Read El Hombre Multiorgásmico Online
Authors: Mantak Chia & Douglas Abrams Arava
EL PODER DE CREAR Y DESTRUIR
La facilidad con que el SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual se propagan es un recordatorio patológico de la comprensión esencial del taoísmo respecto a la naturaleza de la intimidad sexual: el coito es un intercambio físico y energético que puede influenciar profundamente la salud y el bienestar de ambas personas. Debido a nuestro énfasis occidental en la individualidad y la independencia nos hemos olvidado de la interdependencia e interpenetración que se producen. La revolución sexual no tuvo plenamente en cuenta el significado de este intercambio. Nuestra historia sexual nos afecta profundamente y algunas enfermedades de transmisión sexual (como el herpes y el SIDA) no nos permiten olvidarlo.
La medicina occidental reconoce que las bacterias y virus pueden ser transmitidos durante el coito, pero todavía le queda por reconocer el resto del intercambio bioquímico y energético que se realiza. Según los taoístas, cada vez que haces el amor con tu pareja, intercambiáis hormonas, enzimas, vitaminas, etc., junto con las secreciones sexuales. Esto parece estar suficientemente claro para todos. Pero los taoístas creen que a través de los cuerpos entrelazados y de los genitales excitados también se intercambian muchas más cosas a nivel físico, emocional y espiritual. Se tardará algún tiempo antes de que la ciencia occidental pueda destilar y cuantificar los distintos componentes de este intercambio, pero si practicas el kung fu sexual, tendrás la prueba de ese intercambio en tu propio cuerpo.
Frente a la extensión epidémica del SIDA es importante tener cuidado, pero el miedo que acecha en los dormitorios está fuera de lugar. La sexualidad siempre es muy poderosa; el coito siempre tiene el potencial de crear milagrosamente o de destruir trágicamente. El sexo puede sanarnos o dañarnos. El respeto y la admiración, más que el miedo, son los componentes de una actitud saludable hacia la sexualidad, que para los taoístas siempre ha sido la verdadera alquimia, la fuente de vida y salud.
Con la colaboración de Maneewan Chia y Rachel Carlton Arava, M.D.
Este capítulo está escrito para ti, que eres la compañera femenina de un practicante del kung fu sexual (kung fu literalmente significa «práctica», por lo que
kung fu sexual
simplemente significa «práctica sexual»). Este capítulo te proporciona una breve explicación de qué es la sexualidad taoísta y cómo os puede ayudar, a ti y a tu pareja, a tener una vida amorosa más íntima, placentera y saludable. Se trata de un capítulo independiente que puedes leer sin consultar el resto del libro, pero si lees los demás capítulos, especialmente el cuarto, quinto y noveno que están dedicados a las parejas, podrás comprender éste mucho mejor. (Aunque haya algunas cosas repetidas de otros capítulos, a los hombres que estén leyendo el libro este capítulo les servirá para repasar lo aprendido y descubrir cuáles son los temas más importantes para sus parejas.)
El hecho de que los hombres puedan tener múltiples orgasmos sigue siendo tan sorprendente para todos nosotros, hombres y mujeres, que quizá te cueste creerlo. Como dijimos en la introducción, merece la pena recordar que los orgasmos múltiples en las mujeres sólo han sido reconocidos y aceptados como algo normal en los últimos cuarenta años. Lo que es todavía más increíble es el número de mujeres que se han hecho multiorgásmicas desde que se descubrió que era posible serlo. Desde los años cincuenta, cuando Alfred Kinsey dirigió sus famosos estudios sobre sexualidad humana, el porcentaje de mujeres que experimentan orgasmos múltiples se ha triplicado, pasando del 14 al 50 por ciento
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.
En la década de los ochenta, los sexólogos William Hartman y Marilyn Fithian descubrieron que aproximadamente el 12 por ciento de los hombres estudiados eran multiorgásmicos. Una vez que tu compañero reconozca este potencial en sí mismo y aprenda con tu ayuda algunas técnicas simples, también llegará a ser multiorgásmico. La compañera de un hombre multiorgásmico recordaba: «La primera vez que mi novio tuvo un orgasmo sin eyacular no podía creerlo. Evidentemente estaba experimentando tanto placer como siempre y yo podía sentir la pulsación de su pene, pero para mi sorpresa no había semen y algunos momentos después pudimos continuar haciendo el amor. Todavía me intriga que pueda tener un orgasmo tan intenso sin eyacular. Ahora lo que realmente me sorprende es que eyacule». Otra compañera de un hombre multiorgásmico describió lo que experimenta cuando su compañero tiene un orgasmo sin eyacular:
«Mi pareja deja de moverse durante un rato, gime y tiembla. Puedo sentir su pene pulsando intensamente dentro de mí. Antes eso hubiera sido el final, pero ahora ya no es así».
Los orgasmos múltiples son sólo el principio. En Occidente, tendemos a ver el orgasmo como la totalidad y el fin último de la sexualidad, y muchas mujeres dedican mucho tiempo a preocuparse de si son orgásmicas, y de cuándo y cómo lo son. En la sexualidad taoísta, el orgasmo, se trate de uno o de muchos, no es el objetivo. Estas cumbres del placer sólo son una parte del proceso extático de hacer el amor. Una vez que tú y tu compañero hayáis aprendido a hacer circular vuestra energía sexual por vuestro cuerpo, podréis experimentar las olas de placer orgásmico con toda la frecuencia que deseéis. Cuando hagáis el amor, experimentaréis una profunda intimidad (un lazo físico, emocional e incluso espiritual) que muy pocas veces habréis sentido, si es que lo habéis sentido antes.
Cualquier clase de progreso personal, sea sexual o de cualquier otro tipo, requiere hacer esfuerzos. Este libro ha sido escrito para enseñaros, en términos simples y claros, a profundizar en vuestra vida sexual y vuestra relación mutua.
Si tu compañero te ha propuesto que leas este capítulo (o el libro completo), tal vez te sientas escéptica ante esta complicada y novedosa práctica sexual y te preguntes para qué la necesitáis. Debes saber que el Tao de la sexualidad puede ser cualquier otra cosa excepto algo novedoso. Es una tradición que durante más de tres mil años ha acumulado sabiduría y ha registrado las formas más placenteras y saludables de hacer el amor. Incluso los amantes más maduros pueden aprender algo de este tesoro de experiencias. Un hecho interesante es que, en la tradición taoísta, la mayoría de los consejeros sexuales (incluyendo los del emperador) eran mujeres. Esto es algo completamente distinto de lo que ocurre en Occidente, donde hasta hace poco todos los consejeros sexuales, si los había, eran hombres. Quizá te preguntes, especialmente si tu relación sexual ya es rica y satisfactoria, para qué leer sobre cómo «hacer algo que ocurre de manera natural». Aunque todo el mundo tiene un deseo sexual instintivo, lo que hacemos con él y nuestra forma de cultivarlo a lo largo de la vida no es algo que venga dado. En Occidente, damos por hecho que las parejas pierden la pasión con los años pero, según el Tao, esto no obedece a una ley de la naturaleza y la atracción no tiene por qué agotarse. (Hablaremos más acerca de este tema en el capítulo final, «Hacer el amor durante toda una vida».)
Si has comprado este libro para tu compañero o para aprender más sobre sexualidad masculina, puede que estés deseosa de ayudarle a hacerse multiorgásmico. A pesar de ello, quizá sientas que dedicas demasiado tiempo a complacer a tu compañero y, evidentemente, hay muchas mujeres que lo hacen. Pero este libro no trata de cómo complacer a los hombres. Una de las principales ventajas de la sexualidad taoísta es que enseña a tu compañero a cultivar sus habilidades sexuales para poder complacerte mejor a ti. El libro se titula
El hombre multiorgásmico
, pero también podría haberse titulado
La pareja multiorgásmica
. En palabras de la compañera de un hombre multiorgásmico: «Cuando mi marido empezó a practicar kung fu sexual, yo empecé a tener múltiples orgasmos con mucha más frecuencia. Fue un regalo muy especial».
EL PLACER DURADERO
En nuestra sociedad se dice a las mujeres que deben satisfacer sexualmente a los hombres, mientras que en la sexualidad taoísta muchas de las técnicas fueron desarrolladas para ayudar a los hombres a satisfacer a las mujeres. Pero, en definitiva, según el Tao, el placer de un miembro de la pareja es inseparable del placer del otro. En nuestra sociedad, el estereotipo de las relaciones sexuales es el de la esposa frígida y el esposo lujurioso, aunque en realidad hay muchas mujeres que están más interesadas que sus compañeros en hacer el amor, en especial si las prácticas sexuales orientadas a la eyaculación les dejan exhaustos.
Como comentamos en el capítulo 1, la imagen de la mujer insatisfecha cuyo amante eyacula, gruñe y después se derrumba encima de ella es tan común que se ha convertido en un chiste. No debe sorprendernos que tantas mujeres pierdan interés en ese tipo de sexo frenético que carece de conexiones físicas y emocionales reales. Pero esto también es un estereotipo ya que todas las encuestas muestran que en los últimos años los hombres se han esforzado por complacer más a sus compañeras y por durar más tiempo en la cama
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Si tu amante está suficientemente interesado en la sexualidad como para comprar este libro, probablemente no será de esos que gruñen y se derrumban encima de su mujer, pero los maestros taoístas siempre han sabido que a los hombres les resulta difícil seguir interesados en satisfacer a sus compañeras o en mantener el contacto íntimo una vez que han eyaculado. Un hombre multiorgásmico explicó así su experiencia: «Después de eyacular no comprendía la necesidad de mi pareja de seguir con las caricias y de charlar, y tampoco lo deseaba. Ahora que ya no eyaculo me encanta que después de hacer el amor nos quedemos tumbados acariciándonos lentamente, es como si estuviéramos meditando».
MÁS ALLÁ DEL BIG BANG
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Afortunadamente, los taoístas también descubrieron hace tres mil años que el orgasmo y la eyaculación no son lo mismo y que los hombres pueden tener orgasmos (de hecho, múltiples orgasmos) sin eyacular. Esto es posible porque el orgasmo y la eyaculación son dos procesos físicos diferentes, hecho que ha sido confirmado recientemente por la ciencia médica occidental (ver capítulos 1 y 2). La compañera de un hombre multiorgásmico explicó los cambios que vivió su marido cuando aprendió a tener orgasmos sin eyacular: «Mi marido solía cansarse poco después de eyacular. A veces quería beber alcohol y tendía a mostrarse impaciente e irritado. Ahora tiene mucha energía y es muy amoroso».
La sexualidad masculina en Occidente sigue estando erróneamente centrada en el objetivo, inevitablemente decepcionante, de eyacular («irse») en lugar de centrarse en el proceso extático de hacer el amor.
El hombre multiorgásmico
enseña a tu compañero a distinguir entre orgasmo y eyaculación en su propio cuerpo, permitiéndole ir más allá de la liberación momentánea de la eyaculación y cultivar niveles más profundos y duraderos de placer sexual contigo. La sexualidad taoísta le permitirá a tu compañero mostrarse más sensible con tu cuerpo a medida que se haga más sensible al suyo. Dejar atrás la teoría del Big Bang sexual, que a menudo deja insatisfechas a las mujeres, permite a hombres y mujeres armonizar su sexualidad para obtener niveles superiores de intimidad y éxtasis.
SANACIÓN SEXUAL
Pero el placer sexual sólo es una parte del sentirse bien. La sexualidad taoísta ayuda a conservar la salud y, aunque no lo creas, posiblemente también ayuda a vivir más tiempo. El kung fu sexual comenzó como una rama de la medicina china. Los antiguos taoístas eran médicos y, como tales, les preocupaba tanto el bienestar sexual como la salud corporal. La sexualidad era contemplada como la medicina más poderosa, tanto a nivel curativo como preventivo. Si estabas enfermo, un médico taoísta podía prescribirte (además de hierbas y acupuntura) un régimen de dos semanas de hacer el amor en un postura concreta. ¡Así resulta difícil no sentirse mejor a la mañana siguiente!
La sexualidad taoísta también tiene otros beneficios evidentes. Si haces el amor sin eyacular (el hombre tiene orgasmo pero no eyacula) el método anticonceptivo que utilices será más efectivo. En estos tiempos de enfermedades de transmisión sexual y de preocupación por los intercambios de fluidos, el sexo sin eyaculación es más seguro. Cualquier precaución que utilices (el preservativo, por ejemplo), será más segura si tu compañero no eyacula.
Un beneficio añadido del sexo sin eyacular es que es mucho más limpio: no más manchas húmedas ni discusiones sobre quién ha de dormir sobre ellas. Muchas mujeres también valoran el hecho de que el semen de sus compañeros no gotee de sus vaginas. Como dijo la compañera de un hombre multiorgásmico: «Tenía la sensación de que mi vagina rebosaba de mis propias secreciones. Me gustó no tener que sentir su esperma goteando durante toda la noche».
Este tipo de intimidad sexual profunda que permite el taoísmo no es una cura universal para todos los problemas de las relaciones, ni reemplaza otras formas de comunicación, pero puede hacer que vuestro amor sea más profundo. La comunicación abierta y honesta es una parte esencial de la práctica sexual, que no funcionará si simplemente sonríes y lo soportas todo. Mientras tu compañero esté aprendiendo a controlar la eyaculación, habrá momentos en los que te pedirá que dejes de moverte o que le ayudes de alguna forma, pero en general, este sacrificio momentáneo será premiado con muchos, muchos momentos, minutos, horas de placer. Sin embargo, el sexo nunca debe convertirse en un sacrificio que un miembro de la pareja hace por el otro y, si es necesario, él puede practicar las técnicas descritas en este libro en privado. El «cultivo solitario» es una parte importante de la práctica y no debe ser contemplado con el estigma que la masturbación lleva asociada en Occidente. El factor más importante para que tu compañero se haga multiorgásmico y para que ambos lleguéis a ser una pareja multiorgásmica es tu apoyo y tu deseo sincero.
Lo primero que tienes que hacer antes de poder ayudar a tu compañero es superar cualquier resistencia que puedas tener a que se haga multiorgásmico o a que practique el kung fu sexual.
¿SE HARÁ MECÁNICA NUESTRA SEXUALIDAD?
Al principio, a muchas mujeres les preocupa que hacer el amor con su compañero se convierta en algo mecánico. Como señala la doctora Barbara Keesling en su último libro,
How to make love all night (and drive a woman wild)
, muchas mujeres temen que las técnicas que aprenden sus compañeros para hacerse multiorgásmicos «conviertan a su semental en un toro mecánico». Pero ella es testigo directo de que esta experiencia «pone al hombre en contacto con su cuerpo en lugar de sacarle de él». Como terapeuta y antigua consejera sexual que ha enseñado a más de cien hombres a hacerse multiorgásmicos, habla desde su experiencia personal y profesional.