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Authors: Nicholas Sparks

Cuando te encuentre (45 page)

Cuando Beth llegó al cementerio, aparcó en el mismo sitio de siempre. Llevaba dos jarrones con flores. Primero se dirigió a la tumba donde estaba enterrado Drake y se pasó un momentó recordándolo antes de arrancar unas hierbas que habían crecido alrededor de la tumba y depositar uno de los jarrones encima de la lápida. Entonces enfiló hacia la otra tumba. Había guardado el ramo de flores más grande para la segunda sepultura: era su cumpleaños y quería asegurarse de que no pasara desapercibido.

Zeus
deambulaba por allí, husmeando y explorando como solía hacer. Ben lo seguía, como había hecho siempre desde que aquel perro había irrumpido en su vida. El niño siempre había querido a ese animal, pero después de que lo salvara en el río, había sido imposible separarlos.
Zeus
parecía entender lo que había hecho, o por lo menos, esa era la única explicación que a Beth se le ocurría. Era como si para el animal, él y Ben estuvieran unidos para siempre. Por la noche,
Zeus
dormía en el pasillo, junto a la puerta del cuarto de Ben. A veces, cuando ella se levantaba por la noche para ir al baño, avistaba a
Zeus
junto a la cama de su hijo, observando a su querido compañero de fatigas mientras este dormía.

La pérdida resultaba difícil de aceptar. Ella y Ben intentaban superar la tristeza como podían. A veces se daba cuenta de que los recuerdos que ambos tenían enturbiaban en cierto modo aquella etapa de luto, ya que, a pesar del heroísmo que había marcado los últimos momentos de su vida, los recuerdos del pasado no siempre eran de color rosa. Pero ahora, con los hechos consumados, Beth sabía que siempre recordaría a Keith Clayton con una enorme gratitud. Jamás olvidaría cómo la había ayudado a levantarse y a seguir adelante cuando ella tropezó y se rompió el pie. Ni tampoco olvidaría que al final él había muerto intentando salvar a su hijo.

Eso valía su peso en oro. Y a pesar de sus otros defectos, así era como había decidido recordarlo. Esperaba que, por el bien de Ben, él también recordara a su padre del mismo modo, sin ningún resentimiento y sin dudar del amor que Keith había sentido por él, a pesar de que no siempre hubiera sabido expresárselo en vida.

En cuanto a ella, Logan la estaría esperando cuando regresara a casa. Se había ofrecido para acompañarla al cementerio, pero Beth sabía que en el fondo no quería ir. Era fin de semana. Logan prefería pasar el sábado por la mañana solo, en casa, reparando cosas y reconstruyendo la cabaña de Ben. Más tarde, habían planeado decorar el árbol de Navidad. Beth se iba acostumbrando a su ritmo y a su forma de ser silenciosa. Con sus virtudes y con sus defectos, Logan era suyo para siempre.

De regreso a casa, mientras aparcaba, vio que bajaba los peldaños del porche y lo saludó con la mano.

Ella era suya para siempre, también, con todas sus imperfecciones y manías. «O me aceptas tal como soy o me dejas», pensó Beth.

Mientras Logan caminaba hacia ella, le sonrió como si le leyera el pensamiento y abrió los brazos.

FIN

Agradecimientos

Publicar una novela nunca es un esfuerzo en solitario. Como siempre, hay un sinfín de personas a las que les estoy sumamente agradecido por tener la energía necesaria y la habilidad para ayudarme a completar este proyecto. Indudablemente existen numerosas formas de agradecerles sus esfuerzos, así que esta vez se me ha ocurrido hacerlo de una forma original: dándoles las gracias en diferentes idiomas, a partir de un listado que he encontrado en Google. (Sin buscarlos antes en el diccionario, ¿puedes decirme todos los idiomas que he utilizado?)

En el lugar más destacado de la lista figura mi esposa, Cathy, quien se encarga de que no pierda nunca de vista todas las cosas importantes de la vida que son realmente importantes. A mis hijos les digo que serán muy afortunados si algún día se casan con una mujer como ella. Thank you!

El segundo lugar de la lista lo ocupan mis hijos: Miles, Ryan, Landon, Lexie y Savannah. Los cinco aparecen inmortalizados (de una forma muy, pero que muy discreta) en los nombres de algunos personajes en mis novelas anteriores. Para mí, un abrazo suyo es el regalo más preciado del mundo. ¡Muchas gracias!

Después viene mi agente literaria, Theresa Park, merecedora de mi eterna gratitud. La relación agente-autor puede resultar a veces tensa (o por lo menos eso es lo que he oído que pasa con otros agentes y autores). En mi caso, sin embargo, solo puedo decir que ha sido un verdadero placer trabajar con Theresa desde la primera vez que hablamos por teléfono en 1995. Es la mejor. No solo es una persona inteligente y con una enorme paciencia, sino que está dotada de más sentido común que la mayoría de la gente que conozco.
Danke schón
!

Denise DiNovi, mi amiga y preciada colaboradora en la industria cinematográfica, es otro de los numerosos ángeles en mi vida. Ha producido tres de mis novelas que se han llevado al cine —Noches de tormenta, El mensaje y Un paseo para recordar—, por lo que me siento uno de los autores más privilegiados del mundo. Merci beaucoup!

David Young, el magnífico director ejecutivo de Grand Central Publishing. Siempre me ha mostrado su apoyo incondicional. Para mí es un gran orgullo poder trabajar con él. Arigato gozaimasu!

Jennifer Romanello, publicista y amiga, quien ha conseguido transformar la publicidad en una experiencia indescriptiblemente interesante y satisfactoria en estos últimos trece años. Grazie!

Edna Farley, mi amiga experta en comunicación telefónica; se encarga de programar prácticamente todas mis actividades y solucionar cualquier problema que surja durante mis giras de promoción. No solo es una persona fantástica, sino que es una optimista nata, y eso es algo que he aprendido a valorar cada vez más, a medida que pasa el tiempo. Tapadh leibh!

Howie Sanders, mi agente cinematográfico y amigo, es otro miembro del club «llevo años trabajando con ese autor». Y mi vida es mejor gracias a él. Toda raba!

Keya Khayatian, otro de mis agentes cinematográficos, un tipo fantástico que siempre se muestra generoso con su tiempo. Merci! o, si lo prefieres, Mamnoon!

Harvey-Jane Kowal y Sona Vogel, mis editoras, que tienen una paciencia a prueba de bomba (teniendo en cuenta que siempre me retraso en la fecha de entrega de los manuscritos). Entre sus funciones quiero destacar la de detectar pequeños errores en mis novelas (bueno, y a veces bastante grandes, también) y, lamentablemente, no les doy demasiado tiempo para hacerlo. Así que si el lector encuentra un error (lo cual es posible), le ruego que no les eche la culpa a ellas, sino a mí. Mis editoras son unas verdaderas expertas en su trabajo. A las dos: Spasibo!

Scott Schwimer, mi abogado, un bromista que se sabe todos los chistes sobre abogados habidos y por haber. Una gran persona y un amigo excepcional. Liéis paldies!

Muchas gracias también a Marty Bowen, Courtenay Valenti, Abby Koons, Sharon Krassney, Lynn Harris у Mark Jonson. Efharisto poli!

Alice Arthur, mi fotógrafa, siempre lista para disparar su objetivo en el momento adecuado. Sus fotos son realmente fantásticas, por lo que le estoy sumamente agradecido. Toa chie! O Xie xie!

Flag ha vuelto a diseñar una cubierta estupenda. Shukran gazilan!

Tom McLaughlin, el director de The Epiphany School (la escuela que mi esposa y yo hemos colaborado a fundar), por haber enriquecido enormemente mi vida y haber contribuido a que me sienta una persona más completa desde que empezamos a trabajar juntos. Obrigado!

Y finalmente, David Simpson, el entrenador del programa olímpico juvenil New Bern High School. Mahalo nui loa!

P.D. Los idiomas son: inglés, español, alemán, francés, japonés, italiano, gaélico escocés, hebreo, persa (farsi), ruso, letón, griego, chino, árabe, portugués y hawaiano. Al menos según la página web que he consultado. Aunque, ¿quién puede fiarse de todo lo que se publica en Internet?

NICHOLAS CHARLES SPARKS
, (n. 31 de diciembre de 1965) es un escritor estadounidense cuyas novelas han alcanzado éxito internacional. Sus libros tratan temas tales como cristianismo, amor, tragedia y destino. Ha publicado 16 novelas, de las cuales 7 han sido transformadas en películas (El diario de Noa, Un paseo para recordar, Message in a Bottle, Nights in Rodanthe, The Last Song, Dear John y The Lucky One) y vive en New Bern, Carolina del Norte, con su esposa Catherine y sus cinco hijos.

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