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Authors: James Ellroy

Tags: #Biografía

Mis rincones oscuros (36 page)

A la mañana siguiente me emborraché. Las voces remitieron. Nunca pedí disculpas a la mujer.

El incidente me asustó. Le había dado un susto a aquella mujer y sabía que nunca entendería mis buenas intenciones.

Volví a Newport Beach. Consulté el contestador y encontré un mensaje de Bill Stoner.

Decía que tenía noticias urgentes. Que lo llamara, no importaba la hora.

Lo llamé. Había encontrado un viejo expediente Sin Resolver que lo había sacado de sus casillas.

Tenía fecha 23/1/59. La víctima se llamaba Elspeth
Bobbie
Long. Le habían dado una paliza. La habían estrangulado con una media de nailon. La habían arrojado a la cuneta de una carretera en La Puente, a seis kilómetros de El Monte. Los casos Long y Ellroy eran idénticos, punto por punto.

19

El ulular de un búho lo denunció. La centralita de San Dimas recogió la llamada a las 2.35.

El tipo dijo que había salido a cazar mapaches y que había visto un cuerpo junto a la calzada, en Don Julian con la Octava. El hombre se llamaba Ray Blasingame. Vivía y trabajaba en El Monte y telefoneaba desde la estación de servicio de Valley con la Tercera.

El agente de la centralita se puso en contacto con una unidad que patrullaba por la zona. Los agentes Bill Freese y Jim Harris se dirigieron a la esquina de Valley con la Tercera y siguieron a Ray Blasingame hasta el sitio donde había visto el cuerpo. Ray conducía una furgoneta Ford en la caja de la cual llevaba cuatro perros de cazar mapaches.

El lugar estaba apartado. La calzada era de grava. Más allá se extendía un terraplén y una valla de alambre de espino. El camino conducía a una estación de bombeo.

Hacía frío. Estaba oscuro. Puente Hills quedaba hacia el sur; Valley Boulevard, poco menos de un kilómetro al norte.

La mujer yacía boca arriba. Estaba tendida sobre la tierra entre la calzada y la valla. Llevaba un suéter gris y negro, falda negra y escarpines negros con correa. Un abrigo rojo le cubría las piernas. En el hombro izquierdo llevaba prendido un broche con la figura de un caballo y un yóquey. Junto a la valla había un bolso negro de plástico.

Era una mujer blanca, de complexión mediana y cabellos cortos y rubios. Tenía entre cuarenta y cinco y cincuenta años.

Había recibido varios golpes en el rostro y una media de nailon aparecía enrollada en torno al cuello.

Harris llamó por radio a la comisaría de San Dimas. El encargado de la centralita llamó a la Brigada de Homicidios de la Oficina del Sheriff. El teniente Charles McGowan, el sargento Harry Andre y el sargento Claude Everley salieron hacia el lugar. Un teniente patrullero y un agente experto en huellas llegaron un par de minutos más tarde.

Andre había visto la escena del crimen del caso Jean Ellroy y le comentó a Everley que se parecía mucho a la que ahora tenían delante. El asesino del caso Ellroy también había cubierto las piernas de la víctima con su abrigo.

Llegó un coche de la Oficina del Forense. Llegó un fotógrafo. Un ayudante del forense examinó el cuerpo. Un agente iluminó la escena del crimen y la retrató.

El ayudante del forense señaló varios primeros indicios de rigor mortis. La víctima presentaba rigidez de cuello y cabeza. Everley le quitó las prendas externas y examinó la ropa interior. Llevaba braguitas rojas, sujetador rojo y liguero también rojo. No llevaba medias.

Andre vació el bolso. Contenía unas gafas, un dólar con treinta y dos centavos, un paquete de cigarrillos Camel, un cepillo para el pelo, un par de guantes azul celeste de lana o de mezcla de lana y algodón. Un frasco de aspirinas, un llavero de plástico, un bolígrafo, un espejo de bolsillo y un monedero de piel marrón con un caballo blanco y plateado repujado en la tapa. El monedero contenía fotos de la víctima, un taco de billetes de autobús, un recorte de periódico con el resultado de una carrera de caballos y sendas tarjetas de identificación a nombre de Elspeth Evelyn Long y Bobbie Long. Las direcciones que aparecían en las tarjetas eran de Nueva Orleans, Miami y Phoenix, Arizona. En los documentos aparecía como fecha de nacimiento de la víctima el 10/7/06 y el 10/7/13. Una tarjeta de identificación de una compañía de seguros traía una dirección de Los Ángeles: calle 52 Oeste, 2.233 1/2. La tarjeta había sido expedida el 18 de febrero de 1957.

La gente del depósito de cadáveres se llevó el cuerpo. Andre llamó a la Brigada de Homicidios. Le dijo al agente de la centralita que enviase a alguien a la dirección de la víctima. Everley sacó su linterna del coche y exploró la zona. No distinguió huellas de neumáticos ni dio con objetos que hubiesen podido utilizarse como armas.

Ray Blasingame se fue a casa. El fotógrafo tomó algunas instantáneas más. Salió el sol. Ya a plena luz del día, Andre y Everley recorrieron la calzada a pie.

No vieron nada nuevo.

La víctima vivía en un pequeño edificio de apartamentos. El suyo estaba en la planta baja y se accedía a él por la parte de atrás. Ward Hallinen, Ray Hopkinson y Ned Lovretovich lo registraron.

Despertaron al portero y le enseñaron la placa. El hombre los condujo al apartamento, abrió y se volvió a la cama. El trío examinó las dos habitaciones. Encontraron una caja de medias de nailon y una pila de monedas de plata de dólar y medio dólar. Encontraron un montón de recortes de prensa sobre carreras de caballos. Encontraron una cámara preparada para tomar la foto número seis del carrete. Encontraron una agenda. Encontraron un cheque de treinta y siete dólares, con fecha 21/1/59. Estaba librado por Bill's Cafe, West Florence Avenue, 1.554, y correspondía a la paga semanal. Encontraron algunos programas de carreras de caballos y cartas y hojas de papel con anotaciones de un informador introducido en el mundo de la hípica.

El apartamento estaba limpio. Las pertenencias de la víctima estaban pulcramente ordenadas. Las medias estaban emparejadas.

Se llevaron la cámara y la agenda. Volvieron a despertar al portero y le dijeron que mantuviese el lugar bajo llave. El hombre respondió que debían hablar con una mujer llamada Liola Taylor. Vivía en la puerta de al lado. Él apenas conocía a Bobbie Long. Liola la conocía mejor.

Encontraron a Liola y la interrogaron. Dijo que Bobbie Long había sido vecina suya durante cuatro años, más o menos. Trabajaba en un restaurante de Florence. Conocía montones de hombres. Nunca iba sola. Le gustaba la compañía masculina y salía con un tipo rico. Decía que iba tras su dinero. Nunca mencionó el nombre del tipo. Tampoco hablaba de su propia familia.

Hallinen, Hopkinson y Lovretovich se dirigieron hacia el Bill's Cafe. Hablaron con el jefe, William Shostal, quien les dijo que Bobbie Long era una camarera amable y eficiente. Le gustaban las carreras de caballos. Solía pasar el rato con una compañera de trabajo llamada Betty Nolan.

Shostal les dio la dirección de Betty. Los polis se presentaron en la casa de la camarera y la interrogaron.

Betty dijo que el martes había visto a Bobbie en el trabajo. De eso hacía tres días. Bobbie tenía previsto ir al hipódromo el jueves. Bobbie conocía a un tipo llamado Roger. Bobbie conocía a un tipo que trabajaba en las mantequerías Challenge. Betty aseguró que desconocía los apellidos. Según ella, Bobbie no conocía a ningún «tipo rico». Dos semanas atrás un hombre había llevado a Bobbie al trabajo. Era un tipo con bigotes, cuidadosamente peinado hacia atrás con gomina. Conducía un coche blanco y turquesa. Betty añadió que no sabía su nombre y que no había vuelto a verlo. Indicó a los policías que debían hablar con Fred Mezaway, el cocinero del Bill's Cafe, que el miércoles o el jueves le había llevado el cheque de la paga a Bobbie.

Hallinen telefoneó a Bill Shostal y consiguió la dirección de Mezaway. Shostal dijo que probablemente ya estuviera en casa. Hallinen, Hopkinson y Lovretovich fueron hasta allí e interrogaron a Mezaway.

El hombre dijo que tenía pensado llevarle el cheque a Bobbie a primera hora de la noche del miércoles, pero que se había enredado en una partida de cartas y no se lo había entregado hasta el jueves por la mañana. Bobbie le había echado una bronca por jugar a cartas.

Según Mezaway, Bobbie salía mucho, pero no pudo aportar nombres de acompañantes. Agregó que le debía trescientos dólares a un corredor de apuestas. Desconocía su nombre. Tampoco sabía de ningún «tipo rico», de nadie llamado Roger, de ningún hombre con el cabello peinado hacia atrás con gomina ni de ningún empleado de las mantequerías Challenge.

Los policías volvieron al apartamento de Bobbie Long. Revisaron la agenda y empezaron a llamar a los amigos de Bobbie. Obtuvieron una serie de respuestas inconducentes. Por fin, se pusieron en contacto con una mujer llamada Freda Fay Callis. Freda Fay dijo que había visto a Bobbie el martes. Salieron juntas y recogieron a una amiga común, Judy Sennett. Acompañaron a Bobbie al médico, pues sufría intensos dolores de cabeza después de darse un golpe con una máquina de té helado, en el trabajo. El doctor tomó una radiografía de la cabeza de Bobbie y le extrajo una muestra de sangre. Las chicas fueron a Rosemead y dejaron a Judy en casa de su yerno. Freda Fay condujo a Bobbie de regreso a Los Ángeles y la dejó en su apartamento. Bobbie la había llamado el día anterior, explicó Freda Fay a los policías, para preguntarle si quería ir con ella al hipódromo pero Freda Fay estaba sin un centavo y había declinado la invitación.

Freda Fay dijo que Bobbie era una fanática de las carreras de caballos. Por lo general tomaba el autobús a Santa Anita. A veces, conocía a alguien que luego la llevaba a casa en coche. Bobbie era amistosa. No andaba como loca detrás de los hombres. Le gustaban los que tenían dinero. Freda Fay no conocía a ningún «tipo rico» ni a nadie llamado Roger. Tampoco conocía al corredor de apuestas de Bobbie. No sabía de ningún hombre de cabello peinado hacia atrás con gomina ni de nadie que trabajara en las mantequerías Challenge.

Los policías hicieron unas cuantas llamadas más. Se pusieron en contacto con Ethlyn Manlove, otra amiga de Bobbie. Según ella, Bobbie nunca hablaba de su familia. Le había contado que había estado casada, pero que de eso hacía muchísimo tiempo. Había contraído matrimonio en Nueva Orleans y se había divorciado en Miami. Ethlyn Manlove explicó que Bobbie salía a menudo. No pudo aportar nombres de sus acompañantes. No conocía a ningún «tipo rico». No sabía quién era el corredor de apuestas de Bobbie. No conocía a ningún hombre que se peinara cuidadosamente con gomina ni a nadie que trabajara en las mantequerías Challenge. El nombre de Roger la hizo dudar. Bobbie solía salir con un tipo casado; tal vez fuese él.

Eran las dos de la madrugada. El asesinato de la Long salió en los periódicos de la tarde. Un hombre se presentó en la comisaría del DPLA en la calle Setenta y siete. Dijo llamarse Warren William Wheelock. La gente lo llamaba Roger. Se había enterado del asesinato de Bobbie Long. La conocía. Pensaba que la policía querría hablar con él.

El sargento de guardia informó a la Brigada de Homicidios de la Oficina del Sheriff. El comandante de guardia telefoneó al apartamento de Bobbie Long y habló con Hopkinson. Éste telefoneó a la comisaría y habló con Warren William Wheelock.

Wheelock contó que había conocido a Bobbie en el hipódromo de Hollywood Park, en mayo del 58. Añadió que él y su mujer habían pasado por el apartamento de ella el miércoles por la mañana, hacía dos días, para invitarla a bajar a San Diego. Bobbie rechazó el ofrecimiento. Dijo que quería ir a las carreras el jueves. Wheelock y su esposa siguieron camino hacia San Diego. Visitaron a su cuñado. Fueron a los frontones de Tijuana. Tenía una entrada para el séptimo partido, con fecha del día anterior.

Wheelock dijo que no conocía al corredor de apuestas de Bobbie. No conocía a ningún «tipo rico», a nadie con el cabello engominado peinado hacia atrás ni a nadie que trabajara en las mantequerías Challenge. Hopkinson le dio las gracias y le dijo que se mantendría en contacto con él.

Hallinen, Hopkinson y Lovretovich se trasladaron al Palacio de Justicia. Comprobaron el taco de billetes de autobús que Bobbie Long llevaba en el bolso. Lovretovich llamó a la Dirección de Tráfico de Los Ángeles. Le explicó su situación y le cantó los números del billete. Su contacto hizo unas comprobaciones y volvió a llamar. Dijo que había sido adquirido el día anterior, 22/1/59, en la Sexta y Main, en pleno centro de Los Ángeles. El billete que tenía el policía era la parte sin utilizar de un pase de ida y vuelta. Alguien había tomado un autobús metropolitano para el hipódromo de Santa Anita, pero no lo había usado para volver.

Hallinen regresó a pie al depósito de cadáveres. El ayudante del forense, Don H. Mills, le resumió la autopsia.

Bobbie Long había muerto de asfixia aguda. Recibió varios golpes contundentes en la cabeza y tenía el cráneo fracturado en cuatro puntos. Una de las fracturas presentaba forma de media luna. Tal vez el asesino la hubiese golpeado con una llave inglesa. La víctima tenía fracturada y desplazada la sexta vértebra cervical. En el estómago se le halló arroz, maíz y frijoles a medio digerir. En su vagina había semen. Los genitales externos no presentaban lesiones ni abrasiones. El contenido de alcohol en sangre era del cero por ciento. Había muerto completamente sobria.

Aquella noche se difundió un teletipo

EMISIÓN N.° 7623/1/59EXPEDIENTE N.° Z-5.214-820

PETICIÓN DE INFORMACIÓN SOBRE ASESINATOEMERGENCIA

ENCONTRADA A APROX. 2.30 MADRUGADA 23/1/59 VÍCTIMA BOBBIE LONG, MUJER, BLANCA, AÑOS 40-45, 1,53/1,55, 60 KILOS, OJOS AZULES, CABELLOS CORTOS RUBIOS AGUA SUCIA. VESTIDA CON BLUSA NEGRA Y GRIS, FALDA DE FIELTRO NEGRA, ABRIGO HASTA LOS PIES ROJO BRILLANTE CON BROCHE DE CABALLO DE JOYERÍA PRENDIDO EN EL HOMBRO IZQUIERDO. EL LIGUERO, EL SUJETADOR Y LAS BRAGAS DE LA VÍCTIMA TAMBIÉN ERAN ROJO INTENSO. LLEVABA ESCARPINES NEGROS CON CORREA Y BOLSO NEGRO. LA VÍCTIMA FUE ENCONTRADA TENDIDA BOCA ARRIBA JUNTO A UN CAMINO DE ACCESO SIN ASFALTAR, CERCA DE UNA ESTACIÓN DE BOMBEO EN DON JULIAN ROAD CON OCTAVA AVENIDA, ZONA DE LA PUENTE, COMPLETAMENTE VESTIDA, ESTRANGULADA CON UNA MEDIA DE NAILON. FUE GOLPEADA EN LA CABEZA CON UN INSTRUMENTO QUE DEJA MARCAS EN FORMA DE MEDIA LUNA. MANTUVO RELACIONES SEXUALES 0 FUE VIOLADA. ASISTIÓ A LAS CARRERAS DE SANTA ANITA EL 22/1/59. EL BOLSO CONTENÍA GAFAS Y CIGARRILLOS CAMEL, MÁS LOS EFECTOS FEMENINOS HABITUALES. EN EL COCHE DEL SOSPECHOSO PUEDE HABER MANCHAS DE SANGRE. POR FAVOR, COMPRUEBEN SUS ANOTACIONES DE NOVEDADES DE LA TARDE Y NOCHE DESDE LAS 12.00 HASTA LA MEDIANOCHE DEL 22/1/59.

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