Legado (119 page)

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Authors: Christopher Paolini

Gedwëy ignasia:
palma reluciente.

Guliä waíse medh ono, Argetlam:
Que la suerte de acompañe, Mano de Plata.

Helgrind:
las Puertas de la Muerte.

Hvitr:
blanco.

Íllgrathr:
hambre mala.

Islingr:
iluminador.

Istalrí:
fuego (véase también Brisingr).

Jierda:
romper, golpear.

Kausta:
venir.

Kverst:
cortar.

Kverst malmr du huildrs edtha, mar frëma né thön eka threyja!:
¡Corta el metal que me retiene, pero no más de lo que deseo!

Ládrin:
abrir.

Letta:
detener.

Liduen Kvaedhí:
escritura poética.

Mäe:
fragmento de una palabra que Eragon nunca acabó de pronunciar.

Naina:
iluminar.

Naina hvitr un böllr:
crea una esfera de luz blanca.

Nam iet er Eragon Sundavar-Vergandí, sönr abr Brom:
Me llamo Eragon Asesino de Sombra, hijo de Brom.

Nïdhwal:
criaturas parecidas a los dragones que viven en el mar, emparentadas con los Fanghur.

Niernen:
orquídea.

Ono «ach» néiat threyja eom verrunsmal edtha, O snalglí:
Tú «no» quieres enfrentarte a mí, snalglí.

Sé ono waíse ilia:
Que seas feliz.

Sé onr sverdar sitja hvass:
Que vuestras espadas no pierdan el filo.

Shur’tugal:
Jinete de Dragón.

Slytha:
dormir.

Snalglí:
raza de caracoles gigantes.

Stenr rïsa!:
¡Álzate, piedra!

Stern slauta!:
¡Reverbera, piedra! (slauta es una palabra de difícil traducción: es un sonido muy agudo y penetrante, como el de una piedra cuando se rompe, pero también puede significar hacer ese sonido).

Stydja unin mor’ranr:
descanse en paz.

Sundavrblaka:
sombra que aletea.

Svit-kona:
título formal y honorífico para una elfa de gran sabiduría.

Thelduin:
gobernar.

Theyna:
guardar silencio.

Thrautha:
lanzar.

Thrysta vindr:
comprimir el aire.

Thurra:
secar.

Un:
y.

Vae weohnata ono vergarí, eka tháet otherúm!:
¡Te mataremos, lo juro!

Vaer Ethilnadras:
alga flotante marrón con unas vejigas llenas de gas en las uniones entre el tallo y las hojas.

Vaetna:
desperdigar, desactivar.

Valdr:
gobernante.

Vëoht:
mostrar.

Verma:
calentar.

Vrangr:
pervertido; errado.

Waíse néiat!:
¡Sea la nada!

Yawë:
un vínculo de confianza.

EL IDIOMA DE LOS ENANOS

Az Ragni:
el Río.

Az Sweldn rak Anhûin:
las Lágrimas de Anhûin.

Barzûl:
para maldecir el destino de alguien.

Beor:
oso de las cuevas (término élfico).

Derûndânn:
saludos.

Dûr:
nuestro.

Dûrgrimst:
clan (literalmente, «nuestra sala/hogar»).

Erôthknurl:
terrón (literalmente «piedra de tierra»; el plural es Erôthknurln).

Fanghur:
criaturas parecidas a los dragones, pero más pequeñas y menos inteligentes que sus primos (naturales de las montañas Beor).

Farthen Dûr:
Padre nuestro.

Feldûnost:
barba de escarcha (una especie de cabra natural de las montañas Beor).

Grimstborith:
jefe de clan (literalmente, «medio jefe»; el plural es «grimstborithn»).

Grimstcarvlorss:
el que arregla la casa.

Grimstnzborith:
dirigente de los enanos, sea rey o reina (literalmente, «jefe de sala»).

Ilf gauhnith!:
peculiar expresión de los enanos que significa «Es seguro y bueno». Suele pronunciarla quien ofrece una comida. Es un vestigio de los días en que eran frecuentes los envenenamientos entre clanes.

Ingeitum:
trabajadores del fuego, herreros.

Knurla:
enano (literalmente, «hecho de piedra»; el plural es knurlan).

Nagra:
jabalí gigante, natural de las montañas Beor (el plural es «Nagran»).

Thardsvergûndzmal:
algo que parece lo que no es; una falsificación; un engaño.

Tronjheim:
yelmo de gigantes.

Vor Orikz korda!:
¡Por el martillo de Orik!

EL IDIOMA DE LOS NÓMADAS

No:
sufijo honorífico que se añade al nombre de alguien a quien se respeta.

EL IDIOMA DE LOS ÚRGALOS

Drajl:
larvas de oruga.

Nar:
título de gran respeto.

Thulqna:
tiras tejidas donde los úrgalos lucen los emblemas de sus clanes.

Uluthrek:
Comedora de Luna.

Urgralgra:
el nombre que los úrgalos se dan a sí mismos (literalmente, «los que tienen cuernos»).

Agradecimientos

Kvetha Fricaya
. Saludos, amigos.

Ha sido un camino muy largo. Cuesta creer que haya llegado el final. Muchas veces me han entrado las dudas de si acabaría esta serie. Y que lo consiguiera se debe en gran medida a la ayuda y al apoyo de mucha gente.

No exagero cuando digo que escribir
Legado
ha sido lo más duro que he hecho en mi vida. Por diversos motivos —personales, profesionales y creativos— este libro presentaba un desafío mayor que los anteriores. Estoy orgulloso de haberlo completado, y más aún del libro en sí mismo.

Al echar la vista atrás y contemplar la serie en conjunto, me resulta imposible expresar un sentimiento único. El ciclo de «El legado» ha consumido doce años de mi vida —casi la mitad de los que he vivido hasta la fecha—. La serie me ha cambiado a mí y a mi familia, y para explicar las experiencias que me ha generado necesitaría otros cuatro libros. Y tener que desprenderse ahora de todo ello, decir adiós a Eragon, Saphira, Arya, Nasuada y Roran y seguir adelante con nuevos personajes y nuevas historias… es una perspectiva sobrecogedora.

De todos modos no pienso abandonar Alagaësia. He invertido mucho tiempo y muchos esfuerzos en la creación de este mundo, y en algún momento futuro volveré a él. Puede que pasen unos años antes de que lo haga, o tal vez ocurra el mes que viene. Ahora mismo no lo sé. Pero cuando vuelva a él espero abordar algunos de los misterios que he dejado por resolver en la serie.

Hablando de eso, siento haber decepcionado a los que esperabais saber más sobre Angela, la herbolaria, pero es un personaje que no resultaría ni la mitad de interesante si lo supiéramos todo de ella. No obstante, si alguna vez tenéis ocasión de conocer a mi hermana, Angela, siempre podéis preguntarle a ella por el personaje. Si está de buen humor, puede que os cuente algo interesante. Si no… Bueno, en cualquier caso es posible que os responda con alguna ocurrencia divertida.

Y ahora pasemos a los agradecimientos.

En casa, doy las gracias a mi madre y a mi padre por su apoyo constante, por sus consejos y por darle una oportunidad a Eragon desde un principio. A mi hermana, Angela, por ser una estupenda mesa de pruebas para cualquier idea, por ayudarme en la edición y, una vez más, por permitirme usarla como personaje y proporcionarme un apoyo enorme durante la última parte de la obra. Estoy en deuda contigo, hermanita, pero eso ya lo sabías. También le agradezco a Immanuela Meijer que me hiciera compañía cuando me enfrentaba a un tramo particularmente difícil.

En Writers House: a Simon Lipskar, mi agente, por su amistad y por todo lo que ha hecho por la serie a lo largo de los años (¡prometo empezar a escribir algo más rápido a partir de ahora!); y a su ayudante, Katie Zanecchia.

En Knopf: a mi editora, Michelle Frey, por su inquebrantable confianza y por hacer posible todo esto. En serio: sin ella, hoy no tendríais este libro en las manos. A su ayudante, Kelly Delaney, por hacerle la vida algo más fácil a Michelle, y también por ayudar en la elaboración de la sinopsis de los tres primeros libros. A la editora Michele Burke por seguir atentamente la historia y por ayudar a conseguir que se publicara el libro. A Judith Haut, jefa de Comunicaciones y Marketing, sin la que esta serie no habría llegado a oídos de casi nadie. También en el Departamento de Publicidad, a Dominique Cimina y Noreen Herits, que fueron de gran ayuda antes, durante y después de mis diversos viajes. A la directora de Arte Isabel Warren-Lynch y a su equipo por el bonito diseño de la cubierta y del interior (y también por su trabajo en las ediciones en rústica). Al artista John Jude Palencar por crear una serie de cubiertas magnífica; esta última es una gran imagen para acabar la serie. A Chip Gibson, jefe de la división infantil de Random House. A Nancy Hinke, directora de Publicaciones, por su inmensa paciencia. A Joan DeMayo, directora de Ventas, y a su equipo (¡huzzah y muchas gracias!). A John Adamo, jefe de marketing, cuyo equipo no ha dejado de sorprenderme con su creatividad. A Linda Leonard y a su equipo en nuevos medios; a Linda Palladino y Tim Terhune, de Producción; a Shasta Jean-Mary, directora editorial; a Pam White, Jocelyn Lange y al resto del Departamento de Derechos de Autor, que contribuyeron a que este ciclo se convirtiera en un fenómeno editorial en todo el mundo; a Janet Frick, Janet Renard y Jennifer Healy, correctoras; y al resto de las personas de Knopf que me han dado su apoyo.

En Listening Library: a Gerard Doyle, que ha hecho un gran trabajo dando voz a mi historia (me temo que con Fírnen le he planteado un desafío considerable); a Taro Meyer por dirigir la actuación de Gerard de un modo sutil y conmovedor; a Orli Moscowitz por tirar de todos los cables a la vez; y a Amanda D’Acierno, editora de Listening Library.

Gracias también a mi colega Tad Williams (si no lo habéis hecho, leed la trilogía Añoranzas y pesares, no lo lamentaréis) por darme la inspiración para usar una mina de pizarra en los capítulos de Aroughs.

Y al escritor Terry Brooks, que ha sido a la vez un amigo y un mentor para mí. (Recomiendo vivamente su serie El reino mágico de Landover.)

Y gracias a Mike Macauley, que ha creado y dirige uno de los mejores sitios webs de fans (shurtugal.com) y que, con Mark Cotta Vaz, escribió
La enciclopedia de El legado
. Sin los esfuerzos de Mike, la comunidad de lectores sería mucho más reducida y estaría peor informada. ¡Gracias, Mike!

Debo hacer una mención especial a Reina Sato, una fan cuya reacción al encontrarse con un plato de caracoles por primera vez me animó a crear los snalglí de Vroengard. Reina, los snalglí son para ti.

Como siempre, mi último agradecimiento es para ti, lector. Gracias por seguirme a lo largo de toda la historia, que las estrellas brillen sobre ti el resto de tu vida.

Y… eso es todo. No tengo más palabras que añadir a la serie. Ya he dicho lo que había que decir. El resto es silencio.

Sé onr sverdar sitja hvass!

CHRISTOPHER PAOLINI

8 de noviembre de 2011

ACERCA DEL AUTOR

Christopher Paolini nació el 17 de noviembre de 1983 en el sur de California. Ha vivido la mayor parte de su vida en Paradise Valley, Montana, con sus padres y su hermana menor. Las altísimas y escarpadas Beartooth Mountains, que se elevan a un lado del valle y están nevadas durante la mayor parte del año, inspiraron los paisajes fantásticos que aparecen por primera vez en Eragon.

Ahora que la serie (Eragon, Eldest, Brisingr y Legado) llega a su fin, Christopher planea tomarse unas vacaciones y empezar a pensar en ideas para sus siguientes libros.

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