Sexy de la Muerte (37 page)

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Authors: Kathy Lette

—Paguese que has conseguido una nueva mamá —le guiñó Coco.

—Ya era hora —dijo Matty—. Los mayores son más tontos… Siempre marchando camino atrás, ¿sabes?

—¿Ah sí? —preguntó Coco, con diversión.

—Bueno, Shelly me dijo que los hombres y las mujeres nunca se llevarán bien, porque los hombres son de Marte. Y papá me dijo que los hombres y las mujeres nunca se llevarán bien porque las mujeres son de Venus. Sin embargo, los hombres y las mujeres son del mismo planeta —dijo de manera realista—. Del planeta Tierra. Así que… —se encogió de hombros de manera filosófica y bastante francesa—, afróntalo.

Diferencias entre sexos: Necesidades

 

Hombres: El matrimonio conviene a los hombres mucho más que a las mujeres. Los hombres casados viven más años que los solteros, tienen menos enfermedades cardíacas y menos problemas mentales.

Mujeres: Bueno, básicamente, si nuestros vibradores pudieran matar arañas, encender la barbacoa, besar nuestros párpados y decirnos que no parecemos gordas vestidas con licra ceñida, ¿necesitaríamos lo más mínimo a los hombres?

23

Lista de bajas

Ha pasado una semana… las siete de la tarde y gente alegre de todas las edades, colores y tamaños habían sido vertidos desde un bar de barra libre a un gran estudio de televisión en el sur de Londres. El estudio, montado para un programa de televisión, es todo arte
pop
curvilíneo con música genial. Sin embargo, la música y el decorado habían quedado apagados por el tono lúgubre de esta transmisión.

Los espectadores británicos miraban paralizados cómo el presentador, con su peinado de cantante de
heavy metal
sometido a gomina de acuerdo con la sobriedad de la ocasión, recuerda los trágicos acontecimientos de la extraordinaria experiencia vivida en el programa de telerrealidad
Desesperados y Desemparejados
, que la prensa sensacionalista estaba presentando como «la luna de miel más estrambótica de la historia de la humanidad». No hay vídeos, ni novia, ni novio ni directora. Al catalogar las experiencias de la pareja en la isla… el ciclón, la toma de rehenes, la erupción volcánica, la trágica desaparición del avión en la que se presume que todos murieron… el serio presentador se pregunta si la pareja predestinada habría conseguido declarar una tregua en la guerra de sexos. Si algún día serían capaces de encontrar una reconciliación de los polos opuestos.

El presentador continúa diciendo que hay un recuerdo conmovedor de la novia. Una cinta llegada un día antes en la que aparecía ella tocando la guitarra. Entonces el programa pasa a retransmitir un vídeo con interferencias de Shelly, tocando, con elocuencia y estilo, la suite número cuatro para laúd de Bach, de principio a fin.

*

Al otro lado de la ciudad, en Mayfair, Pandora Vain Temple está viendo el programa en la televisión cuando un empleado de Hacienda le entrega una citación judicial por evasión fiscal.

Huelga decir que las acciones del negocio de compresas de Pandora se fueron a pique de inmediato, a pesar de tener alas.

*

En una isla despoblada del océano índico, Gaby es arrastrada desde los restos del avión hasta una playa desierta. La
gurú
de la telerrealidad empieza a pensar que ya ha tenido bastante realidad. Alberga la esperanza, por un patético instante, de que quizá ella es en realidad una participante secreta de
Supervivientes
, en el que mandan a la gente a una isla desierta aburridísima e infestada de serpientes, sin nada que comer salvo larvas de escarabajo, sólo que con médicos secretos, reservas de emergencia y un amable equipo de grabación alrededor para pasarte delicias a hurtadillas cuando lo necesites.

Durante un día entero explora la isla en busca de un equipo de televisión, sólo para descubrir que, efectivamente, está desierta. No encuentra nada. Cero.
Nothing.
A excepción de algo aún peor que todas las serpientes venenosas y bichos horribles y repelentes que se había encontrado. El cámara, desnudo, salvo por una calabaza sobre el pene, que se había diseñado él mismo.

—¡Gracias a Dios! —grita—. Ya creía que estaba condenado a practicar con el sable de carne de Han Solo por el resto de mis días. ¡Pero ahora estás tú aquí para rascar a Yoda por detrás de las orejas!

—Aj. No te chingaría ni aunque fueras un vaso de vino —respondió.

—A ver, ¿qué vas a hacer, Gaby? ¿Despedirme? Venga. ¡Hoy para cenar yo pruebo tu pescado y tú mi carne!

Gaby sólo podía pensar una cosa: «¡¡¡Sé que soy insignificante, pero aun así, te lo suplico, sácame de aquí ahora mismo!!!».

*

En el campamento rebelde, suena un gran grito de alegría cuando se informa de que Gaspard está desaparecido, presuntamente muerto. Además, la prensa internacional lo ha declarado
in absentia
por su manejo excesivamente entusiasta de la revuelta y por abandono de su puesto.

Coco, una católica no declarada, es más prudente.

—El hombre era un capullo, sí —dijo en francés—, pero una bomba le hizo volar en pedazos. Si no puedes decir nada bueno sobre el muerto, entonces no deberías decir absolutamente nada.

—Está muerto. Con eso basta —dijo el líder rebelde.

*

Dominic, esforzándose por encandilar a una heredera anciana, estaba haciendo alarde de algunos trucos de ala delta cuando lo alcanzó una corriente de aire ascendente, posiblemente a causa de los aires que se daba con su charlatanería. La última en verlo fue una tripulación de Buenos Aires asombrada, dirigiéndose a la estación espacial Mir. El equipo de rescate anda buscando a un hombre ultra bronceado con cadenas de oro y un generoso apéndice.

*

En los programas de tertulias de televisión, en las emisoras de radio y en periódicos de todo el mundo los expertos debaten sobre la guerra de sexos. Ninguna mujer es una isla. Pero si lo fuéramos, ¿nos gustaría que nos colonizaran? ¿Que nos dijeran lo que tenemos que hacer? ¿Que controlaran nuestros asuntos?

—El amor puede ser democrático —pronunció un comentarista—. Igualitario por dentro, solidario por fuera.

—¿Entonces por qué los hombres y las mujeres se pasan el tiempo enumerando los errores del otro con tan monstruosa eficiencia? —preguntó otro.

—El tema es —reprendió una miembro del jurado— ¿cómo vamos a poner fin a la guerra de sexos cuando seguimos confraternizando con el enemigo?

—¡Es que confraternizar es tan divertido…!

—¡Pero los hombres y las mujeres quieren cosas distintas! —respondió.

—¡Sí, los hombres quieren a las mujeres, y las mujeres quieren a los hombres!

*

Si Gaspard se unió o no al
Mile High Club
con la estrella de rock y su novia popular, o si el pornógrafo francés documentó su acrobacia, sólo se sabrá una vez que recuperen la caja negra del fondo del océano Índico.

*

En un chiringuito de playa en Madagascar, Matty está leyendo las
Fábulas de Esopo,
las cuales, le asegura a su padre, fueron escritas por un griego llamado Esófago… y decide que ella va a escribir sus propias fábulas, llamadas «Los niños vienen de Plutón, los padres de otra galaxia completamente distinta».

Kit Kinkade y Shelly Green son declarados desaparecidos… dados por felices.

*

Una historia que continuará, esperan Shelly y Kit, durante el resto de sus vidas… siempre que ella deje de hacerle comer a él queso maloliente y acepte el hecho de que las noches de bufé libre en el restaurante del barrio son lo que constituye una «cena lujosa» para la mayoría de los hombres. Siempre que él admita que los estadounidenses tienen el ego tan alto que sentarse detrás de ellos en un cine sería clasificado como asientos de visión restringida, y que ella admita que los ingleses son realmente una sociedad de divisiones liliputienses. Siempre que él no sólo haga la cama, sino que recuerde poner los cojines decorativos, y ella deje de pensar que, sólo porque lleve subtítulos, un coñazo de película sobre una lesbiana polaca coja que hace un viaje interminable en autobús por Rumania para descubrir su existencialismo interior debe de ser Arte. Siempre que él deje de bostezar cada vez que ella quiere hablar sobre su relación y ella deje de bostezar cada vez que él quiere hablar sobre el consumo del coche. Siempre que él se abstenga de decir, cada vez que ella pide «un poco de respeto», «¿para comer aquí o para llevar?», y ella se abstenga de informarle con una semana de antelación de que no puede ir al partido de béisbol porque «no está de humor». Y siempre que él aprenda que sacudir la manta después de peerse no es un sistema inhibidor de olores efectivo, y ella aprenda que los hombres nunca superarán su dependencia al mando a distancia. Siempre que él aprenda que también él puede ser el conductor designado, maldita sea, y que ella aprenda que es posible disfrutar en silencio de un paseo en coche en el asiento del copiloto, por Dios. También siempre que él se dé cuenta de que quedarse despierto después de hacer el amor no es un proeza olímpica, joder, y que ella se dé cuenta de que los hombres son genéticamente incapaces de notar cuándo una mujer se ha cortado el pelo. Siempre que él también entienda que las mujeres son genéticamente incapaces de pasar por delante de una tienda de zapatos en rebajas sin comprar algo irracional y con mucho tacón, y que ella comprenda que los hombres son psicológicamente incapaces de hacer las compras de Navidad antes de Nochebuena. Y siempre que él acepte el hecho de que las mujeres tienen prohibido por su código ético mantener conversaciones telefónicas que duren menos de treinta minutos, y que ella comprenda que cuando los hombres están callados no te están haciendo el vacío, es que en realidad no están pensando nada y…

* * *

Agradecimientos

El material reunido para este libro sobre la guerra de sexos fue tomado directamente de las especies en su hábitat natural, poniendo en grave riesgo la vida de la valiente autora. No obstante, he de dar las gracias a Geoffrey Robertson, como siempre; a mi editora Suzanne Baboneau, que aguanta los quejidos de gente que piensa que sabe escribir (¡una ilusión que prevalece principalmente entre autores que ya han publicado libros!) con tanta gracia y buen humor; a Alison Summers, una muy buena amiga y empuñadora letal de bolígrafo rojo; a «Doc» por los consejos de buceo; a Antoine Laurent por enseñarme que existen más palabras en francés aparte de
lingerie, liaison
y
rendezvous
; a John Talamini por corregir mis coloquialismos estadounidenses (más un gran café americano); a mi amigo mauriciano Guy Ollivry por la pronunciación criolla; a Jane Belson por consejo jurídico; a Denise Fisher, cónsul general australiana en Numea; a mi agente Ed Víctor, el misil Ed-ocet; a Melissa Weatherill y Tabitha Peebles por ayuda práctica; a Robert McCrum por el título, que es increíblemente sexy; a Patrick Cook por hacerme reír siempre; y, por supuesto, a mis queridos renacuajos, Julius y Georgina, que han aguantado mis largas horas de trabajo sin escribir la continuación de
Querida mamá
. Gracias.

* * *

Kathy Lette

 

Kathy Lette nació en noviembre de 1958 en los suburbios del sur de Sydney. Sobre ellos escribió en 1979 la obra
Puberty Blues
junto con su amiga Gabrielle Carey, una novela fuertemente autobiográfica sobre dos adolescentes de 13 años de los suburbios que tratan de mejorar su estatus social. El libro se convirtió en película de éxito en 1981.

Como adulto, Lette trabajó varios años como columnista en diversos periódicos de Sidney y Nueva York y como guionista de series de televisión en Los Ángeles. Pero regresó a la novela con
Grils' Night Out
en 1988 y desde entonces ha escrito varias novelas más de éxito como
Foetal Attraction
,
Mad Cows
(que fue llevada al cine) y
Dead Sexy
. Género en el que pinta el mundo actual con sarcasmo y causticidad.

Con Imogen Edwards-Jones, Lette editó una antología de escritoras de cuentos eróticos,
In Bed with
… (2009) y en ese mismo año contribuyó a la cuarta edición de la revista literaria
Notes from the Underground
con un relato en honor de su amigo John Mortimer.

A pesar de su estereotipo de los ingleses como condescendientes y hostiles y su aparente aversión a los hombres, Lette vive en Londres y está casado con Geoffrey Robertson, australiano, presentador de televisión y autor. Tienen dos hijos, Julio y Georgina.

{1}
Escupo en tu salsa. Juego de palabras entre
grave
, tumba, y
gravy
, salsa. (N. de la T.)

{2}
En el original
puppy love
. La autora hace aquí un doble sentido, porque
puppy
también significa «cachorro». (N. de la T.)

{3}
En el original
calf
, que puede significar «cría de animal» o «pantorrilla». (N. de la T.)

{4}
Término jergal para referirse a un grupo de personas que mantienen relaciones sexuales durante un viaje aéreo. (N. de la T.)

{5}
En español, «remolque». (N. de la T.)

{6}
Juego de palabras.
Gutter
significa «barrios bajos», y
Glitterati
(grupo de rock británico) significa «celebridades». (N. de la T.)

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