Favoritos de la fortuna (144 page)

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Authors: Colleen McCullough

Tags: #Histórica

saepta. «El aprisco». En tiempos de la república era una zona abierta en el Campo de Marte, próxima a la Vía Lata y a la Villa Pública; era el lugar de reuniones de la Asamblea centuriada o comitia centuriata, y en ocasión de las votaciones el recinto se dividía mediante unas vallas de modo que las cinco clases votasen por centurias.

salii. Colegio de sacerdotes al servicio de Marte; el término significa «danzarines saltadores». Eran veinticuatro sacerdotes integrados en dos colegios de doce, y habían de ser patricios.

saltatríx tonsa. Literalmente «bailarina con barba»; es decir, un homosexual disfrazado de mujer que vendía sus favores eróticos.

samnitas, Samnium. Los habitantes del territorio situado entre el Lacio, Campania, Apulia y Picenum, en su mayor parte accidentado y montañoso, y no muy fértil; las ciudades no eran muy prósperas y entre ellas se contaban Caieta, Aeclanum y Bovianum. Las dos ciudades realmente prósperas, Aesernia y Beneventum, eran colonias de Roma con ciudadanos con derechos latinos. La población del Samnio la constituían varios pueblos -pelignos, marrucini, vestinos y frentanos- que ocupaban diversas zonas dentro del territorio propiamente dicho de los samnitas. Los samnitas fueron los enemigos más irreductibles de Roma, a la que infligieron aplastantes derrotas; siempre que surgía algún movimiento de revuelta contra Roma los samnitas se unían a los sublevados.

sármatas. Pueblo probablemente de origen germánico; los sármatas habitaban en las estepas del noroeste del mar Euxino, en la actual Ucrania, aunque en origen vivían al este del río Tanais (el Don). Eran un pueblo nómada y ecuestre; su cultura tribal les permitía una curiosa igualdad entre hombres y mujeres, pues éstas participaban en los consejos y luchaban como los guerreros. En el siglo 1 a. JC. se habían escindido de ellos varias etnias que constituyeron naciones autónomas, como fue el caso de roxolanos y yacigios, que se asentaron más al sur. Mitrídates empleó a sármatas en sus tropas de caballería.

sátrapa. Era el título dado por los reyes persas a los gobernadores provinciales o territoriales. Alejandro Magno conservó el término en su administración, del mismo modo que los últimos reyes partos arsácidas. El territorio gobernado por un sátrapa era la satrapía.

Saturnino. Lucio Apuleyo Saturnino, tribuno de la plebe en 103, 100 y 99 a. JC., nació hacia el 135 a. JC. en el seno de una familia muy vinculada a Picenum (su hermana estaba casada con Tito Labieno, colega en su último tribunado de la plebe). El principio de su carrera política se vio ensombrecido por una supuesta malversación de grano en Ostia cuando él era cuestor; durante su primer tribunado de la plebe se alió con Cayo Mario y le consiguió tierras en África para el asentamiento de sus excombatientes. A él se debe la legislación sobre el delito de traición denominado maiestas minuta o «pequeña traición» y la creación de un tribunal especial para juzgarla. En su segundo mandato como tribuno de la plebe se alió también con Mario, consiguiéndole tierras para los excombatientes de las campañas contra los germanos; pero, finalmente, fue más un estorbo que una ayuda para Mario y, al repudiarle éste en público, Saturnino se hizo enemigo suyo. A finales de 100 a. JC., Saturnino comenzó a ganarse a los estratos humildes del cap ite censi, prometiéndoles trigo en un momento de escasez en que los desposeídos sufrían hambre; logró que se aprobase una ley frumentaria que no pudo llevar a la práctica pues no había trigo para el abastecimiento. Al celebrarse las elecciones de la plebe en el 99 a. JC., Saturnino volvió a ser candidato y, como esta vez no obtuvo el cargo, su inseparable amigo Cayo Servilio Glaucia organizó el homicidio de uno de los candidatos elegidos y Saturnino ocupó el tribunado en sustitución del asesinado. Era por tercera vez tribuno de la plebe en un momento en que las multitudes del Foro, acuciadas por el hambre y enardecidas por su oratoria, pusieron en delicada situación al gobierno de Roma, que se enfrentaba a una situación prerrevolucionaria. La situación propició una alianza entre Mario y Escauro de la que siguió un decreto inapelable del Senado cuya última consecuencia fue la detención de Saturnino y sus partidarios, después de que Mario cortase el suministro de agua al Capitolio, en donde la facción había buscado refugio. Los detenidos fueron confinados en el Senado, donde fueron lapidados con las tejas de la techumbre. Acto seguido, quedaron anuladas todas las leyes de Saturnino. A partir de entonces se dijo que Saturnino había querido proclamarse rey de Roma; su hija Apuleya estaba casada con el patricio Marco Emilio Lépido. En La corona de hierba figura una explicación más amplia de la vida de Saturnino.

seleúcida. Era una rama dinástica de la casa real de Siria, cuyos soberanos descendían de Seleuco Nicator, compañero de Alejandro Magno, aunque no era general suyo. Tras la muerte de Alejandro instituyó un reino que llegó a extenderse desde Siria y Cilicia hasta Media y Babilonia; contaba con dos capitales, Antioquía y Seleucis del Tigris. Seleuco Nicator tenía dos esposas, la macedonia Estratónice y la bactriana Apama. En el siglo a. JC., el reino parto había usurpado la región oriental y Roma la mayor parte de la Cilicia, por lo que el reino de los seleúcidas quedó estrictamente reducido a Siria.

Senado. Senatus en latín. El primitivo Senado era un organismo constituido por cien patricios; posteriormente llegaría a alcanzar trescientos. Debido a su antigüedad, la definición legal de sus poderes, derechos y obligaciones era imprecisa; el cargo de senador era vitalicio (salvo casos de expulsión por parte de los censores por mala conducta o empobrecimiento), lo que propició que se creara en seguida una oligarquía y que, a lo largo de la historia, sus miembros lucharan denodadamente por conservar su privilegiada posición. Hasta que Sila impidió el acceso al Senado sin un cuestorado previo, se ingresaba por los datos del censo, aunque a partir de la mitad de la época republicana el cuestorado previo solía ir seguido del ingreso en el Senado. La lex Atinia establecía que los tribunos de la plebe ingresaran automáticamente en el Senado tras su elección. Sin ser una ley formal, el requisito para ser senador era tener una renta anual de un millón de sestercios.

Sólo los senadores podían vestir la latus clavus o laticlavia con una ancha franja púrpura; llevaban también zapatos de cuero marrón y un anillo (en su origen, de hierro y después de oro). La vestimenta de luto de los senadores consistía en ponerse en la túnica la franja estrecha de caballero; sólo los que desempeñaban magistratura curul llevaban toga bordada en púrpura, y la de los senadores era una simple toga blanca.

Las reuniones del Senado debían celebrarse en lugares debidamente consagrados, ya que no siempre tenían lugar en su sede, la Curia Hostilia. Las ceremonias y la sesión del día de Año Nuevo, por ejemplo, se celebraban en el templo de Júpiter Optimus Maximus, mientras que las sesiones para tratar de la guerra, se llevaban a cabo en el templo de Belona, fuera del pomerium. Estas sesiones sólo se celebraban desde el amanecer hasta el ocaso, y se suspendían en los días reservados a las reuniones de los comitia siempre que éstas se celebrasen.

Hasta que Sila lo reorganizó, como hizo con tantas cosas, existía en el Senado una estricta jerarquía entre los que tenían voz en las sesiones, siendo el príncipe del Senado y los consulares quienes tenían preferencia a tomarla antes que los elegidos para un cargo del que no hubieran tomado posesión; después de la reforma de Sila, éstos -cónsules y pretores electos- la tomaban antes que aquéllos. En cualquier caso, los patricios siempre precedían en el uso de la palabra a los plebeyos de similar condición, y no todos los senadores tenían voz en la cámara; los senatores pedarii, que se sentaban detrás de los que tomaban la palabra, sólo podían votar. No había limitaciones en cuanto al tiempo o contenido de la oratio (discurso) y de ahí la popularidad de la maniobra actualmente denominada obstruccionismo. Si el asunto no era importante o la respuesta totalmente unánime, el voto podía ser verbal o a mano alzada, pero se recurría al voto formal cuando existían discrepancias entre los senadores, que se levantaban para situarse a un lado u otro del estrado curul, según diesen el «sí» o el «no», y así efectuar el recuento. El Senado era un organismo asesor más que legislativo y promulgaba sus consulta o decretos a petición de las distintas asambleas. Si el asunto era grave, se requería un quorum para llegar a la votación, aunque no se sabe qué proporción determinaba tal quorum. ¿Quizás un cuarto? Desde luego, la mayoría de las sesiones no contaban con una nutrida asistencia, al no existir un reglamento que especificase la obligación de asistir a todas las sesiones.

Por tradición, el Senado tenía potestad suprema en ciertas cosas, pese a su carencia de poder legislativo; así era el caso en cuestiones fiscales porque controlaba el Erario (fiscus) y el tesoro; en asuntos exteriores y en cuestiones bélicas; en administración de las provincias y en el nombramiento de sus gobernadores.

senatus consultum de re publica defendenda. Era un decreto inapelable del Senado, así denominado porque Cicerón abrevió su definición a senatus consultum ultimum. Desde 121 a. JC. en que Cayo Graco recurrió a la violencia para impedir que se derogasen sus leyes, en los casos de excepción el Senado asumía prioridad sobre todos los organismos legislativos promulgando un senatus consultum de re publica defendenda que venía a ser una especie de ley marcial y como un mecanismo para evitar el nombramiento de un dictador.

servianas, murallas. Eran los muros Servii Tullii o Tulli. Los romanos creían que las murallas que rodeaban la ciudad republicana habían sido levantadas en tiempos del rey Servio Tulio, pero la evidencia invita a pensar que fueron construidas después del saqueo de Roma por los galos de Breno el 390 a. JC. Hasta tiempos de la dictadura de César estuvieron perfectamente conservadas.

servidores públicos (funcionarios). Cuanto más amplío mis investigaciones, más convencida estoy de que en Roma había servidores públicos. No obstante, el Senado y las asambleas, que eran los organismos gubernamentales, solían detestar a esta clase de servidores, y muchas de las transacciones públicas de Roma las realizaban empresas y/o individuos particulares del sector de los negocios; esta privatización perduraba en tiempos de la república y se regulaba por medio de los censores, pretores, ediles y cuestores. Las contratas se efectuaban sobre un precio estipulado por el servicio, pero a pesar de todo, había muchos servidores públicos: oficinistas, escribas, secretarios, contables, factotums, ayudantes religiosos, esclavos públicos, oficiales electorales, oficiales de los comicios, lictores… aparte de las legiones. La caballería puede decirse que era «de alquiler». La paga y las condiciones de trabajo no serían muy buenas, pero, aparte de los esclavos públicos, todos los servidores públicos eran probablemente ciudadanos romanos. Un gran contingente de los servidores del sector de la administración eran libertos griegos.

sestercios (sestertius). La moneda romana más corriente, y unidad contable, de ahí su proliferación en los textos de la época. Su nombre deriva de semi tertius o dos ases y medio. En plural eran sestertii, se representaban con la abreviatura HS y era una pequeña moneda de plata equivalente a un cuarto de denario.

sextilis. En origen era el sexto mes cuando el Año Nuevo romano comenzaba en marzo, y mantuvo ese mismo nombre después de que se decidiera cambiar el inicio del año al mes de enero. Nosotros lo denominamos agosto, como hicieron los romanos (augustus) a partir del reinado de Augusto.

Sibila, libros de. La Sibila era un oráculo que dictaba sus profecías en trance, como casi todas las pitonisas. Esta, de gran fama, vivía en Cumas, ciudad de la costa de Campania. El Estado romano poseía una serie de profecías escritas llamadas los libros de la Sibila, adquiridos, al parecer, por el rey Tarquinio Prisco y redactados en griego en hojas de palmera (posteriormente se pasaron a papel). Según la leyenda, cada vez que el rey se negaba a comprarlas, ardía un libro y aumentaba el precio; hasta que se resignó a adquirir el resto. Estos libros tan respetados los guardaba un colegio formado por diez sacerdotes menores, los decemviri sacris faciundis, hasta que Sila aumentó su número a quince y fueron los quindecimviri sacris faciundis, a quienes en momento de crisis el Senado del Pueblo de Roma consultaba para comprobar si había alguna profecía aplicable a la situación. Estos libros se perdieron en el incendio que destruyó el templo de Júpiter el seis de julio de 83 a. JC., ordenando Sila una búsqueda de sibilas por todo el orbe para recuperar los escritos.

socius, socii. Era un extranjero que tenía categoría de aliado de Roma.

Sol Indiges. Uno de los dioses más antiguo de Roma, al parecer (el Sol) esposo de Tellus (la Tierra). Poco se sabe de su culto, pero parece ser que estaba muy difundido y los juramentos hechos en su nombre eran por asuntos serios.

sponsio. En casos de litigio civil que no requería proceso ante un tribunal, es decir, los casos en los que entendía el pretor urbano, éste sólo les daba curso si se depositaba previamente una suma llamada sponsio. La suma solía ser la equivalencia a los daños y perjuicios o la cantidad en litigio en casos de deuda. También en las quiebras bancarias o en los impagados se denominaba a esa suma sponsio. Hasta la época de la dictadura de Sila, si el querellante o su abogado no podían reunir la suma, el pretor no daba curso a la querella; Sila solventó la dificultad, permitiendo que el pretor urbano o el pretor de extranjeros tuvieran potestad para eximir el depósito de dicha cantidad. Por cierto, que él lo puso en práctica por primera vez al tratar de reforzar la constitución antes de partir para la guerra contra Mitrídates; pero sus leyes fueron pronto derogadas y sólo se conservaron las que había inscrito en tablillas durante su dictadura.

stibium. Polvo negro a base de antimonio, soluble en agua, que se usaba para pintarse cejas y pestañas y perfilar los ojos.

stimulus, stimuli. Para los romanos, un stimulus era una estaca aguzada colocada en el fondo de los fosos o trincheras de las fortificaciones; su significado se extendía a cualquier instrumento aguzado para aguijonear a un animal, e, implícitamente, un stimulus era algo que producía agudo dolor mental o preocupación.

strategoi. Plural de la palabra griega strategos; general o comandante en jefe.

Subura. El barrio más pobre y populoso de Roma. Estaba situado al este del Foro, en el declive entre el espolón Opiano del monte Aquilino y el Viminal. Un barrio en el que se hablaban todos los idiomas y de vecinos muy liberales; en el Subura vivía gran número de judíos, y en tiempos de Sila se hallaba en él la única sinagoga de la ciudad. Según Suetonio, Julio César vivió en el Subura.

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