y tu escribanía.
DIANA
Llega,
Teodoro, y toma la pluma.
TEODORO
[Aparte.]
Hoy me mata o me destierra.
DIANA
Escribe.
TEODORO
Di.
DIANA
No estás bien
830
con la rodilla en la tierra.
Ponle, Anarda, una almohada.
TEODORO
Yo estoy bien.
DIANA
Pónsela, necia.
TEODORO
([Aparte.]
No me agrada este favor
sobre enojos y sospechas,
835
que quien honra las rodillas
cortar quiere la cabeza.)
Yo aguardo.
DIANA
Yo digo ansí.
TEODORO
[Aparte.]
Mil cruces hacer quisiera.
(Siéntese la CONDESA en una silla alta.)
(Ella diga y él vaya escribiendo.)
[DIANA]
«Cuando una mujer principal se ha declarado con un hombre humilde, es lo mucho el término de volver a hablar con otra, mas quien no estima su fortuna, quédese para necio.»
TEODORO
¿No dices más?
DIANA
Pues ¿qué más?
840
El papel, Teodoro, cierra.
ANARDA
[Aparte a DIANA.]
¿Qué es esto que haces, señora?
DIANA
Necedades de amor llenas.
ANARDA
Pues ¿a quién tienes amor?
DIANA
¿Aún no le conoces, bestia?
845
Pues yo sé que le murmuran
de mi casa hasta las piedras.
TEODORO
Ya el papel está cerrado.
Solo el sobrescrito resta.
DIANA
Pon, Teodoro, para ti,
850
y no lo entienda Marcela,
que quizá le entenderás
cuando de espacio le leas.
(Váya[n]se y quede solo, y entre MARCELA.)
TEODORO
¿Hay confusión tan estraña?
¡Que aquesta mujer me quiera
855
con pausas como sangría
y que tenga intercadencias
el pulso de amor tan grandes!
MARCELA
¿Qué te ha dicho la Condesa,
mi bien? Que he estado temblando
860
detrás de aquella antepuerta.
TEODORO
Díjome que te quería
casar con Fabio, Marcela,
y este papel que escribí
es que despacha a su tierra
865
por los dineros del dote.
MARCELA
¿Qué dices?
TEODORO
Solo que sea
para bien y, pues te casas,
que de burlas ni de veras
tomes mi nombre en tu boca.
870
MARCELA
Oye.
TEODORO
Es tarde para quejas.
(Váyase.)
MARCELA
No, no puedo yo creer
que aquesta la ocasión sea.
Favores de aquesta loca
le han hecho dar esta vuelta,
875
que él está como arcaduz,
que cuando baja le llena
del agua de su favor
y cuando sube le mengua.
¡Ay de mí, Teodoro ingrato,
880
que luego que su grandeza
te toca al arma me olvidas!
Cuando te quiere me dejas,
cuando te deja me quieres,
¿quién ha de tener paciencia?
885
(Sale[n] el MARQUÉS y FABIO.)
RICARDO
No pude, Fabio, detenerme un hora.
Por tal merced le besaré las manos.
FABIO
Dile presto, Marcela, a mi señora
que está el Marqués aquí.
MARCELA
Celos tiranos,
celos crüeles, ¿qué queréis agora
890
tras tantos locos pensamientos vanos?
FABIO
¿No vas?
MARCELA
Ya voy.
FABIO
Pues dile que ha venido
nuestro nuevo señor y su marido.
(Vase MARCELA.)
RICARDO
Id, Fabio, a mi posada, que mañana
os daré mil escudos y un caballo
895
de la casta mejor napolitana.
FABIO
Sabré, si no servillo, celebrallo.
RICARDO
Este es principio solo, que Dïana
os tiene por crïado y por vasallo
y yo por solo amigo.
FABIO
Esos pies beso.
900
RICARDO
No pago ansí; la obligación confieso.
(Sale la CONDESA.)
DIANA
¿Vuseñoría aquí?
RICARDO
Pues ¿no era justo
si me enviáis con Fabio tal recado,
y que después de aquel mortal disgusto
me elegís por marido y por crïado?
905
Dadme esos pies, que de manera el gusto
de ver mi amor en tan dichoso estado
me vuelve loco, que le tengo en poco
si me contento con volverme loco.
¿Cuándo pensé, señora, mereceros
910
ni llegar a más bien que desearos?
DIANA
No acierto, aunque lo intento, a responderos.
¿Yo he enviado a llamaros o es burlaros?
RICARDO
Fabio, ¿qué es esto?
FABIO
¿Pude yo traeros
sin ocasión agora, ni llamaros
915
menos que de Teodoro prevenido?
DIANA
Señor Marqués, Teodoro culpa ha sido.
Oyome anteponer a Federico
vuestra persona, con ser primo hermano
y caballero generoso y rico,
920
y presumió que os daba ya la mano.
A vuestra señoría le suplico
perdone aquestos necios.
RICARDO
Fuera en vano
dar a Fabio perdón, si no estuviera
a donde vuestra imagen le valiera.
925
Bésoos los pies por el favor y espero
que ha de vencer mi amor esta porfía.
(Váyase el MARQUÉS.)
DIANA
¿Paréceos bien aquesto, majadero?
FABIO
¿Por qué me culpa a mí vuseñoría?
DIANA
Llamad luego a Teodoro. ¡Qué ligero
930
este cansado pretensor venía
cuando me matan celos de Teodoro!
FABIO
Perdí el caballo y mil escudos de oro.
(Váyase FABIO y quede la CONDESA sola.)
DIANA
¿Qué me quieres amor? ¿Ya no tenía
olvidado a Teodoro? ¿Qué me quieres?
935
Pero responderás que tú no eres,
sino tu sombra, que detrás venía.
¡Oh, celos!, ¿qué no hará vuestra porfía?
Malos letrados sois con las mujeres,
pues jamás os pidieron pareceres
940
que pudiese el honor guardarse un día.
Yo quiero a un hombre bien, mas se me acuerda
que yo soy mar, y que es humilde barco,
y que es contra razón que el mar se pierda.
En gran peligro, amor, el alma embarco,
945
mas si tanto el honor tira la cuerda,
por Dios que temo que se rompa el arco.
(Sale[n] TEODORO y FABIO.)
FABIO
Pensó matarme el Marqués,
pero, la verdad diciendo,
más sentí los mil escudos.
950
TEODORO
Yo quiero darte un consejo.
FABIO
¿Cómo?
TEODORO
El conde Federico
estaba perdiendo el seso
porque el Marqués se casaba.
Parte y di que el casamiento
955
se ha deshecho, y te dará
esos mil escudos luego.
FABIO
Voy como un rayo.
TEODORO
Camina.
[A DIANA.]
¿Llamábasme?
DIANA
Bien ha hecho
ese necio en irse agora.
960
TEODORO
Un hora he estado leyendo
tu papel y, bien mirado,
señora, tu pensamiento,
hallo que mi cobardía
procede de tu respeto,
965
pero que ya soy culpado
en tenerle, como necio,
a tus muchas diligencias,
y así, a decir me resuelvo
que te quiero, y que es disculpa
970
que con respeto te quiero.
Temblando estoy, no te espantes.
DIANA
Teodoro, yo te lo creo.
¿Por qué no me has de querer
si soy tu señora y tengo
975
tu voluntad obligada,
pues te estimo y favorezco
más que a los otros crïados?
TEODORO
Ese lenguaje no entiendo.
DIANA
No hay más que entender, Teodoro,
980
ni pasar el pensamiento
un átomo desta raya.
Enfrena cualquier deseo,
que de una mujer, Teodoro,
tan principal, y más siendo
985
tus méritos tan humildes,
basta un favor muy pequeño
para que toda la vida
vivas honrado y contento.
TEODORO
Cierto que vuseñoría,
990
perdóneme si me atrevo,
tiene en el jüicio a veces,
que no en el entendimiento,
mil lúcidos intervalos.
¿Para qué puede ser bueno
995
haberme dado esperanzas
que en tal estado me han puesto?
Pues del peso de mis dichas
caí, como sabe, enfermo
casi un mes en una cama
1000
luego que tratamos desto.
Si cuando vee que me enfrío
se abrasa de vivo fuego,
y cuando vee que me abraso
se yela de puro yelo,
1005
dejárame con Marcela.
Mas viénele bien el cuento
del perro del hortelano:
no quiere, abrasada en celos,
que me case con Marcela
1010
y, en viendo que no la quiero,
vuelve a quitarme el jüicio
y a despertarme si duermo.
Pues coma o deje comer,
porque yo no me sustento
1015
de esperanzas tan cansadas,
que si no, desde aquí vuelvo
a querer donde me quieren.
DIANA
Eso no, Teodoro, advierto
que Marcela no ha de ser.
1020
En otro cualquier sujeto
pon los ojos, que en Marcela
no hay remedio.
TEODORO
¿No hay remedio?
Pues ¿quiere vuseñoría
que si me quiere y la quiero
1025
han de aprobar voluntades?
¿Tengo yo de tener puesto
a donde no tengo gusto
mi gusto por el ajeno?
Yo adoro a Marcela, y ella
1030
me adora, y es muy honesto
este amor.
DIANA
¡Pícaro infame!
¡Haré yo que os maten luego!
TEODORO
¿Qué hace vuseñoría?
DIANA
Daros por sucio y grosero
1035
estos bofetones.
(Sale[n] FABIO y el CONDE FEDERICO.)
[13]
FABIO
Tente.
FEDERICO
Bien dices, Fabio, no entremos.
Pero mejor es llegar.
Señora mía, ¿qué es esto?
DIANA
No es nada; enojos que pasan
1040
entre crïados y dueños.
FEDERICO
¿Quiere vuestra señoría
alguna cosa?
DIANA
No quiero
más de hablaros en las mías.
FEDERICO
Quisiera venir a tiempo
1045
que os hallara con más gusto.
DIANA
Gusto, Federico, tengo,
que aquestas son niñerías.
Entrad y sabréis mi intento
en lo que toca al Marqués.
1050
(Váyase DIANA.)
FEDERICO
(Aparte.)
Fabio.
FABIO
¿Señor?
FEDERICO
Yo sospecho
que en estos disgustos hay
algunos gustos secretos.
FABIO
No sé, por Dios; admirado
de ver, señor Conde, quedo
1055
tratar tan mal a Teodoro,
cosa que jamás ha hecho
la Condesa, mi señora.
FEDERICO
Bañole de sangre el lienzo.
(Váyanse FEDERICO y FABIO.)
TEODORO
Si aquesto no es amor, ¿qué nombre quieres,
1060
amor, que tengan desatinos tales?
Si así quieren mujeres principales,
furias las llamo yo, que no mujeres.
Si la grandeza escusa los placeres
que iguales pueden ser en desiguales,
1065
¿por qué, enemiga, de crueldad te vales
y por matar a quien adoras mueres?
¡Oh mano poderosa de matarme!
¡Quién te besara entonces, mano hermosa,
agradecido al dulce castigarme!
1070
No te esperaba yo tan rigurosa,
pero si me castigas por tocarme,
tú sola hallaste gusto en ser celosa.
(Sale TRISTÁN.)
TRISTÁN
Siempre tengo de venir
acabados los sucesos.
1075
Parezco espada cobarde.
TEODORO
¡Ay, Tristán!
TRISTÁN
Señor, ¿qué es esto?
¿Sangre en el lienzo?
TEODORO
Con sangre
quiere amor que de los celos
entre la letra.
TRISTÁN
Por Dios
1080
que han sido celos muy necios.
TEODORO
No te espantes, que está loca
de un amoroso deseo,
y como el ejecutarle
tiene su honor por desprecio,
1085
quiere deshacer mi rostro,
porque es mi rostro el espejo
adonde mira su honor,
y véngase en verle feo.
TRISTÁN
Señor, que Juana o Lucía
1090
cierren conmigo por celos
y me rompan con las uñas
el cuello que ellas me dieron,
que me repelen y arañen
sobre averiguar por cierto
1095
que les hice un peso falso,
vaya: es gente de pandero,
de media de cordellate
y de zapato frailesco,
pero que tan gran señora
1100
se pierda tanto el respeto
a sí misma es vil acción.