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Authors: Enrique de Villena

Los doze trabajos de Hércules (2 page)

Estos trabajos fabla Virgilio en el viij libro de su
Eneyda
, onde pone que los cantavan los sacerdotes en los himnos antes de los sacrificios, en la fiesta que celebravan cada uno de la victoria que uvo Hércules del ladrón llamado Caco.

De aquestos trabajos no olvidó Boecio de hacer mención en el quarto libro
De consolación
y metro final de aquél. ¿Qué puedo dezir, sino que todos los coronistas han pregonado aquestos trabajos reputándolos dignos de perpetua recordación, ceptro de virtuosas costumbres y exemplo común a la diversidad de los estados principales, hedades, condiciones y tiempos?

Ca el mundo es partido en doze estados principales y más señalados, so los quales todos los otros se entienden, es a saber, estado de príncipe, estado de perlado, estado de cavallero, estado de religioso, estado de cibdadano, estado de mercader, estado de labrador, estado de menestral, estado de maestro, estado de discípulo, estado de solitario [y] estado de muger. E cada uno destos estados contiene en sí diversas distinciones de grados así como se sigue:

Estado de príncipe representa emperadores, reyes, duques, condes, marqueses, viscondes, capitanes, governadores y todos los otros que han juredicional exerpción temporal o que han de regir compañas o familias. Cada uno de aquestos tiene principado en su manera.

So estado de perlado entiendo papas, cardenales, patriarchas, primados, arçobispos y obispos, abades, priores, rectores, oficiales, ministros, guardianes, mayores e todos los otros que han exercicio de juredición eclesiástica y han de regir súbditos por eclesiásticas leyes y cada uno de aquellos tiene perlatura en su grado y manera.

Por estado de cavallero entiendo rico ombre, noble infançón, caballero armado, gentil ombre y todos los otros que son fijos d’algo, a quien pertenesce usar exercicio y multiplicar las costumbres virtuosas y buenas en conservación y defendimiento del bien común.

Por estado de religioso entiendo christianos y los grados de religión específica, así como capellanes, frailes. E aun so el nombre de frailes ay otras distinciones de órdenes, es a saber, monjes negros, monjes blancos, fraires menores predicadores y los otros a tales, y demás las dueñas de religión contando en éste, finalmente, todas las personas so cierta regla, ábito, comunidad, confradía, sociedad y hermandad biven.

Por estado de cibdadano entiendo cibdadanos honrrados, burgeses, ruanos, como de villa, y no biven de su trabajo, nin han menester conoscido de que se mantengan

Por estado de mercader entiendo los comprantes y vendientes, siquiera mareantes, que, por ganancias de fletes y pasadas, por los mares fazen precios y avenencias en guisa de mercadoría, sacando dende provecho sabido traperos o tenderos y todos los otros que so cierto precio o avenencia buscan y han ganancia de que biven.

Por estado de labrador entiendo villanos, cavadores y labradores, y ortolanos y los que se alquilan a jornales, a los que lievan cargas acuestas de lanas,
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paños y otros carguerios atales de unas casas a otras, y aun pescadores, y los otros que viven de su trabajo corporal usando officios y menesteres baxos y despreciados, según son los que acarrean el estiércol y a limpian los lugares inmundos y los otros tales como estos.

Por estado de menestral entiendo plateros, herreros, texedores, pintores y los otros que, por menester público labrando de sus manos y vendiendo su lavor, alcançan de comer.

Por estado de maestro entiendo maestros en Teología, doctores en leyes y en cánones, maestros en Medicina y en Artes, philosephos, bachilleres y los otros que saben y pueden y han autoridad de mostrar a discípulos alguna sapiencia, ciencia, arte de dotrina o enseñamiento.

Por estado de discípulo entiendo escolares, camareros de las escuelas y repetidores, y todos los otros que so disciplina de maestro ganan doctrina y se disponen de la ganar por vía scientífica y moral.

Por estado de solitario entiendo hermitaños, anacoritas, emparedados, reclusos o encerrados, selváticos o apartados, y todos los otros que biven arredrados de compañía y se dan al contemplativo bevir.

Por estado de muger entiendo dueña, doncella, moça, casada, biuda, sierva, niña y de todos los otros grados mugeriles en [qualquier]
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dignidad o subjeción que sean falladas.

De las otras personas que de fuera de aquestos ya nombrados y sus vías biven, así como pirotos o corsarios, fragores, ladrones, robadores, violentadores, incensores, vagamundos, baybitas, gironagos, infieles, paganos. E a tal non faze mención, ca encartados y fuera echados de la virtuosa vida y lícita no fazen estados por sí, nin son miembros sanos del cuerpo místico universal de la especie humana y congregación del mundo.

Empero todos aquestos, así los unos, como los otros, cada uno en su manera, podrían ver en el espejo de aquestos trabajos su condición y vida virtuosamente usantes enxemplar que seguir puedan. E por ende esfuérçanse los buenos pugnando crecer en virtudes y las malos avrán refrenamiento a sus vicios. E ya sea que aquí non sean deducidos específicamente cada uno de los nombrados estados por cada un trabajo con sus diferencias y variedades de casos si no implícitamente y sumaría por grand brevedad. Empero lo que aquí será dicho y ejemplificado havrés manera y artificio para deducir y aplicar los dichos trabajos a los y por los encima puestos estados y sus diferencias, según no dubdo que vuestro caro ingenio sabrá mejor praticar que la rubidat mía mostrar puede.

Capítulo primero. Cómo los centauros fueron echados de la tierra y fue poblada

/fo. IIII r/

Estado de príncipe.

or diversas maneras la horden de aquellos trabajos han los abtores variado, algunos poniendo según orden natural y de tiempo, y otros según orden artificial y de di[g]nidad, onde la más común y aprovada es la que Boecio ha tenido en su quarto libro
De consolación
en el metro final seguiendo la orden de dignidad, y allí ha puesto que el primero trabajo fue domar los centauros. E por esto, siguiendo lo aqueste trabajo, porné primero en orden y asentaré como cimiento en este primero capítulo contando la historia siquier poética fición que es tal.

Historia nuda.

Según Ovidio en el su
Metamorphoseos
ha registrado afirma que un gigante fue a quien llamavan Uxío, el qual se enamoró de Juno deesa del ayre, fija de Saturno y madrasta de Hércules. Aqueste gigante, aviendo lugar y vagar, quiso con la dicha Juno carnalmente ayuntarse, mas no consentió ella por voluntad se no inclinó al loco deseo de Uxío. No embargante en lugar apartado guardó con todo esso gravemente su onestad defendiéndose, no por fuerça temporal, mas por engaño y presto consejo de muger entendida, formando en el ayre imagen fantástica de muger en la niebla espesa que era entre Uxío y ella, a figura de sí muy aýna y causó sin tiempo por arte divinal. E aquesta imagen así formada acatando Uxío cuydó que fuese la verdadera Juno que él amava y así se juntó con aquella sonbra, presumiendo usar carnalmente de Juno, que tanto codiciado avía. E por este ayuntamiento empreñóse aquella sombra y mentirosa figura, por misterio y voluntad de la deesa, y no solamente concibió, mas, allegado el tiempo común del parto, parió de una vegada siquiera de un vientre animales ciento, que de la cinta arriba avían figura humana y usavan de cavalleriles armas, y de la cinta abaxo avían forma cavallar pelosa y la cola crescida, corrientes en dos pies con gran ligereza fasta se igualar con el curso de los arrebatados vientos en su correr. A aquestos animales llamó aquella hedad centauros. Estos destruýan y gastavan y comían con su esquiva desmesura bestial, disipando lo que ante sí fallavan y quanto podían. Del número de los que les fueron, Quirón, maestro de Archiles y Neso, el que furtó a Daymira, y otros de quien los poetas antiguos fazen gran mención.

Oyendo Hércules el daño que aquestos en la tierra fazían, movido con fervor de virtud o grandez de coraçón cavalleril, quiso empachar la grand osadía de aquestos y refrenar el su vicio so atrevimiento. Señalado el bien de la patria común y el sosiego della, no du-
/fo. IIII v/
-dó ponerse a peligro peleando personalmente con los dichos centauros informado que por el su padre Uxío fue provado corromper la su madrasta Juno y por aquella cobdicia en la figura mentirosa de la nuve, engendrando aquellos chimerinos o mezclados de diversas naturas de animales que embargan la política vida del cuerpo místico de la cosa pública.

Aqueste Hércules por la dignidad de su madrasta Juno cuydando en este aviso fue sobre los centauros y fuera echándolos y encogéndolos en las ásperas selvas del monte Pelias. E por el su miedo ascondidos en las escuras cuevas del monte Esseneo y no osando más to[r]nar entre los ombres a quien daño fazían, diéronse al uso del caçar las bestias fieras en las esquinas espesuras y desbaratadas de rodope. Fue así librada la tierra de tal subgeción y daño por aqueste virtuoso Hércules, a remembrança del qual y gloria pusieron en las istorias los poetas este trabajo a enxemplo de los que entonce bivían y después avían de venir.

Declaración.

Esta manera de fablar es fabulosa ca no es semejable de verdad ni conforme a las obras de natura, nin menos usadas. Empero la su significación según Fulgencio ha declarado en su
Metodología
y los otros que descubrieron las figuras poéticas por razón que el fructo de aquellos fuese entendido y acogido a beneficio de la moral vida.

Entiéndese por la deesa Juno la vida activa, que acata las tenporales cosas y se ocupa en ellas, por esso es dicha deesa del ayre, ha mostrar la poca firmeza de las temporales cosas, empero es divinal por seer de las cosas que convienen a la conservación de la vida de los ombres. Es dicha madrastra de Hércules, que es interpretado virtuoso, esto [porque]
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las ocupaciones temporales contrallan, tientan, travan y desvían al ombre virtuoso, embolviendo y abaxando la sabieza humana en las terrenales cosas, faziéndole bien parecer lo que le embarga de bevir al su devido fin. E por Uxío se entiende el cobdicioso, que no cura de virtud poniendo su esperança en los temporales y fallecederos, enamorándose de la vida activa, queriéndola aver del todo a su uso. Estos tales lo alcançan menos por no aver consigo conoscimiento de virtud y buena intención. Por esso la dicha vida ativa, por estos no derechamente buscada, causa para conoscer error y escurecimiento de virtud en el entendimiento de aquestos, faziéndoles entender engañosamente que la vida activa sea solamente para alcançar y conservar temporales vienes, lo que no es sino para conservar y mantener virtud y vida contemplativa. Este error es la niebla a semejança de sí, que la vida activa representa al cobdicioso en la qual engañado se deleyta. E una de aquellas por autos no devidos, allí se engendran mostruosos efectos y desaguisadas costumbres que a lo primero parescen humanas y al fin son bestiales y sin honrra. E estos son los centauros cuya muchedumbre es significada por el número de ciento, que no dan lugar a la morança de los ombres querientes según razón bevir.

Estos centau-
/fo. V r/
-ros van armados en la parte delantera, defendiendo sus malicias y cobrándolas, mas la su fin es temida y conoscida dexando la cola de mala nombradía, no teniendo alguna firmeza, fuyendo así como viento, mostrando que poco dura la vida de los vicios y en viento se convierte vanescido por olvidança. Contra los tales los virtuosos, con zelo de la cosa pública, batallan esforçadamente reprehendiéndolos y refrenándolos con temporal poderío, apartándolos de la congregación de la vida dados a la vida cevil tal embargo. E así fuera echando los vicios y embiados a los disiertos y montes que se entienden por los profundos pensamientos que son los mostruosos y enconados no dexan de los malos pensamientos de fuera poner en obra.

Verdad.

Esto es dicho segund la alegórica significación, empero la verdad de la historia fue así: que Uxío era un grand señor en la tierra de Grecia, inclinado y dado a la vida activa de señorear muchas gentes y subjuzgar los pueblos so engenio de domar cavallos y cavalgarlos. E fizo así en el comienço ciento de cavallo que armados corrían aquella tierra, y faziéndose obedescer por temor servil y estragando contra voluntad de los abitadores de aquellas comarcas. E los ombres y gentes de aquella sazón de tal novedad maravillados, como cosa que de antes no avían visto, cuidáronse que el ombre y el cavallo en que cavalgava fuese todo un cuerpo mezclado y puesto de humana y cavalluna figura. E posiéronles nombres centauros por que eran cientos que corrían como aura que quiere dezir viento o ayre movido. Sabiendo esto, Hércules, fijo de Júpiter y de Almena, fue en aquellas partes y batalló contra los centauros dichos, venciéndolos y fuera echándolos de la tierra, fasta los encerrar en las montañas desiertas dando lugar de virtuosa y reposadamente bevir alos que dello avían deseo y propósito. E esto fue puesto y historiado por la figura suso dicha en el primero párrafo a perpetual memoria. E duró fasta que es llegado a este nuestro tiempo de agora.

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