Valiente (17 page)

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Authors: Jack Campbell

Tags: #Ciencia-Ficción

Desjani tardó un momento en maniobrar con el
Intrépido
y estudiar el visor.

—La Quinta División de Acorazados podría llegar a tiempo —dijo.

Podría. Estaba claro que no podía contar con la
Conquistadora
y la
Orión
. Geary echó un vistazo al resto de la formación síndica. Las naves que quedaban estaban alterando su curso para dirigirse hacia la
Titánica
y la
Trasgo
, y posteriormente a la
Hechicera
y a la
Genio
, que estaban tras ellas. Por lo tanto, los bordes de la formación en caja, cuyo centro había desaparecido, estaban reagrupándose al trazar vectores apuntados hacia las naves auxiliares de la Alianza.

Sin embargo, las subformaciones construidas alrededor de los acorazados de la Alianza iban en esa misma dirección. El capitán Armus, de la
Coloso
, guió a la
Amazona
, la
Espartana
y la
Custodia
contra uno de los bordes de la formación síndica, que se basaba en tres acorazados enemigos que prácticamente estaban intactos. Cuando aquellas grandes naves establecieron contacto unas con otras, las cuatro de la Alianza dispararon todo lo que tenían sobre la nave síndica más adelantada, e impactaron sobre una segunda cuando se sobrepasaban. De la primera no quedó más que un montón de amasijos, y la otra había recibido un daño considerable. Por su parte, la
Coloso
y la
Espartana
habían recibido varios impactos, pero ninguno era realmente importante.

Al mismo tiempo se encontraron frente a frente las unidades ligeras de ambos bandos. Las naves de la Alianza, en aquel momento superiores en número, destruyeron a los cruceros ligeros y a las asesinas síndicas con oleadas de disparos.

Poco después, la
Incansable
, la
Represalia
, la
Espléndida
y la
Soberbia
barrieron a los dos acorazados síndicos y a la escolta que formaba otro de los bordes de la cada vez más caótica formación síndica. Las naves síndicas fueron totalmente destruidas, pero a cambio se perdió el crucero pesado Avanbrazo.

La
Titánica
recibió otro impacto. Luego un crucero ligero síndico realizó una pasada sobre la
Trasgo
mientras los destructores de la Alianza hacían lo propio con la intención de dejar fuera de combate a la nave enemiga.

Un crucero pesado síndico que todavía quedaba en pie junto con dos cruceros ligeros y varias naves de caza asesinas se lanzaron contra la
Titánica
.

—Mierda —masculló Geary.

No había estado mirando a la
Furiosa
y a la
Implacable
, que por fin habían completado su largo y acusado viraje a través del espacio y que en vez de seguir apuntando a los buques capitales síndicos se centraron en la amenaza más próxima de las naves auxiliares. Ambos cruceros de batalla de la Alianza se lanzaron con una ráfaga, con la que destrozaron el crucero pesado en el proceso, hicieron saltar por los aires a uno de los cruceros ligeros y despedazaron a un segundo, mientras su escolta acababa con las naves de caza asesinas.

—No está mal —dijo Desjani mientras su propia división de cruceros de batalla daba la vuelta—. Ya le dije que Crésida se pegaría a las naves auxiliares si le decía que contaba con ella.

Por otra parte, intentando esquivar los ataques, la
Orión
se vio directamente en medio de la
Titánica
y la
Trasgo
, y los dos acorazados que habían destruido a la
Majestuosa
. Puesto que los acorazados síndicos habían gastado todos los misiles que les quedaban, intentaron acercarse al área de las lanzas infernales, mientras las naves auxiliares aceleraban todo lo que podían con la esperanza de mantenerse fuera.

La
Orión
empezó a quedarse atrás, saliendo de la trayectoria de disparo entre los acorazados síndicos y las naves auxiliares, como si hubiese perdido los sistemas de propulsión, pese a que Geary no veía problemas en los informes.

—Suficiente. Si la comandante Yin sobrevive a este combate, será relevada de su puesto. —Sus ojos se centraron en la
Conquistadora
, que todavía estaba demasiado lejos de la
Titánica
y de la
Trasgo
como para protegerlas de los dos acorazados síndicos—. Y el capitán Casia lo mismo. Haré que esos dos inútiles comparezcan ante un tribunal militar.

Desjani hizo una mueca, como una sonrisa forzada.

—Han demostrado ante el enemigo que son unos cobardes. Si quisiese, podría ejecutarlos por proceso sumarísimo. Con la grabación de lo que acaban de hacer como prueba oficial nadie se opondría.

En aquel momento, con el destino de la
Titánica
y la
Trasgo
pendiendo de un hilo, aquella opción parecía más que buena. Si finalmente perdía aquellas dos naves por haber renunciado Casia y Yin a combatir, era consciente de que no sería capaz de resistirse a la tentación de hacer lo que Desjani le acababa de decir.

Las lanzas infernales comenzaron a salir desde los acorazados síndicos, situados en el límite del área de disparo. Estas impactaron sobre los escudos de ambas naves auxiliares y consumieron parte de sus escudos. Geary sabía que sus defensas no podrían soportar el daño continuado que un par de acorazados podían infligirles, aunque fuese desde la distancia máxima.

Entonces la Flanconada se interpuso entre los acorazados síndicos y las naves auxiliares de la Alianza. Fue capaz de atraer los disparos síndicos durante un rato, hasta que los impactos hicieron saltar por los aires al destructor de la Alianza.

Finalmente, aquellos sacrificios y maniobras posibilitaron que el
Impávido
, el
Resuelto
, el
Temible
y el
Vengativo
alcanzasen el área de disparo de los dos acorazados síndicos. Los cuatro acorazados de la Alianza dividieron sus ataques. Dos de ellos dispararon sin cesar sobre uno de los acorazados enemigos, mientras los otros dos hacían lo propio con el que quedaba mientras la Quinta División de Acorazados los alcanzaba finalmente.

Cuando los acorazados de la Alianza comenzaron a alejarse, pudo verse a las dos naves síndicas temblar ante los impactos y reducir de forma drástica su velocidad dado que los disparos habían ido dirigidos sobre los sistemas de propulsión. La
Titánica
y la
Trasgo
salieron lentamente del área de fuego mientras las maltrechas naves síndicas intentaban mantenerlas a tiro. Entonces, desde otro ángulo, aparecieron los cuatro cruceros de combate de Tulev para realizar una segunda pasada que destruyó al acorazado síndico más retrasado.

Geary parpadeó al intentar tener en cuenta todo lo que estaba pasando en el campo de batalla. Desjani estaba llevando al
Intrépido
, al
Arrojado
y al Victorioso contra la malherida nave síndica. En otro punto, la
Venganza
y la
Vindicta
se estaban cebando sobre los restos del acorazado síndico que casi destruye a la
Titánica
y a la
Trasgo
. El otro acorazado, que todavía estaba en condiciones de luchar, había sido despojado de su escolta y estaba siendo machacado por continuas ráfagas llevadas a cabo por las subformaciones de Geary. Habían aplastado a la formación síndica. Lo único que quedaba de ella era un rastro de naves destrozadas y unos restos que llevaban al lugar en el que había estado la flotilla Herida. La única formación síndica organizada que quedaba en el sistema estelar Lakota era la fuerza de guardia, formada solamente por un par de acorazados y dos cruceros de batalla junto con sus escoltas, que además estaba a bastante distancia y se dirigía tan rápido como podía hacia la puerta hipernética.

—Ganamos.

Las lanzas infernales del
Intrépido
atravesaron el acorazado síndico, y después su campo de anulación junto con los del
Arrojado
y el Victorioso abrieron varias oquedades de gran tamaño en el casco de la nave enemiga. Desjani suspiró larga y profundamente mientras su nave se alejaba del enemigo. Luego asintió con la cabeza, mirando a Geary.

—Sí, señor. Lo ha conseguido.

—Ganamos —repitió Geary—. Es la flota la que ha ganado, no yo.

—Usted ayudó —dijo secamente Rione.

Geary suspiró profundamente y contactó con la flota.

—A todas las naves de la Alianza, rompan formaciones y asegúrense de que no escape ninguna nave síndica. Los destructores y los cruceros ligeros que estén libres recojan las cápsulas de escape de la Alianza.

El espacio del sistema estelar Lakota estaba lleno de restos navales y cientos de cápsulas de escape síndicas. Por su parte, las naves de Geary se abalanzaban sobre las unidades síndicas dañadas pero todavía con vida para destrozarlas y sumarlas a la mencionada cantidad de restos y de cápsulas de escape que seguían saliendo mientras sus naves eran destruidas.

No obstante, la victoria había tenido un precio. Habían perdido a la
Majestuosa
, además de los cruceros pesados Utap, Avanbrazo y Facón. Los defensores de las naves auxiliares también habían sufrido bajas importantes. Además de la Flanconada, los cruceros ligeros Jubón,Carta y Ote habían sido destruidos, y a ellos había que sumarles los destructores Brazal, Kukri, Hastarii, Petardo y Spiculum. La mayor parte del resto de la flota había sufrido daños de diversa consideración y habían perdido tripulantes. Si se comparaba con las pérdidas que habían sufrido los síndicos, era insignificante, pero Geary tendría que luchar contra la tristeza que le producía pensar en la pérdida de los suyos.

—Señor, no podemos salvar a la
Guerrera
—dijo Desjani con tono sombrío.

No pudo responder aunque quisiese hacerlo. La
Guerrera
había hecho un trabajo más que estupendo; su tripulación había llegado hasta las últimas consecuencias por cumplir su misión de proteger a las naves auxiliares. Se merecía sobrevivir, volver con orgullo al espacio de la Alianza. Sin embargo, el acorazado, que ya antes estaba dañado, había quedado destrozado. Sus sistemas de propulsión habían sido destruidos, al igual que todo su armamento, y los sistemas de soporte vital habían quedado en muy mal estado debido a los impactos recibidos en el casco. Al ver las imágenes y los informes del estado de la
Guerrera
, Geary no pudo evitar recordar los restos de la Audaz.

—Comandante Suram —comenzó Geary—, han llevado a cabo su trabajo de una forma tan brillante que seguramente sus antepasados están más que orgullosos de ustedes. Sin embargo, la
Guerrera
no puede ser reparada. Abandonen la nave.

Bastante tiempo después de que tuviese que haber llegado una contestación, el consultor de comunicaciones hizo un anuncio.

—Señor, estamos recibiendo una llamada de emergencia de voz desde la
Guerrera
. La señal es bastante débil, pero hemos conseguido arreglar el sonido para que se entienda.

Geary presionó sobre la opción «Aceptar» para escuchar el mensaje. La voz del comandante Suram estaba distorsionada de una forma bastante extraña, fruto de los arreglos que le habían tenido que hacer para que fuese inteligible.

—Todos los sistemas inoperativos salvo los controles de emergencia del núcleo de energía. Estamos intentando realizar un apagado seguro del núcleo. La
Guerrera
no puede seguir luchando. Muchas cápsulas de escape destruidas durante el último enfrentamiento. Miembros de la tripulación que entran en las cápsulas de escape abandonando la nave. Por el honor de nuestros antepasados.

—¿Cómo que seguir luchando?

—Sin los sistemas están ciegos —dijo Desjani—. Con sus propios ojos y lo poco que puede quedar de sus equipos solo pueden ver algunas explosiones y signos de combate, pero no tienen ni idea de que somos nosotros acabando con los síndicos. Hay que mandar a algunas naves a recoger al resto de la tripulación de la
Guerrera
—añadió rápidamente—. Le recomendaría...

—Señor —otro consultor comenzó a hablar con un tono de alarma—, estamos recibiendo indicaciones de que el núcleo de energía de la
Guerrera
está fluctuando. Seguramente los sistemas de control de emergencia también están dañados, por eso fallan.

—¿Cuánto queda hasta que explote? —preguntó Desjani rápidamente.

—Es imposible predecirlo, capitana. Podría aguantar hasta que consigan apagarlo, o podría haber explotado ya sin que nosotros hayamos visto todavía la luz.

Desjani miró a Geary con expresión sombría. Geary asintió con la cabeza. Era su turno. Las naves que se acercasen a la
Guerrera
para salvar a la tripulación que había quedado atrapada se arriesgaban a entrar en el área de una posible explosión.

—¿A quién me recomendaría para llevar a cabo el rescate? —le preguntó a Desjani.

—A las naves del Vigésimo Escuadrón de Destructores —respondió inmediatamente—, todavía se mantienen unos cerca de otros y están bien situados, aunque la
Guerrera
fue a la deriva después de quedar fuera de combate, o mejor dicho, el combate siguió y la
Guerrera
fue a la deriva. Los destructores tardarán cerca de media hora en llegar y hacer que su velocidad coincida con la de los restos.

—Vale. —Geary manipuló los controles mientras pensaba en lo que iba a decir—. Vigésimo Escuadrón de Destructores, los miembros de la tripulación de la
Guerrera
están atrapados a bordo de su nave. El núcleo de energía está fluctuando de manera incontrolada y podría explotar en cualquier momento. Quiero saber qué destructores de su escuadrón se ofrecerían voluntarios para acercarse e intentar rescatar a la tripulación.

Aunque la respuesta tardó poco en llegar, pareció pasar una eternidad.

—Señor, al habla el capitán de corbeta Pastak, de la Jabalina. La Arabas, la Balta, la Dao, la Jabalina, la Kukuri, la Sabar y la Wairbi se ofrecen voluntarias para ayudar a la
Guerrera
. Todas las naves están acelerando al máximo para interceptarla.

Geary miró su visor. Eran todas las naves que quedaban de ese escuadrón.

—No deje que olvide este detalle —le dijo en voz baja a Desjani.

—No, señor —respondió—. ¿Esperaba otra cosa?

—No lo sé. Lo único que sé es que estoy tremendamente orgulloso de estar al mando de esta flota.

—Tiempo estimado para que los destructores alcancen la
Guerrera
, veintitrés minutos —anunció el consultor de navegación.

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