Daaalí (5 page)

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Authors: Albert Boadella

Tags: #Teatro

Cuadro 8

Gala; la Virgen Inmaculada de Murillo

DALÍ fija su mirada en el birrete rojo del PAPA. Y es así como el rojo del birrete se asocia con el rojo de una barretina. Y asociando el birrete a una barretina es como se llega a oír el ritmo característico de una sardana. r Por el fondo izquierdo alguien marca el ritmo. DALÍ le sigue con la cabeza. Y ese un, dos, tres... un, dos, tres, que DALÍ oye, le lleva a recordar a su NODRIZA haciendo un «all i oli». Por el fondo a la izquierda aparece la NODRIZA haciendo un «all i oli» al ritmo de una sardana. Y todo esto es lo que conduce a DALÍ a revivir una fechoría de su infancia. Por la derecha aparece DALÍ NIÑO. Lleva, cogida por la cola, una gran rata gris. Avanza hacia la NODRIZA. El ritmo evoca a DALÍ la sardana «Record de Calella» y la música de la cobla se hace presente en su delirio. Suena «Record de Calella». La NODRIZA, cautivada por la música, baila sola la sardana, y animada, abre los brazos como si estuviese en un círculo de personas. Con su mano izquierda sujeta el mortero de madera y con la derecha, el mango. Sus grandes pechos siguen también el rítmico un, dos, tres... DALÍ NIÑO ha llegado al lado de la NODRIZA, que no le ve porque está concentrada en no descontarse en el punteo de la danza.

Así de fácil lo tiene DALÍ NIÑO para meter la rata dentro del mortero. Lo hace y después, para disimular, mira cómo le bailan los pechos. Los sigue con la cabeza.

La NODRIZA deja de saltar y, volviendo a hacer el «all i oli», ahora con la rata dentro, se marcha por la izquierda sin perder el compás. Es ahora cuando DALÍ, inspirado, sin perder el ritmo con el largo pincel, comienza una nueva pintura. Pinta a INOCENCIO X echado sobre el piano y sobre sucapa de seda roja. Al mismo tiempo, por el elevador, aparece GALA con la paleta de pintor. Lleva la capa verde de guardia civil, pero no el tricornio. Su peinado, con rulo hacia atrás sujetado con un lazo de terciopelo negro, tiene la misma textura del charol brillante del tricornio. Cuando el elevador ha dejado a GALA encima del piano, ésta avanza hasta situarse detrás del PAPA INOCENCIO X. Se agacha, escondiendo a INOCENCIO X con la capa verde. DALÍ coge la paleta y pinta a DALÍ NIÑO, que todavía está observando cómo se marcha la NODRIZA. Le hace girar con el pincel en dirección a GALA, después le obliga a arrodillarse y finalmente, con el pincel pequeño, le une las manos. DALÍ NIÑO se encuentra en actitud de rezar. Continúa la pintura con GALA. La levanta con las manos unidas. Al estar de pie, los cuernos de media luna salen por los extremos de la capa. GALA en medio de los cuernos parece una virgen ingrávida que pisa la cabeza de Satán. DALÍ le retoca, con el pincel pequeño, las manos, y con el largo, la cara. Y cuando ya tiene la composición hecha y equilibrada, aprovecha el último compás de la sardana para acabar el cuadro. Realiza tres movimientos en el aire en dirección a la tela negra. En los dos primeros movimientos hace aparecer en los extremos derecho e izquierdo de la tela negra a dos angelitos de Murillo, iluminados como estrellas. Y en el tercero, para dar profundidad a su pintura, DALÍ se arrodilla, y con fuerza, hace aparecer, como fondo, una pintura suya. Port Lligat en la puesta de sol. La sardana ha acabado y el cuadro está concluido. Silencio.

DALÍ se queda inmóvil, arrodillado a la derecha del piano. Mira absorto su obra. GALA parece una Virgen. DALÍ NIÑO contempla embelesado su belleza.

DALÍ NIÑO—
¡Qué guapa!
(Seducido al verla como un símbolo sexual.)
¡Qué guapa!

(DALÍ NIÑO se esconde la mano derecha en la bragueta de su pantalón para sacar, a continuación, su dedo índice. Lo hace muy lentamente y sin dejar de mirar a la Virgen, que se ha convertido en una imagen sexual. Cuando ya tiene el dedo a cierta altura, lo masturba con la mano izquierda. La Virgen gira la cabeza mirando al niño. Éste deja de masturbarse. La Virgen vuelve a su posición inicial. DALÍ NIÑO no sabe si la mirada de la Virgen ha sido real o producto de su fantasía sexual. DALÍ NIÑO se masturba de nuevo. La Virgen vuelve a mirarlo, pero ahora, su cuerpo se inclina hacia él. Al dejar de masturbarse, la Virgen vuelve a su posición normal. DALÍ NIÑO masturba su dedo frenéticamente y mueve la pelvis convulsivamente. La Virgen se le acerca, pero la música de un pasodoble estropea su placer. Suena «En er mundo». Tres toreros aparecen detrás del piano por la parte izquierda. Llevan tres panes dalinianos que usan como sombreros. Saludan con los sombreros a la presidencia. INOCENCIO X se levanta del piano y, poniéndose los cuernos blancos como un toro, embiste a DALÍ NIÑO. Le persigue como si se tratase del mismo diablo. Después lo hace con DALÍ, que se levanta, y con los pinceles y la paleta de pintor, se marcha por la derecha. DALÍ NIÑO aprovecha ese momento para coger la capa roja de INOCENCIO X, que se encuentra sobre el piano, y la utiliza de capote. Se marcha por la izquierda toreando a INOCENCIO X. Los dos desaparecen por la izquierda. Al mismo tiempo, la ENFERMERA camina rápidamente hacia la derecha para llevarse la bandeja. El fondo de la pintura desaparece y se transforma en un cielo estrellado. DALÍ entra por la derecha, sube encima del piano, y cogiendo a GALA, bailan un pasodoble. Otro recuerdo. La ENFERMERA parece detenida al lado del teclado.)

Cuadro 9

Gala-Dalí: el reencuentro de dos desconocidos que ya se conocen

GALA y DALÍ bailan un pasodoble. Los toreros, siempre por detrás del piano y haciendo los tres las mismas acciones, seguirán el ritmo de la música en una coreografía que les hará desplazar, desaparecer y subir y bajar escaleras inexistentes.

DALÍ—
Discúlpeme madame, pero creo que la tengo vista en alguna parte.

GALA—
(Con acento francés.)
A mí también me lo parece, pero no le recuerdo.

DALÍ—
Yo paso mucho tiempo en la Costa Brava y, concretamente, en Port Lligat.

GALA—
C'est curioso, c'est extraordinaire, c'est magnifique. ¡Yo viví muchos años en Port Lligat, pero no le recuerdo!

DALÍ—
¿No la habré visto por la playa de Port Lligat con los pechos al aire y acompañada de un poeta cornudo?

GALA—
C'est curioso, c'est extraordinaire, c'est magnifique. Yo estuve casada con el cornudo de Paul Éluard, pero no le recuerdo.

DALÍ—
Yo compré una barraca de pescadores frente a la bahía de Port Lligat.

GALA—
C'est curioso, c'est extraordinaire, c'est magnifique. Yo viví muchos años con un pintor en una casa enfrente de la bahía de Port Lligat, pero a usted no lo vi jamás por allí.

DALÍ—
Pues entonces, entonces, entonces, quizás nos hayamos visto en esa casa, estimada madama.

GALA—
Ah, es muy posible, estimado señor, pero yo no le recuerdo.

(DALÍ y GALA bailan el pasodoble sin cogerse.)

DALÍ—
Mi dormitorio está situado en la parte superior de la casa, donde cada mañana recibo el primer rayo de sol de España, que me viene directamente del cap de Creus.

GALA—
C'est curioso, c'est extraordinaire, c'est magnifique! Yo era la segunda persona que recibía el primer rayo de sol de España porque dormía en una cama que se encontraba a la izquierda de la del pintor, pero no le recuerdo.

DALÍ—
(Echándose sobre el piano.)
Pues mi esposa murió en una cama que está a la izquierda de la mía en la parte superior de la casa donde toca el primer rayo de sol de España.

GALA—
C'est curioso, c'est extraordinaire, c'est magnifique. Yo, también, fallecí en una cama que se encontraba a la izquierda de la del pintor, en la parte superior de la casa desde donde recibía el primer rayo de sol de España, pero no le recuerdo.

DALÍ—
Cuando mi esposa murió, fue trasladada a su castillo de Púbol y enterrada en la cripta.

GALA—
C'est curioso, c'est extraordinaire, c'est magnifique! Yo también fui enterrada en la cripta del castillo de Púbol, donde a mi derecha tengo una tumba vacía que está esperando a mi marido. Pero no le recuerdo.

DALÍ—
Dígame exactamente cuál es la inscripción que figura en su tumba, estimada madama.

GALA—
Elena Dimitrievna Diakonova mil ochocientos noventa y cuatro, mil nueve cientos ochenta y dos.

DALÍ—
Pues, entonces, entonces, entonces tú eres mi generalísima esposa Gala.

GALA—
(Dirigiéndose, sin dejar de bailar, hacia el fondo derecho del piano y poniéndose sobre la plataforma del elevador.)
Pues entonces, entonces, entonces tú eres mi divino Dalí, al que estoy esperando en la tumba vacía de mi derecha.

DALÍ—
¡Gala!

GALA—
(Descendiendo por el elevador.)
¡Salvador!

(Los tres toreros y las estrellas de la tela negra también van desapareciendo al mismo tiempo que GALA.)

DALÍ—
¡Gala!

GALA—
(Desapareciendo de la escena.)
¡Salvador!

(La voz de GALA se confunde con la de la NODRIZA.)

NODRIZA—
¡Salvador!

(La NODRIZA entra por el fondo izquierdo. Está muy enfadada. Lleva un mortero de madera en su mano derecha La rata triturada está dentro. Se sitúa delante del piano. DALÍ se ha tumbado, inmóvil, en el extremo izquierdo del fondo del piano.)

Cuadro 10

Putrefacción

La ENFERMERA se marcha por la derecha. Acto seguido, aparece DALÍ NIÑO. La realidad da paso a otra visión. DALÍ se ve a sí mismo, con una mirada viva, chispeante. DALÍ NIÑO ve a la NODRIZA con el mortero en la mano y se acerca a ella, sabiendo lo que le espera. Camina con la cabeza agachada, simulando arrepentimiento. Lleva una horca de madera de dos púas que arrastra por el suelo. Cuando llega al lado de la NODRIZA, ésta le enseña la carnicería que hay dentro del mortero y le pide explicaciones. DALÍ NIÑO calla. La NODRIZA acerca la cara del niño al mortero para castigarle. DALÍ NIÑO forcejea con ella, y, en un pronto, se separa de La NODRIZA llevándose el mortero. La NODRIZA se marcha refunfuñando por la izquierda. DALÍ NIÑO con el mortero en la mano izquierda mira dentro.

En la tela negra puede verse lo que DALÍ NIÑO ve: un mortero que se acerca y donde hay una rata triturada. DALÍ NIÑO mueve el mortero. Imagina. Algo trae entre manos.

Deja de mirar y coloca el mortero en el suelo. Las imágenes reproducidas en la pantalla negra desaparecen.

Con una de las puntas de la horca machaca con fuerza el interior del mortero.

DALÍ NIÑO—
(Mientras va machacando.)
Una polla xica, pica, pallarica, cama torrrrrta i bacarica va tenir sis polls xics, pics, pallarics, cama torts i bacarics.

(Saca la horca del mortero, y en estado febril, olfatea la punta y la deja en el suelo. Fuerte olor de putrefacción. Se coge a las dos puntas y, poniéndose encima de ella, simula un coito. Ríe. Su risa es histérica. Rueda por el suelo cogido a la horca y, sin dejar de reír, se levanta poniendo el mango en contacto con el sexo. Aprieta fuertemente las piernas. Cuando saca la horca, el mango le acaricia el sexo. Se excita. Cuando la horca queda libre, impulsivamente coloca el extremo del mango dentro del mortero y tritura con violencia las vísceras de la rata. Después, cuidadosamente, coge el mortero por las dos puntas de la horca y se lo acerca a los ojos. En la tela negra puede observarse lo que queda de la rata. DALÍ NIÑO mueve el mortero por el mango de la horca. En la tela negra se muestra lo que DALÍ está viendo. Las formas de vísceras y carne triturada estimulan la imaginación de DALÍ NIÑO. Poco a poco este revoltijo va convirtiéndose en la pintura «El asno podrido»).

DALÍ NIÑO—
(Satisfecho de su visión.)
¡Eureka!
(Marchándose por la izquierda sin dejar de mirar el mortero.)
¡Hala! ¡Guau! ¡Fiu! ¡Olé! ¡Kikiriquí!

(En la tela negra vuelve a observarse el punto verde. El bip vuelve a oírse. DALÍ continúa agonizando en la habitación de la Torre Galatea. La ENFERMERA, que ya había entrado de nuevo y se dirigía a paso lento hacia DALÍ, anda rápidamente hacia la cama. Lleva un estetoscopio.)

Cuadro 11

Una firma de última hora

DALÍ tararea una canción popular catalana.

DALÍ—
Bona nit, bona nit de roses cobert

(La ENFERMERA le seca el sudor, después le auscultará. Por la derecha aparece un hombre. Lleva unos documentos. Se acerca a DALÍ y le coloca una pluma en la mano. La mano de DALÍ tiembla por el Parkinson. El hombre abre la carpeta e indica a DALÍ el lugar del documento en el que tiene que firmar. DALÍ no tiene fuerzas. El hombre le coge la mano y la conduce hacia el documento. DALÍ es incapaz de firmar. Le resbala la mano por el documento y la deja caer. El hombre lo intenta nuevamente, pero la mano vuelve a caer. Lo intenta por tercera vez, pero PICHOT ha entrado por la derecha y le sorprende. PICHOT le amonesta. El hombre intenta justificarse enseñando a PICHOT unos documentos que se tienen que firmar urgentemente. PICHOT le echa. El hombre cierra la carpeta de los documentos y quiere coger la pluma, pero contradictoriamente, DALÍ la tiene fuertemente cogida y el hombre no puede quitársela de la mano. El hombre se marcha por la derecha. PICHOT le sigue. DALÍ deja caer la pluma, que rueda por el piano y cae al suelo. El hombre vuelve atrás y coge la pluma. Se marcha por la derecha seguido de PICHOT. La ENFERMERA se pone el estetoscopio en el cuello y se dirige hacia la derecha por delante del piano. Lleva un vaso en la mano derecha y la botella con el cuentagotas en la otra. DALÍ vuelve a delirar.)

DALÍ—
Gala... Gala, Galutxa, olivera....

(El punto verde deja de verse. El bip deja de oírse. La ENFERMERA se detiene a medio paso por delante del piano y en el centro de la escena.)

Cuadro 12

Sinfonía de pedos

En la tela negra, en el ángulo derecho inferior comienza a verse la forma daliniana de un culo tratado como un panecillo de Viena. Un panecillo de Viena metafisico. Atravesará en diagonal la tela negra hasta desaparecer. Por el elevador y al mismo tiempo aparece GALA.

DALÍ—
(Llamando a GALA por los diferentes nombres con los que la llamaba.)
... Leda, sol y boboleta. Esquirol, petit negus.

(GALA llega por encima del piano hasta DALÍ y lo obliga a levantarse.)

GALA—
Allez!.. Allez! Lève- toi, mon petit cochon!

DALÍ—
(Incorporándose y poniéndose de rodillas al comprobar que su visión se ha hecho realidad.)
¡Gala!..Oui, oui et oui. Je suis un grand cochon. Ahora el divino Dalí duda, como el memo de Hamlet, si se encuentra o no ante Gala, su legítima y generalísima esposa. Sólo con la prueba pericial de su culo, tipo panet de Viena, rugiendo como el león de la Metro y expulsando exquisitas ventosidades, que eran como armonías wagnerianas, sólo así, obtendré la certeza de su presencia corpore in sepulto. Voy a comprobarlo.

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