hombre las veinticuatro horas del día, pero la mayoría de los hombres se sienten muy necesitados porque creen que sólo pueden sentir satisfacción sexual durante los breves minutos del coito. Para los hombres lo más liberador es descubrir que pueden acceder a su energía sexual y controlarla en todo momento».

Tal vez te preguntes si el hecho de sentir toda esta energía sexual hará que estés constantemente excitado y necesitado de sexo, «que desees rascarte el picor». Los hombres (y las mujeres) tenemos impulsos sexuales que deben bien llevarnos a actuar, o bien ser canalizados de alguna manera. En Occidente, hemos intentado suprimir o sublimar estos deseos, pero según el Tao, esto nos produce desequilibrios físicos y psicológicos.

Cuando practiques el cultivo de ti mismo, esta sensación de excitación no te producirá impulsos sexuales incontrolables, sino una sensación de bienestar tranquila y vigorosa. Un hombre multiorgásmico nos explica la diferencia: «Antes de empezar a practicar kung fu sexual, cuando llevaba un rato sin eyacular sentía un impulso sexual cada vez más fuerte. Miraba revistas pornográficas, buscaba planes de una noche o me iba de putas. Después de eyacular el impulso desaparecía casi instantáneamente y no podía entender por qué había dedicado tanto tiempo y dinero a satisfacerlo. Me decía a mí mismo que no volvería a hacerlo la próxima vez, pero sabía que al rato el impulso sexual volvería y yo repetiría todo el ciclo exactamente igual. Cuando empecé a practicar el kung fu sexual, mi energía sexual siguió siendo intensa pero por fin podía equilibrarla. Me sentí feliz de ser hombre por primera vez cuando pude controlar mi energía».

A medida que practiques, dispondrás de más energía de la que estás acostumbrado a emplear, por lo que tendrás que aprender a canalizar este exceso. Un hombre multiorgásmico lo explicó así: «Cuando comencé a practicar, todas mis relaciones se volvieron sexuales. Tuve que aprender a hacer circular y a equilibrar la energía». Si te ocurre esto, el ejercicio de la Absorción en Frío descrito en el capítulo siguiente te ayudará a transformar la energía sexual en ese otro tipo de energía física más neutral y menos volátil que hemos llamado chi. También puedes practicar tai-chi o chi-kung u otros ejercicios que te ayuden a estabilizar y canalizar la energía adicional. En general, cualquier tipo de ejercicio físico te ayudará a gestionarla mejor.

Tu excitación

Según el taoísmo, necesitamos sentirnos excitados, sentir la fuerza vivificante de la energía sexual cada día, porque cuando nos excitamos nuestros cuerpos producen más hormonas, consideradas como la fuente de la juventud (esta necesidad de excitación es la causa por la que el sexo vende tan bien: nos sentimos atraídos por las imágenes que estimulan nuestra energía y nuestras hormonas sexuales). Cuando aprendas a hacer circular tu energía sexual por el cuerpo, podrás sentir este poder rejuvenecedor en cualquier momento.

TOMA CONCIENCIA DE TU EXCITACIÓN

Para aprender a ser multiorgásmico, tendrás que aprender a ser cada vez más consciente de la velocidad a la que te excitas. Ya sé que esto parece muy evidente, pero la mayoría de los hombres no prestan mucha atención a su ritmo de excitación. Suelen pasar de la erección a la eyaculación como automóviles de carreras, sin tomarse el tiempo de contemplar, por no hablar de disfrutar, los paisajes que hay a lo largo del camino.

Cuando empiezas a excitarte sexualmente, tu pene se alarga y se ensancha y sus tejidos esponjosos se llenan de sangre. Una vez que está erecto, las válvulas cierran las venas e impiden que la sangre vuelva al cuerpo. La erección ocurre espontáneamente en los recién nacidos y en la mayoría de los hombres varias veces cada noche durante el sueño.

En algún momento de su vida, casi todos los hombres experimentan la extraña situación de no lograr una erección con su compañera.

Esta incapacidad ocasional puede ser causada por lo que el psicólogo Bernie Zilbergeld llama la «sabiduría del pene», que nos avisa de que hay algo que debe trabajarse en esa relación, aunque también puede ser una señal de que se está aturdido por el trabajo u otras presiones.

Si esta situación se repite, se tacha al hombre de
impotente
, una palabra cargada de matices que sugieren debilidad y falta de poder. En el kung fu sexual no existe la «impotencia»; cuando aprendas a hacer los ejercicios para fortalecer tus erecciones y a utilizar la técnica de Entrada Suave durante el coito, no tendrás que volver a preocuparte del tema. Si no puedes conseguir una erección cuando quieres o si quieres saber qué hacer cuando se presente esta situación (o aunque no se presente), lee «Encantar la serpiente: superar la impotencia» en el capítulo 8.

LOS ESTADIOS DE LA ERECCIÓN

La mayoría de los hombres creen que tienen deseo sexual o que no lo tienen, que tienen una erección o que no la tienen. Cuando somos jóvenes, la erección es tan rápida y consistente que es difícil distinguir entre los niveles de excitación. Sin embargo, los taoístas distinguen cuatro estadios o etapas de la erección, cuatro logros o
realizaciones
, como ellos les llaman:

  1. Firmeza (también llamada Elongación).
  2. Dilatación.
  3. Dureza.
  4. Calor.

El pene erecto, por tanto, no es un apéndice estático sino que sigue un proceso que refleja tu nivel de excitación sexual. Los médicos occidentales han confirmado recientemente la existencia de estos cuatro estadios de la erección, aunque los describen con otros términos más técnicos
[1]
.

El instructor del Tao Sanador Walter Beckley describió los cuatro estadios de la siguiente forma: «En el primer estadio el pene empieza a
moverse y se pone erecto
. En el segundo, está firme pero no duro, no lo suficientemente duro como para penetrar (a menos que se utilice la técnica de Entrada Suave). En el tercer estadio, el pene está
erecto y duro
. En el cuarto está
tenso y muy caliente
. Es en este cuarto estadio cuando los testículos son atraídos hacia el cuerpo. Es mucho más fácil evitar la eyaculación si se puede permanecer en el tercer estadio. Elevar la energía sexual nos ayuda a evitar que el pene entre en ese último estadio, en el que está muy tenso y caliente. Otro elemento esencial es la relajación, así como intentar tomar conciencia de cuándo entramos en ese ansioso y explosivo cuarto estadio en el que la eyaculación es inminente».

EL SECRETO DE LA SEXUALIDAD MASCULINA

A medida que vamos madurando como amantes e intentamos satisfacer a nuestras compañeras, vamos obteniendo cierto control sobre nuestra excitación. Esta capacidad suele ser llamada nuestro
aguante
y se logra aprendiendo a distraer la atención de la excitación sexual (pensando en otra cosa; en los resultados deportivos, por ejemplo) en lugar de aprender a sensibilizamos a ella.

El verdadero control eyaculatorio aparece cuando conocemos el ritmo de nuestra excitación sexual, no cuando lo ignoramos. A medida que aprendas a reconocer y a sentir cada vez más el placer que surge en ti, te resultará más fácil seguir el camino multiorgásmico.

¿PERO, EN EL SEXO NO SE TRATA DE RELAJARSE Y DEJARSE IR?

Para experimentar placer sexual, los hombres debemos ciertamente relajarnos y dejarnos ir, pero si nos relajamos y nos dejamos ir demasiado, eyaculamos, y entonces la mayor parte del placer, si no todo, desaparece. La esencia del kung fu sexual y el secreto de la sexualidad masculina es saber cuándo controlar nuestra sexualidad y cuándo dejarnos ir.

Tu eyaculación

En realidad, el semen es expulsado de nuestro cuerpo en dos tiempos. En la fase
contráctil
(a veces también llamada fase de «emisión»), la próstata se contrae y vacía el semen en la uretra. En la fase de
expulsión
, el semen es propulsado por la uretra fuera del pene. Cuando te conviertas en multiorgásmico experimentarás las placenteras contracciones pélvicas (lo que llamamos la fase contráctil del orgasmo, que sentimos como un pequeño estallido o una sensación de temblor en la próstata) sin llegar a eyacular. Aunque hay hombres que pueden tener varias eyaculaciones consecutivas haciendo el amor (es fácil para los adolescentes), ya debe haber quedado claro que esto es muy diferente a tener múltiples orgasmos sin eyaculación.

Cuando estás muy excitado, tu pene puede derramar algunas gotas de un fluido claro. Es el fluido preseminal que procede de la próstata y de otras glándulas, como la glándula de Cowper; este fluido alcalino es utilizado para lubricar la uretra y preparar así el camino para el esperma. Los taoístas llaman
agua
a este fluido, para distinguirlo de la
leche
o semen; y se trata de algo perfectamente natural que señala la proximidad de la fase contráctil del orgasmo. Sin embargo, este líquido también puede contener cierta cantidad de esperma: es la «pre-eyaculación» de la que suelen advertir en los cursos de educación sexual, por lo que, aunque no eyacules, debes tomar la precaución de utilizar algún método anticonceptivo. De cualquier forma, si no eyaculas durante el orgasmo, las probabilidades de que tú y tu pareja tengáis que enfrentaros a un embarazo no planeado son mucho menores.

¿DÓNDE VA EL SEMEN CUANDO NO EYACULO?

El semen es reabsorbido por el cuerpo, tal como ocurre en el hombre que se ha sometido a la vasectomía. Sin embargo, los efectos de las técnicas taoístas en nuestro cuerpo son muy diferentes a los de esta intervención quirúrgica. Cuando se practica la vasectomía, el esperma no tiene dónde ir, dado que se corta el conducto deferente justo por encima de los testículos, y aunque finalmente acaba siendo reabsorbido por el cuerpo, muchos hombres se quejan de que sienten congestión en los testículos y en la pelvis. Si te has hecho la vasectomía, es particularmente importante para ti practicar el ejercicio de masaje de testículos (ver capítulo 8) y hacer circular tu energía sexual.
[2]
Estas dos técnicas ayudan al cuerpo a reabsorber el esperma y a aliviar las sensaciones de congestión. Las contracciones involuntarias de la fase contráctil del orgasmo sin eyaculación que aprenderás a experimentar también masajean la próstata, lo que ayuda mantenerla sana y a aliviar la congestión.

¿PUEDE DAÑARME EL HECHO DE NO EYACULAR?

Los taoístas han estado practicando las técnicas descritas en este libro durante miles de años sin sufrir secuelas negativas y, de hecho, han supuesto un gran mejora para su salud y longevidad. Estas son las conclusiones extraídas por Dunn y Trost de su estudio sobre los hombres multiorgásmicos occidentales: «Ninguno de nuestros sujetos ha tenido hasta el momento dificultades con la erección o con la eyaculación.

Nuestros hombres multiorgásmicos mayores siguen teniendo erecciones firmes después de uno o más orgasmos. En nuestra experiencia clínica no hemos comprobado que los hombres sufran disfunciones sexuales tras experimentar con los orgasmos múltiples».

Tu orgasmo

El orgasmo masculino reside en el precipicio de la eyaculación. Si corres a experimentarlo, caerás en el abismo del estupor posteyaculatorio. Algunos hombres siguen sintiendo placer después de la eyaculación, pero la mayoría caen en el fondo de la pendiente de su excitación y tienen que volver a trepar lentamente hacia arriba. Las cinco o diez contracciones eyaculatorias que se producen son muy placenteras; si no fuera así, los hombres no harían de ellas el objeto de su deseo. El orgasmo eyaculatorio puede parecer un viaje muy emocionante, pero una vez que experimentes las prolongadas y extáticas acrobacias sexuales de los orgasmos múltiples, la salida eyaculatoria te parecerá trivial y, por comparación, muy decepcionante. «Después de un orgasmo “con líquido” —comenta un hombre multiorgásmico que así define la eyaculación— tengo la sensación de haber estado en la montaña rusa durante seis segundos ¡después de haber aguantado dos horas en la cola!»

ENCONTRAR EL CAMINO
¿Dónde ha ido?

No he eyaculado pero he perdido la erección. ¿Qué ha ocurrido?
Además de ser eyaculado o reabsorbido por el cuerpo, a tu semen también puede ocurrirle una tercera cosa. En ocasiones, cuando practicas las técnicas taoístas, puedes experimentar un orgasmo sin eyaculación y perder la erección. En el caso de que no se deba simplemente a que has perdido la excitación, puede tratarse de una eyaculación
retrógrada
: has eyaculado hacia atrás. Cuando esto ocurre, el semen se vierte en la vejiga urinaria y será expulsado de tu cuerpo sin que te cause ningún daño la próxima vez que orines.

El hecho de que pierdas la erección, y en último término también el esperma (cuando orinas), supone que no has realizado la práctica correctamente, pero debes saber que no te has causado ningún daño
[3]
. Hartman y Fithian lo explican así: «Es importante saber que el cuerpo no parece sufrir ningún daño cuando tiene lugar una eyaculación retrógrada. Lo único que ocurre es que si la eyaculación es completa el pene se queda flácido, como suele ocurrir en las eyaculaciones ordinarias». Si has perdido la erección y sientes curiosidad, puedes orinar en una taza. Si la orina es turbia, entonces has tenido una eyaculación retrógrada.

Posiblemente sólo querrás hacer este test de orina cuando estés solo, porque podrías crear una situación demasiado clínica si estás en medio de una noche de amor rodeado por la luz de las velas.

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