Read Los doze trabajos de Hércules Online

Authors: Enrique de Villena

Los doze trabajos de Hércules (3 page)

Aplicación.

Ciertamente es estado y espejo y lumbre al estado de los príncipes, mayormente entre los otros, onde claramente pueden ver las virtudes y vida al su estado convenibles. Aprendan porende los que súbditos y vasallos rigen de ser Hércules manteniendo justicia en perseverança y fortaleza, y guerrear los centauros que son los criminosos y malfechores sin bien alguno y de otra manera las malas costumbres y detestables usos y dexen el pueblo bien quiriente bevir en reposo. Por el guerrear de los centauros la justicia cometiva usen penando los malos, seguiendo aquel exemplo. E por el reposo de los pueblos, la justicia distributiva, que es más noble parte. Estonce se deve por ellos cumplir gualardonando los buenos fechos y servicios dando beneficios a los merescientes y honrrando los virtuosos por favor y testimonio de virtud. E si spiritualmente quieres esto aplicar al estado perlado, que deve fuir a los vicios y desechar la mala dotrina reluziendo por exemplo y buena fama, sería muy propio aqueste que en esta historia es dicho alegar. E por razón de lo abreviar esto déxo-
/fo. V v/
-lo a la discrición vuestra que por éste y por los otros estados sabía deduzir este trabajo mejor que por mí podría ser espresamente dicho, y do fin al primero trabajo
et cetera
.

Capítulo dos. De cómo murió el fiero león de la selva Mornia.

Estado de perlado.

ue el segundo trabajo quando Hércules mató el león en la selva o montaña espesa de árboles nombrada por los de aquel tiempo Mornia. De aquesto habla Boecio y muchos historiales, poetas por cuya concordia paresce la significación en la manera que se sigue.

Historia nuda.

Es en Grecia una grand selva y espesura de árboles antigua y espantable, y esquiva y no abitada, y áspera de peñas y afoyada de cuevas sombrosas y escuras dicha Mornia, acompañada de fieras y salvajes bestias entre las quales avía un león muy grande y bravo, gastador de los pobladores y de los de allí vezinos. Por miedo del qual los viandantes desamparavan los caminos que pasavan acerca de aquel lugar. Los labradores con los buyes non osavan revolver la tierra dura nin encomendar las simientes al labrado campo. Los pastores dexavan los ganados sin osar los bolver quando se llegavan y los moradores en las caserías y aldeas dexavan su labrança, encerrando se en el fuerte muro de los mayores lugares [y] recogiéndose en las fortalezas y casas altas, tanto hera el temor que del dicho león avían y no menos daño avido y concebido avían. Oyendo esto el virtuoso Hércules y cavallero valiente corrió y ayudó al ermamiento y daño que recebían los de aquella tierra, no aviendo miedo maguera oyera dezir de otros muchos cavalleros que hantes d’él avían dubdado matar el dicho león y aún algunos que lo provaron fenescieron aí sus días entre los dientes del león y la suya sin defensión perdieron arrebatadamente vida. Hércules, con virtud sobrada, andubo a la selva ya dicha buscando el espantable león, conbidándolo que viniese a él por bozes y amenazas fasta que llegó a la dura cueva donde el cruel león se receptava o estava. El qual prestamente salió a él con el salto ligero y mostrando las corvadas uñas, los ojos vermejos y sangrientos por amuchiguada ira, las crines levantadas, royendo con boz desacordada y agra, esforçándose comer
/fo. VI r/
a Ércules. Mas Ércules no dudó el fiero león esperar. Mas al fin, con su maça inclinada, derribó el corporiento león y desnudóle la piel y fizo della vestidura que traía sobre las armas. E guarneció las uñas y los dientes de oro de aquella piel. E por esta manera fue librada aquella provincia.

Declaración.

Aquesta ystoria amencionaron los hystoriales a fin que por ella, por cubiertas palabras, podiese reprehender los soberbios que por el león son entendidos y para esforçar los virtuosos y quebrar la sobervia; la qual, con fuerça leónica, gastando las vezinas virtudes, arriedra del ombre onde se reposa toda compañía de buenas costumbres queriendo parescer mayor sin méritos entre aquellos que del mejor lo merecen, no conociendo sus propias culpas y roncamente estimándose o ser virtuosos queriéndose onrrar como si lo fuesen.

Verdad.

Cierto la verdad deste trabajo fue como la ystoria lo cuenta en el párrafo primero sin significación poética o semejança metafórica alguna. E en este párrafo tercero no es menester de apurar la verdad de la ystoria, según la orden començada en estos capítulos.

Aplicación.

Puédese moralmente aplicar a los estados del mundo y propiamente al estado de perlado, entiéndese por aquella comarca donde el león morava qualquier plazía a quien la selva de vicios es acercada. [Aunque]
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tenga en sí bestiales costumbres, es sobervia aquella que es entendida por el león, por ser cabeça de vicios y primero de las culpas mortales. Esto faze vanos vicios de bien los estados que los siguen, contra el qual los otros estados se devieran levantar a defendimiento de bien común a quien mucho nuze. E más pertenece esto fazer al estado de perlado. Paresciendo Ércules en esta parte deve por correciones desechar la sobervia con sus causas y circunstancias de los animales a él encomendados, no con cuchillo de justicia temporal, sino con maça de madero, por cuya blandura la piedad eclesiástica es entendida, y al cabo es enclavada de fierros; que demuestra la censura canónica que, sin romper la piel corporal, mata de dentro la ánima spiritual.

Puédese entender, en otra manera, quando el perlado contradize y se opone al poder temporal, que por manera leónica quiere las preheminencias a la iglesia devidas quebrantar. Entonce el perlado abaxe la sobervia de los tales por piadosas exortaciones o requerimientos, por blandura del madero començado. E si menester fuere, no dude en la parte enclavada de la maça ferir la leonil temerida amatando el sobervio movimiento fasta le quitar el propio cuero, que son los beneficios y sacramentos que el estado seglar recibe de la iglesia. E traya aquel cuero sobre sus armas por exemplo y testimonio que lo faga públicamente por que conozcan los menores que serán más ásperamente corregidos quando al bravo león han quitado la piel sin dudarlo. E más si el caso lo requiere guarnecer el perlado los dientes y las uñas de aquesta piel en oro. Esto demuestra los fondos y judéricos poderíos, census y tenencias qu’el lego terna, con que muerde y rascuña a su perlado resistiendo a su justo spiritual mandamiento. Desvellale el perlado la piel quitándole estas cosas que te fazían ensorbervecer y guarnece de oro las cosas dichas reduziéndolas a la yglesia. E allí queda el tal león desollado a exemplo de los atrevidos. Este tal despojo a gloria de tal perlado debe ser recordado siempre. Podría ser el estado de cavallero aplicado a quien conviene contradezir a los soberviosos enemigos de la patria, quitándole los despojos en testimonio del vencimiento y recordación y recobramiento de virtud y paz.

Capítulo tres. Cómo las aves arpías fueron echadas de casa del rey Fineo.

/fo. VI v/

Estado de cavallero.

asó el tercer trabajo Hércules desechando y apartando las arpías de la mesa del rey Fineo en cogiendo aquellas en las yslas Tropheas. Allí las falló Eneas, segund Virgilio en el tercero
Libro de las Eneidas
cuenta. E aquesto es así de muchos doctores cogido y historiales y contesció así como se sigue:

Historia nuda.

Fue un rey en Grecia llamado Fineo y ovo dos mugeres. De la primera tenía fijos, y de la segunda no. Aquella segunda como madrastra aborresció los fijos de la primera y buscava muchos achaques por los poder poner en culpa y fazer caher en yerro. Tanto que un día les dixo a cada uno dellos [apartadamente]
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que durmiesen con ella y cada uno dellos, siendo fiel al dicho su padre, negó de lo fazer y demás contáronlo a su padre. E todo esto negó [desenvergonzadamente]
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la madrastra encargando a los andados que ellos quisieran cometer el tal yerro, quexándose al marido y afrontándole de castigo. E Fineo, vencido y más [verdaderamente]
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engañado en las palabras compuestas de la muger, concibió yra contra los fijos proprios no culpables cegándolos de la corporal vista. E en vengança de aqueste tal fecho fueron los dioses muy yrados contra Fineo penándolo de tanta culpa por esta misma guisa. E priváronlo de la vista segund él a sus fijos privado avía que eran inocentes. E añadieron más a la pena que las aves infernales, que son dichas arpías, asechasen [todavía]
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la mesa del rey ya dicho ensuciando aquella en la ora de su comer con sus [inmundicias]
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[y] arrebatando las viandas de la real mesa. E con esta quexa y angostura lo fazían bevir con tristeza de vida y más [verdaderamente]
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muerte alongada.

La figura de aquestas arpías, segund los pohetas, es tal que han la faz virginal, es a saber, de donzella, y son aladas y en el cuerpo cubiertas de pluma, y tienen los pies armados de agudas uñas, y la boca amarilla por fanbre, y por mucho que comen nunca se fartan. Sabiendo esto, el virtuoso Hércules, que el estado de tan alto rey era denigrado y escurescido siquier menguado y la su vida anublada y en cuydados detenida, fue aquellas partes. Asaetando las dichas arpías con el su poderoso arco lançólas de la casa y palacio del rey Fineo. Las quales no seguras en algund lugar por el herculino temor se receptaron y encerraron en las dichas Tropheas yslas.

E los dioses acatando de alto movidos a piedat restituyeron o fizieron cobrar el beneficio del ver al rey Fineo por Hér-
/fo. VII r/
-cules, a cuya memoria y alabança fue en las historias éste canonizado siquier provado en buen enxemplo trabajo digno de grand recordación y loor.

Declaración.

Aquesta fictión, en parte, es parabólica y, en parte, fabulosa, significando por fines el estado del ombre virtuoso que debe ser rey de las sus pasiones, recogiéndolas con mano de fortaleza y conoscencia. Aqueste tal conviene ser junto y matrimonio con la derecha intención y sana. Ésta es la primera muger de la qual engendra fijos de buenos enxemplos y obras loables. E después cabe en bigamia tomando otra muger que es la cobdicia y mudando el estado virtuoso en vicios. E esta cobdicia es madrastra de las buenas obras que son los hijos de la primera muger. Qualquier que juntare estos fijos consigo no devidamente, es a saber, tirar a su fin los fechos de aquellas. E por no las seguir ni complazer a su voluntad vana acúsales con Fineo ya fecho vicioso. E por esta razón se ensaña Fineo y [saca]
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los ojos a sus propios fijos, es a saber, privarles sus obras de exemplo por complazer y seguir la avaricia.

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