–¿Cómo, ahora? Pero si todavía no nos hemos detenido...
–Sí, ahora. Si es posible.
–Bueno, podría Desplazarte...
–Me parece aceptable.
–El Desplazamiento entraña cierto riesgo...
El capitán Afrentador soltó una carcajada seca y amarga.
–Creo que puedo correr el riesgo.
–... muy bien –dijo la nave. Se notaba que no estaba muy convencida–. Tus camaradas están tratando de llamarte, capitán.
El Afrentador miró de soslayo la pantalla de comunicaciones,
–Sí. Ya lo veo. –Seleccionó el modo de transmisión en el comunicador–. Camaradas... –dijo. Hizo una pausa. Desde su infancia había imaginado momentos como aquel. Nunca tan terribles, nunca tan desesperados... y sin embargo, no tan diferentes. Había elaborado algunos discursos magníficos... Finalmente dijo:– Lo que voy a decirles no es discutible. Les ordeno que se rindan junto con sus naves y obedezcan todas las instrucciones que reciban siempre que sean compatibles con el honor. Eso es todo.
Cortó la comunicación con las demás naves. Inclinó sus apéndices oculares.
–Ahora, por favor –dijo en voz baja.
Y se encontró en el espacio. Miró a su alrededor con los sensores del traje. No había ninguna nave a la vista. Solo las lejanas estrellas.
–Adiós, capitán –dijo la voz de la nave.
–Adiós –respondió, y entonces apagó el comunicador. Esperó unos segundos antes de activar los cierres de emergencia de su traje y salir al vacío para morir.
La
Honda nostalgia,
que en aquel momento estaba accediendo a la petición de la
Servicio durmiente
de transmitirle su cuaderno de bitácora desde el momento de su despertar en Miseria, volvió un instante la mirada hacia la forma retorcida y cada vez más fría del capitán y envió un pequeño pulso de plasma para poner fin a su agonía.
El VSL
No se inventó aquí
dirigió la vista hacia los cientos de naves que estaban reuniéndose para rodearla. Sintió que se producía un intercambió de señales entre ellas y las naves que había desplegado: sus cuatro naves de guerra y las superrápidas y UGC que había militarizado. A continuación, captó que sus naves alteraban sus procedimientos de selección de objetivos, dejaban de apuntar a las naves enviadas por la
Servicio durmiente
y en su lugar lo hacían hacia ella.
La Mente del VSL activó los núcleos de IA que manejarían perfectamente a la nave hasta que pudiera encontrarse un reemplazo para ella, comprobó que funcionaban bien y a continuación cortó todos los enlaces con cualquier cosa situada más allá de los límites físicos de su núcleo Mental. Expulsó las ocho unidades de potencia interna.
Su consciencia se fue apagando, como una neblina dispersada por una brisa refrescante.
A varios cientos de años luz de distancia, la
Brillo acerado
había considerado la posibilidad de imitar su ejemplo. Había decidido no hacerlo. Consideraba que presentar su caso ante sus pares y aceptar su veredicto y las sanciones que le impusieran era lo más honorable.
Volvió a estudiar el texto del mensaje que la
Servicio durmiente
le había enviado...
[...]He estado más atareada las últimas décadas de lo que cabía esperar. Esta es la lista de unidades manufacturadas:
Unidades de Ofensiva de Tipo Uno (equivalente aproximadamente a la clase Abominador): 512.
Unidades de Ofensiva de Tipo Dos (equivalente a la clase Torturador): 2,048.
Unidades de Ofensiva de Tipo Tres (equivalente al prototipo de clase Inquisidor, mejorado): 2,048.
Unidades de Ofensiva de Tipo Cuatro (equivalente aproximadamente a la clase Asesino, con una mejora de velocidad): 12,228.
Unidades de Ofensiva de Tipo Cinco (basada en el proyecto de mejora de la clase Matón): 24,576.
Unidades de Ofensiva de Tipo Seis (basada en las UCL de clase Rocalla, militarizadas, tipos diferentes): 49,152.
Estas naves no representan una amenaza de tipo hegemónico, porque no son entidades independientes dotadas de Mente. Están controladas por núcleos de IA, manejados por mí, y por tanto solo pueden utilizarse como una unidad, y no como una maquinaria de guerra distribuida.
En este momento, se encuentran todas desplegadas en las proximidades de la Excesión.
La rendición de las naves de la Cultura de la flota Afrentadora se ha llevado a cabo sin incidentes. La URO
Hora de matar
–con la ayuda de otras naves regulares de la Cultura presentes en la zona– se ha hecho cargo de ellas. A primera vista parece que las naves del depósito de Miseria son inocentes de lo ocurrido y han sido víctimas de un acto de espionaje y traición.
Nueve oficiales Afrentadores se han rendido también. Su comandante decidió acabar con su vida. Incluyo una lista de nombres y rangos (lista adjunta).
Si la Afrenta pide la paz, propongo que yo, y por tanto mi flota de guerra, quedemos a disposición de las autoridades consideradas aceptables por todos los implicados. Ni yo ni la flota bajo mi mando seremos utilizados para llevar a cabo acciones hostiles contra la Afrenta ni contra ningún otro.
Cualquier otro uso sugerido se evaluará en función de sus méritos.
Por lo demás, es mi propósito –pasado el tiempo necesario– emprender el desmantelamiento de las naves que he construido, y marchar al retiro.
Adjunto un archivo de señal enviado por el VSL
Solo llamadas serias
(archivo de señal adjunto).
También adjunto las grabaciones de las señales afirmativas utilizadas por la
Regulador de actitud
para convencer a las naves de Miseria de que estaban siendo movilizadas por la Cultura. Me han sido transmitidas por cada una de las naves implicadas (archivos de señal adjuntos).
La conclusión de que las naves de Miseria han sido utilizadas como parte de una conspiración para engañar a la Afrenta e iniciar una guerra ya se ha hecho constar. Imagino que las naves/Mentes citadas en los archivos anteriormente mencionados y cualquier otra implicada en el asunto querrá ofrecer explicaciones detalladas sobre sus motivos, ideas y actos relativos a esta supuesta estratagema y tomar cualquier otra medida que imponga el honor.
La Mente del VSL
No se inventó aquí
ha acabado con su vida.
Habida cuenta de que la Afrenta ha sido, al menos en parte, víctima de una conspiración, considero que llevar a cabo acciones punitivas contra ella sería un acto excesivo y deshonroso.
Te ruego tengas en cuenta que una copia de esta señal, editada ligeramente por cuestiones de metodología operativa, ha sido enviada al Alto Mando y al Senado de la Afrenta, así como a las siguientes agencias de noticias (lista adjunta) y el Consejo General Galáctico.
Por lo que se refiere a la propia Excesión, tengo que informar de lo siguiente [...]
~ Ya nos veremos.
~ ¿Cómo? ¿Qué haces? –preguntó la
Servicio durmiente
mientras la
Zona gris
la adelantaba a toda velocidad.
~ Toma. Churt Lyne quiere subir a la nave.
La
Zona Cris
Desplazó al antiguo dron al interior de la
Servicio durmiente.
El gigantesco VGS se había detenido finalmente, no muy lejos del límite de treinta años luz que la Excesión, según había descubierto la
Destino susceptible de cambio,
parecía haber establecido.
La flota de guerra del VGS seguía desplegada por todo el tejido, en un hemisferio de un año luz de radio, mientras la flota de naves de la Cultura engañadas por la Afrenta se reunía y abría sus sistemas de armamento y blindaje a la inspección y control de la
Hora de matar
y sus camaradas. Los oficiales Afrentadores fueron transferidos a la
Hora de matar
en sus trajes espaciales mientras el VGS
¿Cuál es la respuesta y por qué?
preparaba rápidamente unos aposentos seguros para ellos.
~ ¡Vuelve aquí!
La
Zona gris
estaba demasiado lejos.
[haz estrecho, M8, tra. ©4.28.891.7393]
º º VGS
Servicio durmiente
ª ª UGC
Zona gris
ºº
¡Vuelve aquí! ¿Qué estás haciendo? ¿Estás tratando de arruinarlo todo?
ªª
No pasa nada. Adiós.
~ ¿Qué está haciendo? –preguntó el VGS al dron Churt Lyne, que flotaba en el mini-hangar al que lo habían Desplazado.
~ En realidad no lo sé –respondió el dron–. No ha querido decírmelo. Pero creo que ha estado en comunicación con la Excesión...
~ Comunicación...
La
Servicio durmiente
consideró por un instante la posibilidad de detener a la nave. La UGC estaba acercándose al límite de los treinta años luz, moviéndose en dirección a la Excesión y acelerando cada vez más.
Decidió dejarla ir. Sus motores fallarían... en cualquier momento.
Fallaron, pero justo antes de que lo hicieran, llevó a cabo un extraño cambio de trayectoria que la llevó directamente hacia la red de energía. Caería sobre esta a la deriva, sin potencia, y sería destruida.
Se
ha vuelto loca
–pensó la
Durmiente
, pero estaba demasiado lejos para hacer nada.
[haz estrecho, M8, tra. ©4.28.891.7394–]
º º VGS
Servicio durmiente
ª ª UGC
Zona gris
ºº
¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué haces esto? ¿Se ha visto comprometida tu integridad?
ªª
¡No! ¡Estoy perfectamente!
La
Durmiente
no tuvo tiempo de enviar más señales. La
Zona Gris
"cayó" sobre la red de energía, parpadeó una vez y entonces se esfumó, mucho, mucho más abajo, en una diminuta y centelleante llamarada de radiaciones.
El VGS inspeccionó las energías residuales. Desde luego, todo apuntaba a que había sido destruida. Estudió el destello final que había presenciado justo antes de que la UGC se encontrara con la red. Sí, seguía pareciéndole que había sido destruida, pero había algo allí...
Un humano hubiera agachado la cabeza.
Cuando volvió a mirar la Excesión, había desaparecido. No había nada en el tejido del espacio normal, ni el menor rastro de la más pequeña perturbación en cualquiera de las dos redes de energía.
¡No!
–pensó la
Servicio durmiente
, mientras la embargaba un terrible sentimiento de frustración–.
¡No! ¡Maldita seas! ¡No te vayas así, no sin alguna razón, alguna explicación, algo racional...!
Unos segundos más tarde, la UGC
Destino susceptible de cambio,
como nave más cercana disponible, se dejó persuadir de que podía tratar de aproximarse a la última posición conocida de la Excesión. Una vez atravesado el límite de los treinta años luz, sus motores siguieron funcionando a la perfección. Sin embargo, se negó a cruzar el límite de proximidad original que ella misma había establecido, un mes antes.
La
Tiempo de matar
se prestó gustosa a hacerlo. Se lanzó a toda velocidad y en el último momento hizo un frenazo en seco y fue a detenerse en el punto exacto en el que había estado la Excesión. Informó, no con poca decepción, de que allí no había nada que ver.
Ulver Seich estaba sentada en el parapeto de la torre, columpiando las piernas. Desde el tejado, parecía que se extendía un vasto océano en una dirección y un paisaje de marismas salinas, praderas húmedas y acantilados en la otra. Resultaba perfectamente convincente, pero no era más que otra proyección. El pájaro había tratado de alejarse volando en espiral y solo había conseguido avanzar dos metros desde la torre antes de que sus alas toparan con el límite sólido del campo-pantalla. Ahora se había posado en el parapeto, junto a la chica, y estaba mirando con aire melancólico el movido oleaje.
–Cabrona –dijo Ulver, casi para sí misma–. Se ha ido. –Estaba asistiendo a los acontecimientos a través de su randa neural mientras miraba al pájaro–. La Excesión –le dijo–. Acaba de desaparecer sin más.
–Pues por mí como si se opera –refunfuñó el ave.
–Y la
Zona gris
se ha lanzado contra la red –dijo Ulver. Su voz se apagó un momento mientras averiguaba lo que había sido de Churt Lyne–. Ah –dijo, al descubrir que el viejo dron estaba sano y salvo a bordo del VGS.
–Bah –dijo el ave–. De todos modos, según tengo entendido,
fue
siempre una chiflada. ¿Qué está haciendo su alteza?
–¿Quién?
–La
Durmiente.
Supongo que nada que indique que pretende poner el punto final a esta historia, ¿no?
–No, solo está... ahí parada.
–Ya me parecía –murmuró el ave.
Ulver siguió contemplando el mar y balanceando las piernas. Volvió la mirada hacia la traslúcida cúpula.
–Me pregunto cómo les irá.
–¿Quieres que me entere? –dijo el pájaro, y pareció animarse.
–No. Quédate donde estás.
–Pues no sé –gruñó la criatura–. Parece que a todo el mundo le encanta darme órdenes...
–Oh, calla ya –le dijo Ulver.
–¿Ves a qué me refiero?
–Cierra el
pico.
Cinco Mareas trató de alcanzar la pelota de un salto y falló. Chocó pesadamente contra la pared de la pista y cayó boca arriba. Se quedó tumbado, resollando y riéndose, hasta que Otrora Hombre Genar-Hofoen se le acercó, extendió un tentáculo y lo ayudó a incorporarse.
–Quince iguales, creo –rugió, riéndose también. Recogió la gorjeante bola con la raqueta y se la entregó a Cinco Mareas–. Tú sacas.
Cinco Mareas sacudió los apéndices oculares.
–¡Ja! ¡Creo que me gustabas más cuando eras humano!
[haz estrecho, M2, tra. @n4.28.987.2]
º º Excéntrica
Liquídalos más tarde
ª ª VSL
Solo llamadas serias
ºº
Sigo diciendo que era una especie de prueba. Un emisario. Nos pusieron a prueba y no estuvimos a la altura de las circunstancias. Se encontró con lo peor de nosotros y volvió a marcharse. Probablemente decepcionada. Posiblemente asqueada. La Afrenta era demasiado antipática, el Elenco demasiado complaciente y nosotros demasiado vacilantes. Una pausada reunión a su alrededor de las Mentes tenidas por más sabias hubiera sido un curso de acción muy razonable, que hubiera podido desembocar en quién sabe qué intercambios, comercios y diálogos, pero la entidad se encontró rodeada por toda una maquinaria de guerra y puede que comprendiera que su aparición había sido utilizada como parte de un plan para tenderle una trampa a la Afrenta e imponerle una paz forzada. Nos juzgó indignos de comunicarnos con aquellos a los que representaba y nos abandonó a nuestro miserable destino. Los estúpidos que urdieron la conspiración deberían quedar malditos para siempre. Puede que nos hayan costado más de lo que nunca lleguemos a imaginar. ¡Las demostraciones de contrición y los programas de buenas obras que han emprendido, e incluso los suicidios, no pueden siquiera empezar a compensar lo que nos han costado! ¿Cómo está Seddun en esta época del año? ¿Sigue flotando la isla?