El protector (6 page)

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Authors: Larry Niven

Brennan flotó cerca de las canastas, su mano aún asiendo la tapa desgarrada.

Tendría un piloto automático, por supuesto. El Exterior era sólo un respaldo para el autopiloto. No importaba mucho lo que le pasara; el piloto era tan sólo un dispositivo de seguridad. El autopiloto podía llevar su cosecha donde quiera que fuese. ¿A la Tierra?

Pero una cosecha significaría otros Exteriores, siguiéndola. Debía avisar a la Tierra. Correcto. Bien pensado, pero… ¿cómo?

Brennan se rió de sí mismo. ¿Alguna vez un hombre habría sido atrapado en forma tan completa? El Exterior lo tenía bien sujeto. Brennan, un Espacial y hombre libre, había permitido que le hiciera su propiedad. Su risa murió en desesperación. La desesperación era un error. El olor de las raíces había estado esperando a golpearlo…

…Fue el dolor lo que lo sacó de eso. Sus manos estaban sangrando por cortes y raspaduras. Había torceduras y ampollas y cardenales. Su meñique izquierdo le gritaba su agonía; salía en un extraño ángulo, y se hinchaba mientras lo miraba. Debía estar dislocado o roto. Pero había conseguido abrir un agujero en la red, y su mano derecha sostenía una raíz fibrosa.

La arrojó tan lejos como pudo, e instantáneamente se enroscó sobre sí mismo abrazando sus rodillas, como si rodeando su dolor pudiera acallarlo. Estaba furioso, estaba asustado. ¿Por qué ese maldito olor había apagado su mente como si él no fuera mas que un juguete?

Brennan flotaba a través del espacio de carga como un globo, abrazando sus rodillas y llorando. Estaba hambriento y furioso, humillado y asustado. El Exterior había quemado su mente al darle tan poca importancia…, pero esto era peor.

¿Por qué? ¿Qué deseaba el Exterior de él?

Algo golpeó su nuca. La raíz había regresado hacia él en una órbita de rebote. En un fluido movimiento, Brennan atrapó el misil en el aire y lo mordió. Era dura y fibrosa entre sus dientes. Su sabor era indescriptible, y tan delicioso como su olor.

En su último momento lúcido, se preguntó cuanto tardaría en morir. No le importó demasiado. Mordió otra vez, masticó y tragó.

 

Phssthpok siguió su cadena de razonamientos con persistencia canina, pero tras cada respuesta había más preguntas. Su cautivo olía incorrectamente: extraño, animal. No era de los que Phssthpok había venido a buscar. ¿Dónde estaban, entonces?

No habrán venido aquí. Si había que juzgar por su única muestra, los nativos de G0 Blanco Nº 1-3 hubieran ofrecido poca resistencia a los colonos. Aún así, los protectores los hubieran exterminado de todos modos, como precaución. Estarían en alguna otra estrella, entonces. Pero ¿dónde?

Los nativos quizá tuvieran suficientes conocimientos astronómicos como para decirle. Con naves como aquella, hasta podrían haber alcanzado estrellas cercanas.

En busca de respuestas, Phssthpok salió por la pared al exterior y saltó hasta el vehículo del nativo. Era un salto de un kilómetro, pero Phssthpok no estaba apurado. Gracias a sus magníficos reflejos, ni siquiera necesitaba la pistola de reacción.

El cautivo debería esperar. Pronto tendría que aprender su lenguaje, para poder interrogarlo. Mientras tanto, no traería problemas: estaba demasiado aterrado, y era demasiado endeble. Más grande, pero más débil que un criador.

La nave del cautivo era pequeña. Phssthpok halló poco más que un estrecho sistema de soporte vital, un largo tubo de impulso y un tanque en forma de anillo para hidrógeno líquido con un dispositivo de enfriamiento. El tanque toroidal de combustible era descartable, y había espacio para varios más a lo largo de la estrecha figura del tubo de impulso. Alrededor del borde del cilindro de la cabina había sujetadores para la carga, cables y redes plegadas, y ganchos retráctiles.

Varios ganchos aseguraban un cilindro de metal liviano que mostraba signos de erosión. Phssthpok lo examinó, descartándolo enseguida, aun sin saber su propósito. Obviamente no era necesario para el funcionamiento de la nave.

No encontró armas, pero halló los paneles de inspección del tubo de impulso y echó una mirada. Estaba impresionado. En una hora él podría haber construido su propio tubo de fusión de zinc cristalizado, si tuviera los materiales. Los nativos debían ser más inteligentes de lo que había supuesto, o quizá afortunados. Se movió, y a través de la puerta oval entró en el sistema vital.

La cabina incluía una cucheta de aceleración, tableros de control rodeándola en herradura, un espacio tras la cucheta suficientemente grande como para rodearla, una cocina automática que era parte de la herradura, y grupos de sentidos electrónicos que eran parecidos a los usados en una máquina guerrera Pak. Pero esta no era una nave de guerra. Los sentidos de los nativos debían ser menos agudos que los de los Pak, entonces. Tras la cabina había maquinaria y varios tanques de fluido, que Phssthpok examinó con gran interés.

Si esas máquinas estaban bien diseñadas, entonces G0 Blanco Nº 1-3 era habitable, y mucho. Un poco pesado, tanto en aire como en gravedad; pero para quien hubiera estado viajando por quinientos mil años, se habría presentado irresistible. Si los Pak lo hubieran alcanzado, inevitablemente se habrían detenido aquí.

Esta zona cortaba la región de búsqueda de Phssthpok por la mitad. Ahora su blanco debería estar atrás de él, hacia el núcleo galáctico. Quizá ellos no habían llegado tan lejos.

El sistema de soporte de vida era intrigante. Phssthpok encontró cosas que simplemente no entendía, que nunca entendería. La cocina, por ejemplo. El peso era importante en el espacio. Seguramente los nativos podrían haber provisto una comida de peso liviano, sintética si fuera necesario, capaz de mantener al piloto alimentado y saludable indefinidamente. El ahorro en esfuerzo y consumo de combustible hubiera sido enorme cuando se lo multiplicase por el número de naves que él había visto. En su lugar, ellos preferían transportar una variedad de comidas pre-empacadas, y una compleja máquina para seleccionarlas y prepararlas. Habían elegido enfriar esas comidas contra la descomposición en lugar de reducirlas a un polvo. ¿Por qué?

Esos dibujos, por ejemplo. Phssthpok entendía las fotografías, y podría entender gráficos y mapas. Pero las tres obras de arte en la pared trasera no eran nada de eso. Eran dibujos a carbón. Uno mostraba la cabeza de un nativo parecido al cautivo de Phssthpok, pero con una cresta de cabello más larga y extraña pigmentación alrededor de ojos y boca; los otros debían ser versiones más jóvenes de la misma especie, incómodamente parecida a los Pak. Sólo se mostraban la cabeza y los hombros. ¿Cuál era su propósito?

Bajo otras circunstancias, el diseño del traje de Brennan habría provisto una pista. Phssthpok había notado ese diseño y lo entendía en parte. Para los miembros de un subgrupo cooperativo que viajara por el espacio, sería útil codificar los trajes espaciales en brillantes colores. Se podrían reconocer los patrones a grandes distancias. El diseño del nativo parecía demasiado complejo, pero no lo suficiente para estimular la curiosidad de Phssthpok.

Pero nunca entendería el arte o el lujo.

¿Lujo? Un criador Pak podría apreciar el lujo, pero era demasiado estúpido para generarlo por sí mismo. Un protector no tendría la motivación. Los deseos de un protector estaban totalmente conectados a la protección de su línea de sangre.

¿Arte? Habían habido mapas y dibujos entre los Pak desde antes del inicio de la historia, pero eran para la guerra. No reconocías a tus amados por la vista, de todos modos. Simplemente olían correctamente o no.

¿Reproducir el olor de alguien amado? Phssthpok hubiera pensado en eso, si la pintura del pecho de Brennan hubiera sido alguna otra cosa. ¡Eso hubiera sido un concepto! Un método para mantener a un protector vivo y funcionando mucho después de que su línea estuviera muerta. Eso pudo haber cambiado la historia de Pak. Si sólo Phssthpok hubiera sido llevado a entender el arte representativo…

¿Pero qué podía entender él a partir del traje de Brennan? En su pecho hubo una copia en colores fluorescentes de la 
Madona de Port Lligat
, de Salvador Dalí. Había montañas flotando sobre un suave mar azul, resistiendo la gravedad, sus lados inferiores planos y lisos. Había una mujer y un niño, sobrenaturalmente hermosos, con ventanas a su través. Nada que Phssthpok pudiera apreciar.

Pero hubo algo que sí entendió inmediatamente.

Estaba siendo muy cuidadoso con el panel de instrumentos. No deseaba romper nada antes de encontrar el modo de extraer datos astronómicos de la computadora de la nave. Cuando abrió el panel de advertencia de tormentas solares para investigar su propósito, lo halló sorprendentemente pequeño. Curioso, investigó más. La cosa estaba hecha con monopolos magnéticos.

Los nativos usaban monopolos. Deberían tener medios de detectarlos. Phssthpok había capturado a un nativo… un acto hostil. Y la nave desarmada de Phssthpok usaba la mayor masa de monopolos sur que se podía encontrar en este sistema solar…

En un salto de canguro Phssthpok estaba cruzando el espacio entre las naves. Disparó la mitad de la carga de gas de su pistola de reacción, luego se acomodó para esperar los quince minutos de caída hacia la cabina de carga.

Era necesario atar al nativo contra la aceleración. Una breve inspección de la nave del nativo había disminuido su área de búsqueda a la mitad…, pero ahora tendría que abandonarla. El nativo debía tener conocimientos valiosos. Aún así, Phssthpok meditó amargamente sobre la verdadera necesidad de proteger a su cautivo; el tiempo y energía necesarios podían costarle su misión y su vida.

Probablemente lo seguían ahora, pero no podrían atraparlo antes de un tiempo razonable. Sus impulsores debían ser más poderosos: la gravedad de G0 Blanco Nº 1-3 era de alrededor de uno punto cero nueve respecto de Pak. Pero sus naves no tendrían campos estatorreactores. Antes de que los poderosos motores nativos pudieran hacer la diferencia, ya estarían escasos de combustible… siempre que él saliera a tiempo.

Frenó al encuentro de la sección de carga, usó su ablandador y se deslizó a través del opaco casco de twing, por su sección estrecha. Buscó un pasamanos sin mirar —sabiendo donde debía estar—, sus ojos buscando al nativo. Pero perdió el asidero, y flotó a través del espacio vacío, sus músculos convertidos en gelatina fundida por la sorpresa.

El nativo había irrumpido a través de la red y construía flojamente una madriguera entre las raíces. Su barriga se había vuelto un bulto duro, distendido. No había inteligencia en sus ojos.

Con furia salvaje, Phssthpok pensó: «¿Cómo puedo conseguir hacer algo si ellos siguen cambiando las reglas? Alto. Estoy pensando como un criador. Un paso cada vez…»

Phssthpok buscó un asidero y se impulsó hacia Brennan. Éste estaba flojo ahora, sus ojos mitad cerrados con el blanco mostrándose bajo los párpados, su mano aún asiendo la mitad de una raíz. Phssthpok lo hizo girar para un rápido examen.

Correcto.

Phssthpok cruzó nuevamente el casco hacia el vacío, y rodeó el huevo hasta el extremo delantero. Allí se deslizó de nuevo al interior, entrando en un cubículo apenas de tamaño suficiente para contenerlo.

Bien, las cosas habían cambiado. Ahora debía encontrar un lugar para esconderse. No era ya cuestión de dejar este sistema solar. Debía abandonar el resto de su nave, y dejarlos que capturaran los monopolos de su vacía sección de impulsor.

Sería como esconder a todos sus hijos en la misma cueva, pero no había alternativa. Pudo haber sido peor. Aunque los instrumentos de la cabina de carga estaban diseñados únicamente para bajar esa sección desde una órbita alrededor de un planeta, el motor mismo (el polarizador de gravedad) podría llevarlo a cualquier sitio dentro del pozo de gravedad de G0 Blanco Nº 1. Excepto que debía hacerlo todo bien a la primera, pues sólo podría aterrizar una vez. Como motor de nave, el polarizador de gravedad tenía muchas de las ventajas y defectos de un parapente. Podría llevarlo a dondequiera que él quisiera ir, aún cuando hubiera anulado su velocidad, siempre que quisiera ir hacia abajo. El polarizador no lo levantaría contra la gravedad.

Comparados con el tablero del impulsor de fusión, los controles a su alrededor eran ferozmente complicados. Phssthpok comenzó a hacer cosas con ellos. La línea de conexión al final estrecho del huevo se separó con una burbuja de llamas. El twing a su alrededor se hizo transparente… y un poco poroso; en un siglo hubiera perdido una peligrosa cantidad de aire. Los ojos humanoides de Phssthpok se pusieron vidriosos. Sus siguientes movimientos exigirían una intensa concentración.

No se había atrevido a atar al cautivo, o impedir sus movimientos. Para evitar aplastarlo, debería mantener balanceadas las aceleraciones internas y externas. El casco que llevaba el campo polarizador podría fundirse a esas aceleraciones.

El resto de su nave flotaba en la pantalla trasera. Phssthpok giró dos contactos, y emprendió la fuga.

¿Dónde ir ahora? Necesitaría semanas para esconderse. No podía esperar ocultarse en G0 Blanco Nº 1-3, dada su tecnología. Pero el espacio era demasiado abierto para esconderse.

Podría aterrizar sólo una vez. Una vez que hubiera bajado, debería quedarse allí, a menos que pudiera aparejar algún tipo de dispositivo lanzador o de señales.

Phssthpok comenzó a buscar planetas en el cielo. Sus ojos eran buenos, y los planetas eran grandes y opacos, fáciles de señalar. El gigante de gas anillado podría haber sido útil (sería fácil ocultarse en los anillos), pero estaba detrás de él. Había otro gigante de gas delante de él, con muchas lunas…, pero estaba demasiado lejos a la izquierda. Debería deslizarse por varios días para alcanzarlo. Los nativos debían estar tras él ahora; sin un telescopio no los vería hasta que fuera demasiado tarde.

Aquel podría ser. Lo había estudiado antes, cuando tuvo el telescopio de la nave. Pequeño, con baja gravedad y un resto de atmósfera. Asteroides todo a su alrededor, y demasiada atmósfera para que el polvo se cementara en el vacío. Con suerte, habría profundos estanques de polvo.

Debió estudiarlo mejor antes; allí podría haber industria minera, o aún colonias. Ahora era demasiado tarde. No tenía elección, no había tenido elección por mucho tiempo. Ese planeta sería su blanco. Cuando le llegara el tiempo de irse, era esperable que el nativo hiciera señales a los suyos. Eso no le agradaba demasiado.

Capítulo 2

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