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Authors: Georges Perec

Tags: #Otros

La vida instrucciones de uso (66 page)

En resumidas cuentas, hay actualmente seis personas en el cuarto de baño de la señora Rorschash:

la señora Pizzicagnoli que, con un diminuto diccionario en la mano, no para de exclamar con voz vibrante y superaguda debido a su cólera «Io non vi capisco! Una stanza ammobligliata! Ich verstche sie nich! I am in a hurry! ¡Yo no entender! Ho fretta! ¡Yo prisa! Ich habe Eile! Geben sie mir eine Flasche Trinkwasser!».;

la empleada de la agencia, una joven con traje chaqueta de alpaca blanca, que se está abanicando con sus guantes de filadiz;

el director de la agencia que busca febrilmente por todas partes algo parecido a un cenicero para dejar un puro mordido en sus tres cuartas partes;

el administrador que hojea un reglamento de copropiedad intentando recordar si en algún artículo se hace referencia a la seguridad de los calentadores en cuartos de baño;

un fontanero llamado con urgencia no se sabe por quién ni para qué que está dando cuerda a su reloj de pulsera mientras espera que le digan que se puede marchar;

y el chiquillo de la señora Pizzicagnoli, un nene de cuatro años con traje de marinero que, indiferente el vocerío circundante y de rodillas en el pavimento de mármol, hace funcionar incansablemente un conejito mecánico que con un tambor y una trompeta toca la música de
El puente sobre el río Kwaï
.

Capítulo LXXXVII
Bartlebooth, 4

En el gran salón del piso de Bartlebooth, una inmensa estancia cuadrada empapelada de color pálido, están reunidos los restos de los muebles, objetos y bibelots con los que Priscilla había querido rodearse en su palacete del bulevar Malesherbes, n.° 65: un sofá y cuatro grandes sillones, de madera tallada y dorada, tapizados con antiguos Gobelinos que presentan, sobre fondo amarillo de enrejados, pórticos de arabescos con guirnaldas de hojas, frutos y flores amenizados con volátiles: palomas, papagayos, cotorras, etc.; un gran biombo de cuatro hojas, en tapicería de Beauvais con composiciones de arabescos y, en la parte inferior, monos disfrazados al estilo de Gillot; un gran chiffonnier de siete cajones, época Luis XVI, de caoba moldurada y filetes de madera de color; sobre su cubierta de mármol blanco jaspeado están puestos dos candelabros de diez brazos, una fuente de plata, una pequeña escribanía de piel de zapa provista de dos tinteros con tapa de oro, portaplumas, raspador y espátula de oro, sello de cristal grabado, y una minúscula cajita para lunares postizos, rectangular, de oro grabado y esmalte azul; sobre la alta chimenea de piedra negra hay un reloj de mármol blanco y bronce cincelado, cuya esfera, con la marca
Hoguet, París
, está sostenida por dos personajes barbudos arrodillados; a cada lado del reloj, dos tarros de farmacia de pasta tierna de Chantilly; el de la derecha lleva la inscripción
Ther. Vieille
, el de la izquierda
Gomme Gutte
; por último, en una mesita de forma oval de palo de rosa con tablero de mármol blanco están colocadas tres porcelanas de Sajonia: una representa a Venus con un amorcillo, sentados en un carro decorado con flores y tirado por tres cisnes; las otras dos son las alegorías que representan África y América:
África
está personificada por un negrito sentado sobre un león echado;
América
por una mujer engalanada con plumas que cabalga a la jineta un cocodrilo y aprieta junto a su pecho izquierdo una cornucopia: en su mano derecha lleva posado un papagayo.

Varios cuadros cuelgan de las paredes; el más imponente se halla a la izquierda de la chimenea: es un
Descendimiento
de Groziano, oscuro y severo; a su izquierda, una marina de F. H. Mans,
La llegada de las barcas de pesca a una pequeña playa holandesa
; en la pared del fondo, sobre el gran sofá, un estudio sobre cartón para
El niño azul («Blue Boy
») de Thomas Gainsborough, dos grandes grabados de Le Bas que reproducen
El niño de la perinola
y
El mozo de la posada
de Chardin, una miniatura que representa un abate con semblante henchido de satisfacción y orgullo, una escena mitológica de Eugène Lami que muestra a Baco, Pan y Sileno acompañados de retahílas de sátiros, hemipanes, egipanes, trasgos y duendes; un paisaje titulado
La isla misteriosa
y firmado por L. N. Montalescot: representa una costa cuyo lado izquierdo, con su playa y su bosque, ofrece un acceso agradable pero cuyo lado derecho, todo de paredes rocosas recortadas como torres y con una abertura única, evoca la imagen de una fortaleza invulnerable; y una acuarela de Wainewright, aquel amigo de sir Thomas Lawrence, pintor, coleccionista y crítico, que fue uno de los «Leones» más famosos de su tiempo y del que se supo, después de muerto, que, por diletantismo, había asesinado a ocho personas; la acuarela se titula
El carretero (The Carter
): el carretero está sentado en un banco delante de una pared enjalbegada. Es un hombre alto y fuerte, vestido con un pantalón de algodón pardo metido en unas botas todas agrietadas, una camisa gris de cuello muy abierto y un pañuelo de color abigarrado; lleva en la muñeca derecha una muñequera de cuero claveteado; del hombro izquierdo le cuelga una bolsa de tela de tapicería; su látigo de cuerda trenzada, cuya extremidad se desfleca en varias hebras rígidas, está puesto a su derecha, al lado de una jarra y una hogaza.

Sofás y sillones están cubiertos con fundas de nailon transparente. Desde hace por lo menos diez años esta estancia sólo sirve en circunstancias excepcionales. La última vez que Bartlebooth entró en ella se remonta a cuatro meses, y fue cuando las complicaciones del caso Beyssandre lo obligaron a recurrir a Rémi Rorschash.

A principios de los años setenta, dos importantes empresas turísticas —MARVEL HOUSES INCORPORATED e INTERNATIONAL HOSTELLERIE— decidieron asociarse a fin de resistir mejor el formidable empuje de los dos nuevos gigantes de la hotelería: Holiday Inn y Sheraton. Marvel Houses Inc. era una sociedad norteamericana sólidamente implantada en el Caribe y en América del Sur; en cuanto a Internacional Hostellerie, era un holding que manejaba capitales procedentes de los Emiratos árabes y tenía su sede en Zurich.

Los estados mayores de ambas sociedades se reunieron una primera vez en Nassau, en las Bahamas, en febrero de 1970. El examen común que hicieron de la situación mundial los convenció de que la única posibilidad que tenían de atajar el avance de sus dos competidores era crear un estilo de hotelería turística sin equivalente en el mundo: «Una concepción de la hotelería —declaró el presidente de las Marvel Houses— fundada, ya no en la explotación desaforada del culto al niño (
aplausos
) ni tampoco en la sumisión de los responsables a los derroches venales de la nota de gastos (
aplausos
) sino en el respeto a los tres valores fundamentales: ocio, descanso, cultura (
aplausos prolongados
)».

Varios encuentros en la sede de una u otra sociedad permitieron, en los meses siguientes, precisar los objetivos que tan brillantemente había trazado el presidente de las Marvel Houses. Habiendo hecho observar, en tono de broma, uno de los directores de International Hostellerie que las razones sociales de ambas sociedades tenían el mismo número de letras, 24, los servicios publicitarios de las dos organizaciones se apropiaron aquella idea y propusieron, en veinticuatro países diferentes, una selección de veinticuatro puntos estratégicos en los que podrían implantarse veinticuatro complejos hoteleros de un estilo totalmente nuevo; con un refinamiento supremo, el enunciado de los veinticuatro lugares elegidos hacía aparecer, verticalmente y uno junto a otro, el nombre de las dos firmas creadoras (fig. 1).

En noviembre de 1970, los presidentes-directores generales tuvieron un encuentro en Kuwait y firmaron un contrato de asociación por el cual quedó convenido que Marvel Houses Incorporated e International Hostellerie crearían en común dos filiales gemelas, una sociedad de inversiones hoteleras, que se llamaría Marvel Houses International, y una sociedad bancaria de financiación hotelera, a la que se daría el nombre de Incorporated Hostellerie; dichas sociedades, debidamente aprovisionadas con capitales procedentes de las dos casas madres, se encargarían de concebir, organizar y llevar a cabo la construcción de veinticuatro complejos hoteleros en los lugares antes indicados. El presidente-director general de International Hostellerie fue nombrado presidente-director general de las Marvel Houses International y vicepresidente-director general de Incorporated Hostellerie, mientras que el presidente-director general de Marvel Houses Incorporated era nombrado presidente-director general de Incorporated Hostellerie y vicepresidente-director general de Marvel Houses International. La sede social de Incorporated Hostellerie, que debería asumir específicamente la gestión financiera de la operación, se estableció en Kuwait mismo; en cuanto a Marvel Houses International, que se haría responsable del inicio de las obras y de su buena marcha, se domicilió, por motivos de fiscalidad, en Puerto Rico.

MI
RAJ
India
AN
AFI
Grecia (Cícladas)
ART
IGAS
Uruguay
VE
NCE
Francia
ER
BIL
Irak
ALN
WICK
Inglaterra
HA
LLE
Bélgica
OT
TOK
Austria (Iliria)
HUI
XTLA
México
SO
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España
EN
NIS
Irlanda
SA
FAD
Israel
IL
ION
Turquía (Troya)
INH
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Mozambique
CO
IRE
Suiza
OS
AKA
Japón
AR
TESIA
EEUU (Nuevo México)
PE
MBA
Tanzania
OL
AND
Suecia
ORL
ANDO
EEUU (Disneyworld)
83
AE
ROE
Dinamarca
TR
OUT
Canadá
EI
MEO
Archipiélago de Tahití
DE
LFT
Holanda

Figura 1. Esquema de implantación de los 24 complejos hoteleros de Marvel Houses International e Incorporated Hostellerie.

El presupuesto total de la operación superaba con creces los mil millones de dólares —más de quinientos mil francos por habitación— y debía conducir a la creación de centros hoteleros cuyo lujo sólo fuera comparable con su autonomía: la idea maestra de los promotores era, en efecto, que, si bien es razonable que ese lugar privilegiado de descanso, ocio y cultura que debe ser siempre un hotel se halle en una zona climática adaptada a una necesidad precisa (tener calor cuando en otras partes hace frío, aire puro, nieve, yodo, etc.) y próxima a un lugar específicamente dedicado a una actividad turística determinada (baños de mar, estación de esquí, balnearios, ciudades artísticas, curiosidades y panoramas naturales [parque, etc.] o artificiales [Venecia, los matmata, Disneyworld, etc.], etc.), ello no debía constituir en ningún caso una obligación: un buen hotel debe ser aquel en que un cliente ha de poder salir, si le apetece salir,
y no salir, si salir es una carga para él
. Por consiguiente, lo que caracterizaría primordialmente los hoteles que se proponía construir Marvel Houses International sería que comportarían,
intra muros
, todo cuanto una clientela rica, exigente y perezosa pudiera tener ganas de ver o hacer sin salir, como era, sin la menor duda, el caso de la mayoría de aquellos visitantes norteamericanos, árabes o japoneses que se sienten obligados a recorrer de cabo a rabo Europa y sus tesoros culturales, sin por ello tener necesariamente ganas de patearse kilómetros de museos o de dejarse conducir incómodamente por entre los embotellamientos contaminantes de Saint-Sulpice o de la plaza Saint-Gilles.

Esta idea se hallaba ya desde hacía mucho tiempo en la base de la hotelería turística moderna: había llevado a la creación de las playas reservadas, a la privatización cada vez más extendida de las costas y las pistas de esquí y al rápido desarrollo de los clubs, poblados y centros de vacaciones enteramente artificiales y sin relaciones vivas con su entorno geográfico y humano. Pero en nuestro caso fue admirablemente sistematizada: el cliente de una de las nuevas Hostelleries Marvel no sólo dispondría, como en cualquier cuatro estrellas, de su playa, su pista de tenis, su piscina de agua caliente, su golf de 18 hoyos, su parque ecuestre, su sauna, su marina, su casino, sus night-clubs, sus boutiques, sus restaurantes, sus bares, su quiosco de periódicos, su estanco, su agencia de viajes y su banco, sino que tendría igualmente su campo de esquí, sus remontadores, su pista de patines sobre hielo, su fondo submarino, sus olas para surf, su safari, su acuario gigante, su museo de arte antiguo, sus ruinas romanas, su campo de batalla, su pirámide, su iglesia gótica, su zoco, su bordj, su cantina, su plaza de toros, su emplazamiento arqueológico, su Bierstübe, su Bal-à-Jo, sus bailarinas de Bali, etc., etc., etc., y etc.

Para alcanzar esta disponibilidad realmente alucinante y que por sí sola justificaría los precios que se proyectaba implantar, Marvel Houses International recurrió a tres estrategias concomitantes: la primera consistió en buscar emplazamientos aislados o fácilmente aislables, que ofrecieran de entrada recursos turísticos cuantiosos y en gran parte sin explotar aún; es interesante observar a este respecto que, de los veinticuatro lugares elegidos, cinco se hallaban situados en las inmediaciones de parques naturales —Alnwick, Ennis, Ottok, Soria, Vence—, otros cinco eran islas: Aeroe, Anafi, Eimeo, Oland y Pemba, y la operación preveía asimismo dos islas artificiales, una frente a la costa de Osaka en el mar Interior, la otra cerca de Inhakea en la costa de Mozambique, así como el acondicionamiento completo de un lago, el lago Trout, en el Ontario, donde se estudiaba la posibilidad de crear una estación de actividades enteramente subacuáticas.

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