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Authors: Iain M. Banks

Tags: #Ciencia Ficción

Materia (56 page)

Disponían incluso de diversiones más realistas, juegos en los que de verdad te parecía que estabas despierto y te movías físicamente, hablabas, caminabas, luchabas y todo lo demás (aunque no meabas ni cagabas, Holse se había sentido obligado a preguntar) pero esos juegos les parecieron abrumadores a los dos hombres, demasiado extraños, además de desagradablemente parecidos a parte de los inquietantes descubrimientos con los que Xide Hyrlis los había estado mareando en aquel disputado y quemado cascarón que era Bulthmaas.

La nave les había aconsejado qué juegos podían ser más gratificantes y ellos habían terminado jugando a aquellos cuyos mundos fingidos no se diferenciaban demasiado del que habían dejado atrás en Sursamen. Juegos de guerra de estrategia y táctica, de connivencia y osadía.

Holse había optado por jugar algunas de las partidas, primero con sensación culpable pero después con un placer sin límites, desde el punto de vista de un príncipe. Más tarde había descubierto obras, análisis y comentarios relacionados con tales partidas e, intrigado, había empezado a leerlas o verlas también.

Que era como había terminado por interesarse por la idea de que toda la realidad podría ser al fin y al cabo una simple partida, sobre todo cuando el concepto se relacionaba con la teoría de los mundos infinitos, que sostenía que todas las cosas posibles ya habían ocurrido o estaban ocurriendo en ese momento, todas a la vez.

La teoría alegaba que la vida se parecía mucho a una partida o simulación en la que cada posible curso y resultado ya se había producido, anotado y elaborado, como si fuera en un mapa enorme, con el comienzo de la partida (antes de que se hubiera movido una pieza o se hubiera hecho algún movimiento) en el centro y todos y cada uno de los estados finales posibles dispuestos por el margen exterior de ese inverosímil y extraordinario gráfico. Según esa comparación, lo único que hace uno al trazar el curso de una partida concreta es seguir un sendero desde el comienzo central de las cosas, ese sendero te va llevando a través de una rama tras otra de oportunidades y posibilidades hasta uno de la casi infinitud de finales que se encuentran en la periferia.

Y así estaban las cosas. Otra hipótesis que se estaba elaborando allí, a menos que Holse hubiera confundido el culo con las témporas, era lo que sostenía lo siguiente: «Así como ocurre en la partida, así ocurre en la vida». Y también, «Así como ocurre en la partida, así ocurre en toda la historia del universo entero, sin excepciones para nada ni nadie».

Ya había ocurrido todo, y además de todas las formas posibles. Y no solo había pasado ya todo lo que había pasado, sino que todo lo que iba a pasar ya había pasado. Y no solo eso, todo lo que iba a pasar ya había pasado de todas las formas posibles que podía pasar.

Así que si, por decir algo, él jugara una partida de cartas con Ferbin, por dinero, entonces había un curso, una línea, un camino a través de ese universo de posibilidades ya ocurridas y escritas que llevaba a un resultado en el que él lo perdía todo a manos de Ferbin, o Ferbin lo perdía todo a manos de él, incluyendo el hecho de que Ferbin sufriera un ataque de locura y apostara y perdiera toda su fortuna y herencia a manos de su sirviente... ¡ja! Había líneas del universo en las que él mataría a Ferbin en esa disputada partida de cartas, y otras en las que Ferbin lo mataría a él. De hecho, había caminos que llevaban a todo lo que se pudiera imaginar y a todo lo que nunca sería imaginado por nadie, pero era de algún modo todavía posible.

A primera vista parecía una auténtica locura, y sin embargo también parecía, cuando se pensaba en ello, no menos inverosímil que cualquier otra explicación de cómo eran las cosas en realidad, y ofrecía una especie de satisfacción plena que sofocaba cualquier discusión. Suponiendo que se tomara al azar cada bifurcación del mapa universal, todo terminaría bien de algún modo: las cosas probables siempre superarían en número a las improbables y de una forma infinita a las ridículas, así que por regla general las cosas ocurrirían como era de esperar, con alguna que otra sorpresa y algún momento muy escaso de absoluta incredulidad.

En otras palabras, algo muy parecido a cómo era la vida en general, en su experiencia. Un descubrimiento que a Holse le pareció a la vez extrañamente satisfactorio, un poco decepcionante y hasta cierto punto tranquilizador: el destino era lo que era y no había más que hablar.

Y de inmediato se preguntó cómo se podían hacer trampas.

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SEÑAL

A: Utaltifuhl, gran zamerín de Sursamen-Nariscene: Khatach Solus {ubicación supuesta; tengan la bondad de enviar}.

De: Shoum morthanveld (Meast, Zuevelous, T'leish, Gavantille Primo, Pliyr), directora general de la misión estratégica Morthanveld del Espinazo Huliano Terciario: Peregrinatoria de Misión Interna.

Detalles de la señal {ocultos; comprobar para facilitar: O}

Apreciado amigo, espero que al recibo de la presente te encuentres bien y que el 3044 Gran Desove de la Imperecedera Reina continúe a buen ritmo y de forma favorable para ti, tu familia inmediata, subsept, sept, subclan, clan y demás parientes. Yo me encuentro bien.

En primer lugar, no has de preocuparte. Esta señal se envía bajo las provisiones y de acuerdo con los términos del acuerdo morthanveld-narisceno de coprosperidad y gestión de mundos concha (subsección de Sursamen). Me comunico desde tan lejos para informarte solo del despliegue de un destacamento para mayor beneficio y seguridad del mundo que ambos amamos y que se encuentra a nuestro cargo.

Se trata de una entidad defensiva no tripulada, con una IA de alto nivel, similar en forma a un Casco Comprimido cat.2, acompañado por una docena de entidades codefensivas menores y dependientes de la entidad mayor, que nosotros mismos emplazaremos dentro del espacio del núcleo superior de Sursamen, (también conocido como el espacio de la Máquina o núcleo de la Máquina), bajo los auspicios del acuerdo morthanveld-xinthiano de coseguridad y gestión de mundos concha (subsección de Sursamen) con el conocimiento y cooperación del xinthiano de Sursamen, probablemente en fecha no posterior a los próximos tres a cinco petaciclos.

Aunque no lo requieren así los términos de nuestro acuerdo, tan satisfactorio como beneficioso para ambos, ni desde luego el Marco de Tratados Generales existente entre nuestros dos excelentísimos pueblos, es un placer para mí, como profunda admiradora que soy de nuestros amigos y aliados nariscenos y como expresión personal del amor y respeto que hay entre tú y yo (cualquiera de ambas consideraciones constituiría de forma natural y absoluta una razón indiscutible para lo dicho) informarte de que esta insignificante reubicación de activos, y desde luego que por consentimiento mutuo intrínsicamente nada inquietante, se ha hecho necesaria debido ni deterioro de la relación entre las especies satélites de los nariscenos: los oct/herederos y los aultridia (dicha disputa permanece por el momento, y por fortuna, limitada al ya mencionado mundo concha).

Si bien, por supuesto, no se desea de ningún modo anticipar cualquier tipo de medida o precaución que nuestros estimadísimos y sabios colegas nariscenos pudieran desear tomar, y con el absoluto conocimiento, dichoso y encantado, de que cualquier acción que podamos emprender, como en estos momentos, para garantizar la viabilidad continuada y la seguridad de Sursamen no será más que una pieza que acompañe y complemente las medidas que los propios nariscenos sin lugar a duda desearán considerar, se pensó que llegados a este punto la inacción por nuestra parte podría de forma concebible verse (si se sometiese a un escrutinio esmerado y riguroso, ¡un escrutinio que casi se podría llamar oficioso!) como constituyente de una negligencia en nuestro deber y sería por tanto, por supuesto, tan inadmisible para nosotros como lo sería para tu pueblo.

Sé (y, para mí, es un placer reconocerlo) que tal es la diligencia y la seriedad con la que el obediente y admirable pueblo narisceno se toma su administración de Sursamen (¡y de tantos otros mundos concha!) que no esperarían una menor presteza en sus amigos y aliados morthanveld. Tal diligencia y cautela preventiva es vuestro lema, ¡y nosotros lo hemos hecho nuestro con toda alegría! ¡Nuestro agradecimiento inagotable y perpetuo por proporcionarnos tal inspiración y ejemplo resplandeciente!

Este ajuste, insignificante y exclusivamente preventivo, de ubicación de recursos podría perder parte de su eficacia si el conocimiento de su existencia se extendiera de forma excesiva por nuestra gran sociedad de socios de la galaxia involucrada, y por tanto te ruego que restrinjas la revelación de la misma a un mínimo absoluto de iniciados. También me permito pedir de forma expresa y encarecida que te asegures de que si bien se elaboran las órdenes y se toman las disposiciones requeridas para garantizar la transición fluida de nuestro navíos y sus unidades acompañantes con toda la corrección debida y la meticulosidad estudiada que han dado justa fama a los nariscenos, que no permanezca en ningún lugar de vuestro sistema de datos específico del propio Sursamen ningún registro de las dichas órdenes y disposiciones.

La notificación formal de tales asuntos se compartirá, por supuesto, se reconocerá y registrará por parte de morthanveld y nariscenos, respectivamente, en el Consejo Ejemplar y en el Alto Mando, obviando de forma absoluta, como estoy segura de que aprobarás, cualquier requisito de que los detalles menores y no críticos para la operación tengan que fijarse en las matrices informativas del magnífico y eficiente Mando de Nexo Operativo Narisceno en el propio Sursamen.

Eso es todo, ¡nada más!

¡Te suplico que me permitas compartir contigo el hecho indiscutible de que para mí es una dicha absoluta que algo tan nimio y poco importante me permita el alborozado privilegio de dirigirme a ti, mi buen y fiel amigo!

¡Júbilo por siempre!

Atentamente, tu mecenas y más obediente colega,

(sigilos)

Shoum

{Traducido. Original en morthanveld.}

{Añadido por el gran zamerín Utaltifuhl.}

¡Lejano subsobrino por matrimonio! Ya ves. Ya estamos notificados. A mi regreso será para mí fascinante enterarme con cierto detalle de cuál es tu versión de los acontecimientos que han obligado a nuestros dominadores en esta civilización a llevar a cabo esta intervención sin precedentes. Para que tengas una cosa menos que explicarme deberás hacer exactamente lo que exige Shoum. Te ocuparás en persona de que se lleve a cabo todo lo necesario. A tu servicio, Utaltifuhl.

]]

El vicezamerín en funciones Yariem Girgetioni (vicezamerín en funciones de todo Sursamen, el estimado Yariem Girgetioni, como le gustaba que le conocieran; el añadido no era nomenclatura oficial nariscena aunque Yariem era de la firme opinión de que debería serlo) contempló la señal reenviada con cierto desagrado y no poco nerviosismo, aunque tuvo buen cuidado de ocultarle esto último al teniente de servicio que le había entregado la copia que contenía la señal.

Estaba en su navenube personal, flotando sobre el follaje verde y azul con forma de ocho del Cráter Gemelo de Sursamen. Pasaba el rato en una cuna de micromasajes integrales mientras veía entretenimientos eróticos y le daban unos confites exquisitos unas cachorritas del placer atractivas e idénticas. Le volvió a tender el ofensivo papel al teniente de servicio con gesto brusco.

–Muy bien. Ocúpese de ello.

–Bueno, señor, es que dice que vos en persona...

–Exacto. Nos, en persona, le estamos ordenando que todo lo que se detalla ahí se lleve a cabo al pie de la letra o nos, en persona, le arrancaremos del exoesqueleto y le arrojaremos a las lagunas hidroclóricas. ¿Es lo bastante personal para usted?

–Sin lugar a dudas, señor.

–Espléndido. Ahora, váyase.

El mundo nido de Syaung-un estaba ubicado en la región del espacio conocida como el Flósculo Colgante 34 y a Ferbin le pareció de una enormidad casi absurda. Él podía entender algo del tamaño de un mundo concha, porque aunque su formación fuera en cierto modo primitiva comparada con la de otros dentro de la jerarquía de la gran galaxia, tampoco era ningún salvaje. Quizá no entendiera cómo funcionaban las naves espaciales de los óptimos (ni siquiera tenía el privilegio de saber cómo operaban las ascensonaves de los oct, mucho más toscas y limitadas) pero sabía que lo hacían y lo aceptaba.

Sabía que había niveles de ciencia y tecnología, y de entendimiento y sabiduría, que estaban muy por encima de los que él conocía y él no estaba entre aquellos que, sencillamente, se limitaban a no creer en su existencia. No obstante, la medida de la ingeniería que había tras los mundos nido morthanveld (estructuras construidas a tal escala que la ingeniería y la física empezaban a convertirse en lo mismo) se le escapaba.

El mundo nido era una maraña ordenada de tubos inmensos colocados en el interior de trenzas gigantescas que formaban maromas colosales que componían cables de un tamaño pasmoso que constituían bucles casi inimaginables y (a pesar de que el revestimiento exterior transparente de cada componente tubular tenía metros de grosor) todo se retorcía, giraba y revolvía con la facilidad de un trozo de hilo.

Los componentes principales del mundo nido eran tubos gigantes llenos de agua. Su diámetro variaba entre los diez metros y varias decenas de kilómetros y cualquier tubo individual podía variar en longitud desde el calibre más estrecho al más grande. Se apiñaban sin tocarse en trenzas más grandes que estaban contenidas dentro de tuberías mayores que los abarcaban y que medían unos cien kilómetros de anchura; estas también giraban de forma independiente y también estaban apiñadas dentro de cilindros más grandes todavía (en ese punto a una escala de decenas de miles de kilómetros y más) y con frecuencia estaban cubiertas de diseños y dibujos grabados de miles de kilómetros de anchura.

El mundo nido medio era una gran corona fruncida de tubos enmarañados dentro de tubos que iban dentro de tubos que estaban dentro de tubos; un halomundo de decenas de miles de años, de millones de kilómetros de anchura y situado en la circunferencia de su estrella local, su hebra de millones de kilómetros de longitud se retorcía y giraba para proporcionar a decenas de miles de millones de morthanveld que vivían dentro de la inmensa construcción ese leve y agradable tirón de gravedad al que estaban acostumbrados.

Syaung-un no era un mundo común, tenía medio millón de años y era el mundo más grande de la Commonwealth morthanveld. Entre las especies involucradas que medían con metros, era uno de los asentamientos más poblados de toda la galaxia. Tenía trescientos mil kilómetros de diámetro, en ningún lugar tenía menos de un millón de kilómetros de grosor, contenía más de cuarenta trillones de almas y el montaje entero rotaba alrededor de una pequeña estrella que tenía en el centro.

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