Trinidad (21 page)

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Authors: Leon Uris

Tags: #Histótico

¡RAT A TAT TAT TAT A TAT!

Fuera, fuera, so perros papistas.

Vamos a vencer o vamos a morir…

«Amén.»

Amén.

5

El brigadier Swan llamó con unos golpecitos desde su oficina, que estaba al lado, entró y dejó el informe sobre la mesa de sir Frederick.

—¡Dios mío, qué rapidez! —exclamó éste—. No me digas cómo has podido hacerlo, no quiero enterarme.

—No se lo diré.

Weed se frotó las manos de contento; después cortó la roja cinta con unas tijeras de plata.

ALTAMENTE CONFIDENCIAL: BIENES CONJUNTOS, FONDOS, INGRESOS Y VALOR LIMPIO DE LAS EMPRESAS FOYLE LTD., A. HUBBLE —CONDE DE FOYLE—, R. HUBBLE —GERENTE MÁXIMO Y HEREDERO.

—¿Cómo lo has conseguido? —acabó preguntando Weed.

—Con los mismos métodos infalibles de siempre. Dos fuentes principales: un individuo en el Castillo y otro en Rentas del Interior. Un descontento, antiguo escribiente de la oficina de Rankin que ha sido despedido hace poco.

—Estupendo.

—Creo que lo que quiere lo encontrará en las cuatro últimas páginas.

Sir Frederick hizo cabalgar las lentes en la punta de la nariz y se inclinó sobre el informe.

Bienes rústicos

24.000 acres de pastos y prados. El rebaño asciende a 3.300 cabezas, y se suelen embarcar anualmente 1.500 cabezas para Inglaterra.

4.000 acres de lino.

2.200 acres de bosques y terrenos de caza y de recreo, jardines y huertos contiguos a Hubble Manor.

Privilegios principales de pesca: lago Foyle y río Foyle.

Tierras arrendadas

90.000 acres arrendados por treinta años a labradores católicos romanos.

Desde que Roger Hubble ha entrado a formar parte activa de las empresas Foyle, se ha iniciado la aplicación de un plan secreto para reducir la extensión arrendada a católicos a 50.000 acres y mantenerla en este nivel. Es la cifra que se considera deseable para satisfacer las metas agrícolas del condado. Los acres restantes, o los venderán a los católicos más laboriosos o engrosarán los pastos del condado.

a) Todas las fincas vecinas y con hipotecas serán llevadas a subasta, compradas o eliminadas de algún otro modo. Esto reducirá la población y limpiará el suelo de las «variedades más débiles» de católicos. La mayor parte de estos terrenos han sido mal cultivados desde un principio para alimentar a familias demasiado numerosas y no han contribuido de manera apreciable al programa agrícola del condado. La conversión de dichos campos en tierras de pastos permitirá aumentar el rebaño vacuno del condado, que es la mayor fuente de ingresos en el capítulo agropecuario.

b) La restante extensión, la que continúe en manos de católicos romanos será mejorada y dirigida de modo que proporcione un fondo de materias primas que aumenten las empresas del condado.

Con la alarma del liberalismo y la reforma agraria partiendo de Westminster así como de los agitadores católicos, lord Roger ha procedido con gran cuidado y habilidad grande. Lord Roger calcula que habrán de transcurrir diez años para alcanzar todos los objetivos señalados en materia agrícola. La antigua táctica de derribar casitas de labradores ha sido sustituida por maniobras legales muy sutiles y complejas, arte en el que Roger Hubble parece destacar.

20.000 acres arrendados a cultivadores protestantes.

Esta es una población estable y deseable, presbiteriana en un noventa por ciento, descendiente en gran parte de los colonos inmigrantes del 1600. Sus fincas son mayores; y la tierra, más fértil. Debido al aislamiento geográfico del condado, se considera imprescindible la presencia de esta población leal.

Además, hay unos 35.000 acres propiedad de pequeños terratenientes descendientes de soldados de Cromwell. El noventa por ciento de éstos son anglicanos. El burgo y municipio de Lettermacduff están bajo el dominio de la familia Walby. Las fincas suman unos 600 acres, gozan de gran prosperidad, la población es estable, laboriosa y fiel. La producción está en perfecta concordancia con la política del condado.

Cuatro pueblos litorales con una mezcla de propietarios de tierras anglicanos y presbiterianos. Fundados originariamente para proteger los derechos de pesca del condado contra los pescadores furtivos católicos. Los protestantes, para poder pescar en el lago Foyle, pagan un canon anual.

Otros bienes raíces

Hubble Manor.

Daars: finca de verano, Kinsale, condado de Cork.

Casa en la ciudad, Hubble Square, Londres, W. 1.

De 7.000 a 8.000 acres en el condado de Warwickshire, Inglaterra, la mayoría cedidas para el cultivo del trigo en aparcería.

Extensas posesiones relacionadas con empresas mineras en el condado de Powys, Gales. (No se han podido obtener números exactos.)

Hubble Square, Londres, W. 1. Esta antigua propiedad londinense fue aprovechada y explotada a principios del siglo XVII por Erskine Hubble, sexto conde de Foyle. La mitad aproximadamente de las sesenta casas de la plaza las edificó este Hubble para arrendarlas a plazos cortos. En las cesiones por cien años del derecho de construcción de viviendas particulares, la familia se reservó siempre la propiedad del suelo.

Bienes industriales. En plena propiedad. Tradicionales

Hilandería de Lino & Industrias de Lienzos de Ballyutogue.

Hilandería de Lana de Londonderry.

Pesquerías de Foyle.

Adquisiciones recientes. En plena propiedad

El ferrocarril Little Northern line (Portrush, Coleraine & Limavady).

Fábrica de camisas.

Witherspoon & MacNab, Londonderry. Una de las tres mayores del Reino Unido.

Destilería Doles & Doles, Millford.

Grandes Almacenes Norton, Liverpool.

Cristal Limavady.

Principales accionistas de:

Astillero Londonderry, Londonderry.

Muelle de despalmado de buques y trenes. Talleres de fundición y maquinaria, Londonderry.

Línea de paquebotes L. & L. La Londonderry & Liverpool opera con ocho barcos de pasajeros y mercancías cuyas clases van desde 800 a 4.000 toneladas, incluyendo dos buques transatlánticos. Esta línea transporta alrededor del cincuenta por ciento del tonelaje que entra o sale de Londonderry.

Línea de Donegal (de Londonderry a Sligo).

La L. C. & D. Londres (Londonderry, Claudy & Dungiven).

Accionistas o copropietarios poco importantes de:

Minas del condado de Tyrone, Canteras de Inishowen, Minas de Cavan. Canadiense de Cinc y Plomo, Ltd.

Tradicionalmente, los Hubble han ejercido una sólida dictadura sobre Londonderry y varias instituciones bancarias irlandesas y numerosas organizaciones de crédito semipúblicas.

Por todo lo que podemos colegir, la familia no tiene deudas dignas de consideración. Numerosos préstamos bancarios que le concedieron fueron para adquisiciones de tipo financiero o para ampliación de capitales. Aunque sus reservas de caja son limitadas, el movimiento de pagos y cobros es importante. Las diversificaciones introducidas por Roger Hubble han aliviado muchísimo los aprietos que originaba antes el depender de las rentas de los arrendatarios. Las operaciones marginales y aquellas en que se ha perdido dinero, como por ejemplo el Ferrocarril L. C. & D., y Cristal Donegal, han quedado sobradamente compensadas por las ganancias de Witherspoon MacNab, etc. Bajo Roger Hubble, las empresas Foyle han pasado paulatinamente del inmovilismo a la movilidad. Debe considerarse el condado como extremadamente sólido y sano.

Es muy difícil establecer una cifra exacta, pero los cálculos más objetivos representan un valor limpio que oscila entre 2.500.000 y 3.000.000 de libras esterlinas. Los ingresos limpios de la familia, deducidos impuestos, préstamos y nuevas inversiones, se acercan a las 200.000 libras anuales.

Resumiendo, lord Roger ha enfocado los asuntos desde un punto de vista rigurosamente moderno. Mirada la cuestión por encima, se podría pensar que se ha dado una prisa excesiva en operar cambios; pero es evidente que los tenía meditados desde hacía mucho tiempo, y en cuanto asumió la dirección eliminó todo lo inservible. Es probable que en el futuro el crecimiento industrial y la reducción de los terrenos de los pequeños arrendatarios continúen a un ritmo mucho más lento.

Sir Frederick sacudió las cenizas que le habían caído sobre el informe y levantó los ojos hacia Swan, sonriendo.

—Por Dios que al oro viejo nunca le ganas la partida. Ha de ser una gente muy lista para acumular todo eso en esta mísera parte del mundo.

—Parece que lord Hubble iba en cabeza de toda Irlanda en cuestión de juicios hipotecarios durante el hambre, con objeto de procurarse dinero de combate para financiar a los tiburones de los préstamos. Se calcula que los prestamistas a sus órdenes se zamparon más de un millón de acres por falta de pago de hipotecas durante el hambre, casi sin desembolsar un céntimo. Pasada la calamidad del hambre, Su Señoría volvió a vender, centuplicando el dinero.

—El hambre, ¿eh? ¡Vaya! Eso equivale a convertir un desastre en un triunfo. Por lo visto, ese Roger es un retoño de pura cepa. Max, envíale una invitación para que venga a vernos, cuando se traslade a Daars. No, no, déjalo. Le invitaré yo personalmente.

Se podía contar con los dedos de una sola mano el número de personas a las que Frederick Murdoch Weed no fuese capaz de intimidar… y aún habrían sobrado tres dedos. Estas personas eran Maxwell Swan y Caroline Weed. Ninguna más. La misión de domar a Caroline jamás llegó a buen puerto.

Su madre, Livia, fue una criatura delicada, en apariencia una compañera inverosímil para aquella especie de toro que era Frederick Weed, pero lo cierto es que éste la adoraba infinitamente. Livia había fallecido ocho años atrás, en una epidemia de gripe, dejando a la familia sin heredero varón.

A la sazón Caroline tenía veinte años, había sido educada en el continente, deliciosamente mimada, y había reunido ya una pequeña pirámide de calcinados huesos de pretendientes despreciados. Aunque había heredado la espléndida belleza de su madre, los mayores constituyentes de su personalidad eran la codicia y la independencia propias de su padre.

Sir Frederick había querido compensarse de la pérdida de su esposa haciendo de Caroline un ama de casa y una compañera y concertando el matrimonio que la haría concebir y alumbrar unos hijos varones que él anhelaba desesperadamente.

Caroline se rebeló con olímpica decisión; pasó a Francia y se encastilló en un ático de bohemia. El padre juró por tres veces que la dejaría morir en la pobreza, tres veces se echó atrás, y tres veces lo volvió a jurar, saltando y volviendo a saltar el canal en una búsqueda y captura que se prolongó durante tres años.

Sir Frederick iba pensando ya en la desesperada medida de tomar una segunda esposa con objeto de procurarse un hijo, cuando he aquí que el hado intervino en forma de Marco de Valenti, un grande italiano, encantador pero desharrapado, que iba a la caza de damas inglesas y americanas con mucho dinero. Este vagabundo aristócrata se granjeó la afición de Caroline. Fue en Florencia. Después de un breve y obstinado período de conquista, indujo a Caroline a convertirse al catolicismo en una dudosa ceremonia dirigida por un joven sacerdote que sentía una debilidad muy mundana por el dinero. Poquísimo después de haberse alejado de ese primer altar, la muchacha se encontró delante de otro, intercambiando promesas matrimoniales. Todo ello sucedía en menos de una semana.

Fuera lo que fuese lo que la encaprichó al principio de aquel hombre, se disipó casi inmediatamente. El sujeto resultó una especie de pavorreal aburridísimo, un amante grosero y si alguna gracia física poseía quedaba completamente anulada por un aura omnipresente de ajo. Caroline huyó del lecho de novia.

Habiendo sufrido muchos años de privaciones, Marco de Valenti no se dejaba disuadir fácilmente. Caroline huyó hacia el norte, a Suiza, mientras le ladraba en los mismos talones un sinfónico, gesticulante y sobrecogedor aguacero lanzado por el despreciado novio. Ella logró hacerle perder la pista, en Saint-Moritz, y envió un frenético cable de «¡PAPÁ, SOCORRO!», después se escondió y ensayó una escena de tragedia griega en la que pediría perdón gimiendo y llorando, atormentada por los remordimientos.

El padre llegó, colorado por el triunfo, y aquilató los daños. El conde Marco de Valenti era un sujeto perseverante al que hubo que cortar el paso con una barrera de libras esterlinas. Sir Frederick, que jamás fue hombre al que se pudiera acusar de no jugar bien sus naipes de triunfo, se avino a comprar la libertad de su hija, pero imponiendo unas condiciones firmes, inalterables. A cambio de sacarla del embrollo, Caroline habría de regresar al Ulster, reasumir sus deberes de ama de casa en Rathweed Hall, buscar un compañero adecuado de estirpe británica y renunciar a la basura continental de una vez y para siempre.

En un épico pataleo final, Caroline Weed despojó sus habitaciones del hotel de cortinajes, destruyendo armarios, jarrones y otros enseres delicados hasta componer la sinfonía de cuatrocientas libras esterlinas, acompañada de un lenguaje jamás oído en aquel elegante y antiguo hotel. Sir Frederick fue testigo presencial de la representación, y la acompañó con un retumbar de carcajadas.

Caroline regresó malherida a Rathweell Hall y se sumió en un prolongado período de autocastigo. Anular los lazos que la unían a Marco de Valenti no resultó tan sencillo. En lo referente a la conversión de Caroline al catolicismo, el conde demostraba ser el romano menos noble de todos. No sólo hubo de satisfacer el apetito pecuniario del italiano, sino que era preciso evitar que sonara el nombre de los Weed. No convenía que entre los círculos orangistas y anglicanos del Ulster, caracterizados por una mentalidad estrecha, severísima, circulara la noticia de que la hija de Weed se había casado con un papista.

El brigadier recibió la sacrosanta orden de conseguir la anulación del matrimonio a la chita callando. Ante ellos se levantaban obstáculos formidables, y hubieron de llevar el juego según las normas vaticanas. Swan se saltó las jerarquías inferiores y acudió directamente al cardenal de Irlanda. A partir de ahí sembró un reguero de monedas que alcanzó hasta Roma, donde contrató al mejor abogado canónico de la Ciudad Santa, el cual a su vez lubrificó la marcha hasta una petición directa a la Curia Romana. Después, este tribunal recabó la decisión de la Sagrada Rota, que entendía en la disolución de matrimonios en representación del Vaticano.

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