Daaalí (2 page)

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Authors: Albert Boadella

Tags: #Teatro

Un tiempo real, concretado en un DALÍ agonizante en la cama y en una ENFERMERA que avanza imperceptiblemente, y a la vez, un tiempo de ficción, el de las situaciones que DALÍ irá evocando durante su agonía. El tiempo real, la atmósfera ingrávida, y el tiempo de las imágenes delirantes; onírico, surreal. DALÍ se levanta de la cama, al fondo izquierdo del piano, y se sitúa en el centro, adoptando una actitud teatral, singularmente daliniana. Se observa a sí mismo, convirtiéndose en espectador de un recuerdo de su infancia. Tiene a su lado un bastón inglés con el puño de plata. Antes de que la pelota caiga sobre el teclado, DALÍ NIÑO la coge e, impulsivamente, la aprieta contra su pecho. La palpa. Es blanda como un pecho. Por alguna razón, lo que acaba de hacer lo relaciona con alguien.

Mira hacia la izquierda imaginando que este alguien entrará por allí, y sin poder contener el placer que le provoca este imaginario, se coloca la pelota por dentro de la chaqueta y fantasea tocar el pecho de una mujer. La estruja con fuerza.

De golpe, como iluminado, saca la pelota de la marinera y comienza a maquinar la mejor manera para satisfacer un placer clandestino sin errores. Prepara su estrategia meticulosamente. Mira nuevamente hacia la izquierda y corre con la pelota hacia allí. La deja en el suelo en el punto que cree exacto. Mira a izquierda y a derecha para corroborar que la distancia es la adecuada y se dirige hacia el teclado. Se esconde debajo de él y comprueba si desde su escondite ve la pelota con claridad. No lo cree así. Se levanta y, meticuloso, calcula los pasos que hay entre el teclado y la pelota: uno, dos, tres... Coloca la pelota un paso hacia atrás y mira hacia el escondite. Considera que, ahora, la pelota ya está en el lugar preciso. La coge y se abre de piernas. Orina en el punto exacto en el que se hallaba la pelota. Su pipí es una larga cinta amarilla que cae con fluidez desde su bragueta. No deja de mirar hacia la izquierda, no le fuesen a sorprender antes de acabar la tarea. Camina hacia la izquierda y, ahora sí, teniéndolo todo preparado empieza a poner en práctica lo que ha estado cavilando. Corre hacia el teclado, saltando el charco de pipí, y con la pelota en la mano toca el piano. Toca el «Adagio Cantábile» de Beethoven. Pero no teniendo una visibilidad precisa, se sube encima del teclado y toca con los pies.

Por la izquierda, al oír la música, entra la NODRIZA de DALÍ NIÑO; una mujer bien entrada en años que camina cojeando. Lleva un vestido con un gran escote que deja entrever un par de grandes pechos muy apretados. Se para sobre la meada sin darse cuenta. Riñe a DALÍ NIÑO, que salta del piano y se agazapa en su escondite para ejercer de voyeur.

La música no deja de oírse, aunque nadie toque el piano. Cuando la NODRIZA quiere marcharse, se percata de que está pisando el pipí. Enfadada, sale por donde ha venido. DALÍ NIÑO se ríe. Todo funciona como él había previsto. Se coloca la pelota en el pecho y la manosea. La NODRIZA vuelve con un cubo y una bayeta. Se agacha. Se coloca bien los pechos y limpia el pipí. Es el momento que DALÍ NIÑO estaba esperando. La NODRIZA limpia el suelo con fuerza y eso provoca que sus grandes pechos se muevan al unísono con ritmo. DALÍ se acerca a la NODRIZA andando a gatas, intentando no ser descubierto, para poder verle mejor los pechos. Mueve la pelota con placer como si fuese uno de los pechos de la NODRIZA. Ésta acaba de limpiar el pipí. Introduce la bayeta dentro del cubo, se coloca bien los pechos, se levanta y se marcha por la izquierda.

Comienza para DALÍ el momento más esperado: el de poder representar lo que ha visto. Se dirige hacia la izquierda con la pelota en el pecho. Entra cojo como si llevase un cubo, se agacha, se coloca bien la pelota y frota.

Mueve la pelota con placer recordando los pechos de la NODRIZA y excitado, se acaricia frenéticamente el cuerpo con ella. Vuelve a frotar y a refregarse para acabar colocando la pelota en el suelo y su cuerpo encima de ella. Impulsivo, y apoyando las manos en el suelo, simula un coito. Exaltado, se levanta de golpe.

DALÍ NIÑO

(Satisfecho, lanzando la pelota al aire y cogiéndola de nuevo.)
¡Kikiriquí íííí...!

DALÍ

¡Kikiriquí, kiriquííííí...!

(Por detrás del piano se oye el graznido de unos cuervos confundiéndose con los kikiriquís. DALÍ NIÑO se marcha asustado por la izquierda.)

Cuadro 3

El gremio de la coliflor

El graznido de los cuervos se hace cada vez más presente. UN HERMANO DE LA SALLE aparece por detrás del piano, otea la situación y se esconde de nuevo. Antes de desaparecer, mira instintivamente a la derecha y a la izquierda. Su gestualidad y su voz son como la de un cuervo. Un segundo HERMANO DE LA SALLE imita al primero. Y un tercero imita a los otros dos. A los ojos de DALÍ, estos cuervos no son nada más que periodistas vestidos de HERMANOS DE LA SALLE.

PERIODISTA HERMANO 3—
(Mientras sale de detrás del piano para volverse a esconder.)
RAI, RAI.

PERIODISTA HERMANO 1—
(Saliendo de detrás del piano con un micrófono de jirafa y sin esconderse.)
New York Times.

PERIODISTA HERMANO 2—
(Con un micrófono verde.)
Le Monde.

PERIODISTA HERMANO 4—
(Con un micrófono verde.)
ABC.

PERIODISTA HERMANO 3—
(Con una cámara de televisión de madera.)
RAI, RAI.

PERIODISTA HERMANO 5—
(Con un micrófono verde.)
Der Spiegel.

(Todos los periodistas hacen una pregunta a DALÍ a la vez. DALÍ no responde. Los periodistas repiten la misma pregunta con rapidez, pero sin atropellarse.)

PERIODISTA HERMANO 4—
Maestro, ¿la muerte es para usted como un pájaro negro o como un reloj blando?

PERIODISTA HERMANO 1—
Does Dalí love money or does money love Dalí?

PERIODISTA HERMANO 2—
Quelle est la différence entre Picasso et Dalí?

PERIODISTA HERMANO 3—
Maestro, voi si considera ancora un surrealista?

PERIODISTA HERMANO 5—
Sind alle genies impotent?

PERIODISTA HERMANO 4—
¿Su relación con García Lorca fue más allá de la amistad?

PERIODISTA HERMANO 1—
Mr. Dalí, are you afraid of death?

PERIODISTA HERMANO 2—
Dalí et folie, c'est la même chose?

PERIODISTA HERMANO 3—
El divino Dalí si torna místico?

PERIODISTA HERMANO 5—
Her Dalí, was ware Dali ohne Gala?

DALÍ—
(Al PERIODISTA 5.)
Usted, áteme las espardenyes, porque sin mi esposa Gala soy un auténtico desastre.

(El PERIODISTA 5 se acerca a DALÍ y le ata rápidamente las alpargatas. Los PERIODISTAS 2 y 3 corren hacia delante del piano para tener también el privilegio de atar las alpargatas a DALÍ, pero no lo consiguen porque cuando llegan, las alpargatas ya están atadas. Esto hace que los dos se enzarcen en una disputa con el PERIODISTA 5. Graznan.)

DALÍ— (Efusivo.)
¡Muy bien! ¡Perfecto!
(Poniéndose de pie sobre el piano, y jugando siempre con su bastón, respondiendo a una pregunta que ningún periodista le ha hecho. DALÍ, a menudo, fracciona las palabras, se recrea en alguna sílaba, alargando letras haciendo eco.)
Good mooorning! Bon jourrr! Today start again probably and miraculously...
(Baja del piano. Los periodistas le siguen con los micrófonos.)
I sheaf one master piece in three or four next hours...
(Alargando la ese.)
sssss.

(Con un cambio de ritmo muy teatral, DALÍ provoca a Los periodistas dirigiéndose hacia ellos. Los periodistas se alejan para protegerse de las reacciones impulsivas e imprevistas de un DALÍ con un bastón en la mano. DALÍ continúa la frase. El PERIODISTA 3, sin miedo, sortea a sus colegas y se acerca a DALÍ con la cámara de televisión. Esta maniobra no gusta al resto de periodistas.)

DALÍ—
... sss of time... immm... imm. Butterfly... iiiiiiiiiiiiii!

(DALÍ se dirige hacia el piano. Todos Los periodistas quieren la exclusiva, pero en lugar de avanzar se enzarzan en una pelea. Graznan. La pelea va a más. Un montón de plumas surge del alborotado grupo de periodistas. DALÍ se dirige hacia ellos, pero nadie le hace el más mínimo caso. Se vuelve a dirigir hacia el piano y, para llamar la atención, toca el himno nacional español. Pero no surte efecto. DALÍ, que no soporta no ser el protagonista, prueba otra táctica para hacerse notar.)

DALÍ—
(Frotándose los ojos con las manos para provocar una nueva visión.)
¡Federico! ¡Fe-de-ri-co!

(DALÍ se quita las manos de los ojos. Por la derecha entra FEDERICO GARCÍA LORCA. Silencio. La visión que DALÍ tiene de LORCA es la de su mujer. GALA vestida con una larga capa de guardia civil y tricornio. Todos los periodistas observan desconcertados al ambiguo personaje. LORCA-GALA, con autoridad, señala las plumas que hay en el suelo y obliga con un gesto a que las recojan. Lo hacen. LORCA-GALA se dispone a marchar. El PERIODISTA 1 le sigue con el largo micrófono de jirafa con protección verde.)

PERIODISTA HERMANO 1—
(Con acento mexicano.)
Oiga usted, señor Lorca, ¿es cierto que se defeca cuando te fusilan?...
(Ante una pregunta tan provocadora, LORCA¬GALA se vuelve contenido hacia él con la intención de intimidarlo pero no lo consigue.)
Y dígame usted, ¿cómo se puede ser víctima y verdugo a la vez?

(LORCA-GALA, arrogante, y encontrándose con el micrófono de jirafa delante de su boca, opta por responderle mordiendo la protección verde del micrófono, arrancándola y escupiéndola en el suelo.)

PERIODISTA HERMANO 1—
(Recogiendo la protección.)
¡Qué mala leche tiene la señora Dalí!

(Los otros periodistas le dan la razón.)

LORCA—
(Aproximándose a DALÍ. Con voz muy dulce, ocultando la agresividad de GALA.)
¡Oh Salvador Dalí de frente aceitunada, voz de clavel varonil, p incel de al ma cortada, zapatos color corinto y medallones de marfil!

DALÍ—
(Sobre el piano con complacencia.)
¡Qué ja-po-ne-si-to cho-co-la-te Suchard y agua de Lanjarón que eras, Fe-de-riiiii-co!

(LORCA-GALA se marcha por la derecha.)

PERIODISTA HERMANO 1—
(Refiriéndose a una GALA vestida de guardia civil y tratada como si fuese LORCA.)
Oiga Maestro, no entendí...
(Los otros periodistas, que se encuentran embelesados, reaccionan ante la pregunta de su compañero y corren hacia DALÍ con los «micros» en la mano.)
...¿Cómo se explica usted esta fusión de contrarios?

DALÍ—
(Clarividente.)
¡Aaaaah! Pero eso es el síndrome de Granada que alguns afrancesats, naturalment snobs, anomenen el síndrome de Estocolmo, que quiere decir e-xac-tamente la forma como Federico García Lorca se funde to-tal-men-te en la personalidad de sus verdugos en un acto de amor ho-mo-ne-cro-fí-li-co. Además, aquí en España hay una copla muy bonita que explica perfectamente esta patología, que dice...
(Canta desafinando.)
«Soy el noooooovio de la muerte-e-e-ee-ee-eeee», que es una de las cosas más carpetovetónicas y más trajanas de la península Ibérica.

PERIODISTA HERMANO 4—
Perdoni Mestre, pero és cert que vosté baveja de plaer quan pinta?

DALÍ—
(Bajando del piano de un salto, y dirigiéndose hacia Los periodistas, hace que éstos caminen en grupo y de espaldas, manteniendo los micrófonos cerca de DALÍ para no perderse nada de lo que dice.)
¡No só-lo ba-be-o!

(DALÍ hace una pequeña pausa antes de continuar su explicación. En esta espera Los periodistas sienten una gran excitación que manifiestan sacando la lengua como perros que esperan la comida de su amo.) ... sino que cuando las moscas acuden a libar mi baba, siento un placer hipersibarítico, por eso siempre digo, naturalmente, lo de Jesucristo, que era divino como yo: Dejad que las moscas se acerquen a mí.

PERIODISTA HERMANO 3—
Il divino Dalí crede en qüalcuna cosa?

DALÍ—
Todo el mundo sabe que soy... abro paréntesis...
(Los periodistas esperan la respuesta que tarda en llegar. Esto provoca una segunda excitación.)
... apostolic...
(Los periodistas escriben rápido la respuesta utilizando su cuello de HERMANOS DE LA SALLE como un bloc de notas.)
... Roman catholic monarchist and half Rumanian y por ello mi única deseo es dialogar fanáticamente con el Papa.

PERIODISTA HERMANO 2—
De quel Pape parlez vous?

DALÍ—
Concrètement avec le Pape...
(Pausa larga. DALÍ se hace esperar. Impaciencia del grupo de periodistas. Placer y excitación máxima.)
Spécifiquement avec le Pape Inocencio Dix, parce que il a été le Pape de meilleur qualité du monde.
(La respuesta de DALÍ no ha gustado a los periodistas, que decepcionados por la ocurrencia poco ingeniosa por incoherente de DALÍ, ríen disimuladamente.)
Bueno, como veo que estoy rodeado de gente estúpida e ignorante, incapaces de comprender diré...
(Los periodistas se sienten molestos por los insultos y, no queriendo saber nada más de DALÍ, se dirigen en grupo hacia la izquierda con la intención de marcharse. DALÍ, sin hacer mucho caso a la reacción de los periodistas, se sienta sobre el piano, al lado del teclado, y continúa su discurso.)
... para concluir diré, que ese Papa es el Papa de mayor calidad que existe ya que fue inmortalizado por el pintor de pintores don Diego de Silva Velázquez. Els deixo amb la seva ignorancia i el meu despreci legítim.
(Los periodistas se sienten excesivamente provocados, y todos, como si tuviesen un trozo de limón entre la lengua y el paladar, se detienen de golpe y se unen formando una piña indestructible.)
¡Ah, sí! ¡Sí! ¡Sí, sí! ¡Quietos! Don't move!
(Resaltando que todos los periodistas están comprimidos como una coliflor.)
Es la imagen que me gusta más del mundo; es la coliflor sublime que representa la indivisibilidad gremial de las chinches periodísticas y putrefactas, cuya contemplació em fa trempar com un bacó.
(Ante la provocación no hay ninguna reacción de los periodistas.)
Bueno, tampoco se lo tienen que tomar de esa manera porque mis declaraciones son apolíticas y paranoicas. ¡Totalment! O sea que, bonjour.
(No hay ninguna respuesta de los periodistas.)
¡Bon-jour rrr rrrrr rrrrrrr! t.t.t.t.t.t.t.t.
(DALÍ, al comprobar que el grupo de periodistas se ha cerrado en banda y lo ignora, intenta destruirlo. DALÍ se esfuerza por excluir del grupo al PERIODISTA 3. Lo consigue estirándolo del brazo con el que sostiene la cámara. El PERIODISTA se queja. DALÍ apro vecha la ocasión para exhibirse y mira por el objetivo de la cámara. Por la pantalla negra del fondo se puede ver cómo el objetivo de la cámara sigue el ojo y la cara de DALÍ. Cuando considera acabado el juego da un empujón al periodista y lo separa completamente del grupo. El PERIODISTA da vueltas buscando a sus compañeros. Llora. Se siente perdido sin la protección de los demás. DALÍ coge al PERIODISTA 4 y habla en su micrófono. Impulsivo.)
¡El surrealismo soy yo!
(
Da un empujón al PERIODISTA 4 y lo deja llorando, solo, mientras busca la protección de los demás. Hace lo mismo con el PERIODISTA 2. Grandilocuente.) ¡Bretón, cabrón!.. (Repite la misma acción con el PERIODISTA 5.)
Soy impoteeeeeenteeeeeeee.
(Colocándose debajo del «micro» de jirafa del PERIODISTA 1, entra en tránsito.)
Una polla xica, pica, pallarica, cama torta i bacarica va tenir sis polls xics, pics, pallarics, cama torts i bacarics. Si la polla no hagués tingut sis polls xics, pics, pallarics.
(Mientras DALÍ dice el trabalenguas, los periodistas se buscan, llorando, hasta que se encuentran y se reagrupan de nuevo.)
Bueno, tampoco pretendía la destrucción de la coliflor gremial.
(Los periodistas continúan en silencio ignorando a DALÍ, que para hacerlos reaccionar, canta.)
Jo te l'encendré lo tiu tiu fresco. Jo te l'encendré lo tio de paper. Tu me l'encendrás....

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