Una mochila para el Universo (25 page)

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Authors: Elsa Punset

Tags: #Ensayo, Ciencia

¿Por qué nos da tanta pereza ponernos manos a la obra?

El cerebro se resiste a empezar cualquier actividad, busca excusas, retrasa el momento de empezar. Técnicamente es lo que se llama procrastinar. Un 24 por ciento de personas se identifican como procrastinadoras, es decir, que casi una de cada cuatro no se ponen manos a la obra porque les da pereza (tal vez haya más, pero ni siquiera se habrán molestado en rellenar los cuestionarios, ni en pagar las facturas a tiempo, ni en terminar sus proyectos, ni en estudiar para un examen…). La verdad es que una clave importante en la vida es lograr transformar lo potencial, los sueños, los planes, en algo real. Para ello hay que ponerse manos a la obra. Así que vamos a ver algunas razones por las cuales nos cuesta emprender una tarea.

  • – ¿Estás siendo vago? Si no empiezas, no te cansas. Ésa es una razón muy corriente.

  • – ¿Estás siendo demasiado perfeccionista? Hay mucho perfeccionista que no se lanza por miedo al fracaso.

  • – ¿Estás desmotivado? Hay personas muy desmotivadas porque no se conocen bien a sí mismas y trabajan en actividades que les aburren. Les falta pasión para ponerse manos a la obra.

Si estás siendo vago, o estás aburrido o desmotivado, va a ser difícil que consigas algo. Pero si tienes un sueño o una meta, vamos a ver formas eficaces para superar la pereza que nos da empezar a luchar por conseguirlo.

La técnica del «sólo unos minutos…»

Es muy eficaz y fue propuesta por una psicóloga rusa llamada Bliuma Zeigarnik. ella comprobó que cuando empiezas una actividad, la mente experimenta una especie de ansiedad hasta que terminas lo que estás haciendo, porque al cerebro no le gusta nada dejar las cosas a medias. En cambio, cuando concluyes la actividad, la mente da como un suspiro de alivio. Lo difícil es, sobre todo, empezar a hacer algo. ¿Qué podemos hacer para lanzarnos y combatir la procrastinación
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? Como lo que de verdad nos abruma es realizar una actividad que imaginamos dura, ardua, lo que haremos es pensar que sólo vamos a centrarnos en esa tarea durante unos minutos. Sólo unos minutos parecen fáciles de afrontar. Y lo que puede ocurrir es que, ya inmersos en esa actividad, nos demos cuenta de que no es tan complicada y sintamos la necesidad de seguir hasta el final. Por tanto, ante una tarea que nos cueste arrancar, tenemos que engañar al cerebro diciéndole «Voy a ponerme a hacer esto sólo unos minutos…», y podemos estar seguros de que estos pocos minutos de actividad nos van a crear la suficiente ansiedad mental como para que nosotros mismos queramos terminar esa tarea. Intentadlo la próxima vez que os dé pereza hacer algo…

La técnica del pensamiento doble.

Esta técnica, desarrollada por investigadores de la Universidad de Pensilvania, sostiene que para ponerte manos a la obra necesitas ser un poco optimista y un poco pesimista. Para ello, vamos a coger un papel y apuntar dos beneficios evidentes que te va a reportar el trabajo que tienes que hacer, y también los dos obstáculos más importantes que te vas a encontrar. Por ejemplo, estudiar para un examen: estoy estudiando para sacarme el último curso de enfermería y las pruebas finales son dentro de dos meses. Primero, tengo que pensar acerca de cómo un examen concreto va a hacer que mi vida sea mejor. La primera ventaja es que podré trabajar y ganarme la vida cuando termine mis estudios de enfermería. La segunda ventaja es que podré trabajar en un hospital, y conocer y cuidar a muchas personas. Y desde la perspectiva pesimista, tengo que reconocer que uno de los obstáculos evidentes que me voy a encontrar es que casi no podré salir durante estos dos meses, y mi pareja me echará de menos. ¿Estoy preparado para eso? Además, mi trabajo me obligará a hacer guardias de noche. Ya tenemos dos ventajas, con sus dos obstáculos consiguientes. Las investigaciones nos dicen que si haces esto obtendrás mejores resultados que si únicamente te dedicas a ver la parte buena, o la parte mala. Hay que legar a este equilibrio para estar motivado, para no tirar la toalla a la primera.

Uno de los secretos para conseguir tus sueños es no sólo tener buenas ideas, sino ser capaz de levar estas ideas a la práctica. Recuerda que lo más difícil es empezar, y ten siempre claros y a la vista los beneficios y las dificultades de cada una de tus metas. Así, transformarás tus buenas ideas en realidad.

RUTA 17. ALCANZA LAS CUMBRES DE LA CREATIVIDAD

La complejidad cerebral humana nos permite ser muy flexibles pero también nos hace muy vulnerables. Por ello tendemos al desequilibrio emocional y mental. Somos la única especie capaz de sobrevivir en todos los ecosistemas terrestres, aunque también somos la única que utiliza su gran capacidad creativa e imaginativa para sentir miedo sin motivo y estresarse sin control, con los consiguientes efectos fisiológicos negativos. Gracias a una corteza cerebral muy desarrollada, tendemos a recordar el pasado y a prever el futuro; sin embargo, como estamos programados para sobrevivir, tendemos a temer lo peor y esto nos afecta muy negativamente. Por todo ello, resulta fundamental entrenar al cerebro a encontrar cauces constructivos y creativos para canalizar su gran potencial
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Todos somos creativos

¿Dónde reside nuestra capacidad de estresarnos y de ser creativos?

Ambas tienen su sede principal en el cerebro humano, que es nuestro órgano para sentir y para pensar. El cerebro pesa aproximadamente un kilo y medio, y se parece a una enorme nuez. Controla muchas funciones automáticas, así como las funciones cognitivas más racionales y también emocionales. Ningún animal tiene tantas células cerebrales como los humanos: tenemos unos cien billones de neuronas. El cerebro está hecho de neuronas conectadas que se comunican mediante impulsos eléctricos. Las posibilidades de conexión son enormes: cada neurona puede tener entre cien y seiscientas sinapsis o conexiones. ¡Tienes un caudal de imaginación increíble!

¿Puedo encontrar un cauce constructivo para mi imaginación?

Podemos utilizar la imaginación para generar, en vez de emociones negativas y temores, exactamente lo contrario: sensaciones y emociones positivas. La imaginación también puede ser una herramienta de creatividad, una forma de expresar la riqueza cognitiva del cerebro humano.

¿Todos somos creativos?

El prestigioso educador y especialista en creatividad Ken Robinson la define como el proceso de tener ideas originales que tienen valor. A este proceso también lo llamamos «innovar», una de las piedras de toque para los ciudadanos del siglo XXI. La creatividad no es un regalo de unos pocos, es una habilidad que compartimos todos, en mayor o menor grado. Las investigaciones más recientes nos dan claves acerca de cómo podemos fomentar la creatividad en nosotros mismos y en el trabajo. Hasta hace relativamente poco, la creatividad parecía el equivalente de tener poderes superiores; recordemos que la palabra inspiración significa «las musas te han soplado encima». En esta última década, por fin se está empezando a investigar acerca de la imaginación y la creatividad, que antaño parecían una aptitud en sí mismas, separadas de otras formas de cognición. Y se está concluyendo que esto no es del todo cierto, sino que la creatividad es una palabra que utilizamos para englobar un conjunto de instrumentos cognitivos que funcionan de forma distinta según las necesidades que tenemos.

¿Qué elementos fomentan la creatividad? Uno de los elementos que más fomentan la creatividad es la polinización de otros campos. Tendemos a creer que los «expertos» son los mejores creativos en sus campos. Parece ser sin embargo que los «outsiders», es decir, las personas que actúan o intervienen en un sector o especialidad que no es el suyo propio, de un campo cercano pueden legar a ser muy eficaces.

¿Qué tiene que ver el pensamiento divergente con la creatividad?

El pensamiento divergente (que no es lo mismo que la creatividad pero que es esencial para ser creativo), es una capacidad que nos permite encontrar respuestas múltiples a una pregunta. Por ejemplo, ¿qué respuesta daría el lector a la pregunta de cuántos usos puede encontrar para un clip? Los adultos encuentran de media unas 15 respuestas a esta pregunta. Las personas que tienen habilidades de pensamiento divergente rozando la genialidad encuentran en torno a doscientos usos para el clip (se plantean cuestiones como el cambio de forma de los clips y su diferente longitud o material, entre otras visiones diversas de ese objeto.) Y ¿cómo podemos mejorar nuestra capacidad para el pensamiento divergente? Ken Robinson relata en este sentido un estudio longitudinal con un grupo de mil quinientos niños. ¿Cuántos eran genios en la franja de la etapa de infantil? ¡El 98 por ciento! Sin embargo, en la franja de ocho a diez años esta cifra bajaba al 50 por ciento, y disminuía de nuevo drásticamente entre los trece y los quince años, esto es, tras aproximadamente diez años en la escuela
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¿Los procesos creativos son siempre los mismos?

No. Las investigaciones arrojan información interesante sobre esta pregunta. Parece que nuestra creatividad no siempre utiliza la misma forma de legar a una respuesta. A veces importa mucho lo que llamamos «inspiración», y otras se lega a la respuesta con esfuerzo, con los codos en la mesa. Dependiendo del problema a resolver, necesitamos un tipo u otro de creatividad.

Empecemos con los problemas más espinosos, aquellos que si se resuelven suelen necesitar un momento de esa inspiración. Veamos un ejemplo real. Arthur Fry era un ingeniero que trabajaba en 3M, la hoy mundialmente famosa empresa de Massachusetts. En 1974, fue a una presentación de otro ingeniero, Spencer Silver, que trabajaba sobre adhesivos y que había desarrollado un pegamento tan débil que apenas podía sujetar dos papeles. A nadie en la sala se le ocurrió de qué podía servir un pegamento que casi no pegaba. Unas semanas más tarde, Arthur Fry estaba en la iglesia buscando desesperadamente en el misal las distintas canciones que cantaba la congregación y se perdía con los trocitos de papel que supuestamente marcaban las hojas correctas, pero que se caían constantemente. Durante el sermón, que fue muy aburrido, Fry tuvo una inspiración: los post-it.

Prueba tu capacidad para inspirarte.

Éste es un clásico momento de insight, que aunque literalmente significa «mirar adentro», aquí debería entenderse como «inspiración». Los científicos están estudiando qué pasa en el cerebro cuando se producen esos momentos en los que una idea aparece como de la nada y otorga a las personas algo que se ha llamado puzzlevisión. Veamos una muestra: un hombre desposa a veinte mujeres en una pequeña ciudad. Todas las mujeres están vivas y ninguna divorciada. El hombre no ha roto ninguna ley. ¿Quién es ese hombre?

Si has encontrado la respuesta, probablemente te haya venido en un flash: el hombre es un cura. Las investigaciones de los profesores de Psicología Mark Beeman y John Kounios han identificado de dónde proviene ese flash: unos segundos antes de que éste aparezca, hay un pico fuerte de actividad en un área concreta del cerebro, localizada en el hemisferio derecho, excelente a la hora de unir información distantemente relacionada, que es precisamente lo que se necesita cuando se está intentando resolver un problema creativo.

¿Puedo mejorar mi capacidad de tener insights?

Según las investigaciones, mejorarás tus insights un 20 por ciento si miras un video cómico y te ríes antes de resolver el problema. Beber un poco también ayuda, por ejemplo, hasta un 30 por ciento para resolver baterías de palabras llamadas «asociados remotos», como ésta: disco-pino-madera. ¿Qué palabra o concepto es común a todas ellas? La respuesta es «teca», una palabra común a las tres palabras expuestas (disco-teca, pino-teca y madera de teca).

¿Por qué relajarnos y beber puede ayudar en determinados procesos creativos?

Estamos ante las ventajas de no prestar atención. Generalmente, valoramos mucho estar focalizados, pero eso puede inhibir la imaginación. Podemos estar centrados en algo que no es adecuado, y de ahí que los expertos a veces sean menos creativos que los outsiders. Cuando te distraes, te centras más bien de forma inconsciente en las asociaciones imprevistas que habitan el hemisferio derecho del cerebro. Si necesitamos un insight para avanzar en una labor creativa, eso nos va a ayudar. Estas investigaciones nos ayudan a comprender por qué tantos descubrimientos importantes ocurren en lugares extraños, como en la bañera de Arquímedes o en el club de strippers donde Richard Feynman garabateaba sus ecuaciones
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, y confirman que Google hace bien de poner mesas de ping-pong en los pasillos, además de ratificar que soñar despierto puede ser importante. Tal vez por eso, Einstein decía que la creatividad es «el residuo del tiempo perdido».

¿Qué otras técnicas hay para sacar partido a la creatividad?

Claro que no todos los retos creativos requieren un momento «¡Eureka! ¡Lo encontré!
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»… A veces, trabajar duro es el único sistema: sudar y fracasar, rechazar, intentar, renunciar a muchas ideas. Nietzsche lo llamaba «el proceso de rechazo». Y es que la creatividad también requiere mucho trabajo. Un ejemplo es el del diseñador gráfico Milton Glaser, que en 1977 recibió el encargo de hacer un logo para rehabilitar la imagen de la ciudad de Nueva York. Después de unas semanas de trabajo presentó la idea: «I love New York». A todo el mundo le gustó menos a él, que no estaba del todo convencido. Siguió dándole vueltas en la cabeza al diseño, hasta que en un taxi, unos días más tarde, garabateó en un papel de los que solía levar en los bolsillos tan sólo las mayúsculas y un corazón rojo en lugar de «love», lo que dio lugar a uno de los logos más imitados en el mundo entero:

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