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Authors: Mantak Chia & Douglas Abrams Arava

El Hombre Multiorgásmico (27 page)

No Puedo Detenerme hasta que Tengo Bastante

Un escritor y activista gay estaba siendo entrevistado en la radio con ocasión de la publicación de uno de sus libros, que describía la vida en las saunas durante los tiempos previos al SIDA, donde los gays solían tener numerosos encuentros sexuales en una noche. Cuando se le preguntó si el deseo de tener múltiples experiencias sexuales es característico de los gays en general, el autor espetó que es algo característico de toda la sexualidad masculina, pero los hombres heterosexuales suelen estar constreñidos por la sexualidad femenina. Y continuó: «Si realmente queremos saber cómo es la sexualidad masculina cuando no está influenciada por la femenina, simplemente tenemos que observar a los gays».

Los taoístas comprenden esta característica de la sexualidad masculina en términos de las propiedades de la energía masculina o yang (ver en el capítulo 5 una explicación de yin y yang). Yang es activo, volátil y expansivo. Durante el sexo heterosexual, la mujer yin recibe y equilibra el yang del hombre. (Como mencionamos en el capítulo 5, yin y yang son cualidades variables que existen tanto en el hombre como en la mujer. Algunos hombres son más yin y algunas mujeres son más yang. Según el taoísmo, el universo siempre busca el equilibrio, tanto en las relaciones como en la naturaleza.)

En general, cuando dos gays hacen el amor, el yang de cada uno de ellos carga el del otro, con lo que su deseo sexual aumenta en lugar de disminuir. El instructor gay del Tao Sanador B. J. Santerre explica el valor de los orgasmos múltiples para los hombres homosexuales: «Los gays realmente necesitan los orgasmos múltiples. La mayoría de los heterosexuales lo hacen una o dos veces por noche, pero los gays suelen necesitar más que eso. Con esta práctica van a poder satisfacer su deseo plenamente, tengan compañero o no».

Es difícil contener la expansividad de la energía yang, la cual a menudo querrá escapar a través del camino más directo: el pene. No debe sorprendernos que según el educador sexual gay y sanador Joseph Kramer, el objetivo de buena parte de la sexualidad gay sea «levantarla y eyacular». Este énfasis en la eyaculación es comprensible porque permite satisfacer el deseo sexual; una vez que el hombre eyacula se hace más yin, en otras palabras se hace más estable, se contrae y se dirige hacia dentro.

Para evitar este interminable ciclo de eyaculaciones, que es extremadamente costoso para tu cuerpo y tu sistema inmunitario, tienes que cultivar tu propia energía yin y extender tu energía expansiva yang por todo el cuerpo. Como explicamos antes, canalizar y contener esta energía es la forma de hacerse multiorgásmico y experimentar orgasmos en todo el cuerpo, que serán más satisfactorios que la eyaculación a la que la mayoría de los hombres están acostumbrados. Como explica B. J. Santerre: «Si conservas el semen vas a poder volver a aquellos tiempos en que la gente iba a las saunas y tenía orgasmos durante toda la noche. Cuando aprendas esta práctica, podrás hacer lo mismo pero no te agotarás ¡y ni siquiera tendrás que salir de casa!».

Cultivar Tu Energía Sexual

Los gays, como los demás hombres, deben aprender a hacer circular la energía sexual por todo el cuerpo, tanto para expandir sus orgasmos como para beneficiarse de su poder y de su potencial curativo. Durante el sexo no eyaculatorio es todavía más importante que los hombres eleven esta energía para satisfacer su deseo y transformar la volátil energía sexual (o ching-chi) en chi, que es más refinada y estable. Las técnicas para hacer circular la energía sexual y para diferenciar el orgasmo de la eyaculación están expuestas en los capítulos 2 y 3. Aquí sólo queremos subrayar la importancia de estas prácticas para los solteros y parejas gays.

Un gay multiorgásmico describió así su experiencia: «Tenía un amante en Nueva York y estaba tan metido en la práctica del Tao que le dije: “Tú también tienes que hacerlo”. No le dejé elección. Cuando teníamos ganas de divertirnos, empezábamos a jugar uno con el otro y, una vez que estábamos a punto, cada uno hacía la Gran Aspiración a su propio ritmo. Cuando la hacíamos juntos, aunque no hiciéramos circular la energía al mismo tiempo, nos sentíamos satisfechos a la vez. Después nos dormíamos en dos minutos. El compartir de energías continuaba cuando uno dormía en brazos del otro porque ambos estábamos cargados de energía sexual».

Como dijimos en el capítulo 3, estas prácticas pueden hacerse en solitario e incluso en pareja aunque tu compañero no esté «metido en el tema del Tao». Como explicó un gay multiorgásmico: «Después de darme placer o de hacer el amor y practicar la Gran Aspiración cuatro o cinco veces, siento que he terminado. Después de eso, aunque el tipo más encantador estuviera frente a mí diciéndome: “Déjame que te la chupe”, yo le diría: “Por favor, déjame en paz”. Me siento satisfecho aún sin haber eyaculado».

Si encuentras dificultades a la hora de controlar tu energía sexual yang, quizá necesites un poco de energía yin para calmarte y equilibrarte. Afortunadamente, hay muchas fuentes de energía yin a las que puedes recurrir, ya que el yin y el yang están presentes en toda la naturaleza, tanto en lo cósmico (cielo y tierra), como en lo microcósmico (tu cuerpo). Como cada uno de nosotros tiene tanto yin como yang, puedes cultivar las cualidades yin dentro de ti, como la delicadeza, la bondad y el autorrespeto. (Para una exposición más completa de cómo cultivar estas cualidades y cómo tratar los desequilibrios emocionales, ver
Sistemas taoístas para transformar el estrés en vitalidad
, de Mantak Chia.) En tu entorno externo también puedes equilibrar tu energía comiendo alimentos yin, como productos vegetales o pescado, o absorbiéndola directamente de la tierra. Según el taoísmo (y muchas otras tradiciones), la tierra es femenina (es decir, yin). Los hombres pueden absorber energía yin de la tierra simplemente pasando tiempo en la naturaleza y cultivando la tierra, o pueden absorberla de forma más concentrada tomándola de la tierra cuando practican el ejercicio de la Aspiración en Frío descrita en el capítulo 3.

Ser Versátil

La mayoría de los gays son conscientes del potencial erótico de su próstata y de su ano (si no es tu caso, ver «Próstata» en el capítulo 2). Pero algunos menosprecian a los hombres que se ponen «debajo». Esta actitud no debe sorprendernos dada la connotación negativa que lleva asociado el que a uno «le follen» y la conexión existente en la sociedad occidental entre el poder y estar encima. Como mencionamos en el capítulo 5 en relación a las parejas heterosexuales, el taoísmo no ve a la persona que está encima como la dominante, sino como la que sana a su compañero o compañera. La persona que está encima (o la persona más activa) da más energía sexual (y curativa) a la persona que está debajo (o la persona más pasiva).

Según el Tao, todo lo que es activo también debe ser pasivo, y por tanto se recomienda a los gays que sean versátiles y que hagan el amor en ambas posiciones, «encima» y «debajo». Como explicó un hombre multiorgásmico, los beneficios sexuales son obvios: «Un tipo que haya estado tanto encima como debajo es un gran amante porque sabe lo que es satisfacer a su compañero y recibir satisfacción. Si te limitas a estar encima, sólo conoces una versión. Y lo mismo ocurre si te limitas a estar debajo». Estar debajo también supone una ventaja añadida: tu próstata será masajeada durante el coito anal. Según Stephen T. Chang, autor del libro
Tao of sexology
, los gays que generalmente se ponen debajo tienen muchos menos problemas de próstata que los que se ponen encima y los heterosexuales
[2]
. En cualquier caso, la mayoría de los hombres ya tienen sus preferencias y pueden no estar dispuestos a experimentar.

Si te gusta estar encima y no estás dispuesto a estar debajo, puedes seguir disfrutando de la estimulación anal y de ejercitar el músculo de tu esfínter anal. B. J. Santerre explica: «Cuando la gente piensa en la penetración, todo el mundo se imagina una gran miembro de veinticinco centímetros o un consolador, pero también puede tratarse simplemente de un pequeño dedo. Ser penetrado requiere cierta práctica, como todo lo demás. Tu compañero debe tomárselo con calma y tú tienes que relajar esos músculos. No conseguirás que te penetren el primer día. Y aunque no te guste ser penetrado, puedes jugar con el ano. La estimulación de la parte externa del ano es muy importante porque fortalece los glúteos, que son esenciales para la circulación de la energía sexual».

Vale la pena mencionar que los que se sitúan debajo pueden ser activos y no necesariamente han de ser pasivos. Cuanto más ejercites el músculo PC (ver capítulo 3) y el esfínter anal, tanto más podrás masajear el pene de tu compañero, proporcionados placer a ambos. B. J. Santerre continúa: «Si tienes el ano muy fuerte, vas a ser una compañía estupenda para tu amante. Vas a masajear su pene cuando te penetre. No hace falta que estés totalmente pasivo esperando a que eso ocurra. Puedes participar activamente contrayendo y relajando la parte superior o la inferior. Puedes contraerla a toda prisa dos o tres veces seguidas o puedes dejar que tu compañero entre un poco más y entonces le sorprendes con una contracción».

Los hombres, gays o heterosexuales, que comienzan a experimentar la estimulación anal a veces sienten preocupación de que pueda desgarrarse la piel del ano o la del colon. En este caso, la solución más simple es utilizar suficiente lubricante y tener un compañero delicado. A otros gays les preocupa que el sexo anal frecuente debilite su esfínter anal. No hay pruebas que sugieran que esto suceda y, de hecho, el sexo anal puede fortalecer los músculos del ano. En cualquier caso, si estás preocupado o sientes que tus músculos anales están débiles, puedes realizar el ejercicio del esfínter que damos en el capítulo 9 para fortalecerlos.

Monogamia y Compañeros Múltiples

La era del SIDA ha favorecido una nueva ética monógama para los gays (al igual que para los heterosexuales). Suponiendo que utilizas las técnicas del sexo seguro, no hay nada intrínsecamente censurable en el hecho de tener muchos compañeros. En realidad, los textos taoístas instruían a los hombres heterosexuales sobre los beneficios de tener varias compañeras. Pero el hecho de tener muchos compañeros presenta un desafío: las prácticas expuestas en este libro requieren una profunda conexión de cuerpo, corazón, mente y espíritu que ya es suficientemente difícil de lograr con un único compañero. Según el Tao, una unión sexual profunda, gay o heterosexual, es mejor que muchas superficiales.

El anonimato que caracteriza buena parte del sexo occidental es diametralmente opuesto al tipo de conexión física, emocional y espiritual que el kung fu sexual favorece y requiere. Haya o no intercambio de fluidos, siempre intercambias energía. Por tanto elige a tu compañero (o compañeros) sabiamente.

Sexo Seguro

La mayoría de los gays son muy conscientes de la necesidad de seguridad en la práctica sexual y están bien informados sobre las técnicas específicas del sexo seguro, por lo que no entraremos a detallar este tema (si quieres informarte mejor de la ciencia y el arte de usar preservativos y otras peculiaridades sobre el sexo seguro, mira la sección llamada «Cuándo empezar: algunas palabras sobre sexo seguro» en el capítulo 5). Baste decir que recomendamos encarecidamente el sexo seguro y que, de hecho, el tipo de sexo no eyaculatorio recomendado por el Tao tiene beneficios evidentes porque reduce el intercambio de fluidos corporales.

La ausencia de eyaculación no sólo reduce el flujo hacia fuera, también reduce el flujo hacia dentro. Como mencionamos en el capítulo 5, cuando expulsas el semen, creas un vacío de baja presión que absorbe líquido o cualquier otra cosa que haya en el entorno, como bacterias y virus. Por tanto, cuando no eyaculas, corres un riesgo menor de absorber estos microorganismos (como puedes imaginar, esto es particularmente importante en el sexo anal, ya que, de forma natural, en el colon hay muchas bacterias).

Recuerda que aunque practiques kung fu sexual, en numerosas ocasiones una pequeña parte de tu semen se derramará, por lo que no debes renunciar a las precauciones del sexo seguro.

Sanación Sexual

La mayoría de la gente no comprende el potencial sanador de la sexualidad. Los taoístas siempre han reconocido que el sexo puede sanarnos o enfermarnos. La sexualidad genital que acaba en la eyaculación es costosa para el cuerpo. Como señala Joseph Kramer, acumulamos energía sexual vivificante en los genitales, pero en lugar de llevarla al corazón y al cerebro, donde puede empezar a curarnos, cerramos y apretamos los músculos del pecho y contenemos la respiración. Como no tiene dónde ir, esta energía se queda atascada en nuestros genitales, donde acaba acumulándose tanta que no puede ser contenida y se abre paso a través del pene cuando eyaculamos.

En el kung fu sexual, te quedas muy cerca del punto de No Retorno pudiendo incluso sentir las contracciones del orgasmo, pero no eyaculas. Lograrás hacer esto aprendiendo a controlar tu nivel de excitación por medio de las técnicas expuestas en el capítulo 3 y, lo que es más importante, retirando la energía de los genitales y haciéndola ascender por la columna hacia el resto del cuerpo.

Una vez acumulada la energía, otra posibilidad es intercambiarla con tu pareja. Este intercambio energético afecta profundamente a la salud y al bienestar de ambos miembros de la pareja y tiene lugar incluso a través de las paredes de látex que debemos situar entre nosotros. Únicamente nuestro aislamiento occidental y nuestro individualismo nos han llevado a creer equivocadamente que podemos implicarnos en un contacto sexual sin que se produzcan esta intimidad e interpenetración. Según la comprensión taoísta, la unión sexual significa «conexión», «intercambio», «comunión».

Desgraciadamente, en lugar de utilizar el criterio apropiado para el sexo, que es la salud, en Occidente hemos usado una medida moral. Este planteamiento nos ha llevado a evaluar el sexo siguiendo criterios tales como placer/dolor, o pureza/perversión, dependiendo de los gustos del censor. A lo largo de los siglos el sexo gay, junto con gran parte del resto de la sexualidad, incluyendo el cultivarse en solitario, ha sido definido como perverso, pecaminoso, enfermizo y antinatural. San Agustín y Santo Tomás llegaron a decir que toda sexualidad que no lleve a la procreación es antinatural.

Como los taoístas fueron capaces de ver que el sexo es una poderosa fuente de energía que sustenta nuestra vida corporal o chi, pudieron reconocer su importancia para la salud general del cuerpo, las emociones, la mente y el espíritu. Desde que empezó la década de los ochenta, se nos está recordando constante y trágicamente que el sexo puede producirnos enfermedades, pero en el frenesí de miedo producido, hemos olvidado que el sexo también puede sanarnos.

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