Read El Hombre Multiorgásmico Online
Authors: Mantak Chia & Douglas Abrams Arava
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La verdadera fusión de la energía sexual y espiritual de dos amantes se produce cuando ambos se abren mutuamente a la órbita microcósmica. Una vez purificada la energía sexual gracias a una práctica sexual refinada y a la meditación, esta apertura puede dar como resultado un prolongado orgasmo e incluso un estado alterado de conciencia. Según el taoísmo, esta fusión orgásmica de los amantes tiene lugar cuando el yin y el yang están en completa armonía. Cuanto más aprendas a relajarte y a rendirte totalmente a tu pareja, más probable será que experimentes esta extraordinaria conexión. Según un hombre multiorgásmico: «El sexo con mi novia ya no es una batalla mecánica en la que dos cuerpos buscan a tientas un momento de placer, sino un intercambio real y una verdadera unión corporal, es casi como si ambos se fundieran en uno».
Esta forma de armonización es muy poderosa. Cuando puedas abrirte para recibir la energía amorosa de tu pareja y, a su vez, tu pareja se abra para recibir la tuya, experimentarás un intercambio y una intimidad que no se parecen a nada que hayas conocido. Ambas energías, el yin y el yang, son parte de la misma energía universal; simplemente están cargadas de manera diferente. Así es como tú y tu pareja podéis llegar a ser una sola carne. Cuando este flujo de energía sexual entre vosotros alcance la intensidad y el equilibrio justos, vuestros cuerpos individuales parecerán disolverse en la vibración extática de vuestras energías circulantes y pulsantes. Este es el verdadero orgasmo del cuerpo y del alma. Asumiendo que los demás canales de comunicarse y compartir estén abiertos en vuestra relación, este intercambio de energía os ayudará a crecer en el amor, y vuestro amor mutuo enriquecerá a los que os rodean.
A la unión sexual saludable solemos llamarle
hacer el amor
y eso es exactamente lo que estás haciendo. La energía sexual expande e intensifica nuestras emociones y actitudes, por eso suele ser considerada popularmente como la dicha más elevada y por eso también el sentimiento de estar enamorado es tan intenso y abarcante. En el aspecto negativo, las peleas entre amantes también son las más intensas. Por tanto, es muy importante que resolváis vuestros conflictos antes de intentar hacer circular la energía sexual. Digámoslo de otra forma: la energía sexual es como el fuego, puede servir para cocinar los alimentos pero también puede quemar la casa. Depende de cómo se use. Si surgen emociones negativas cuando estáis haciendo el amor, deteneos e intentar transformarlas en emociones positivas sonriendo o pensando en las cualidades positivas de vuestra pareja.
La sonrisa auténtica transmite una energía amorosa que tiene el poder de comunicar calidez y de sanar las heridas. Si piensas en alguna ocasión en que te hayas sentido molesto o enfermo y alguien te dedicó una gran sonrisa, recordarás que, de repente, te sentiste mejor. Norman Cousins, antiguo editor de
Saturday Review
, describe en
Anatomy of illness
cómo se curó a sí mismo de una extraña enfermedad del tejido conectivo viendo viejas películas de los hermanos Marx. La sonrisa y la risa son capaces de transformar nuestra energía negativa en positiva y de sanar nuestros cuerpos y mentes. En general, si tienes mucha negatividad, debes practicar la «Sonrisa Interna» y los «Seis Sonidos Sanadores», descritos en el libro de Mantak Chia
Sistemas taoístas para transformar el estrés en vitalidad
(ver apéndice).
Como mencionamos en el capítulo 3, la mayoría de las parejas dejan de hacer el amor cuando el hombre eyacula. Después del período refractario (el tiempo que se tarda en tener una nueva erección después de eyacular) puede haber más abrazos y caricias o, si es una relación reciente y fogosa, puede haber toda una nueva ronda de contacto sexual. Pero la mayoría de la gente, una vez que el hombre eyacula, da la noche (o la mañana o la tarde) por acabada. Como os podéis imaginar, en el sexo no eyaculatorio y multiorgásmico no existe una señal que marque claramente el final. Podéis seguir haciendo el amor todo el tiempo que deseéis.
Pero, como ya hemos mencionado, la sexualidad taoísta no debería ser una prueba de resistencia. Cuando el tiempo lo permita desearás pasar una hora o dos, o incluso más, en un abrazo apasionado y armonizador. (
No te olvides de perder la erección cada veinte minutos para que la sangre pueda volver a circular
.) Los textos clásicos taoístas sugieren que hacen falta mil movimientos de penetración para satisfacer plenamente a una mujer. Puede parecer que esto requiere un enorme esfuerzo y una gran fuerza física, pero como señala Jolan Chang en su
Tao of lave and sex
: «Si correr durante media hora supone dar al menos dos mil pasos, ¿por qué el coito prolongado no incluirla mil o más penetraciones?». Es evidente que, en la mayoría de los casos, nuestro estilo de vida no nos permite dedicar el tiempo necesario a tener una sesión tan intensa cada noche y, además, ninguna pareja querrá tanta intensidad de continuo. Pero para alcanzar los niveles orgásmicos y energéticos más altos, es importante planear ocasiones en las que desconectaréis el teléfono y podréis explorar vuestro verdadero potencial para sentir placer. ¡Es mucho mejor que ir al cine!
Si habitualmente tu pareja tiene más deseo sexual que tú, el kung fu sexual puede ayudarte a salvar tu vida amorosa: aumentará significativamente tu energía y te permitirá satisfacer sus deseos fácilmente. Y, aunque para la mayoría de las mujeres mil penetraciones amorosas serán el paraíso, para otras que tengan menos deseo sexual serán el purgatorio. Si normalmente tu pareja tiene menos deseo que tú, debería leer el próximo capítulo para intentar ampliar su pasión y su placer. Por supuesto, si existen otras razones psicológicas más profundas que os impiden expresar plenamente vuestra identidad sexual, debéis buscar la ayuda de un terapeuta profesional. Cuando es compartida por ambos amantes, la capacidad multiorgásmica es un poderoso afrodisíaco, pero la satisfacción real y duradera proviene de una relación basada en la armonía sexual y emocional.
La forma de acabar el coito es tan importante como su comienzo. Como explicamos en el capítulo 1, la pérdida de energía que experimentan la mayoría de los hombres después de eyacular hace difícil que sigan mostrándose amorosos y atentos con sus parejas. La sexualidad femenina es menos precipitada que la masculina, por lo que a la mayoría de las mujeres les gusta separarse de una manera más gradual, con caricias y palabras tiernas. A medida que domines el kung fu sexual, ya no caerás en el precipicio eyaculatorio y podrás acabar el contacto más gradualmente.
Un hombre multiorgásmico nos explica su experiencia: «Antes no comprendía ni deseaba las caricias y la charla amorosa posterior al sexo que tanto gustaban a mi novia. Una vez que había eyaculado, ya no deseaba acariciarla ni hablarla ni besarla. Pero ahora, mientras hacemos el amor, y también después, siento un profundo deseo de acariciar su cuerpo y de ser tierno con ella. Su piel suele estar bañada por un hormigueo eléctrico que la hace tan suave como la seda».
Si tu pareja es (o se hace) multiorgásmica, descubriréis que podéis cabalgar juntos las olas del orgasmo todo el tiempo que deseéis, armonizando la pasión y el placer. Si tu pareja no es multiorgásmica (o ni siquiera es orgásmica) mil penetraciones amorosas le ofrecerán la mejor oportunidad posible de llegar a serlo. Pero lo más importante es que la sexualidad taoísta te permite experimentar una intimidad muy profunda que es difícil de describir con palabras e imposible de contabilizar en orgasmos.
En sus habituales comentarios sobre las enfermedades de transmisión sexual, el cómico Eddie Murphy refleja la ansiedad colectiva que actualmente rodea al contacto sexual cuando dice: «El SIDA no tiene nada que ver con los viejos tiempos en los que la enfermedad venérea era algo simple. Antes podías pillar la gonorrea, entonces te dolía el pito, ibas a que te pincharan y se te pasaba. Después llegó el herpes; esa mierda dura toda la vida, la tienes que arrastrar contigo como si fuera tu equipaje. Ahora está el SIDA, que sencillamente mata a la basca. Y yo me pregunto, ¿qué vendrá después? Supongo que con sólo meterla, explotará».
Es difícil centrarse en ampliar el placer, la intimidad y el crecimiento espiritual que podemos alcanzar con la sexualidad cuando estamos preocupados por los problemas de salud de nuestro propio cuerpo o el de nuestra compañera. Por eso merece la pena comentar las realidades y la logística del sexo seguro. Tal vez te alivie saber que, según el Tao, cuando se practica el kung fu sexual sin eyacular, se produce un fortalecimiento significativo del sistema inmunológico. También se reduce enormemente el riesgo de intercambiar enfermedades de transmisión sexual a través de los fluidos corporales.
El SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es la enfermedad resultante de contraer el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). El SIDA no es la única enfermedad de transmisión sexual que debe preocuparte, pero ciertamente es la más peligrosa. Actualmente se piensa que el SIDA causa la muerte sin remedio, pero no está del todo claro que todas las personas infectadas por el VIH acaben desarrollando el SIDA. La gente infectada suele morir porque su sistema inmunológico está tan débil que no puede luchar contra las infecciones oportunistas que suelen acompañar al SIDA.
El VIH se propaga a través de los fluidos corporales, en particular la sangre y el semen. No hay pruebas que sugieran que se transmita también a través de la saliva. Entre las prácticas sexuales seguras o de muy bajo riesgo se encuentran los abrazos, el masaje, los besos secos (sin intercambio de saliva) y la masturbación mutua. Otras prácticas sexuales probablemente seguras son los besos con intercambio de saliva, la
fellatio
(sin eyaculación), el cunilingus, y el coito vaginal o anal con preservativo.
Aunque los grupos de alto riesgo son los homosexuales, los hombres bisexuales y los drogadictos por vía intravenosa, los hombres y mujeres heterosexuales también corren riesgos serios
[3]
. Este hecho ha creado una atmósfera de pánico que, aunque favorece la movilización de la profesión médica y ayuda a tomar conciencia de la importancia de la educación sexual, hace que mucha gente se sienta nerviosa en lo que atañe a sus relaciones intimas.
Actualmente, preguntar a una compañera potencial por su historial sexual o averiguar si se ha hecho la prueba del SIDA es tan común como preguntarle por su familia o su trabajo. Muchas parejas se hacen la prueba al mismo tiempo y, aunque todavía no se considera como un gesto romántico, hacerse la prueba es una forma de expresarse amor mutuo, de expresar preocupación por la salud y el bienestar del otro.
A cualquier pareja en la que uno de sus miembros pueda haber estado expuesto al VIH se le recomienda practicar el sexo seguro. Las parejas que deseen tener relaciones sexuales deberían hacerse la prueba del VIH y después utilizar las técnicas del sexo seguro durante seis meses, transcurridos los cuales deben volver a repetir la prueba para confirmar que están sanos (después de sufrir la infección, una persona puede tardar hasta seis meses en dar positivo). Si ambas pruebas dan negativo es muy poco probable que haya razones para preocuparse, siempre que ambos miembros de la pareja sean monógamos.
Durante los seis meses de espera antes de repetir la prueba, las parejas pueden dedicarse a practicar técnicas de sexo seguro, como el coito con preservativo y la masturbación mutua. Además, cada miembro de la pareja puede dedicarse a practicar las técnicas de cultivo en solitario para desarrollar su potencial sexual y espiritual. Con la técnica antes mencionada de darse mutuamente placer con las manos no sólo podréis tener un contacto sexual seguro durante los seis meses de espera, sino que también podréis aprender los matices sutiles de vuestra excitación y de vuestro placer individual, lo que os permitirá haceros multiorgásmicos. El hecho de interrumpir la rutina también puede serviros para explorar nuevos placeres sensuales y sexuales y evitar viejas costumbres. Y el punto más importante: Según el Tao, la armonización con la pareja ocurre a un nivel energético en el que el coito no es necesario. Acariciarse o meditar mirándose mutuamente a los ojos pueden ser experiencias profundamente íntimas y satisfactorias.
SEXO SUPERSEGURO
Al no eyacular, el hombre no transfiere tantos fluidos corporales a la mujer (y, potencialmente, tantas bacterias y virus). Al mismo tiempo, tampoco absorbe tanto fluido (y, potencialmente, tantas bacterias y virus) de la mujer. Cuando eyaculas, presionas para expulsar el semen, creando un vacío de baja presión que después absorbe líquido de tu compañera. Si no creas ese vacío tienes menos posibilidades de transferir bacterias o virus a tu pareja o de tomarlos de ella.
Durante el sexo sin eyaculación los fluidos pueden seguir siendo transferidos (por lo que el sexo sin eyaculación por si sólo no es una técnica anticonceptiva fiable). Sin embargo, es más seguro que el sexo con eyaculación, especialmente en el caso de que el preservativo se rompa. (También ayuda a que cualquier método anticonceptivo que utilices sea más efectivo.)
ENCONTRAR EL CAMINO
El Arte y la Ciencia de Usar Preservativos
Lo bueno de usar preservativos es que la mayoría de los hombres experimentan menos sensibilidad, lo que les ayuda a controlar la eyaculación. Lo malo es que los preservativos, efectivamente, disminuyen la sensibilidad masculina.
Algunos hombres tienen dificultades para mantener la erección cuando los usan. Si te encuentras en esta situación, debes seguir acariciándote los genitales mientras te pones el preservativo o pedir a tu pareja que lo haga. Si te extiendes una pequeña cantidad de lubricante por el pene antes de ponértelo, aumentará tu sensibilidad sin hacer que el preservativo se salga. Estos son algunas detalles que debes recordar cuando utilices preservativos.