Bardo thodol: El libro tibetano de los muertos (5 page)

»Desde el corazón de Vajrasattva, en el luminoso vestido azul de la sabiduría semejante a un espejo, aparecerá un disco azul como un cuenco turquesa hacia abajo, adornado con discos y éstos a su vez con otros más pequeños.

»Desde el corazón de Ratnasambhava, en el luminoso vestido amarillo de la sabiduría de la igualdad, aparecerá un disco amarillo como un cuenco dorado hacia abajo, adornado con discos, y éstos a su vez con otros más pequeños.

»Desde el corazón de Amitabha, en el luminoso vestido rojo de la sabiduría de la discriminación, aparecerá un disco rojo centelleante como un cuenco de coral hacia abajo, brillando con la luz profunda de la sabiduría, muy clara y brillante, adornado con cinco discos, y éstos a su vez con otros más pequeños, de modo que no hay centro ni periferia.

»También ellos brillarán sobre tu corazón.

»Oh hijo de noble familia, los que han surgido del juego espontáneo de tu propia mente no han venido de ninguna otra parte; así pues, no te sientas atraído por ellos, no les temas; permanece relajado en un estado libre de pensamiento. En ese estado todas las imágenes y rayos de luz se fundirán contigo y alcanzarás la iluminación.

»Oh hijo de noble familia, la luz verde de la sabiduría que realiza la acción no aparece, porque la energía de tu sabiduría no ha madurado plenamente.

»Oh hijo de noble familia, esto es lo que se llama la experiencia de las cuatro sabidurías combinadas, que conduce a Vajrasattva. En ese momento, recuerda las enseñanzas que anteriormente recibiste de tu lama. Si recuerdas el significado de la instrucción, confiarás en tus antiguas experiencias y las reconocerás, como cuando una madre se encuentra con su hijo o como un amigo encuentra a un antiguo amigo. Destruyendo la duda, reconocerás tus propias proyecciones y entrarás en el puro e inmutable camino del Absoluto; y por medio de esa fe, aparecerá un estado meditativo continuo, te disolverás en la gran forma autoexistente de la sabiduría y llegarás a ser un buddha
sambhogakaya
de manera irreversible.

»Oh hijo de noble familia, junto con las luces de la sabiduría brillarán las luces de los seis reinos impuros e ilusorios: la luz blanca y tenue de los dioses, la luz roja y tenue de los dioses celosos, la luz azulada y tenue de los seres humanos, la luz verde y tenue de los animales, la luz amarilla y tenue de los fantasmas hambrientos y la luz color de humo y tenue de los seres del infierno. Las seis brillarán junto con las luces de la sabiduría pura. En ese momento no te apropies ni te sientas atraído por ninguna de ellas; permanece relajado en un estado libre de pensamiento. Si tienes miedo de la luz pura de la sabiduría y eres atraído por las luces impuras de los seis reinos, asumirás el cuerpo de una criatura de los seis reinos, y sufrirás, pues no hay huida posible del gran océano de la miseria del samsara.

»Oh hijo de noble familia, si no has sido instruido por un lama, sentirás miedo de las imágenes y las luces puras de la sabiduría y serás atraído por las luces impuras del samsara; que eso no te suceda; siente devoción por las luces puras de la sabiduría, penetrantes y brillantes. Mantén en tu mente con devoción este pensamiento: "Los rayos de luz de sabiduría y compasión de los bienaventurados, los buddhas de las cinco familias, han venido a acogerme con compasión. Tomo refugio en ellos". No te sientas atraído por las luces de los seis dominios de la ilusión, no los anheles; repite con intensa concentración esta invocación a los buddhas de las cinco familias y sus consortes:

»Ahora que por los cinco venenos vago errante en el samsara,

que los victoriosos, las cinco familias, me guíen

en el sendero luminoso de las cuatro sabidurías combinadas,

que las sublimes consortes de las cinco familias me den su apoyo.

Salvadme de los caminos de luz de los seis reinos impuros,

ayudadme a cruzar el peligroso camino del bardo

y llevadme a los cinco reinos puros del Buddha.

Al pronunciar esta invocación, el hombre superior reconoce sus propias proyecciones, y fundiéndose con la no dualidad se convierte en un buddha; el hombre medio reconoce su propia naturaleza a través de la intensa devoción y alcanza la liberación; incluso el hombre inferior evita el renacimiento en cualquiera de los seis reinos mediante el poder purificador de la oración, y comprendiendo el significado de las cuatro sabidurías combinadas, alcanza la iluminación por el paso de Vajrasattva. Al ser instruidos de forma clara y precisa de esta forma, numerosos seres sensibles reconocerán la Realidad Suprema y serán liberados.

Día séptimo

Pero algunos, como las personas de sitios incivilizados y las gentes malvadas que no tienen experiencia del dharma o quienes han roto sus votos iniciáticos, son confundidos por su karma, y no comprenden ni siquiera cuando son instruidos, sino que vagan errantes hacia las regiones inferiores. Así, en el séptimo día, las legiones celestiales de los poseedores del conocimiento vendrán desde el Reino puro del espacio a recibirle, junto con el camino de luz de los animales, producido por la emoción de la ignorancia. En consecuencia, a fin de proporcionarle la instrucción necesaria, se debe invocar a la persona muerta por su nombre y decir estas palabras:

«Oh hijo de noble familia, escucha sin distracción. En el séptimo día una luz pura y de muchos colores brillará en tu mente inconsciente y los poseedores del conocimiento vendrán desde el Reino puro del espacio a recibirte. En el centro de un mándala iluminado con la luz del arco iris, aparecerá el poseedor del conocimiento que es llamado el Insuperable y Plenamente Desarrollado, Señor de la Danza del Loto; su cuerpo brillará con los cinco colores, abrazando a su consorte la Dakini roja, que danza con un cuchillo en forma de luna y una calavera llena de sangre, haciendo gestos y mirando al cielo.

»Desde el este del mándala aparecerá el poseedor del conocimiento que es llamado el Establecido en las Fases, de color blanco, con rostro radiante y sonriente, abrazando a su consorte la Dakini blanca, que danza con un cuchillo en forma de luna y una calavera llena de sangre, haciendo gestos y mirando al cielo.

»Desde el sur del mándala aparecerá el poseedor del conocimiento que es llamado el Señor de Vida, de color amarillo, con forma hermosa, abrazando a su consorte la Dakini amarilla, que danza con un cuchillo en forma de luna y una calavera llena de sangre, haciendo gestos y mirando al cielo.

»Desde el oeste del mándala aparecerá el poseedor del conocimiento que es llamado el Gran Símbolo, de color rojo, con un rostro radiante y sonriente, abrazando a su consorte la Dakini roja, que danza con un cuchillo en forma de luna y una calavera llena de sangre, haciendo gestos y mirando al cielo.

»Desde el norte del mándala aparecerá el poseedor del conocimiento que es llamado el Espontáneamente Surgido, de color verde, con expresión a la vez colérica y sonriente, abrazando a su consorte la Dakini verde, que danza con un cuchillo en forma de luna y una calavera llena de sangre, haciendo gestos y mirando al cielo.

»Más allá de esos poseedores del conocimiento aparecerán incontables multitudes de dakinis: dakinis de las ocho necrópolis, dakinis de las cuatro familias, dakinis de los tres mundos, dakinis de las diez direcciones, dakinis de los veinticuatro lugares de peregrinación; guerreros masculinos y femeninos y sus sirvientes, y todos los protectores del dharma, masculinos y femeninos, adornados con los seis ornamentos de hueso, con tambores, trompetas hechas de caña de hueso, tambores hechos con calaveras, banderas hechas con la piel de jóvenes, doseles hechos con piel humana, cintas de piel humana e incienso hecho de carne humana con incontables clases de instrumentos musicales diferentes, llenando todas las regiones del universo a las que hacen temblar y estremecerse, haciendo que todos los instrumentos vibren con una música que hace estallar la cabeza; danzando de formas diversas, vendrán a acoger a quienes han cumplido con sus votos y a castigar a los que los han quebrantado.

»Oh hijo de noble familia, las cinco luces coloreadas de la pura sabiduría innata, como hilos vibrantes y brillantes, coloreados y conjuntamente trenzados, luminosas y claras, penetrantes y terroríficas, vendrán desde los corazones de los cinco señores poseedores del conocimiento y atravesarán tu corazón de modo que tus ojos apenas podrán soportarlo. Al mismo tiempo, la luz verde y tenue de los animales también brillará junto con la luz de la sabiduría. En ese momento, bajo la influencia de la confusión causada por tus tendencias inconscientes, te sentirás aterrorizado y escaparás de las cinco luces coloreadas; por el contrario, te sentirás agradablemente atraído por la luz tenue de los animales. En ese momento no deberás estremecerte ni sentirte confundido por la luz de cinco colores, penetrante y brillante; no deberás temerla, sino que deberás reconocerla como sabiduría.

»Desde el interior de la luz todos los sonidos espontáneos del dharma vendrán a ti como el rugido de un millar de truenos, retumbando y resonando con gritos de guerra y con el sonido penetrante de los mantras coléricos. No tengas miedo, no escapes, no temas. Reconócelo como el juego de tu mente, como tu propia proyección. No te sientas atraído por la luz verde y tenue de los animales, no la anheles; si eres atraído por ella caerás en el reino animal de la ignorancia y experimentarás el sufrimiento extremo de la estupidez, la necedad y la esclavitud, de la que no hay salida; así pues, no te dejes atraer por ella. Anhela la luz clara y brillante de cinco colores y concéntrate en los bienaventurados poseedores del conocimiento, los divinos maestros, pensando: "Estos poseedores del conocimiento, con los guerreros y las dakinis, han venido a invitarme al Reino Puro del Espacio. Por favor, pensad en los seres sensibles como yo, que no hemos reunido méritos suficientes. Aunque los rayos luminosos de la compasión de las divinidades de las cinco familias de buddhas del pasado, presente y futuro se me han aparecido hasta hoy, no he sido capaz de agarrarme a ellos. ¡Ay de los que son como yo! Ahora todos vosotros, poseedores del conocimiento, no me dejéis caer más bajo; agarradme con vuestros ganchos de compasión e impulsadme al Reino Puro del Espacio". Con intensa concentración deberás pronunciar esta invocación:

»Que los divinos poseedores del conocimiento piensen en mí

y con gran amor me guíen en el camino.

Ahora que por mis fuertes tendencias vago errante en el samsara,

que los poseedores del conocimiento y los guerreros me guíen

en el sendero luminoso de la sabiduría innata,

y sus sublimes consortes, las dakinis, me den su apoyo.

Ayudadme a cruzar el peligroso camino del bardo

y llevadme al Reino Puro del Espacio.

»Diciendo esta invocación con devoción profunda, te disolverás en la luz irisada que surge del corazón de los divinos poseedores del conocimiento, y nacerás en el Puro Reino del Espacio; no hay duda de ello. Todos los amigos espirituales que reconozcan esto serán, también, instantáneamente liberados; incluso aquellos con malas inclinaciones inconscientes también serán, ciertamente, liberados.

* * *

Aquí termina la primera parte de la
Liberación a través de la audición:
instrucciones acerca de la luminosidad durante el bardo del momento que precede a la muerte, e instrucciones sobre el bardo apacible del Absoluto

Iti. Samaya. Gya, gya, gya.

B.
El bardo de las divinidades coléricas

He aquí la descripción de cómo aparece el bardo de las divinidades coléricas.

Siete son las etapas hasta aquí descritas en el peligroso camino del bardo de las divinidades apacibles; al ser instruido en cada una de las fases, aun cuando no reconozca la luz de la Realidad Suprema en una la podrá reconocer en otra, y son muchos los que así alcanzan la liberación. Pero los seres sensibles son muchos en número, el mal karma es muy fuerte, los velos que obnubilan la inteligencia son densos y oscuros, las tendencias inconscientes perduran durante mucho tiempo, y este ciclo de confusión e ignorancia ni merma ni se incrementa, y muchos son los que no han sido liberados sino que vagan errantes hacia las regiones inferiores, aunque hayan sido instruidos de este modo.

Después de que el encuentro con las divinidades apacibles, con los poseedores del conocimiento y las dakinis haya terminado, las cincuenta y ocho divinidades brillantes, bebedoras de sangre y coléricas, que son las divinidades previamente apacibles ahora transformadas, harán su aparición. Pero ahora no son como fueron antes; éste es el bardo de las divinidades coléricas, en el que se es abrumado por un intenso miedo y el reconocimiento se hace más difícil. La mente no tiene control sobre sí misma y se siente débil y confundida, pero si hay algún elemento de reconocimiento, la liberación es fácil, pues, con el miedo abrumador que le asalta, la mente no puede distraerse, y permanece concentrada.

Si en esta situación no se dispone de esta clase de enseñanza, ni siquiera un océano de otros conocimientos será de utilidad. Llegados a este punto, incluso maestros que observan las normas monásticas y grandes filósofos se sienten confundidos y, no reconociendo la realidad última, vagan errantes en el samsara. Con mayor razón le sucede a la gente ordinaria; escapando del intenso miedo, caen en los reinos inferiores y quedan sumidos en la angustia. Pero un yogui tántrico, aunque sea el más inferior entre los inferiores, reconocerá a las divinidades bebedoras de sangre como
yidams
tan pronto como las vea, como si se encontrara con un viejo amigo; en consecuencia, confiará en ellas y, fundiéndose inseparablemente con ellas, se convertirá en Buddha.

La clave está en el hecho de que, en el mundo humano, él visualizó las formas de estas divinidades bebedoras de sangre y las adoró, y aunque sólo haya visto sus imágenes dibujadas o como figuras de tres dimensiones, reconocerá las formas que aparecen aquí y alcanzará la liberación.

Pero por más esfuerzo que los filósofos y maestros que observan las normas monásticas hayan puesto en las prácticas religiosas, y por más inteligentes que hayan sido a la hora de predicar las Escrituras en el mundo, cuando mueran no habrá signos como las reliquias, las luces irisadas u otras. Mientras estuvieron vivos no pudieron acomodar en sus mentes las divinidades tántricas, y por eso no pueden reconocerlas cuando aparecen en el bardo. Y al ver algo que nunca antes habían contemplado, piensan que se trata de un enemigo y sienten animadversión hacia ellas, y, a resultas de eso, caen a las regiones inferiores. Ésta es la razón de que, por más competentes que esos filósofos y practicantes de las normas monásticas hayan podido ser en vida, al no haber practicado los tantras, no aparecen signos tales como las diversas clases de reliquias o la luz irisada.

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