(La ENFERMERA consigue hacer subir a DALÍ con un golpe de fuerza.)
DALÍ—
(Mientras sube alarga la vocal «i», entre el lamento agónico y la excentricidad del personaje DALÍ.)
Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii¡
(Por la izquierda aparecen dos cirujanos. Van cargados con piezas de una armadura dorada. Ayudados por la ENFERMERA, irán, sobre la túnica blanca, amortajando a DALÍ con la armadura.)
DALÍ—
¿Qué hay más mío, que mi muerte? ¡No me la robes, puta, para poder bailar tu danza amanerada! ¡Ah! Ya merodean los buitres burócratas organizando organigramas, para saciarse con el festín de mis obras. ¡kikirikí, kirií, kirikí!.. Una Gala langosta y un Dalí bogavante, hubiéramos hecho el amor diez veces al día. El ruido frenético de nuestras cáscaras sería la más suave melodía para nuestro sublime «pas de deux». La vida es aspirar, respirar y expirar.
(El punto verde de las constantes vitales de DALÍ se reproduce en la tela negra. Ya no es un movimiento oscilante, sino plano. DALÍ ha muerto. Los cirujanos han acabado su trabajo. Se marchan por la izquierda. Suena el «Pas de deux» del ballet «The nutcracker», «El cascanueces de Tchaikovsky). La ENFERMERA pone el yelmo a DALÍ. De él salen, dorados, dos largos bigotes en punta. DALÍ permanece inmóvil vestido con la armadura. Al mismo tiempo DALÍ NIÑO se pone las antenas del bogavante como si fuesen bigotes dalinianos, y siguiendo el ritmo de la música, utiliza la escoba como pincel. Pinta de arriba abajo como la actitud histriónica de DALÍ. DALÍ NIÑO se marcha con actitudes dalinianas por el fondo izquierdo. Sobre el piano, DALÍ y GALA amortajados con armaduras doradas, inmóviles, muertos. Duros por fuera, blandos por dentro. Helados. Dos guerreros. Dos crustáceos. La ENFERMERA se deja llevar por la música y baila. La muerte baila, y dirigiéndose hacia DALÍ le electriza y le da vida. Aire penetrante en su cuerpo. DALÍ camina acompañado por la música hacia GALA. La ENFERMERA coge, con el puño, la muerte de GALA y la devuelve a la vida. GALA respira y camina hacia DALÍ. La ENFERMERA les deja solos, mientras bailando, camina por el teclado del piano. Se despide de ellos. Lleva en las manos un vaso con agua y una jeringa. DALÍ y GALA bailan el «Pas de deux». Resurrección coreografiada. Afectos. Abrazos. Amor con total ausencia de contacto físico. Frialdad. Realismo de una alucinación. Coreografía del subconsciente. Fluidez. Imagen de un sueño que puede ser real. Todo actúa sobre la capacidad que tenemos para imaginar. Por la derecha y la izquierda dos hombres llevan cada uno una pintura de DALÍ. S e cruzan. Se fijan en las pinturas que llevan en las manos. Las dos son idénticas. Falsificación. Se marchan decepcionados. Por la izquierda entra un especulador con el cuadro «El gran masturbador». Un segundo especulador entra por la derecha. Lleva un fajo de billetes. El ESPECULADOR 1 enseña el documento de autenticidad del cuadro. Una mujer, la tercera especuladora, entra por la derecha y provoca un conflicto sobre la venta del cuadro. No se ponen de acuerdo. Todos se quieren apropiar de la pintura. Un cuarto especulador con la paleta de pintor de DALÍ hace negocios con un quinto especulador. No se ponen de acuerdo con el precio. Lucha de todos los especuladores. Nadie vende nada y todos se marchan por donde han venido. El ESPECULADOR 5 entra por la derecha llevando consigo el traje de payaso sabio de DALÍ. Por la izquierda, el ESPECULADOR 2 negocia con el ESPECULADOR 4 la venta de dos bastones de DALÍ. Al ver el vestido de payaso sabio, corren hacia el ESPECULADOR 5 y hacen un intercambio. Se marchan por la izquierda. La ESPECULADORA 3 ha dejado un ordenador sobre el piano. Lo enciende. En la tela negra se reproduce la base de datos de los beneficios que se obtienen del negocio «Dalí». Se especula sin escrúpulos intentando sacar la máxima rentabilidad posible sobre todo lo que rodea a DALÍ: partida de ingresos obtenidos de la sílaba DA, ingresos obtenidos de la sílaba LÍ, tasa imagen ciudadanos con bigote, tasa imitadores DALÍ, ingresos sobre Dalimanías, ingresos sobre Galamanías, beneficios sobre falsificaciones legales, impuestos paranoicos críticos, tasa protector anti-Descharnes. Todos los especuladores rodean el ordenador y cada vez que la especuladora pulsa una tecla, la ventana del ordenador cambia y el aumento de los beneficios de cada partida se triplica. Se mueven miles de millones. La muerte es un negocio muy rentable. El aumento de valor de cada partida excita a los especuladores, que se comportan como verdaderos energúmenos. Los ESPECULADORES 1 y 5 se fijan en DALÍ y GALA, que continúan bailando el «Pas de deux», y corren hacia GALA, separándola de DALÍ. Se la llevan por la derecha. También de ella obtendrán algún beneficio. DALÍ solo reclama a GALA. Los especuladores vuelven. Se detiene el ordenador y todos suben encima del piano. Intimidan a DALÍ, le echan en el suelo y comienza una fiesta caníbal. Los especuladores rodean a DALÍ, y feroces, lo trocean como alimañas de carroña. Cada uno de ellos coge un trozo de armadura que roen insaciablemente como si comiesen marisco. El placer de la hiena. Putrefacción. Cuando han acabado su alimento humano, sintiéndose aún insatisfechos, quieren comer los restos que les han sobrado a los demás. La gula del parásito depredador. Cuando han acabado el festín, saltan del piano y se marchan chupando las sobras. DALÍ permanece muerto en el centro del piano con su túnica blanca. El ESPECULADOR 4 aparece nuevamente por la izquierda. No ve a nadie. Aprovecha la ocasión y le roba las alpargatas. Ríe. Las muestra como un trofeo. Sale por la izquierda. El «Pas de deux» de «El cascanueces» de Tchaikovsky se acaba. Un rayo de luz ilumina a DALÍ. De golpe, oscuro.)
FIN