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Authors: Augusto Cury

Tags: #Psicología, Autoayuda, Crianza,

Padres brillantes, maestros fascinantes (11 page)

Los psicópatas o dictadores son alimentados intelectualmente con verdades absolutas. Nunca dudan ni cuestionan sus conductas inhumanas. El mundo gira alrededor de sus verdades. Lastiman a los demás y no sienten su dolor. Así que para que un psicópata pueda liberarse a si mismo, necesita aprender a amar el arte de dudar porque sólo de esta manera sabrá repensarse a sí mismo y ser empático con los demás.

Los maestros deberían superar el hábito de transmitir conocimiento prefabricado como si fueran verdades absolutas, porque cada 10 años muchas verdades científicas se vuelven folclore y pierden su valor.

Practique hacer cuando menos 10 cuestionamientos en cada clase. No piense que esto es simple, porque requiere una capacitación de seis meses. La educación emancipa, forma mentes libres (Adorno, 1971), no robotizadas ni controladas por el consumismo, la paranoia estética y las opiniones ajenas.

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EXPOSICIÓN DIALOGADA.

EL ARTE DE LA PREGUNTA

Los objetivos de esta técnica son:

desarrollar conciencia crítica, promover el

debate de ideas, estimular la educación

participativa, superar la inseguridad, derrotar

la timidez y mejorar la concentración.

Otra herramienta excelente para transformar el árido suelo del salón de clases en un jardín florido es la exposición dialogada, ejecutada a través del arte de la pregunta. En la exposición interrogativa el maestro cuestiona el conocimiento sin preguntar; en la exposición dialogada hace incontables preguntas a los estudiantes. Las dos técnicas se complementan. Veamos.

A través del arte de la pregunta, el maestro estimula todavía más el estrés positivo de la duda. Capta la atención de sus alumnos y penetra en el territorio de la emoción y en el anfiteatro de sus mentes.
El conocimiento prefabricado estanca el aprendizaje, y la duda estimula la inteligencia
(Vigotsky, 1987). Todos los grandes pensadores fueron grandes cuestionadores. Las grandes respuestas emanaron de las grandes preguntas.

¿Cuándo es más fácil aprender? En la infancia. ¿Por qué? Por que es la fase en la que hacemos más preguntas y abrimos las ventanas de nuestra mente. Los niños aprenden fácilmente los idiomas no sólo porque su memoria está menos atestada de información, sino porque hacen preguntas e interactúan más. ¿Por qué es más fácil aprender otro idioma en su país de origen?

La gran razón es porque cuando usted va a otro país, se avergüenza a sí mismo y enfrenta las dificultades. Sus diplomas y estatus social casi no tienen valor. Necesitamos equivocarnos para construir una red de relaciones y sobrevivir. Para hacer esto, debemos perder el miedo a preguntar. Esta situación nos estresa y abre los archivos de la memoria en una forma extraordinaria, facilitando el aprendizaje.

Cuando una persona deja de preguntar, deja de aprender, deja de crecer
. ¿Cuándo producen los científicos sus ideas más brillantes? ¿Cuándo son maduros o cuando todavía son inmaduros? Cuando son inmaduros, porque dudan, se estresan y hacen más preguntas. Einstein propuso la teoría de la relatividad a los 27 años. Una vez que los científicos reciben sus títulos y aplausos, surgen sus problemas. Los mismos títulos y elogios que les dieron reconocimiento pueden convertirse en el veneno que los mata como pensadores (Cury, 2002). Muchos de ellos se vuelven improductivos.

Hoy en día, mis libros son publicados en más de cuarenta países. Como soy un investigador del trasfondo de la mente, estoy preocupado porque incluso aunque no quiera, sé que este éxito ya ha causado cierto daño en mi inconsciente. Debo estar alerta, reciclar continuamente y vaciarme a mí mismo para seguir siendo un ingeniero de nuevas ideas. ¿Ha dejado usted de aprender o es un voraz aprendiz? Mucha gente no se da cuenta de que ya no piensa…

Un maestro fascinante debería hacer a sus estudiantes cuando menos diez preguntas durante una clase, haciendo primero la pregunta a toda la clase. La pregunta los estresa positivamente y mejora su concentración. Si nadie se atreve a contestar, el maestro debe llamar a uno de los alumnos por su nombre y preguntarle. Independientemente de la respuesta, el estudiante debe ser felicitado por su participación. Con este procedimiento se puede lograr que los estudiantes más retraídos también participen.

Viajar en su interior

El arte de la pregunta crea pensadores brillantes en las escuelas de medicina, leyes, ingeniería y pedagogía. Pero debería comenzar en preescolar. Después de un año del arte de las exposiciones dialogada e interrogativa, los estudiantes pierden el miedo a expresarse, aprenden a debatir las ideas y se vuelven grandes viajeros. ¿Cómo es eso?

Aprenden a viajar en su interior, aprenden a cuestionarse por qué están angustiados, ansiosos, irritados solitarios o temerosos. Aprenden no sólo a cuestionar el mundo exterior, sino también a sostener un diálogo consigo mismos.

Cuando capacito a psicólogos para el tratamiento clínico, siempre les hablo de la grandeza de este diálogo interior. Aquellos que son capaces de realizarlo reeditan su película inconsciente más rápida y eficientemente.

No basta que un paciente se someta a psicoterapia, sino que debe ser el autor de su propia historia, aprender a interferir en su mundo propio. Pero, por desgracia, la gente rara vez penetra en su mundo propio, incluso entre la comunidad medica. Cuando el mundo nos abandona, la soledad es tolerable, pero cuando nos abandonamos a nosotros mismos, la soledad es casi insoportable.

El arte de preguntar es parte de la educación de nuestros sueños. Transforma el salón de clases y la habitación de nuestra emoción en un entorno poético, agradable e inteligente.

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SER CONTADOR DE HISTORIAS

Los objetivos de esta técnica son:

desarrollar la creatividad, educar las

emociones, estimular la sabiduría, expandir

la capacidad de encontrar soluciones en

situaciones de estrés y enriquecer la socialización.

Educar es contar historias. Contar cuentos es convertir la vida en la diversión más seria de la sociedad. La vida tiene pérdidas y problemas, pero debe ser vivida con optimismo, esperanza y alegría. Los padres y los maestros deberían bailar el vals de la vida como contadores de historias o cuentos.

El mundo es demasiado serio y frío. Cada día, en las noticias vemos crímenes, tragedias, muerte y desventuras. Esta avalancha de malas noticias se archiva en el mercado de la memoria, creando cadenas de pensamientos que hacen que veamos la vida triste, con ansia y sin entusiasmo.

Debemos vivir con mayor suavidad. Aprender a reírnos de nuestras tonterías, comportamientos absurdos, caprichos y miedos. Necesitamos contar cuentos. Los padres deben enseñar a sus hijos creando historias. Los maestros deben contar historias para enseñar su materia con el condimento de la alegría y, a veces, de las lágrimas.

Para contar historias es necesario usar una voz teatral, y cambiar el tono durante la exposición. Usted debe hacer gestos y mostrar reacciones capaces de expresar lo que la información lógica no puede decir. Muchos padres y maestros están dotados de una gran cultura académica, pero son limitados, rígidos y formales. No se soportan ni a sí mismos.

¿Hay gente que no es capaz de contar historias? No lo creo. Dentro de cada ser humano, incluso del más formal, hay un payaso que quiere respirar, jugar y relajarse. Revívalo. Sorprenda a los niños. Nuestros niños necesitan una educación seria, pero también agradable. Sonría, abrace a los niños y cuénteles un cuento.

Hablando al corazón, contando historias suaves

Los «cuentos» pueden recapturar las «historias». La ficción puede recapturar la realidad. ¿Cómo es eso? Un maestro de historia no debería hablar de esclavitud sin tratar el periodo histórico. La información escueta sobre la esclavitud no nos educa ni nos conmueve, ni nos hace conscientes ni provoca el rechazo de los crímenes cometidos por nuestra especie.

Al hablar acerca de la gente de color, un maestro de historia debería crear historias para hacer que los estudiantes entiendan la desesperación, los pensamientos y la angustia que sintieron estos seres humanos al ser esclavizados por miembros de su misma especie. Nada es mejor que narrar una historia real o una que induzca a los alumnos a imaginar el drama de la esclavitud.

Sin esta inmersión interna, la esclavitud no generará un sólido impacto emocional. No provocará una rebelión decisiva contra la discriminación. La muerte de millones de judíos, gitanos y otras minorías no generará emociones, ni creará vacunas intelectuales. Se crearán otros «Hitler».
Hablar acerca del conocimiento sin humanizarlo, sin transmitir la emoción de la historia, perpetúa nuestras miserias y no las cura
.

Contar historias también es psicoterapéutico. ¿Sabe usted cuál es la mejor forma de resolver conflictos en el salón de clases? No es atacando, gritando o regañando. Estos métodos se han usado desde la edad de piedra y no funcionan.

Es contar historias, lo cual seduce los pensamientos y estimula el análisis.

La próxima vez que su alumno o su hijo le agreda, indúzcalo a pensar. Háblele cortésmente desde su interior, háblele suavemente contándole un cuento. Los jóvenes podrán olvidar sus críticas y reglas, pero no olvidarán sus historias.

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HUMANIZAR EL CONOCIMIENTO

Los objetivos de esta técnica son:

estimular la audacia y la sagacidad,

cultivar la creatividad, alentar la sabiduría,

expandir la capacidad crítica y formar pensadores.

La educación clásica comete otro gran error. Se esfuerza por transmitir el conocimiento en el salón de clases, pero rara vez comenta sobre la vida de quienes desarrollaron ese conocimiento. La información de química, física, matemáticas e idioma debería tener una cara, una identidad. ¿Qué significa esto?

Significa humanizar el conocimiento, contar la historia de los científicos que originaron las ideas que los maestros enseñan. Significa también reconstruir el entorno emocional en que ellos vivían mientras investigaban. Significa describir la ansiedad, los errores, las dificultades y discriminación que sufrieron. Algunos pensadores murieron defendiendo sus ideas.

La mejor forma de producir gente que no piensa es alimentarla con conocimiento sin vida e impersonal.

Soy un crítico del hermoso material didáctico que contiene conocimiento pero ignora la historia del científico. Este tipo de educación causa aversión en los estudiantes, no estimula el arte de pensar.

Pasé muchas noches de insomnio, dificultades y turbulencias para crear una nueva teoría sobre el funcionamiento de la mente, en un país que no tiene la tradición de producir científicos teóricos. Generar una nueva teoría es mucho más complejo que hacer cientos de investigaciones. Pero no todo el mundo valora este trabajo.

¿Cuáles son mis fundamentos intelectuales? ¿Podrían ser mi éxito, el reconocimiento de la teoría y su utilización en tesis de maestría y doctorado? No. Mis fundamentos son el dolor que sentí, las inseguridades que viví, la angustia que sufrí y la superación de mi caos…

Detrás de cada información dada con tanta simplicidad en el salón de clases están las lágrimas, las aventuras y el coraje de los científicos
. Pero los estudiantes no pueden verlos.

Hablar acerca de la historia de la ciencia y de los pensadores es tan importante como el conocimiento que han generado. La ciencia sin rostro paraliza la inteligencia, distorsiona el ser y lo aproxima a la nada (Sartre, 1997). Genera hombres arrogantes y no pensantes. Un científico rara vez ha causado algún daño a la humanidad. Quienes causaron daño fueron aquellos que usaron la ciencia sin conciencia crítica.

Pasión por la ciencia: en busca de aventuras

Debido a que genero conocimiento acerca de cómo construimos los pensamientos, siempre me ha intrigado la observación de que un pensador cree un grupo de primera generación de colegas pensantes, y que en la segunda generación se vuelvan escasos. Por ejemplo, muchos de los jóvenes amigos de Freud se volvieron pensadores, como Jung y Adler. Después de la muerte de Freud, muchos de sus seguidores se cerraron a nuevas posibilidades de pensamiento. Así que no expandieron sus ideas más allá de lo que la primera generación había hecho; sólo las reprodujeron o las repitieron.

¿Por qué ocurre este fenómeno inconsciente en la ciencia? Porque la primera generación participó en la historia viva del pensador. Sintió el calor de sus retos, de sus persecuciones y coraje, y por lo tanto tenía abiertas las ventanas de la inteligencia y se atrevió a crear, a tomar riesgos y a proponer algo nuevo. La segunda generación no participó en esta historia, así que divinizó al pensador en vez de humanizarlo.

Claro que hay excepciones, pero este mecanismo es universal. Ha estado presente en la filosofía, en las leyes, en la física y los sistemas políticos, e incluso entre los líderes espirituales. ¿Sabe usted quiénes son los peores enemigos de una teoría o de una ideología? Sus defensores radicales. Hay mucho por decir acerca de esto, pero ahora no es el momento.

Por lo tanto, afirmo convencido que humanizar el conocimiento es fundamental para revolucionar la educación
. De otro modo, asistiremos a miles de conferencias sobre educación que no tendrán ningún efecto intelectual. Los estudiantes, incluso aquellos que logren grados de maestría y doctorado serán, en el mejor de los casos, actores secundarios en la evolución de la ciencia.

Creo que del 10 al 20% de la clase debería ser empleado por los maestros en rescatar las historias de los científicos. Esta técnica estimula la pasión por el conocimiento y produce ingenieros de ideas. Los estudiantes se irán con un diploma en la mano y una pasión en el corazón. Serán aventureros que se enfrentaran al mundo y lo exploraran con habilidad.

La gente joven saldrá de la secundaria, la preparatoria y la universidad deseando imitar a esos modelos emprendedores como científicos, doctores, juristas, maestros; en otras palabras, los actores que transformen el mundo y no modelos fotográficos y artistas que pasan una noche bajo los reflectores de los medios. El conocimiento sin rostro y la industria del entretenimiento irreal han matado a nuestros verdaderos héroes.

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