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Authors: Norman Mailer

Tags: #Policíaco

El fantasma de Harlot (72 page)

Esa noche descubrí una nueva faceta de Sally y Sherman. Al final de la comida, cuando a todos ya nos costaba un poco hablar (aunque no puede decirse que estuviéramos borrachos), hicieron un aparte en un extremo de la mesa. Ella tenía una expresión agria, y a él se lo veía lleno de ira, biliosa y compacta. Los Porringer estaban sentados como si fuesen una advertencia para los que pensaran en casarse. Es muy triste, porque ella tiene un rostro vivaz. Quizás en la escuela secundaria haya sido una de las muchachas que alentaban a su equipo de fútbol. Ciertamente, tiene un hermoso cuerpo.

De todos modos, comencé a darme cuenta de lo que estaban haciendo los Porringer con sus servilletas. Eso decía mucho. Sherman la estrujaba y la alisaba, la estrujaba y la alisaba (contra sus muslos, supongo) hasta que la dejó sobre la mesa como si fuese un trapo. La de ella, por el contrario, parecía haber recibido un tratamiento de alisamientos sucesivos efectuados con la palma de la mano. Aun así, la tela seguía hinchándose. ¿Su pobre, atrapado corazón?

Creo que los Porringer son del sudoeste, y que quizás hayan sido novios ya en la escuela secundaria. Si mal no recuerdo, él fue a la universidad de Oklahoma. El problema es que los dos me afectan de la manera más extraña. Desde que voté con él en contra de la propuesta de Sonderstrom, nuestras relaciones han sido dignas de estudio. Su actitud hacia mí algunas veces es brusca, otras, amistosa, suele criticar mi trabajo, para a continuación darme unas palmaditas en la espalda. Se muestra arrogantemente superior, o trata de ayudarme. Yo, a mi vez, no estoy seguro de que me caiga simpático. Si menciono todo esto es porque me pasó una tarea verdaderamente magnífica. Frente a Sonderstrom dijo: «Rick puede hacer esto mejor que Gatsby, y tú y yo no tenemos el tiempo necesario».

Me doy cuenta de que esta carta ha sido un preámbulo para una decisión seria. Todo lo que he revelado hasta ahora puede ser visto como trivial, pero si te informo acerca de mi nuevo trabajo, y me descubren, me vería envuelto en un serio problema. Y tú también. Esperemos un par de días. Volveré a escribirte esta semana. Son las tres de la madrugada, otra vez. Perdóname por este final tan abrupto. Tengo que meditar acerca de todo esto. Es demasiado importante para zambullirme de inmediato.

Cariños,

HARRY

No había dicho la verdad acerca de Sally Porringer. Habíamos iniciado una relación, y ya hacía una semana de ello cuando invité a comer a mis buenos colegas de la Agencia. De modo que la tristeza con que contemplé cómo la señora Porringer alisaba la servilleta era más compleja que una simple aflicción, y tampoco carecía de una pizca de temor. Al fin y al cabo, vivo entre personas adiestradas para observar, y si alguna vez se descubre nuestra relación, puede ser espantoso. Después de ayudarme a obtener un trabajo importante, Sherman Porringer había recibido de mi parte un par de cuernos como regalo de Navidad.

Aun así, no me costó conciliar el sueño. Descubrir un centro de frialdad en mi ser no dejaba de ser alentador. Sugería que podía estar capacitado para tareas más difíciles. Me sentía lo suficientemente frío para reconocer que una parte muy pequeña de mí, pero no obstante ello quintaesencial, jamás perdonaría a Kittredge por haber tenido un hijo con otro hombre.

5 de enero de 1957

Queridísima Número Uno:

He sopesado las contingencias. Como habrás supuesto, lo contaré todo. Nuestra operación se llama AV/ISPA, y si resulta tan bien como esperamos, clavaremos un buen aguijón. Supongo que podríamos decir que su fin es ver cumplido uno de nuestros dos objetivos principales. Idealmente, según la Directiva de las Misiones, la Prioridad es conseguir una penetración en la Embajada soviética; la segunda Prioridad es acceder a las jerarquías superiores del PCU (que, como recordarás, es el Partido Comunista Uruguayo).

Bien, el segundo objetivo está en marcha. Gracias a Porringer, es responsabilidad mía. He heredado una Tarea Prioritaria, y te daré información acerca de ella, pues en el futuro puedo necesitar consejo. Te diré que no quiero que se repita ese embarazoso período berlinés cuando día por medio me veía obligado a utilizar el teléfono seguro para conectarme con nuestro mutuo amigo. Esta vez yo me ocuparé del asunto solo.

Procedo a proporcionarte los hechos. ¿Te mencioné en alguna ocasión que tenemos dos agentes contratados? Además de Gordy Morewood, contamos con Roger Clarkson. También él ha cumplido muy bien con nosotros, y tiene una tapadera excelente. No sólo trabaja para una de las empresas de relaciones públicas más prestigiosas de Montevideo (que maneja las cuentas de la mayor parte de las corporaciones estadounidenses locales), sino que, además, dedica gran parte de su tiempo al grupo teatral angloestadounidense de Montevideo. Quizá pienses que no es un lugar particularmente fértil para recoger la información que nos interesa, pero te aseguro que es donde soplan los vientos del chismorreo. Muchos uruguayos de clase alta están en contacto con los Montevideo Players (así se llama el grupo) con el pretexto de mejorar su inglés. En realidad, los Players son el escenario donde se practica el gran deporte de la clase media sudamericana: la infidelidad. Roger Clarkson es nuestro facsímil del chico alegre del KGB. Es alto, bien parecido, de nariz recta, pelo rubio, sabiondo de Princeton; un ejemplo espléndido de lo que publicitamos al resto del mundo. En el transcurso de sus actividades, se ha enterado de mucho de lo que pasa en el Palacio Legislativo. Nada fundamental, pero sí informes indispensables que refutan o corroboran lo que recibimos de nuestras fuentes más sólidas: legisladores, periodistas, hombres de negocios, etcétera.

Meses atrás, Roger trajo una información grande. Eusebio
Chevi
Fuertes apareció en el grupo teatral. Chevi es casi tan apuesto como Valentino, nos aseguró Roger, si es que uno está listo a aceptar una cara latina típica. Fuertes, que proviene de una familia uruguaya de clase trabajadora, asistió a la Universidad de la República, luego se casó con una muchacha de familia de clase media, de abogados y médicos, integrante del círculo montevideano de ideas izquierdistas.

Actualmente, Fuertes es un miembro reconocido del PCU, lo mismo que su mujer. Sin embargo, no es un laborioso comunista estable, sino que, por el contrario, está muy satisfecho consigo mismo y recibe presiones de muchos lados. Por ejemplo, abandonó los estudios universitarios hace unos años, y sin dinero se fue a Nueva York. (Se casó al regresar, pocos años después.) Al parecer, gracias a su dedicación, ella ha ascendido en las jerarquías locales del partido. Todos (incluido su marido) esperan que ella llegue a ser uno de los líderes nacionales dentro de diez años. Es abogada, polemista y funcionaría, y su familia, como digo, posee una antigua tradición de izquierdas.

Chevi, a diferencia de ella, finge ser un miembro leal, pero secretamente no soporta ciertos aspectos del Partido, como la disciplina, el autosacrificio y la paciencia requeridos para obtener poder. El año que pasó en Nueva York parece haberlo afectado. Regresó a Uruguay admirando y odiando a los Estados Unidos, pero envalentonado por la experiencia. Al parecer, además de lavaplatos, cocinero y camarero, también fue una especie de consorte («nunca el chulo», le asegura a Roger) de una prostituta de Harlem.

Clarkson se ha enterado de todo esto y nos ha pasado la información. Parece que él y Fuertes se llevan a las mil maravillas. Incluso han salido juntos con dos damas de los Montevideo Players. Para usar una expresión que he aprendido hace poco, salen de correrías juntos. Roger, cuyo
cachet
con las actrices locales es modesto, nos explica que hay muchos machos (¡mira cómo me expreso últimamente!) que salen de correrías juntos. Clarkson y Fuertes están fascinados el uno con el otro.

Confieso que siento la misma fascinación. Estoy aprendiendo cuánto se puede llegar a saber de un hombre con sólo estudiar los informes. Clarkson, que es muy ordenado, proporciona memorandos detallados a la estación después de cada noche que comparte con Fuertes, y yo, que tengo la tarea de tomar su lugar cuando Clarkson viaje a los Estados Unidos (lo que sucederá dentro de un par de semanas), leo todo lo que presenta Roger como si fuera
Gerontion
o
En busca del tiempo perdido
. Clarkson no tiene un gran estilo (no se supone que deba tenerlo), pero, dada mi futura relación, resulta estimulante. Fuertes, muy inteligente y suspicaz, siempre está alerta contra una posible manipulación. Tiene espasmos de rabia contra el imperialismo yanqui, que alterna con ataques vitriólicos a los comunistas uruguayos. Con mucho respeto declara su amor por su poderosa mujer, pero en seguida reconoce que la detesta. Ama a Clarkson, y al mismo tiempo lo amenaza con clavarle un cuchillo si alguna vez su amigo llegara a traicionarlo, es decir, si resultase ser un agente de la CIA. Tal es la sospecha declarada de Fuertes. En un bar, durante la última reunión que tuvieron después del ensayo (los Montevideo Players están representando
El árbol de vinagre
, de Paul Osborn), Chevi no sólo acusó a Clarkson de trabajar para la CIA, sino que aseguró que pertenecía a ella, ya que es bien sabido que el cincuenta por ciento del personal contratado por la Agencia está empleado en empresas estadounidenses de relaciones públicas.

A pesar de estos estallidos, Chevi tiene una relación cada vez más íntima con Roger. Ahora anuncia que su verdadero deseo es discutir sus problemas, de hombre a hombre. Declara que se trata de problemas serios, de carácter emocional. (¿Te imaginas a un anglosajón hablando así?) Confiesa que su odio por el Partido Comunista Uruguayo es enorme. Por supuesto, otros días el objeto de sus ataques es la Unión Soviética. Ha traicionado la revolución mundial. A la noche siguiente, vuelve a culpar a los líderes uruguayos de afán de poder, y a sus seguidores de estúpidos. No son revolucionarios, sino burgueses. El comunismo en América del Sur ha degenerado hasta convertirse en un entretenimiento de la clase intelectual, una fiebre virulenta de la decadente clase media. Los villanos de todas las revoluciones, desde Robespierre hasta nuestros días, han revelado su apego al cordón umbilical de la burguesía. Roger dice que hay momentos en que no soporta a Fuertes.

Sin embargo, si Clarkson trata de decir algo agradable sobre los Estados Unidos, Chevi lo bombardea con improperios. El capitalismo se alimenta del excremento del progreso. El pueblo de los Estados Unidos ha perdido el alma. Los capitalistas son cerdos. Cerdos en limusinas.

—Como sé que trabajas para la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América —le dijo al final de una de estas sesiones—, y estás al tanto de que mi mujer y yo somos miembros del Partido Comunista Uruguayo, y que me siento desdichado por el papel que represento, ¿por qué no me propones algo?

—(Porque sería un condenado estúpido si confiase en ti!

Roger no sólo demostró ser audaz al responder de este modo, sino que es tan sincero, o escrupulosamente responsable, que lo incluye en su
Resumen de la reunión del 2 de enero con AV/ISPA
. (No necesito decirte que Sonderstrom no deja de censurar este pequeño intercambio de palabras antes de que vaya a la sección Argentina-Uruguay, pues de lo contrario le pedirían explicaciones a Clarkson.)

Esa noche, Roger llevaba una grabadora escondida. Por supuesto, la grabación no resultó muy clara, pero Clarkson, como un buen soldado, rellenó los espacios en blanco. Asegura poseer gran habilidad para recordar las conversaciones, y califica al resultado de «transcripción fortalecida». Te aseguro que ha traído un documento que merece ser reproducido.

AV/ISPA: Tú no me entiendes. Estás demasiado protegido. Ésa es la manera en que los yanquis desempeñan las funciones que destruyen el alma.

AV/UNCULAR: ¿Por qué no cortas el rollo?

AV/ISPA: Sí, señor, no digo más que tonterías. ¿Cómo dejar de hacerlo? Deseas hacerme una oferta, pero no te atreves.

AV/UNCULAR: Ten consideración, hombre. ¿Cómo podría hacerlo? Tú no confías en ti mismo.

AV/ISPA: Ésa es la verdad. Soy un hombre que vive sumido en una angustia que se autoperpetúa. Carezco de pundonor.

AV/UNCULAR: Nunca has carecido de pundonor. Amigo, tú tienes un gran coraje.

AV/ISPA: Te agradezco que lo digas. Hablas como un amigo. Pero no puedo confiar en la autoridad de tus sentimientos porque en el cono sur un hombre debe vivir en función de su pundonor. Debe estar preparado para la confrontación mortal. Sí, cada día de su vida. ¿Sabes? Es una comedia. Los uruguayos viven hasta los ochenta años. Tengamos coraje, o no, vivimos hasta los ochenta. Somos cómicos, amigo mío. (Larga pausa.) Tú no me comprendes. ¿Para qué sirve un amigo si carece del espíritu generoso de la comprensión? Sin embargo, tú eres norteamericano. Buscas de dónde asirte. Para tener poder sobre mí. Vete a la mierda.

AV/UNCULAR: Tomemos otra copa. Te tranquilizará.

AV/ISPA: Con gente como tú, debo hablar claro.

AV/UNCULAR: Haz como quieras.

AV/ISPA: Debo hablar claro, escupirlo todo. Así son los modos de comunicación establecidos para los estadounidenses, ¿verdad?

AV/UNCULAR: No servimos.

AV/ISPA: Ahora lo sé. Eres de la CIA. Se nota por la lógica de tus respuestas. No hago más que insultaros, a ti y a tu país, pero tú, orgulloso y viril yanqui, no me invitas a salir fuera a pelear.

AV/UNCULAR: ¿Lo harías tú si yo insultase a Uruguay?

AV/ISPA: No tendría alternativa.

Kittredge, ésta es la parte más clara de la conversación. Los diez minutos siguientes fueron demasiado confusos para que Clarkson pudiera reconstruirlos. Después debe de haberse movido, porque el diálogo volvió a ser fuerte y claro. He aquí más de la transcripción fortalecida.

AV/ISPA: Siempre he ocupado mi lugar en las barricadas del pensamiento independiente. No tengo mentalidad de grupo, amigo mío, ni sentimientos preconcebidos a causa de una carencia de vida interior. Por eso, actualmente, estoy empapado por el veneno de la humillación.

AV/UNCULAR: Explícamelo. Quiero oírlo.

AV/ISPA: Soy un abogado que atiende a clientes demasiado pobres para pagar. Soy un marido que en público es menos respetado que su mujer. Puedo ser más inteligente que ella, pero mis ideas están demasiado a la derecha o demasiado a la izquierda. Y eso se debe a que carezco de base suficiente para mantenerlas en su lugar.

AV/UNCULAR: ¿Qué necesitas, entonces?

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