El perro del hortelano (12 page)

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Authors: Lope de Vega

Tags: #Teatro

de las armas más nobles deste reino.

TEODORO

Señor, yo estaba de partida a España,

y así me importa...

LUDOVICO

¿Cómo a España? ¡Bueno!

España son mis brazos.

DIANA

Yo os suplico,

señor Conde, dejéis aquí a Teodoro
765

hasta que se reporte y en buen hábito

vaya a reconoceros como hijo,

que no quiero que salga de mi casa

con aqueste alboroto de la gente.

LUDOVICO

Habláis como quien sois, tan cuerdamente.
770

Dejarle siento por un breve instante,

mas porque más rumor no se levante

me iré, rogando a vuestra señoría

que sin mi bien no me anochezca el día.

DIANA

Palabra os doy.

LUDOVICO

Adiós, Teodoro mío.
775

TEODORO

Mil veces beso vuestros pies.

LUDOVICO

Camilo,

venga la muerte agora.

CAMILO

¡Qué gallardo

mancebo que es Teodoro!

LUDOVICO

Pensar poco

quiero este bien, por no volverme loco.

(Váyase el CONDE y lleguen todos los criados a TEODORO.)

FABIO

Danos a todos las manos.
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ANARDA

Bien puedes, por gran señor.

DOROTEA

Hacernos debes favor.

MARCELA

Los señores que son llanos

conquistan las voluntades.

Los brazos nos puedes dar.
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DIANA

Apartaos, dadme lugar;

no le digáis necedades.

Deme vuestra señoría

las manos, señor Teodoro.

TEODORO

Agora esos pies adoro
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y sois más señora mía.

DIANA

Salíos todos allá.

Dejadme con él un poco.

MARCELA

¿Qué dices, Fabio?

FABIO

Estoy loco.

DOROTEA

¿Qué te parece?

ANARDA

Que ya
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mi ama no querrá ser

el perro del hortelano.

DOROTEA

¿Comerá ya?

ANARDA

¿Pues no es llano?

DOROTEA

Pues reviente de comer.

(Váyanse los criados.)

DIANA

¿No te vas a España?

TEODORO

¿Yo?
800

DIANA

¿No dice vuseñoría:

«Yo me voy, señora mía;

yo me voy, el alma no»?

TEODORO

¿Burlas de ver los favores

de la Fortuna?

DIANA

Haz estremos.
805

TEODORO

Con igualdad nos tratemos

como suelen los señores,

pues todos lo somos ya.

DIANA

Otro me pareces.

TEODORO

Creo

que estás con menos deseo;
810

pena el ser tu igual te da.

Quisiérasme tu crïado,

porque es costumbre de amor

querer que sea inferior

lo amado.

DIANA

Estás engañado,
815

porque agora serás mío,

y esta noche he de casarme

contigo.

TEODORO

No hay más que darme.

Fortuna, tente.

DIANA

Confío

que no ha de haber en el mundo
820

tan venturosa mujer.

Vete a vestir.

TEODORO

Iré a ver

el mayorazgo que hoy fundo

y este padre que me hallé

sin saber cómo o por dónde.
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DIANA

Pues adiós, mi señor Conde.

TEODORO

Adiós, Condesa.

DIANA

Oye.

TEODORO

¿Qué?

DIANA

¿Qué? Pues ¿cómo? ¿A su señora

así responde un crïado?

TEODORO

Está ya el juego trocado
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y soy yo el señor agora.

DIANA

Sepa que no me ha de dar

más celitos con Marcela,

aunque este golpe le duela.

TEODORO

No nos solemos bajar
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los señores a querer

las crïadas.

DIANA

Tenga cuenta

con lo que dice.

TEODORO

Es afrenta.

DIANA

Pues ¿quién soy yo?

TEODORO

Mi mujer.

(Váyase.)

DIANA

No hay más que desear. Tente, Fortuna,
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como dijo Teodoro. Tente, tente.

(Salen FEDERICO y RICARDO.)

RICARDO

¿En tantos regocijos y alborotos

no se da parte a los amigos?

DIANA

Tanta

cuanta vuseñorías me pidieren.

FEDERICO

De ser tan gran señor vuestro crïado
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os las pedimos.

DIANA

Yo pensé, señores,

que las pedís, con que licencia os pido,

de ser Teodoro conde, y mi marido.

(Váyase la CONDESA.)

RICARDO

¿Qué os parece de aquesto?

FEDERICO

Estoy sin seso.

RICARDO

¡Oh, si le hubiera muerto este picaño!
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(Sale TRISTÁN.)

FEDERICO

¿Veisle? Aquí viene.

TRISTÁN

Todo está en su punto.

¡Brava cosa que pueda un lacaífero

ingenio alborotar a toda Nápoles!

RICARDO

Tente, Tristán, o como te apellidas.

TRISTÁN

Mi nombre natural es Quitavidas.
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FEDERICO

¡Bien se ha echado de ver!

TRISTÁN

Hecho estuviera

a no ser conde de hoy acá este muerto.

RICARDO

Pues ¿eso importa?

TRISTÁN

Al tiempo que el concierto

hice por los trecientos solamente,

era para matar, como fue llano,
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un Teodoro crïado, mas no conde.

Teodoro conde es cosa diferente,

y es menester que el galardón se aumente,

que más costa tendrá matar un conde

que cuatro o seis crïados que están muertos,
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unos de hambre, y otros de esperanzas,

y no pocos de envidia.

FEDERICO

¿Cuánto quieres,

y mátale esta noche?

TRISTÁN

Mil escudos.

RICARDO

Yo los prometo.

TRISTÁN

Alguna señal quiero.

RICARDO

Esta cadena.

TRISTÁN

Cuenten el dinero.
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FEDERICO

Yo voy a prevenillo.

TRISTÁN

Yo a matalle.

¿Oyen?

RICARDO

¿Qué? ¿Quieres más?

TRISTÁN

Todo hombre calle.

(Váyanse, y entre TEODORO.)

TEODORO

Desde aquí te he visto hablar

con aquellos matadores.

TRISTÁN

Los dos necios son mayores
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que tiene tan gran lugar.

Esta cadena me han dado,

mil escudos prometido

porque hoy te mate.

TEODORO

¿Qué ha sido

esto que tienes trazado?
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Que estoy temblando, Tristán.

TRISTÁN

Si me vieras hablar griego,

me dieras, Teodoro, luego

más que estos locos me dan.

¡Por vida mía, que es cosa
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fácil el greguecizar!

Ello, en fin, no es más de hablar,

mas era cosa donosa

los nombres que les decía:

Azteclias, Catiborratos,
890

Serpelitonia, Xipatos,

Atecas, Filimoclía...

que esto debe de ser griego,

como ninguno lo entiende,

y en fin, por griego se vende.
895

TEODORO

A mil pensamientos llego

que me causan gran tristeza,

pues si se sabe este engaño

no hay que esperar menos daño

que cortarme la cabeza.
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TRISTÁN

¿Agora sales con eso?

TEODORO

Demonio debes de ser.

TRISTÁN

Deja la suerte correr

y espera el fin del suceso.

TEODORO

La Condesa viene aquí.
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TRISTÁN

Yo me escondo; no me vea.

(Sale la CONDESA.)

DIANA

¿No eres ido a ver tu padre,

Teodoro?

TEODORO

Una grave pena

me detiene, y finalmente

vuelvo a pedirte licencia
910

para proseguir mi intento

de ir a España.

DIANA

Si Marcela

te ha vuelto a tocar al arma,

muy justa disculpa es esa.

TEODORO

¿Yo Marcela?

DIANA

Pues ¿qué tienes?
915

TEODORO

No es cosa para ponerla

desde mi boca a tu oído.

DIANA

Habla, Teodoro, aunque sea

mil veces contra mi honor.

TEODORO

Tristán, a quien hoy pudiera
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hacer el engaño estatuas,

la industria versos y Creta

rendir laberintos, viendo

mi amor, mi eterna tristeza,

sabiendo que Ludovico
925

perdió un hijo, esta quimera

ha levantado conmigo,

que soy hijo de la tierra

y no he conocido padre

más que mi ingenio, mis letras
930

y mi pluma. El Conde cree

que lo soy, y aunque pudiera

ser tu marido y tener

tanta dicha y tal grandeza,

mi nobleza natural
935

que te engañe no me deja

porque soy naturalmente

hombre que verdad profesa.

Con esto para ir a España

vuelvo a pedirte licencia,
940

que no quiero yo engañar

tu amor, tu sangre y tus prendas.

DIANA

Discreto y necio has andado:

discreto en que tu nobleza

me has mostrado en declararte,
945

necio en pensar que lo sea

en dejarme de casar,

pues he hallado a tu bajeza

el color que yo quería,

que el gusto no está en grandezas,
950

sino en ajustarse al alma

aquello que se desea.

Yo me he de casar contigo,

y porque Tristán no pueda

decir aqueste secreto,
955

hoy haré que cuando duerma

en ese pozo de casa

le sepulten.

TRISTÁN

(Detrás del paño.)
[19]

¡Guarda afuera!

DIANA

¿Quién habla aquí?

TRISTÁN

¿Quién? Tristán,

que justamente se queja
960

de la ingratitud mayor

que de mujeres se cuenta.

Pues siendo yo vuestro gozo,

aunque nunca yo lo fuera,

¿en el pozo me arrojáis?
965

DIANA

¿Qué? ¿Lo has oído?

TRISTÁN

No creas

que me pescarás el cuerpo.

DIANA

Vuelve.

TRISTÁN

¿Que vuelva?

DIANA

Que vuelvas.

Por el donaire te doy

palabra de que no tengas
970

mayor amiga en el mundo,

pero has de tener secreta

esta invención, pues es tuya.

TRISTÁN

Si me importa que lo sea,

¿no quieres que calle?

TEODORO

Escucha.
975

¿Qué gente y qué grita es esta?

(Salen el CONDE LUDOVICO, FEDERICO, RICARDO, CAMILO, FABIO, ANARDA, DOROTEA, MARCELA.)

RICARDO

Queremos acompañar

a vuestro hijo.

FEDERICO

La bella

Nápoles está esperando

que salga, junta a la puerta.
980

[LUDOVICO]

Con licencia de Dïana

una carroza te espera,

Teodoro, y junta, a caballo,

de Nápoles la nobleza.

Ven, hijo, a tu propia casa.
985

Tras tantos años de ausencia,

verás adónde naciste.

DIANA

Antes que salga y la vea

quiero, Conde, que sepáis

que soy su mujer.

LUDOVICO

Detenga

990

la Fortuna en tanto bien

con clavo de oro la rueda.

Dos hijos saco de aquí

si vine por uno.

FEDERICO

Llega,

Ricardo, y da el parabién.
995

RICARDO

Darle, señores, pudiera

de la vida de Teodoro,

que celos de la Condesa

me hicieron que a este cobarde

diera, sin esta cadena,
1000

por matarle mil escudos.

Haced que luego le prendan,

que es encubierto ladrón.

TEODORO

Eso no, que no profesa

ser ladrón quien a su amo
1005

defiende.

RICARDO

¿No? Pues ¿quién era

este valiente fingido?

TEODORO

Mi crïado, y porque tenga

premio el defender mi vida,

sin otras secretas deudas,
1010

con licencia de Dïana

le caso con Dorotea,

pues que ya su señoría

casó con Fabio a Marcela.

RICARDO

Yo doto a Marcela.

FEDERICO

Y yo
1015

a Dorotea.

LUDOVICO

Bien. Queda

para mí, con hijo y casa,

el dote de la Condesa.

TEODORO

Con esto, senado noble,

que a nadie digáis se os ruega
1020

el secreto de Teodoro,

dando con licencia vuestra

de
El perro del hortelano

fin la famosa comedia.

FIN DE LA FAMOSA COMEDIA DE EL PERRO DEL HORTELANO

Notas

[2]
«sombra» en Vega Carpio, Félix Lope de, Comedias escogidas, Juan Eugenio Hartzenbusch ed., Madrid, Biblioteca de Autores Españoles, 1946, tomo I, p. 341; y Vega Carpio, Félix Lope de, Obras escogidas, Federico Carlos Sáinz de Robles ed., Madrid, Editorial Aguilar, 1966, tomo I, p. 1058; «hombre» en el original (N. del E.)

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