Las cuatro revelaciones (26 page)

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Authors: Alberto Villoldo

Tags: #Autoayuda, Filosofía, Esoterismo

El siguiente ejercicio te ayudará a cambiar en el nivel mítico y energético. Lo he usado conmigo mismo, con mis clientes y cuando me han llamado para asesorar a organizaciones. Léelo, piensa en los problemas a los que te enfrentas en tu vida, y comienza a juntar piedras, palos y otros objetos para representar esos problemas y roles. Puede que quieras empezar escribiendo aquello con lo que te quieras identificar y aquello que quieras diferenciar, integrar y trascender, y luego piensa en estos cambios.

Si has olvidado cómo convertir tus proyecciones en declaraciones de viaje, vuelve a leer el ejercicio anterior «Adueñarte de tus proyecciones». Cuando estés listo, puedes realizar este ejercicio para efectuar cambios en el nivel del colibrí o incluso en el nivel del águila.

EJERCICIO 11: LA TRANSFORMACIÓN A TRAVÉS DE LA ALQUIMIA INDÍGENA

Es mejor realizar este ejercicio al aire libre, en una playa o en un patio, usando un palo para dibujar un círculo en el suelo. Vas a crear cuatro mandalas, o representaciones tridimensionales de tus plegarias. Si puedes, realiza esta práctica en un lugar de poder, un templo natural de la tierra como una hondonada cerca de un río o un lugar sagrado en el bosque o en las montañas. También lo puedes hacer en tu cuarto de estar usando cuatro hojas de papel.

1.
Primero dibuja a tu alrededor un círculo con un radio de 1,20 metros. Éste es el
anillo de la serpiente
. Luego, elige una piedra o un palo para representar algo con lo que estés identificado. Esto es fácil de encontrar: cualquier problema que tengas indica una identificación. Concéntrate en este problema mientras sostienes la piedra en la mano, y luego insúflale a la piedra todo aquello que sientas respecto a este problema: tu preocupación, tu rabia, tu frustración, tu dolor…

Coloca la piedra en cualquier parte dentro del círculo. Puedes hacer esto con hasta tres problemas que tengas en la actualidad, y colocar las piedras correspondientes dentro del círculo. Puedes diferenciar cada una de ellas con una marca o simplemente recordar que la pequeña piedra blanca representa el mal empleo que tienes, la oscura simboliza el hecho de ser una sacrificada mujer católica, y así sucesivamente. (También puedes escribir en un papel lo que cada piedra representa.) Decora tu círculo usando algas, hojas, tierra, musgo, y cualquier otra cosa que se pueda relacionar con las energías y las personas relacionadas con este problema, y que influyen en él.

2.
Dibuja otro círculo junto al primero, donde colocarás un problema o asunto del que te has diferenciado. Éste es el
anillo del jaguar
. Por ejemplo, puede que ya no te identifiques con el hecho ser católico, con la ciudad donde has nacido o con el hecho de ser un hombre de negocios. Elige ejemplos recientes —quizá algo que te dejó muy preocupado el año pasado, pero que ahora se ha resuelto—. Es posible que hace algunos años fueses una feminista muy militante, y que pese a que sigues defendiendo esos valores, la palabra
feminista
ya no describe quién eres.

Insufla en otra piedra (o palo) los sentimientos que tengas, y colócala dentro de tu mandala. De nuevo, puedes hacer esto con hasta tres asuntos. Ten en cuenta que usar más de tres puede resultar confuso. Decora tu círculo con musgo, hierba y otros objetos para representar la gente y las energías relacionadas con quien solías ser.

3.
Ahora dibuja otro círculo junto a este último, donde colocarás un elemento que hayas integrado. Éste es el
anillo del colibrí
. Por ejemplo, puedes haber integrado el hecho de haber envejecido, de modo que no te estás buscando nuevas canas cada mañana ni ya te preocupas más por tu edad. Puede que hayas integrado el hecho de ser un escritor o un chamán, así que ya no necesitas esconder esto de los demás, ni explicarte ante la gente que crees puede haberte juzgado mal.

Por ejemplo, durante muchos años me ha dado vergüenza decirle a la gente que soy chamán, y cuando la persona sentada a mi lado en un avión me preguntaba a qué me dedicaba, le contestaba que era antropólogo. Hoy en día me siento cómodo con mi rol de chamán y curandero, y he integrado este aspecto de mi vida. Y aunque generalmente no intento iniciar una conversación con las personas sentadas a mi lado en un avión, cuando lo hago, descubro que suelen estar bastante interesadas en el tema del chamanismo. El destino hace que me siente junto a gente que me devuelve el reflejo de mi yo integrado.

4.
Ahora dibuja un último círculo, donde colocarás un elemento que hayas trascendido. Éste es el
anillo del águila
. Puede que hayas trascendido tu nacionalidad, por ejemplo, y que hoy te consideres un ciudadano del mundo. O, si estás familiarizado con la música o la literatura de la gente más joven o más mayor que tú, es posible que hayas trascendido tu generación. Puede que también lo hayas hecho con tu estatus social, con ser rico o pobre, con tu rol de hijo, hija o madre, o incluso con una enfermedad física. Insufla alguno de estos elementos en la piedra (o en un palo) y colócala dentro de tu círculo.

Una vez hayas creado estos cuatro mandalas, tendrás un mapa de los temas centrales de tu vida y de los problemas a los que te enfrentas. Pero un mapa sólo es útil si te permite recorrer el territorio que describe, así que elige una piedra o un palo de cualquiera de los círculos a fin de que puedas usar la alquimia indígena para transformar aquello que representa.

Digamos que quieres comenzar con algo del círculo de la diferenciación (jaguar) —en este caso, el rol de hija, representado por una de las piedras que allí se encuentran—. Recoge esa piedra y sostenla en la mano durante algunos minutos. Examina las grietas en la piedra mientras recuerdas tu anterior identificación con el rol de «hija», y luego piensa en los períodos de rebelión por los que pasaste cuando no le hablabas a tu madre o cuando querías demostrar que estaba equivocada. Este período de rebelión es lo que te ha permitido diferenciarte de ese rol, a pesar de que pueda haber sido muy doloroso y difícil para todos los implicados.

Piensa en cuando culpaste a tu madre de tu infelicidad… y ahora aduéñate de esa proyección. Di en voz alta: «Ser hija de mi madre no es lo que me hizo infeliz. Yo soy responsable de mi propia infelicidad y fui incapaz de ser fiel a mí misma», y advierte si esa afirmación te suena verdadera. Adueñarte de la proyección te permite diferenciarte completamente —es decir, comprender que «yo ya no soy esa persona».

A continuación, convierte la proyección en una declaración de viaje. Podría ser algo como: «Ser fiel a mí misma me proporciona felicidad, y puedo compartir esta felicidad con mi madre y otras personas». La declaración de viaje es lo que te lleva desde el anillo del jaguar hasta el del colibrí, hasta la integración. La declaración de viaje contiene las lecciones que necesitas aprender para integrar «la hija» en un nivel superior.

Lo importante aquí es la lección. Una vez la hayas aprendido y estés lista para hacer la declaración de viaje, podrás llevar la piedra hasta el círculo del colibrí. Te has embarcado en un viaje sagrado sin pasarte dos años en terapia y sin darle muchas vueltas a si vas a tener el tiempo o la energía suficiente. La lección podría ser que debes perdonar a tu madre —y perdonarte a ti misma—. (Observa que la lección va a ser distinta para cada uno de nosotros.) Cuando hayas aprendido la lección, podrás pasar a otro asunto.

Como puedes ver, para abandonar tu identificación (y acceder al nivel del jaguar), tienes que adueñarte de tu proyección. Para ir más allá de la diferenciación (y acceder al nivel del colibrí) debes convertirla en una declaración de viaje y preguntarte a ti mismo: «¿Qué es lo que tengo que aprender para poder seguir adelante?». Y para ir más allá de la integración y alcanzar la trascendencia (nivel del águila) debes poder ver una oportunidad donde antes sólo percibías problemas. La alquimia indígena te permite realizar tu aprendizaje interiormente, en lugar de hacerlo con tus hijos, padres, pareja y compañeros de trabajo. Por supuesto, luego aplicas estas lecciones en el mundo y llamas a tu madre para pedirle que te perdone, o para decirle que la quieres. Ya no necesitas que los demás te devuelvan el reflejo de las lecciones que aún no has aprendido.

Un Guardián de la Tierra puede realizar esta alquimia con la ayuda de su bolsa medicinal. En ella lleva una colección de piedras y objetos sagrados. Usa una piedra u objeto para representar cada asunto que está intentando resolver en su vida —y cuando haya aprendido las lecciones y pueda desplazar la piedra hasta el próximo anillo, ese objeto podrá volver a la bolsa como parte de sus remedios espirituales, y podrá ayudar a otras personas—. Cuando esté listo para pasar el asunto al siguiente nivel, podrá sacar las piedras de la bolsa medicinal. (Las piedras no son más que una representación, una ayuda visual. La alquimia es un fenómeno interior.)

Al final, la bolsa medicinal del Guardián de la Tierra contiene toda la sabiduría que ha acumulado sobre sí mismo y sobre la naturaleza. Sus piedras se han convertido en objetos de poder, y su identidad estará basada en aquello que ha trascendido. El Guardián de la Tierra ve oportunidades por todas partes, y puede decir: «Yo soy las montañas, yo soy las paredes de roca roja del cañón, yo soy el Espíritu».

Compruébalo por ti mismo…

EPÍLOGO

Los laikas fueron siempre hombres y mujeres extraordinarios que llevaron una vida ordinaria. No nacieron con dones especiales, pero alcanzaron una gracia y un poder asombrosos mediante la práctica de las cuatro revelaciones. Algunos se convirtieron en importantes líderes y chamanes, otros llevaron vidas sencillas, criando a sus hijos y cultivando maíz. Y estas revelaciones nunca le fueron impuestas a la siguiente generación —los laikas creían que la gente acudiría a ellos cuando estuviera lista y sintiera la llamada para hacerlo.

Muchos de los que lean este libro sentirán esta llamada del Espíritu y desearán hacer algo para mejorar el mundo y sus propias vidas. Cuando llegues al camino del Guardián de la Tierra con el corazón abierto y sinceridad de propósito, descubrirás pronto que no estás solo. Te verás rodeado de individuos de ideas afines que intentan vivir siguiendo una ética y una visión. También serás guiado por los seres luminosos que vivieron en este planeta hace muchos miles de años—seres que hoy son parte de la gran matriz de la vida—. Estos Guardianes de la Tierra añadirán su poder y su visión al tuyo.

Cuando accedas a la quietud del colibrí, sentirás la presencia y la sabiduría de aquellos que han trascendido el tiempo lineal y que hoy residen en el tiempo sagrado, en el infinito, libres de las garras del karma y del renacimiento. Cuando hayas alcanzado un nivel de vibración con el que puedan sintonizar y cuando tu campo de energía luminosa (CEL) haya sido limpiado de todos los desechos psíquicos dejados por los traumas pasados, los Guardianes de la Tierra te visitarán y te guiarán. Cuando entres en contacto con ellos, podrás recordar historias que nunca experimentaste directamente pero que ahora te pertenecen. Recordarás haber estado sentado en torno al fuego con un búfalo tras de ti, y haber meditado en un templo de piedra rodeado de nieve.

Como los Guardianes de la Tierra también vienen del futuro, podrán ayudarnos a ver en qué nos convertiremos los humanos de aquí a 10 000 años. Los recuerdos del pasado están disponibles para los laikas, quienes usan este gran depósito de conocimientos que existe fuera del tiempo. Las visiones del futuro aparecen como posibilidades, ya que todo lo que está por venir se encuentra aún en su forma potencial. Por eso los Guardianes de la Tierra pertenecientes a las tribus hopi, maya, inca y muchas otras se reúnen regularmente para rezar por la paz en el mundo. Lo hacen siguiéndole el rastro a los posibles futuros para la tierra a fin de encontrar uno en que los ríos y el aire estén limpios, y los seres humanos vivan en armonía unos con otros y con la naturaleza. El acto de encontrar este futuro deseable lo emplaza en nuestro destino colectivo y lo hace un poco más probable que antes, porque ha adquirido otro
quantum
de energía proveniente de estos chamanes.

Cuando entramos en contacto con los seres luminosos, sus historias se convierten en las nuestras: «recordamos» realmente haber cruzado el estrecho de Bering o haber atravesado el desierto de Sonora para pasar a América Central, o incluso antes que eso, haber franqueado el Himalaya hasta llegar a los fértiles valles del norte de la India. Cuando entramos en contacto con los Guardianes de la Tierra provenientes del futuro, accedemos a unos conocimientos que pueden mejorar la calidad de nuestro ADN. Esto va en contra de la sabiduría científica, según la cual nuestros genes sólo pueden ser influenciados por el pasado, por los dones y enfermedades que tenían nuestros ancestros. Los laikas comprenden que cuando nos hallamos libres de los límites del tiempo, el futuro puede extender su mano hacia atrás, como si de un gigante se tratara, y arrastrarnos hacia delante. Podemos ser influenciados por aquello en lo que nos estamos convirtiendo.

A medida que practiques las cuatro revelaciones que he descrito en este libro, tus chakras se abrirán y adquirirás lo que los laikas llaman el «cuerpo arco iris». Esto ocurre cuando tus centros de energía brillan con su resplandor original porque no han sido empañados por ninguna enfermedad o trauma. Recuerda que cada uno de tus chakras tiene un color, y cuando todos brillan con su luz original, emiten los colores del arco iris. Cuando pierden brillo debido a algún trauma, tu campo de energía luminosa adquiere un tono grisáceo y tus chakras se bloquean.

Una vez hayas adquirido un cuerpo arco iris, los luminosos Guardianes de la Tierra podrán llegar hasta ti porque reconocerán que compartes una misma visión y vocación. Cuando esto ocurra, y en el caso de que hayas desarrollado la capacidad para ver el mundo invisible, podrás discernir la anterior forma física de estos seres luminosos. (A veces la gente los percibirá bajo la forma de ancianos indígenas, vistiendo ropas de Asia, pieles de Siberia o plumas de la Amazonia.) Esto sucede en el nivel de la serpiente. En el del jaguar, podrás percibir sus pensamientos y sentimientos. Pero el fenómeno más interesante comienza a suceder en el nivel del colibrí, en que tienes acceso a la sabiduría de los Guardianes de la Tierra y a sus historias. Y luego, en el nivel del águila, podrás «descargar» una mejor y más nueva versión del
software
que regula tu campo de energía luminosa, que a su vez regula tu ADN, dándole instrucciones sobre cómo crear un nuevo cuerpo que luego envejecerá, se curará y morirá de manera distinta.

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