Los masones (39 page)

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Authors: César Vidal

Tags: #Ensayo, Historia

Naturalmente, es posible que, llegado ese momento, los sabios, a semejanza de los que componían logias como la de las Nueve Hermanas o la Lautaro fracasen estrepitosamente y tan sólo suman a sus gobernados en mayores miserias; es posible también que la labor de zapa del pensamiento crítico no sea lo suficientemente eficaz como para lograr la sumisión fácil de todo el orbe a la dictadura de lo políticamente correcto y es posible, por último, que los cristianos decidan que no están dispuestos a vender la creencia en el Dios que se encarnó en Jesús para salvar al género humano a cambio de un Cristo ocultista, maestro entre otros maestros. No les será fácil porque esta vez el precio ofrecido será muy superior a las treinta monedas de plata. Sin embargo, si resisten la tentación de venderse, entregarse o rendirse aún quedaría esperanza para la verdad y la libertad en este mundo.

Apéndice I. Algunos textos para la historia de la masonería

DOCUMENTO 1. Juramento de iniciación en la masonería

Juro por Dios y por San Juan, por la Escuadra y el compás, someterme al juicio de todos, trabajar al servicio de mi Maestro en la honorable Logia, del lunes por la mañana al sábado, y guardar las llaves, bajo la pena de que me sea arrancada la lengua a través del mentón, y de ser enterrado bajo las olas, allá donde ningún hombre lo sabrá.

DOCUMENTO 2. Catecismo suizo de la Francmasonería de Berna, del año 1740

Prometo bajo mi palabra de honor no revelar jamás los secretos de los masones y de la Masonería que me van a ser comunicados bajo el sello del arte. Prometo no esculpirlos, ni grabarlos, ni pintarlos o escribirlos sobre ningún objeto. Además prometo jamás hablar nada contra la Religión, ni contra el Estado, ayudar a socorrer a mis hermanos en sus necesidades y según todo mi poder. Si faltare a mi promesa, consiento en que me sea arrancada la lengua, cortada la garganta, atravesado el corazón de parte a parte, quemado mi cuerpo y mis cenizas arrojadas al viento para que no quede ya nada mío sobre la tierra, y el horror de mi crimen para intimidar a los traidores que fueren tentados de imitarme. Que Dios sea en mi ayuda.

DOCUMENTO 3. Fórmula de secreto masónico

Yo F. de T. De mi propia y libre voluntad, en presencia de Dios y de esta venerable Logia dedicada a San Juan, del modo más solemne y sincero Juro: Que guardaré y jamás revelaré parte, punto, seña, ni palabra de la M. Que me será de ahora en adelante confiada, no siendo aún M. Conocido como tal, previo un examen. Que no hurtaré, ni permitiré hurtar ni dañar a ningún H. M.; al contrario, le daré aviso de todo mal de que pueda ser amenazado; además juro que siempre seré un fiel súbdito del Rey, y de la Constitución establecida en mi país, nunca permitiendo ni moviendo controversias, disputas ni cuestiones sobre asuntos políticos ni religiosos dentro de la Logia, pues desde ahora conozco que son muy ajenas y contra el espíritu y esencia de la verdadera M. Siendo su único fin establecer la sana moral, cultivar las ciencias, ser justo y benéfico y caritativo en cuanto permitan mis circunstancias y sobre todo ser obediente a los mandatos del Gobierno y preceptos de mi Religión y sostener los sagrados derechos del Rey. Además juro que atenderé a toda citación de cualquiera L. De A. Establecida bajo de este O. Siendo dentro de los límites de mi calabrote, que son tres millas; y permitiéndolo mis ocupaciones. Todo esto juro cumplir bajo la pena de ser cortada mi garganta, mi lengua arrancada de raíz y enterrada en la playa de la mar, en donde hay flujo y reflujo dos veces cada veinticuatro horas. Así Dios me ayude a guardar este solemne juramento de M. A. (A. G. P.,
Papeles reservados de Fernando VII
, t. 67, fol. 279.)

DOCUMENTO 4. Petición de permiso a la Gran Logia de Inglaterra para constituir logias en España

Muy respetable señor,

Nosotros, los abajo firmantes, masones libres y aceptados, que actualmente residimos en Madrid y en otras ciudades del reino de España, nos tomamos la libertad de escribir esta carta, como nuestro deber nos obliga, para comunicar a nuestro respetable Gran Maestre, a su digno diputado, a los grandes guardianes y a todas las logias de masones, ahora constituidas en Inglaterra, que habiendo estado siempre muy deseosos de ver nuestra antigua sociedad propagada, sus verdaderos y virtuosos designios fomentados, y que el Arte floreciera en cada ciudad a donde nuestros negocios nos han llamado, resolvimos por lo tanto difundirlo en este reino, dondequiera que pudiera hacerse de una manera legal. Y como tuvimos algún tiempo la oportunidad de la presencia de Su Gracia el Duque de Wharton, le pedimos constituir una logia en esta ciudad. El cual atendiendo nuestros ruegos accedió y realizó. Después de que nuestra logia estuvo formada aceptamos e hicimos masones a tres personas que al pie citamos; y justamente después se resolvió por unanimidad comunicar nuestras Actas a nuestro Gran Maestre y a los Oficiales Generales de Inglaterra, a todo lo cual Su Gracia se somete él mismo enteramente, habiendo actuado en esta ocasión como Segundo Diputado.

Por lo tanto tenga Vd. la amabilidad de notificar a nuestro Gran Maestre, y a todas las logias en general, en la próxima Comunicación Trimestral, el contenido de esta carta, y esperamos el favor de ser inscritos en el Libro con el nombre de Logia de Madrid. Las reuniones están fijadas al presente para el primer domingo de cada mes, y esperamos enviar para la próxima Comunicación Trimestral, que tendrá lugar alrededor del día de San Juan Bautista del presente año, una lista más larga de miembros de nuestra logia, y una copia de los estatutos, tal y como los redactemos, de forma que sean más apropiados al país donde al presente nos encontramos, para la Unión entre todos nosotros, y la Caridad hacia el pobre, como muy recomendada y ejercitada en nuestra Antigua Sociedad, sobre la cual, en general, rogarnos a Dios Todopoderoso derrame su preciosísimo favor y bendiciones. Quedamos, señor y muy Venerable Maestre, vuestros fidelísimos siervos.

Fechada en nuestra logia de Madrid, el 15 de febrero de 1728. Por orden de Su Gracia, Felipe, Duque de Wharton,
2nd Deputy Grand Master (sic subscribitur)
, Charles Labridge,
Master
, Thomas Hatton,
Junior Warden
, Richards,
Senior Warden
, Eldridge Dinsdale, Andrew Galloway.

DOCUMENTO 5. Juramento de iniciación del compañero en la masonería inglesa

Yo, etc., juro que no revelaré esta parte de C. a ningún A., ni aquel de A. a ningún viviente no siendo M. conocido después.

DOCUMENTO 6. Discurso Inaugural de la Gran Logia Nacional de España, Madrid, 27 de noviembre de 1809, en el que se pone de manifiesto la sumisión de la masonería española a Bonaparte

El espíritu del grande Arquitecto ha dicho: «El hombre no vive con sólo pan, sino con todo lo que procede de la palabra». Las buenas obras son el nutrimiento de todos los Masones; pero han menester además la doctrina; aquella doctrina sublime, a cuya profesión se han obligado para ilustrar a sus hermanos: deben propagarla dondequiera que consideren con fundamento que puede hacer prosélitos.

Luego que vislumbré que el suelo español podía venturosamente fecundarse con la simiente de esta doctrina, no vacilé un punto en sembrarla en su capital, como paraje el más a propósito para dar razonados frutos, bajo la protección de un gobierno ilustrado. Por lo cual he reunido conmigo un corto número de obreros celosos, quienes se asociaron con anhelo a mi empresa, y de común acuerdo elevamos este Templo modesto sin otro designio por entonces más que el de sostenerse con el favor de un título recomendable, pero que luego se ha engrandecido de una manera tan satisfactoria.

El grande Arquitecto del universo ha bendecido nuestras intenciones, porque a las puertas de nuestro taller se han abocado muchísimos neófitos ansiosos de participar de nuestra gloria. De todos ellos habernos escogido a los que nos han parecido más animados del espíritu de la verdad; los habernos alentado en sus primeros ensayos, y muy en breve han venido a parar en unas fuertes columnas, capaces de sostener las bóvedas del edificio. Desde entonces acá varios ilustres maestros, empleados en lo más sublime, no han tenido a menos el venir a adornar los estrados de nuestro oriente, y con sus miradas ilustrar nuestros trabajos.

No puedo menos de manifestar aquí mi reconocimiento a esos caballeros distinguidos que con sus luces han contribuido a dar tanto esplendor a este taller, que ya va caminando al más alto grado posible de actividad. Y ¿lo diré? Apenas hay tres meses cumplidos desde el momento de nuestra reunión, y ya contamos un número de hermanos mayor del que se necesitaría para componer diez Logias regulares de maestro. Permítaseme por tanto citar los carísimos SS. PP. Turcan y Le Baillif, miembros del gran consistorio de Francia, a los muy ilustres hermanos Le Barlier, Freire, Bonnard, De Ricard, Granet, Borelly, Bori de S. Vicent, Clermont-Tonnerre, y a tantos otros que sería prolijo enumerar, que han tenido a bien incorporarse a nuestra familia para contribuir a su prosperidad.

Bajo tales auspicios ha resultado que la Respetable Logia tiene un capítulo soberano que la equipara con todos los orientes extranjeros. Y aprovechándose de su poder supremo, se ha organizado un gran tribunal de los 31 grados, regulador primitivo de las operaciones de mayor gravedad de la Orden. Por último, nada se ha omitido de cuanto podía eternizar el buen éxito de nuestra empresa, que muy luego va a ser consagrada por un título nuevo, y por unos reglamentos de mayor extensión en su objeto.

Carísimos hermanos. La Francmasonería cubre la sobrehaz de la tierra, pero tiene unos puntos de reunión en los que se reconcentra la dirección general de sus tareas; y esto con la mira de prevenir cualquier abuso que pudiera introducirse en la doctrina, si fácilmente se propagase sin sujeción a vigilancia ninguna. En consecuencia de este principio se han establecido una Gran Logia en Inglaterra, un Gran Oriente en Francia, varias logias-Matrices en Alemania y en Prusia, y para igual objeto se han establecido Grandes Orientes en Milán y en Nápoles. Así que organizando Logias en España, debíamos conocer que no se sostendrían sin tener, del mismo modo que aquéllas un punto central de correspondencia.

Este punto de perfección, carísimos hermanos, ha sido el objeto de mis tareas para que nuestro edificio sea duradero; y atendiendo a su solar y a su composición, lo he considerado de antemano como la piedra angular de todos los establecimientos de este linaje que ya se hubieran formado o que en lo sucesivo podrán formarse en España.

He creído que el primer Templo erigido por masones españoles en la capital de su país, cuyo título es en cierto modo una dedicatoria al Soberano que lo gobierna, estaba por lo mismo autorizado a constituirse en Gran Logia. Y añado que lo he reputado digno de ello, así por las circunstancias civiles de sus arquitectos como por sus talentos eminentes y lo profundo de sus conocimientos.

Agitado con lo grande de este pensamiento, he trabajado sin cesar en la formación de unas constituciones que asegurasen nuestra independencia y nuestra gloria. Tal vez no tenía yo todos los conocimientos indispensables para merecer la confianza de los grandes maestros de la Orden; pero alentado en mis esfuerzos por los muy ilustres caballeros arriba mencionados, ayudado con las luces de maestros muy ilustrados, y con notas tomadas de los reglamentos generales, he logrado al fin concluir estas Constituciones que han sido aprobadas por nuestro Gran Tribunal de los 31, que han de ser el cimiento de todos los sucesos felices del Arte Real en España.

Ahora se os leerán, y esta sesión es con el objeto de proclamarlas, y para recibiros el juramento que debéis hacer de tenerlas para en lo sucesivo por vuestro único regulador.

Notaréis que he procurado campee la posible precisión y claridad en esta especie de Código para dirigir nuestras tareas interiores y las relaciones que tengamos por fuera. He creído deber dividirlo en títulos como lo acostumbran los otros Orientes, bien que no he sido tan dilatado en algunos, como por ejemplo en el título de los castigos, que he reducido a un solo artículo de precaución, haciéndome cargo que unos hermanos escogidos por excelencia desde el nacimiento de nuestra reunión no eran merecedores de que se previesen las circunstancias en las cuales pudieran hacerse indignos de nuestro aprecio: y me lisonjeo que el Tribunal del 31 nunca jamás ha de verse en el caso de suplir las omisiones que adrede he cometido en este punto por un movimiento de orgullo bien perdonable a un padre de familia que ya se ha identificado en un espíritu mismo con sus hijos.

Finalmente, encaminándose única y esencialmente nuestras instituciones a fortificar todas las virtudes, a disipar los errores del fanatismo, a propagar el amor a nuestros semejantes, a predicar la sumisión a las leyes y aficionar y unir los súbditos a su Soberano, daremos fin a la inauguración de la nueva Logia Matriz con un solemne homenaje al Rey amado, cuyo nombre tiene; y el soberano capítulo deliberará si será conveniente nombrar una comisión encargada de llevar a los pies del trono la declaración de los principios que animan a todos los miembros indistintamente, tales cuales acabo de enunciarlos. Quizás no sea compatible el paso que propongo con el acceso a S. M.; pero un Príncipe que ha creído honrarse con tener el primer martillo de la Orden en Francia, por lo menos apreciará los quilates de nuestro entusiasmo, en él verá y leerá los votos que todos hacemos por la prosperidad de su reinado y por la conservación de su Augusta Persona.

¡Viva José Napoleón!

(Archivo General de Palacio, Madrid,
Papeles reservados de Fernando VII
, t. 15, folios 244-247.)

DOCUMENTO 7. Coplas cantadas en el banquete del día de la instalación de la logia militar española «José Napoleón», en el depósito de Chálons-Sur-Marne (1813)

De la Francmasonería

Celebremos la bondad

La unión la fraternidad

El buen orden y harmonía

El Suceso ha coronado

Los fines de nuestra unión

Pues la logia se ha instalado

De Josef Napoleón

Tengamos pues como hermanos

La amistad más verdadera

Sirviendo de esta manera

De modelo a los profanos

Estribillo

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