Querido hijo: estamos en huelga (10 page)

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Authors: Jordi Sierra i Fabra

Tags: #Literatura infantil

Y si todo el mundo era feliz…

—Vaya con la huelga —suspiró.

Ojalá a todos los demás las cosas también les hubieran salido estupendamente.

Antes de llegar al parque vio a Ángel corriendo hacia él. Le esperó, porque su amigo se detuvo a causa del semáforo, y aunque no pasó ningún coche, aguardó a que la luz se pusiera verde. Cuando llegó a su lado se miraron expectantes.

—¿Qué tal?

—Bien, ¿y tú?

—Lo mismo.

Respiraron aliviados y se abrazaron felices.

—Es duro ser niño —reflexionó con un toque de pesar su amigo.

—Un poco, sí.

—¿Tú crees que ellos lo saben?

—Supongo, no sé.

—¿Y crees que se han olvidado de cuando lo fueron?

—Siempre dicen que eran otros tiempos, y que todo ha cambiado y cosas así. Nuestros padres no tenían ni móviles ni Internet, y los abuelos no tenían televisor…

—¿Te imaginas? —se estremeció Ángel.

—Dentro de cincuenta años a saber lo que habrá, y entonces nuestros hijos también nos verán como a una cosa antigua.

—Yo no tendré hijos. Son un latazo.

Felipe se rió por la ocurrencia de su compañero.

—Pues yo no voy a olvidarme de que fui niño. Nunca. De hecho, me lo paso genial.

—Y yo.

—Y todos.

Empezaron a ver al resto de los «damnificados». Poco a poco el parque se fue llenando de sonrisas de alivio y diálogos curiosos.

—Ellos mandan, pero nosotros…

—Que si el cole, que si estudiar, que si ir a clase de inglés…

—De danza…

—De piano…

—Todo son trampas.

—Ahí, ahí.

Cuando se cansaron de hablar, se dieron cuenta de que la tarde era magnífica y el verano estaba a la vuelta de la esquina.

—¿A qué jugamos? —preguntó una de las chicas.

Felipe vio a alguien a lo lejos.

A Laureano, el jardinero.

Hablando con su madre.

Se estaban riendo.

Frunció el ceño. No sabía que su madre conociera al jardinero del parque.

Ángel también se dio cuenta del detalle.

—Oye, ¿tú crees…?

—No —dijo Felipe.

—No, claro —le secundó su amigo.

—No son tan listos.

—Qué va.

—Los listos somos nosotros.

—Eso fijo.

Siguieron mirando a Laureano y a la madre de Felipe, que caminaban tranquilamente sin dejar de reír.

—Venga, se acabó —Ángel tiró de él.

Y los dos echaron a correr libres, felices.

Fin

Jordi Sierra i Fabra
nació el 26 de julio de 1947 en Barcelona, aunque él prefiere decir siempre que nació en La Tierra porque no cree en fronteras ni banderas. A los 8 años decidió que sería novelista y no ha parado de escribir desde entonces. Hijo único, de familia humilde, se encontró con pocas posibilidades de alcanzar su sueño entre otras cosas por la oposición paterna a que fuera escritor. Su vinculación con la música rock (ha sido director y en muchos casos fundador de algunas de las principales revistas españolas entre las décadas de los años 60 y 70) le sirvió para hacerse popular sin perder nunca de vista su auténtico anhelo: escribir las historias que su volcánica cabeza inventaba. Su primer libro lo editó en 1972. Hoy ha escrito cuatrocientas obras, muchas de ellas best-sellers, y ha ganado casi 30 premios literarios además de recibir un centenar de menciones honoríficas y figurar en múltiples listas de honor. En 2005 fue candidato por España al Nobel Juvenil, el premio Hans Christian Andersen 2006, en 2007 recibió el Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura español y en 2009 vuelve a ser candidato al Andersen de 2010. Sus cifras de ventas superan los 10 millones de ejemplares.

En 2004 creó la Fundació Jordi Sierra i Fabra en Barcelona, que en 2010 recibió el Premio Ibby-Asahi de Promoción de la Cultura, y la Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra en Medellín, Colombia, como culminación a toda una carrera y a su compromiso ético y social.

En 2011 ingresó como patrono del Instituto Cervantes, siendo el primer autor de literatura infantil y juvenil en conseguirlo.

Más información en la web oficial del autor:
www.sierraifabra.com

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