Bardo thodol: El libro tibetano de los muertos (7 page)

»Oh hijo de noble familia, escucha sin distracción. Después de ellas saldrán sucesivamente las ocho pisacis de los lugares sagrados y aparecerán ante ti.

»Desde el este aparecerá Sinhamukha, de color de vino, con cabeza de león, con las dos manos cruzadas sobre el pecho, sosteniendo un cadáver en su boca y sacudiendo su melena; desde el sur aparecerá Vyaghrimukha, roja, con cabeza de tigre, con sus dos brazos cruzados apuntando hacia abajo, sus ojos mirando fijamente y mostrando sus dientes; desde el oeste aparecerá Srgalamukha, negra, con cabeza de zorro, sosteniendo una navaja en la mano derecha y un manojo de entrañas en la izquierda, comiéndolas y lamiendo la sangre; desde el norte aparecerá Svanamukha, de color azul oscuro, con cabeza de lobo, llevando un cadáver con ambas manos a su boca, y con penetrante mirada; desde el sudeste aparecerá Grdhramukha, de color amarillo pálido, con cabeza de buitre, con un gran cadáver humano sobre los hombros y sosteniendo un esqueleto en la mano; desde el sudoeste aparecerá Kankamukha, de color rojo oscuro, con cabeza de halcón y una gran piel de animal sobre sus hombros; desde el noroeste aparecerá Kakamukha, negra, con cabeza de cuervo, sosteniendo una calavera a modo de copa en la mano izquierda y una espada en la derecha, y comiendo un corazón y unos hígados; desde el nordeste aparecerá Ulumukha, de color azul oscuro, con cabeza de buho, comiendo y sosteniendo un
vajra
en la mano derecha y una espada en la izquierda: estas ocho pisacis de los lugares sagrados, rodeando a los cinco herukas bebedores de sangre, saldrán de tu cerebro y aparecerán ante de ti. No tengas miedo de ellas. Reconócelas en cuanto aparezcan como el juego de tu mente, como tus propias proyecciones.

»Oh hijo de noble familia, las cuatro diosas de las puertas también saldrán de tu cerebro y aparecerán ante de ti, así que reconócelas igualmente.

»Desde la zona oriental de tu cerebro, Ankusa, blanca, con cabeza de tigre, sosteniendo un aguijón y una calavera a modo de copa llena de sangre, saldrá y aparecerá ante ti; desde el sur aparecerá Pasa, amarilla, con cabeza de jabalina, sosteniendo un lazo; desde el oeste aparecerá Srnkhala, roja, con cabeza de leona, sosteniendo una cadena de hierro; y desde el norte aparecerá Ghanta, verde, con cabeza de serpiente, sosteniendo una campana: estas cuatro diosas de las puertas saldrán de tu cerebro y aparecerán ante de ti. Reconócelas como tus
yidams.

»Oh hijo de noble familia, después de las treinta divinidades coléricas, las veintiocho yoguinís saldrán sucesivamente de tu cerebro y aparecerán ante ti con varias cabezas y portando diversos símbolos. No tengas miedo de ellas. Reconócelas como el juego de tu mente, como tus propias proyecciones. Ahora que estás a punto de llegar al momento crucial, recuerda las instrucciones de tu lama.

»Oh hijo de noble familia, desde el este, las seis yoguinís del este saldrán de tu cerebro y aparecerán ante de ti: Raksasi, color vino, con cabeza de yak, sosteniendo un
vajra
en la mano; Brahmi, naranja, con cabeza de serpiente, sosteniendo un loto en la mano; Mahadevi, Gran Diosa, verde oscura, con cabeza de leopardo, sosteniendo un tridente en la mano; Vaisnavi, Codiciosa, azul, con cabeza de mangosta, sosteniendo una rueda en la mano; Kumari, Virgen, roja, con cabeza de oso blanco, sosteniendo una lanza corta en la mano; e Indrani, blanca, con cabeza de oso pardo, sosteniendo un manojo de entrañas en la mano. No tengas miedo de ellas.

»Oh hijo de noble familia, desde el sur las seis yoguinís del sur saldrán de tu cerebro y aparecerán ante ti: Vajra, amarilla, con cabeza de cerdo, sosteniendo una navaja en la mano; Santi, Paz, roja, con cabeza de monstruo marino, sosteniendo una jarra en la mano; Amrta, Néctar de Inmortalidad, roja, con cabeza de escorpión, sosteniendo un loto en la mano; Candra, Luna, blanca, con cabeza de halcón, sosteniendo un
vajra
en la mano; Danda, Garrote, verde oscura, con cabeza de zorro, sosteniendo un garrote en la mano; y Raksasi, Demonia, amarilla oscura, con cabeza de tigre, sosteniendo una calavera llena de sangre en la mano. No tengas miedo de ellas.

»Oh hijo de noble familia, desde el oeste las seis yoguinís del oeste saldrán de tu cerebro y aparecerán ante de ti: Bhaksini, Comedora, verde oscura, con cabeza de buitre, sosteniendo un garrote en la mano; Rati, Placer, roja, con cabeza de caballo, sosteniendo un gran cadáver en la mano; Mahabala, Gran Fuerza, blanca, con cabeza de garuda, sosteniendo un garrote en la mano; Raksasi, Demonia, roja, con cabeza de perro, sosteniendo un
vajra-
navaja en la mano; Kama, Deseo, roja, con cabeza de abubilla, disparando una flecha con un arco; y Vasuraksa, Protectora de la salud, verde oscura, con la cabeza de un ciervo, sosteniendo una jarra en la mano. No tengas miedo de ellas.

»Oh hijo de noble familia, desde el norte las seis yoguinís del norte saldrán de tu cerebro y aparecerán ante de ti: Vayudevi, Diosa Viento, azul, con cabeza de lobo, blandiendo un látigo en la mano; Nari, Mujer, roja, con cabeza de búfalo, sosteniendo una estaca en la mano; Varahi, Jabalina, negra, con cabeza de jabalina, sosteniendo un lazo hecho con dientes en la mano; Vajra, roja, con cabeza de cuervo, sosteniendo la piel de un niño en la mano; Mahahastini, Elefante, verde oscura, con cabeza de elefante, sosteniendo un gran cadáver en la mano y bebiendo su sangre; y Va- runadevi, Diosa del Agua, azul, con cabeza de serpiente, sosteniendo un lazo hecho con serpientes en la mano. No tengas miedo de ellas.

»Oh hijo de noble familia, las cuatro yoguinís de las puertas saldrán de tu cerebro y aparecerán ante de ti: desde el este, Vajra blanca, con cabeza de cuco, sosteniendo un gancho de hierro en la mano; desde el sur, Vajra amarilla, con cabeza de cabra, sosteniendo un lazo en la mano; desde el oeste, Vajra roja, con cabeza de león, sosteniendo una cadena de hierro en la mano; y desde el norte, Vajra verde oscura, con cabeza de serpiente, sosteniendo una campana en la mano: estas cuatro yoguinís de las puertas emergerán desde dentro de tu cerebro y aparecerán ante ti.

»Estas veintiocho yoguinís surgen espontáneamente del juego de la forma autoexistente de las herukas coléricas, así que reconócelas como tales.

»Oh hijo de noble familia, el
dharmakaya
aparece ante ti como el conjunto de las divinidades apacibles que surgen de la vacuidad; reconócelo. El
sambhogakaya
aparece ante ti como el conjunto de las divinidades coléricas que surgen de la luminosidad; reconócelo. Si en este momento, cuando las cincuenta y ocho divinidades bebedoras de sangre emergen de tu cerebro y aparecen ante ti, comprendes que todo lo que se te aparece ha surgido de tu propio discernimiento radiante, te convertirás inmediatamente en un buddha inseparable de las divinidades bebedoras de sangre.

»Oh hijo de noble familia, si no lo comprendes de esta forma, te sentirás aterrorizado por ellas y huirás, y de este modo perpetuarás tu sufrimiento. Si no lo comprendes de esta forma, verás a todas las divinidades bebedoras de sangre como Señoras de la Muerte, y tendrás miedo de ellas. Te sentirás aterrorizado, confundido y debilitado. Tus propias proyecciones se convertirán en demonios y vagarás errante en el samsara. Pero si no te sientes atraído ni tienes miedo de ellas, no vagarás por el samsara.

»Oh hijo de noble familia, aunque los cuerpos más grandes de estas divinidades apacibles y coléricas son como todo el cielo, aunque los medianos son como el monte Meru, y aunque los más pequeños son como dieciocho de nuestros cuerpos uno encima del otro, no debes tener miedo de ellas. Todos los fenómenos se te aparecen como luces e imágenes; reconociendo todas esas apariencias como irradiación natural de tu propia mente, tu propia irradiación se fundirá inseparablemente con las luces y las imágenes, y te convertirás en un buddha.

»Oh hijo de noble familia, cualquier cosa que veas, por terrorífica que sea, reconócela como tu propia proyección; reconócela como la luminosidad y la irradiación natural de tu propia mente. Si lo reconoces de esta forma, te convertirás en un buddha en ese mismo instante, de eso no hay ninguna duda. Lo que se llama iluminación instantánea perfecta surgirá allí mismo. Recuerda.

»Oh hijo de noble familia, si no comprendes ahora y estás todavía temeroso, todas las divinidades apacibles aparecerán ante ti en forma de Mahakala, y todas las divinidades coléricas aparecerán ante ti en forma de Rey Dharma, Señor de la Muerte, y vagarás errante en el samsara con todas tus proyecciones convertidas en demonios.

»Oh hijo de noble familia, si no reconoces tus propias proyecciones, incluso aunque hayas practicado el dharma durante todo un eón y estés instruido en todos los sutras y tantras, no llegarás a ser un buddha. Pero si reconoces tus proyecciones, con este solo secreto y esta sola palabra te convertirás en un buddha.

»Si no reconoces tus proyecciones, éstas aparecerán en la forma de Rey Dharma, Señor de la Muerte, en el bardo del Absoluto, tan pronto como hayas muerto. Los cuerpos más grandes de los Señores de la Muerte llenarán todo el cielo y los medianos son como el monte Meru; vendrán y ocuparán todo el universo. Mordiéndose el labio inferior con sus dientes, con mirada vidriosa, el pelo recogido en la parte superior de la cabeza, con vientre prominente y grueso cuello, sosteniendo los registros del karma en sus manos, gritan: «¡Golpea! ¡Mata!»; lamiendo cerebros, pisoteando cabezas, arrancando visceras; de este modo vendrán y llenarán todo el universo.

»Oh hijo de noble familia, cuando aparezcan proyecciones como éstas, no tengas miedo. Tienes un cuerpo mental de tendencias inconscientes, así que, aunque maten y corten en pedazos, no puedes morir. Eres realmente la forma natural de la vacuidad, y no tienes por qué temer. Los Señores de la Muerte surgen también de tu mente radiante, no tienen substancia sólida. La vacuidad no puede ser dañada por la vacuidad. Puedes estar seguro de que las divinidades externas apacibles y coléricas, los herukas bebedores de sangre, las divinidades con cabeza de animal, la luz del arco iris, las formas terroríficas de los Señores de la Muerte y todas las demás visiones no tienen substancialidad y surgen únicamente de la actividad espontánea de tu mente. Si comprendes esto, te liberarás de forma natural de todo miedo y, fundiéndote inseparablemente con tus visiones, te convertirás en un buddha. Reconoce, pues, que son tus
yidams.

»Debes pensar con intenso anhelo: "Han venido a recibirme en el peligroso camino del bardo; tomo refugio en ellas". Recuerda las Tres Joyas. Recuerda tu propio
yidam;
llámale por su nombre y suplícale con estas palabras: "Ando errante por el bardo; así pues, rescátame, acógeme con compasión, oh precioso
yidam".
Pronuncia el nombre de tu lama y suplícale: "Ando errante por el bardo, rescátame, acógeme con compasión, ven en mi ayuda". Implora con devoción a las divinidades bebedoras de sangre, y recita esta invocación:

»Ahora que por mis fuertes tendencias inconscientes vago errante

en el samsara,]

que las divinidades apacibles y coléricas me guíen

en el sendero luminoso libre de todo miedo,

y que las divinidades coléricas, Reinas del Espacio, me den su apoyo.

Ayudadme a cruzar el peligroso camino del bardo

y llevadme al perfecto estado de Buddha.

Ahora que estoy sin mis seres queridos, vagando en soledad,

aparecen las formas vacías de mis propias proyecciones;

que los buddhas me envíen el poder de su compasión

para que los terrores del bardo no me acechen.

Que cuando las cinco luces de sabiduría brillen,

las reconozca sin temor como parte de mí mismo.

Que cuando las formas apacibles y coléricas aparezcan,

sin miedo y confiado pueda reconocer el bardo.

Que cuando sufra por el poder del mal karma acumulado,

mi
yidam
me libere de todo sufrimiento.

Que cuando el sonido del Absoluto ruja como un millar de truenos,

se convierta en el sonido de las seis sílabas
{10}
.

Que cuando vague sin un refugio, empujado por mi karma,

sea mi refugio el Señor de la Gran Compasión.

Que cuando sufra el karma de las tendencias inconscientes,

surja el samadhi de bienaventuranza y de luz.

Que los cinco elementos no se alcen ante mí como enemigos,

que vea yo los reinos de los cinco buddhas.

»Pronuncia esta invocación con devoción profunda. Todos los miedos desaparecerán y tú, ciertamente, llegarás a ser un buddha en el
sambhogakaya.
Es muy importante; no te distraigas».

Estas palabras deben ser repetidas entre tres y siete veces. Por grandes que sean los pecados y por malo que sea el karma residual, si se siguen las instrucciones, es imposible no ser liberado. Pero si, a pesar de todo, el difunto no ha llegado a comprender, entonces tendrá que vagar por el tercer bardo, el bardo del devenir. Más adelante detallaremos las instrucciones pertinentes.

La mayor parte de los seres humanos, hayan practicado más o menos la meditación, se sienten confundidos por el miedo en el bardo del momento que precede a la muerte, y no tienen más medio de salvarse que esta
Liberación a través de la audición.
En quienes han meditado mucho, el bardo del Absoluto aparece repentinamente con la separación de cuerpo y espíritu. Quienes han reconocido su propia mente y han llegado a tener gran experiencia mientras estaban vivos tienen una notable fortaleza cuando la luminosidad aparece durante el bardo del momento que precede a la muerte; por eso practicar durante la vida es muy importante. Quienes, en vida, han practicado la meditación de la visualización y las prácticas completas de las divinidades tántricas, muestran una gran fortaleza cuando aparecen las visiones apacibles y coléricas durante el bardo del Absoluto. Por consiguiente, es extremadamente importante preparar la mente a fondo con esta
Liberación a través de la audición
durante el tiempo de vida.

Este texto debería ser comprendido, profundizado, leído en voz alta, adecuadamente memorizado, repetido tres veces cada día sin excepción; el significado de sus términos debería quedar completamente claro, sus palabras y su sentido no se deberían olvidar ni aun cuando un centenar de asesinos aparecieran y nos persiguieran. Esto es lo que se llama la
Liberación a través de la audición
, porque incluso aquellos que han cometido los cinco pecados mortales serán ciertamente liberados con sólo escucharla; por consiguiente, debe ser leído en voz alta ante todo el mundo y difundido por todas partes.

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