El líder de la manada (23 page)

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Authors: César Millán,Melissa Jo Peltier

Tags: #Adiestramiento, #Perros

Cuando ya le había dicho a todo el mundo que aquel caso no iba a funcionar porque la dueña no estaba dispuesta a cambiar, Lori me confesó que estaba muy muy preocupada. El último veterinario de Bandit le había dicho que si saltaba desde algún lugar algo más alto y se hacía daño en una pata, tendría que dormirlo, y Lori admitió que lo trataba como si fuera de cristal. Le agradecí que fuera tan sincera conmigo y que hubiera admitido delante de mí sus temores, pero le pedí que, al menos por un día, renunciase a custodiar de aquel modo a su perro. Le pedí que se relajara, que me cediese el control, y para sorpresa mía, Lori suspiró y dijo:

—De acuerdo.

Quería intentarlo de verdad. Al menos tenía una oportunidad.

Lori resultó ser una estudiante magnífica, capaz de discernir entre la energía débil que había utilizado hasta entonces para corregir a su perro y la energía firme y serena que me veía emplear a mí, y comenzó a demostrarme que podía corregir a Bandit sin recurrir a los sentimientos. Una vez hubo practicado cómo ser el líder de la manada con Bandit y vio a su perro responder, busqué a Tyler. El muchacho albergaba un gran resentimiento hacia el perro; al fin y al cabo, le había mordido al menos una docena de veces. Le expliqué que Bandit no le mordía con premeditación, sino que se trataba sólo de reacciones basadas en la posición que él creía ocupar en la manada de la casa. Tyler aceptó mi desafío de transformar el resentimiento que sentía hacia Bandit en energía firme y serena. Y el cambio le aportó una gran satisfacción. Estaba deseando poder querer a Bandit, quien al fin y al cabo, era su perro.

El caso al que estuve a punto de renunciar resultó tener el final más feliz imaginable. Hoy, un año después, Lori y Tyler dicen que las cosas con Bandit van cada vez mejor. El 30 de noviembre de 2006 Lori dio a luz a un niño al que puso por nombre John Jr. Cuando el bebé llegó a casa, Bandit sólo necesitó una corrección antes de admitir que John Jr. era un nuevo líder de la manada. Bandit se lleva de maravilla con Tyler, quien es ahora el encargado de imponer disciplina al animal y ocuparse de él. Lori ha dejado de tratarle como a un bebé, y el animal ya no muestra aquellos comportamientos y cuando intenta poner a prueba los límites, basta con que Tyler diga «¡chisst!» para redirigir su atención. A Bandit le encanta salir a pasear y ha aprendido a relacionarse de un modo distinto con la gente. Me siento muy orgulloso de Lori y Tyler. Lori, ahora eres la viva imagen de la energía serena y firme, y me alegro de que ninguno de los dos nos rindiéramos.

Corregirnos a nosotros mismos

No podemos crear equilibrio sin conocernos a nosotros mismos, y no podemos alcanzar el liderazgo sin equilibrio. Y ahí es donde nuestros perros son un regalo del cielo, ya que pueden enseñarnos muchas cosas sobre nosotros mismos que de otro modo seríamos incapaces de apreciar.

Los humanos a veces dramatizamos las cosas para complicarnos la vida. Un animal equilibrado sabe de por sí que la vida ya nos proporciona suficientes dramas. Si tienes dificultades con tu perro, lo primero que tienes que hacer es echar un buen vistazo en tu interior provisto de toda sinceridad. Los humanos tenemos nuestros puntos ciegos, y a veces necesitamos de un observador ajeno a nosotros mismos que nos ayude a identificar cuál es la característica que necesita corrección. ¿Es tu caso como el de Lori, la dueña de Genoa, y albergas un resentimiento en tu interior que tu perro sí detecta? ¿Eres quizás como Danny, el dueño de Danger, que proyecta su propio ego en su perro, utilizándole como símbolo de estatus o para que represente el papel del «chico duro» que te gustaría ser? O como la dueña de Bandit, Lori, ¿estás llenando la necesidad que sientes en tu interior sin darte cuenta de que la protección que derrochas en tu animal, tu modo de tratarlo como a un bebé, no sólo está dañando a tu perro sino a toda tu «manada»? Todos estos hechos no son fáciles de admitir, pero he de decir que ninguno de los clientes que se han decidido a cambiar su vida por su perro lo ha lamentado. Sin excepciones. Es más: en la mayoría de los casos ese cambio ha mejorado su vida en general... ¡y no sólo en lo referido a su mascota!

Pero una vez hemos asumido nuestra responsabilidad en la disfunción de nuestro perro, ¿qué hacer para corregirla? Sobre todo si lo que estás haciendo mal es algo tan sutil como en el caso de los dueños de Genoa. La respuesta es que necesitas aprender a cultivar la
energía serena y firme
. Es la fuerza que hay en nuestro interior lo que puede transformarnos no sólo en el líder de la manada para nuestros perros, sino también el líder de la manada de nuestro propio destino.

‘Kina, Whitey, Max y Barkley, una historia de éxito’

Cuando llegó Navidad, le compré a mi marido el libro El encantador de perros. Nunca había visto a Whitey leerse un libro tan deprisa, y un día y medio después de haberlo concluido tomó la decisión de «dominar el arte del paseo». Dominar el paseo supone ser capaz de pasear a tu perro con una correa sin permitir que el animal camine delante de ti o tire de la correa. Si conocierais a Barkley sabríais que esa es una tarea imposible. Aunque es un perro encantador, amable y dulce, también es el demonio en persona. Sí, sí: Satán. Tira tan fuerte de la correa que te hace polvo la mano. Hace polvo a quienquiera que lo lleve y también su propia garganta, tanto que a veces tiene tales ataques de tos que tememos volver a sacarlo.

Whitey anunció que a la mañana siguiente iba a sacar a pasear a los perros. En cuanto nos despertamos, mi marido se puso manos a la obra: preparó las correas y me comunicó las reglas. Debemos estar todos tranquilos antes de dejarles salir. Debemos salir nosotros antes y los perros después. No debemos permitir que los perros caminen delante de nosotros.

Debemos estar locos.

(Vale, esta última no era una regla en realidad, pero es lo que pensé cuando terminó de contarme todas aquellas reglas).

Y sin embargo, tenía razón.

Nunca jamás había sido capaz de sacar a pasear a Max, nuestro rottweiler, con tanta facilidad. Al pobre sólo le faltó rogarme educadamente que lo guiase de vuelta a casa. Y Barkeley, que siempre ha sido un perro muy difícil, tuvo un comportamiento tan radicalmente distinto que Whitey lo declaró «curado».

Ahora empezamos el día sacando a pasear a los perros. Antes de nada (no desayunamos, ni tomamos café, ni hacemos la cama), nuestros perros salen a pasear con la correa y caminamos al menos durante cuatro kilómetros. Qué cambio tan increíble hemos visto.

Hoy Max y yo hemos caminado cinco kilómetros largos por los barrios del noroeste de la ciudad. Ha sido increíble. Se sienta cada vez que nos paramos para cruzar, ignora a los demás perros y camina a mi lado. Incluso cuando un enorme san Bernardo se ha lanzado contra la verja de su casa, que casi quedaba junto a nuestros pies, él ha seguido caminando como si tal cosa.

Mi Max es uno de los mejores perros que conozco, ahora que entiendo lo que hay en su cabeza. Los perros son animales gregarios, y ser su «mamá», que era lo que antes hacía, no le estaba reportando ningún bien, ni a él ni a mí. Ahora que soy el líder de su manada es afectuoso, sumiso y uno de los mejores perros que conozco.

Y en cuanto a Barkley, es un animal muy especial y tremendamente testarudo. Antes tiraba con tanta fuerza de la correa que yo era físicamente incapaz de sacarlo a pasear. Se hacía tanto daño en el cuello que llegué a pensar que era una crueldad sacarlo a pasear. Probamos todas las correas imaginables: arnés, halti y correas tradicionales. Nada funcionaba. El cambio en él ha sido increíble. No le permitimos que vaya delante, ni que tire de la correa, y cada vez que su comportamiento no es el deseado le hacemos sentarse y esperamos a que se muestre sereno y sumiso. Después el paseo continúa.

Barkley tiene tanta energía que no hay modo de quemarla sólo con un paseo, así que hemos decidido enseñarle a caminar en la cinta de correr. Yo pensé que no iba a funcionar porque se resistía a ello cada vez que lo intentábamos. Sin embargo sólo fue cuestión de tres días, unas cuantas veces cada día, conseguir que se adaptase a trotar a un paso cómodo para él. Después de dos semanas Barkley hace ahora un par de kilómetros en la cinta y es un perro mucho más tranquilo y estable.

Estoy muy muy orgullosa de mis chicos.

6
Energía en actos

«La energía de la mente es la esencia de la vida».

ARISTÓTELES

Tras la publicación de
El encantador de perros
creo que el capítulo que suscitó más preguntas entre los lectores fue el del lenguaje universal de la energía. En el libro explicaba que la energía es el modo en que todos los animales se comunican los unos con los otros, constantemente, y que proyectar la clase de energía a la que llamo energía «serena y firme» es la clave para poder llegar a ser un mejor dueño de tu perro y el líder de la manada. Más adelante en este libro explicaré cómo el poder de la energía serena y firme puede, además, mejorar otros aspectos de tu vida. Algunos críticos han aducido que este concepto es demasiado vago y propio de la
New Age
como para que pueda servir de algo a quien tiene un perro. Muchos lectores querían, simplemente, intentar comprender mejor lo que yo intentaba decir y saber cómo poder poner en práctica en su vida el concepto de energía serena y firme. Ciertamente comprender qué clase de energía proyectamos es la piedra angular sobre la que se cimentan nuestras relaciones, tanto con los animales como entre nosotros. Es la energía que compartimos con nuestros perros la que hace funcionar o revienta nuestra eficacia como líderes de su manada. Ninguna otra cosa nos será útil si nuestra energía no es la de un líder de la manada, es decir, una energía serena y firme.

Nivel de energía contra energía: dos conceptos distintos

¿Y qué es la energía? En
El encantador de perros
hablaba de la energía en dos vertientes diferentes.
Merriam-Webster’s Collegiate Dictionary
ofrece varias definiciones del término, pero empecemos centrándonos en el significado más sencillo:

Energía
. 1. ‘Cualidad dinámica’.
Energía
narrativa. 2. ‘La capacidad de actuar o ser activo’,
energía
intelectual.

Estas definiciones describen la clase de energía a la que me refiero en el capítulo 2, cuando hablo del nivel de energía con que nacen todos los animales. Tomemos el ejemplo humano. Una familia tiene dos hijos. Desde una edad temprana, uno es como el conejito de Duracell, que se pasa el día yendo y viniendo por toda la casa y destrozando cosas. El otro es más tranquilo y le gusta jugar solo. Más adelante, el primero se volverá loco por todos los deportes, mientras que el segundo seguirá muy centrado y le gustará leer y jugar a juegos de palabras. Describiríamos al primero como un muchacho que ha nacido con elevado nivel de energía. Al segundo lo describiríamos como una persona de bajo nivel de energía. ¿Es mejor un nivel que otro? Por supuesto que no. Simplemente son distintos. Como hablamos en el capítulo 2, incluimos el nivel de energía en lo que llamamos personalidad. En el mundo canino, la energía es
personalidad
. Creo que todos los perros nacen con una cantidad fija de esa energía, y sus posibilidades son:

— energía muy alta,

— energía alta,

— energía media,

— energía baja.

Cómo se traduce la personalidad en energía

Analicemos a algunos seres humanos conocidos y traduzcamos sus personalidades humanas en personalidades «caninas». Deepak Chopra es un pacifista. Si Deepak Chopra fuese un perro, sería un animal de energía media, pero un animal dominante, porque nunca deja de avanzar y de crear por sí mismo. No es un seguidor, pero puesto que se trata de un pacifista y de un hombre muy espiritual, comprende cómo se es un seguidor y el concepto de rendición. En el mundo animal no sería considerado un líder espiritual o un autor de superventas, sino un animal de media energía con la capacidad de ser tanto un líder como un seguidor. Y qué duda cabe, Oprah Winfrey es siempre mi mejor ejemplo de energía serena y firme. Yo la considero como una mujer de alto nivel de energía y claramente dominante si decide ser quien es en la televisión. Y Anthony Robbins sería un perro dominante de un muy alto nivel de energía. A mí mismo me considero como una persona dominante y de elevado nivel de energía, aunque con mi manada en casa puedo transformarme en un seguidor y actuar sumiso y tranquilo ante mi esposa.

Cuando se ha de elegir a un perro, siempre sugiero que se intente elegir a un animal cuyo nivel de energía sea menor, o al menos igual, al propio. Dado que la gente malinterpreta la excitación de un perro y la toma por «felicidad», de modo que cuando va a algún albergue a veces se enamora de un perro que «se alegra» de verles, sin darse cuenta de que se trata de un animal de muy elevada energía y excitabilidad que puede no encajar con la propia.

Otra clase de energía

Consideremos otras definiciones que el
Webster’s
hace del término
energía
: 1. ‘Fuerza espiritual, generalmente positiva’
la energía que fluye en todas las personas
. 2. ‘Ejercicio vigoroso de una fuerza’, esfuerzo,
invertir tiempo y energía
. 3. ‘Entidad fundamental de la naturaleza transferida entre partes de un sistema en la producción de un cambio físico dentro del sistema y normalmente considerada como la capacidad de ejecutar un trabajo’. 4. ‘Fuerza utilizable, como el calor o la electricidad’; ‘las fuentes para producir tal fuerza’.

Químicos, especialistas en física cuántica, electricistas, nutricionistas, médicos y atletas usan todos distintas partes de estas definiciones, o poseen su propia acepción para el término. En
El encantador de perros
, yo
definí
energía como un lenguaje de emociones, el modo en que todos los animales leen los sentimientos y la predisposición de los otros animales. En leer la energía de los demás reside la supervivencia. Reside la comprensión y la experimentación de las señales que el entorno envía a los animales en un
momento determinado
. En el reino animal, la supervivencia no es algo que se pueda tomar a la ligera. Los animales nunca se dicen «es posible que este león sea un depredador, pero estoy cansado, así que me voy a ir a dormir y ya pensaré en ello mañana». Si dos perros se encuentran y uno de ellos le enseña los dientes al otro y adopta una posición de ataque, el otro no se dice «se diría que tiene intención de matarme, pero no sé, a mí me parece un tipo majo. A lo mejor sólo ha tenido un mal día». La supervivencia para los animales es algo que tiene que ver con el momento presente, con una reacción instantánea. ¿Es ésta una situación segura? ¿Es este otro animal amigo o enemigo? ¿Debo luchar, huir, evitar la confrontación o rendirme?

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