La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey

 

Enero de 1946: Londres emerge de las sombras de la segunda guerra mundial. La escritora Juliet Ashton encuentra la carta de un desconocido, un nativo de la isla de Guernsey, a cuyas manos ha llegado un libro de Charles Lamb que perteneció a Juliet. A medida que Juliet y el desconocido intercambian cartas, ella se queda atrapada en el mundo de este hombre y sus amigos, que resulta ser un mundo maravillosamente excéntrico. Esta novela ostenta una galería de personajes profundamente peculiares, todos amantes de la literatura, que intentan sobrellevar la ocupación nazi organizando reuniones de lectura sobre novelas clásicas, alrededor de un pastel de patata.

Mary Ann Shaffer y Annie Barrows

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey

ePUB v1.0

iBrain
03.09.12

Título original:
The Guernsey Literary and Potato Peel Society

© 2008 by The Trust Estate of Mary Ann Shaffer & Annie Barrows

© Traducción, Sandra Campos, 2009

© de esta edición: 2009, RBA Libros, S. A.

Pérez Galdós, 36 - 08012 Barcelona

[email protected] / www.rbalibros.com

Primera edición: enero 2009

Ref.: OAFI 302

ISBN: 978-84-9867-395-1

Depósito legal: B-268-2009

Composición: Víctor Igual, S.L.

Impreso por Liberdúplex

Editor original: iBrain (v1.0)

ePub base v2.0

Dedicado con mucho amor a mi madre,

Edna Fiery Morgan, y a mi querida amiga Julia Poppy

M. A. S.

Y a mi madre, Cynthia Fiery Barrows

A. B.

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PRIMERA PARTE

8 de enero de 1946

Señor Sidney Stark, editor

Stephens & Stark Ltd.

21 St. James's Place

Londres SW1

Inglaterra

Querido Sidney:

Susan Scott es asombrosa. Hemos vendido más de cuarenta ejemplares del libro, lo cual resultó muy grato, pero mucho más emocionante desde mi punto de vista ha sido la comida. Susan se las arregló para conseguir cupones de azúcar glas y huevos
de verdad
para el merengue. Si todos sus almuerzos literarios van a alcanzar estas cotas, no me importará recorrer todo el país. ¿Crees que una bonificación generosa la podría estimular para conseguir mantequilla? Probémoslo (puedes descontar el dinero de mis derechos de autor).

Y ahora mi desalentadora noticia. Me preguntaste cómo progresa mi nuevo libro. De ninguna forma, Sidney.

Debilidades inglesas
parecía muy prometedor al principio. Después de todo, uno debería ser capaz de escribir páginas y páginas sobre La Asociación Contra la Glorificación del Conejito Inglés. He descubierto una fotografía del Gremio de Exterminadores de Bichos, desfilando por Oxford Street con pancartas que decían «¡Abajo Beatrix Potter!». Pero ¿qué se puede escribir bajo ese título? Nada.

Ya no quiero escribir más este libro (no tengo ni la cabeza ni el corazón en ello). Y por mucho que me encantase —y me encante— escribir como Izzy Bickerstaff, ya no quiero escribir nada más con este nombre. No quiero que me sigan considerando una periodista poco seria. Reconozco que hacer reír (o al menos, hacer pasar un rato divertido) a los lectores durante la guerra no ha sido moco de pavo, pero no quiero hacerlo más.

Últimamente no consigo crear nada con algún sentido de la proporción o del equilibrio, y Dios sabe que no se puede escribir humor sin ellos.

Mientras tanto, estoy muy contenta de que Stephens & Stark esté ganando dinero con
Izzy Bickerstaff va a la guerra
. Me deja la conciencia tranquila por lo de mi desastrosa biografía de Anne Brontë.

Gracias por todo. Un abrazo,

JULIET

P.D. Estoy leyendo la correspondencia completa de la señora Montagu. ¿Sabes qué le escribió esta triste mujer a Jane Carlyle? «Mi querida y pequeña Jane: todo el mundo nace con una vocación, y la tuya es escribir notitas preciosas.» Espero que Jane la escupiera.

De Sidney a Juliet

10 de enero de 1946

Señorita Juliet Ashton

23 Glebe Place

Chelsea

Londres SW3

Querida Juliet:

¡Enhorabuena! Susan Scott me ha dicho que te adaptaste muy bien al público en la presentación, como un borracho al ron (y ellos a ti), así que, por favor, deja de preocuparte por la gira de la semana que viene. No tengo ninguna duda de que vas a triunfar. Habiendo presenciado tu interpretación del poema «El joven pastor canta en el valle de la humillación» hace dieciocho años, sé que en cuestión de segundos tendrás a todos los oyentes en la palma de la mano. Un consejo: quizás en esta ocasión deberías abstenerte de tirar el libro a la audiencia cuando acabes.

Susan está deseando llevarte por todas las librerías, de Bath a Yorkshire. Y, por supuesto, Sophie está haciendo campaña a favor de que la gira se alargue hasta Escocia. Le he dicho con mi más exasperante actitud de hermano mayor que eso está por ver. Te echa muchísimo de menos, lo sé, pero Stephens & Stark debe ser inmune a tales factores.

Acabo de recibir las cifras de ventas de
Izzy
en Londres y alrededores, y son excelentes. De nuevo, ¡felicidades!

No te preocupes por el libro
Debilidades inglesas
, es mejor que pierdas el entusiasmo ahora que no después de haberte pasado seis meses escribiendo sobre conejitos. La posibilidad comercial de la idea era interesante, pero estoy de acuerdo en que el tema se habría vuelto tremendamente irreal. Ya verás cómo se te ocurrirá otro tema, uno que te guste.

¿Cenamos algún día antes de que te vayas? Dime cuándo.

Un abrazo,

SIDNEY

P.D. Escribes notitas preciosas.

De Juliet a Sidney

11 de enero de 1946

Querido Sidney:

Sí, genial, ¿puede ser en algún lugar cerca del río? Quiero ostras, champán y rosbif, si se pueden conseguir, si no, pollo también estará bien. Me alegro mucho de que las ventas de
Izzy
sean buenas. ¿Son lo bastante buenas para que no tenga que hacer la maleta e irme de Londres?

Ya que tú y S&S me habéis convertido en una autora de éxito moderado, la cena la pago yo.

Un abrazo,

JULIET

P.D. No le tiré el libreto de «El joven pastor canta en el valle de la humillación» al público. Se lo tiré a la profesora de dicción. Quería tirárselo a los pies, pero fallé.

De Juliet a Sophie Strachan

12 de enero de 1946

Señora Sophie Strachan

Feochan Farm

Oban

Argyll

Querida Sophie:

Claro que me encantaría verte, pero soy una autómata desalmada y sin voluntad propia. Sidney quiere que vaya a Bath, Colchester, Leeds y otros lugares preciosos que en este momento no recuerdo, y no puedo dejarlo todo e irme a Escocia. Sidney frunciría el ceño, entornaría los ojos y se enfadaría. Y ya sabes la que se arma cuando se enfada.

Ojalá pudiera escabullirme a tu granja. Me mimarías y me dejarías poner los pies en el sofá, ¿verdad? Y después, ¿me arroparías con mantas y me traerías té? ¿A Alexander le importaría tener un residente permanente en el sofá de su casa? Me dijiste que era un hombre paciente, pero quizás esto le molestaría.

¿Por qué estoy tan melancólica? Debería estar encantada con la perspectiva de leer
Izzy
a un público cautivado. Sabes cuánto me gusta hablar de libros, y que me encanta que me hagan cumplidos. Debería estar contentísima. Pero la verdad es que estoy mucho más pesimista de lo que nunca estuve durante la guerra. Todo está tan destrozado, Sophie: las calles, los edificios, la gente. Sobre todo, la gente.

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