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Authors: José García Abad

Tags: #Política

El Maquiavelo de León (25 page)

No hay más que echar una ojeada a la lista de los invitados a la boda de su hija para comprobar la alta representación que en la misma ostenta la clase empresarial. Aznar invitó a Gustavo Cisneros a la esplendorosa ceremonia nupcial del Monasterio de El Escorial, y cuando el presidente venezolano Hugo Chávez le retiró el pasaporte a Cisneros le concedió a él y a su esposa, Patricia Phelps, la nacionalidad española. En «La Boda» pudimos ver a un buen plantel de empresarios como Miguel Blesa, Florentino Pérez, Juan Abelló, Alicia Koplowitz, el magnate indio Lakshimi Mittal, Pedro el de Campofrío, César Alierta, Juan Villalonga, Francisco González, Manuel Pizarra y tantos otros.

José Luís Rodríguez Zapatero fue inicialmente, antes de llegar a la secretaría general del partido, muy suspicaz con el mundo empresarial, quizás no por un prejuicio radical, sino por miedo a generar apariencias de complicidad o bien para distanciarse de la actitud adoptada por Felipe González.

Hay un caso que parece ilustrar esta reticencia inicial: Jordi Sevilla recuerda que antes de las elecciones de 2000 un par de amigos empresarios le dicen que querían tener una cena con gente joven y prometedora del PSOE; Aznar arrasaba entonces con su mayoría absoluta, pero aquellos empresarios miraban lejos y les interesaba el contacto con quien tarde o temprano llegarían al gobierno. Jordi Sevilla organiza una cena en su casa e invita a Zapatero y a Caldera, entre otros. Ambos le aseguraron que acudirían a ella, pero José Luís no apareció ni se disculpó. Se había ido a León. «Yo creo —me dice Sevilla— que él no quería ir a esa cena, pero que tampoco quería decir que no». Sin embargo, un presidente no puede vivir ajeno al mundo de los negocios y Zapatero se vale, aunque en menor medida, de un entorno industrial amistoso, empresarios simpatizantes o que necesitan llevarse bien con el gobierno. El leonés ha llegado al mundo del dinero con el complejo del provinciano que de pronto se encuentra con el halago de los grandes industriales. No es fácil resistir el encanto de que el magnate más poderoso de España, Emilio Botín, se confiese fan de uno, o que importantes constructores como Florentino Pérez, Luís del Rivero, y, sobre todo Juan Miguel Villar Mir, que es el más exagerado en elogios, le digan lo grande que es uno.

¿Puede decirse que Zapatero se ha valido de su propia
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, como lo hicieran González y Aznar? Mi opinión es afirmativa, aunque estimo que el primero guarda mejor las distancias. En general puede decirse que más que organizar este afortunado grupo se deja querer por él.

La
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de Felipe no estaba sólo constituida por poderosos emprendedores. En realidad, su núcleo más activo estaba constituido por la meritocracia, por profesionales, economistas y abogados mayormente, de reconocido prestigio. Lo mismo que la
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de Zapatero. La de González estaba capitaneada por Miguel Boyer y a ella pertenecían Carlos Solchaga, Mariano Rubio, Manuel de la Concha, Rafael del Pino, Claudio Boada, Enrique Moya, Manuel Kindelán y compañía. La
beautiful
ilustrada de Zapatero está dirigida por uno de sus mejores amigos: por otro Miguel, Sebastián, brillante economista, alumno predilecto de Luís Ángel Rojo, que se inició en la política en el Partido Socialista Popular (PSP) de Enrique Tierno.

Sebastián se sitúa codo con codo con Javier de Paz, hombre clave en la cúpula de Telefónica, quien además cuenta con la entrañable amistad de Cándido Méndez, el secretario general de UGT, a quien se considera como el verdadero vicepresidente económico. Ya hubiera querido la
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de Felipe integrar en la secta a Nicolás Redondo. El grupito cuenta con el apoyo técnico de David Taguas, hábil en un terreno poco frecuentado: el de los económetras con vocación política. Sebastián se enfurece con esta adscripción, que le parece «grotesca», apelando a su vida morigerada y refractaria al trato social, lo que, evidentemente, no es óbice para que tenga esa significación, tal como desarrollo en otro capítulo. Estimo que eso, su austeridad, tiene poco que ver con el papel que desempeña en razón de su brillantez intelectual y sus ideas más liberales que socialistas. Tampoco Solchaga era un «guapo», ni adicto a saraos, pero no puede negar, aunque salvando las distancias con Boyer, Rubio y compañía, que formó parte del grupo al que me he referido.

Miguel Sebastián me expresa con vehemencia y mucho sentimiento lo que parece todo un manifiesto:

—Yo no como con ellos, ni ceno, ni voy a cacerías, ni a sus fincas ningún fin de semana, ni subo a sus yates, no voy a las bodas de sus hijos; no conozco a sus mujeres, ni a sus hijos; yo llevo una vida completamente ajena a esta gente. Yo me compro los trajes en Cortefiel, y los zapatos en Martinelli; veraneo en mi casa de Almería, que tengo desde el año 89; no he cambiado de casa ni de coche en diez años. Los fines de semana me dedico a descansar, a hacer deporte, y como mucho a ir al cine, y se me verá muy poco de «cocteleo» ni de «copeteo». Esa es mi
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. Me parece tremendamente injusto que se diga que soy amigo de la gente que me mencionas. Yo habré tenido muchos fallos, habré cometido muchísimos errores en mi vida política, pero hay cosas de las que no se me puede acusar y no voy a dejar que se me acuse, te lo digo en serio. Yo soy amigo de mis amigos, pero no tengo amigos en el sector empresarial. Yo he asistido a la propia caída en desgracia después de las elecciones municipales, y para mí ha sido fantástico, porque yo me di cuenta de que no tenía amigos. Todos los regalos que he recibido siendo ministro los he devuelto. En Navidades sólo acepto regalos de mis amigos y para mí son mis amigos quienes me hicieron regalos en las Navidades de 2007, cuando yo estaba en la universidad. Esos, para mí, son mis amigos. Pertenecen al grupito, a la
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ilustrada del presidente, «los minnesotos» y los de Intermoney y tienen especial pedigrí y más dinero los «minnesotos» que entraron o colaboran con Intermoney. Los «minnesotos» son un grupo de élite cuyos integrantes cursaron estudios de doctorado, posgrado o de simple máster, en Minnesota y en otras universidades americanas, becados por el Banco de España bajo la advocación de Luís Ángel Rojo Duque, catedrático y entonces director del servicio de estudios del Banco Central. Después, como es sabido, fue gobernador del mismo y hoy ejerce de consejero del Banco de Santander.

Luís Ángel Rojo, keynesiano de pro, a quien jugando con sus apellidos se le describía como: «Rojo en la universidad y Duque en el banco», pastoreó a tan selecta tropa en la universidad y dio acogida a los mejores en el Servicio de Estudios del Banco de España. Fue uno de los padres de los «minnesotos» hispanos, ya que la paternidad de este grupo es compartida por otros ilustres profesores.

El padre de los «minnesotos» de Minnesota, su referente intelectual, era el profesor de Economía Matemática Leonid Hurwicz, Premio Nobel de Economía 2007.

El primer «minnesoto» español fue José Borrell, que nunca fue
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, ni con González ni con Zapatero, pues ambos le vieron mal, aunque sí era keynesiano y tiene poco que ver con los «minnesotos» que le siguieron: Miguel Sebastián; Javier Valles, actual director de la Oficina Económica del Presidente; su esposa, Soledad Núñez, a quien Sebastián reclutó para la oficina como directora de departamento y hoy directora general del Tesoro y Política Financiera; Inmaculada Rodríguez-Piñero, secretaria general de Infraestructuras en el ministerio de José Blanco y miembro de la Ejecutiva del PSOE, entre otros. De Intermoney, sociedad de valores presidida por José Pérez, que fue director general del Banco de España, proceden Miguel Sebastián, que trabajó allí año y medio haciendo análisis e informes; Carlos Arenillas, casado con la ex ministra Mercedes Cabrera, que fue presidente de la entidad, miembro de su grupo fundador y alma máter de la misma; David Vegara, ex secretario de Estado de Economía, que a la vez fue consejero de la SICAV de Arenillas y de su esposa; un personaje éste a quienes el núcleo duro del grupo considera un traidor, pues según ellos «se pasó» a su ministro, Pedro Solbes. De quien en realidad es mas amigo Arenillas, más aún que de Miguel Sebastián, es de David Vegara, con quien juega al póquer todos los viernes y pasa las vacaciones en Menorca. Vegara estuvo cinco años en Intermoney, donde ganó mucho dinero.

Intermoney fue salpicada en la operación de desbancar al presidente del BBVA. Se acusó al presidente de aquella sociedad, José Pérez, de entregar en enero de 2005 un
dossier
sobre el banquero a Javier Ruiz, jefe de los informativos de la SER.

Lo que he podido averiguar sobre este asunto es que Javier telefonea a Miguel Sebastián:

JR: Miguel, te informo que tengo «eso».

MS: Mira Javier, yo no quiero saber nada de eso, que ya estoy muy escaldado con todo este asunto del BBVA, así que lo mejor es que hables con Arenillas. El tema me parece lo suficientemente grave para que la CNMV lo investigue.

JR: Yo lo voy a sacar, sí o sí.

MS: Mira Javier, yo hablaré con Arenillas y si quieres le digo que vas a ir a verlo, pues el tema me parece suficientemente gordo… Miguel Sebastián llama a Carlos Arenillas, vicepresidente del órgano regulador, y éste se encuentra con el periodista, que le entrega el
dossier
. Sebastián comete el error de decírselo a su amigo Arenillas y no a Manolo Conthe, presidente de la CNMV; y Arenillas comete a su vez el de no informar a su presidente. Manolo Conthe sospecha que hay una confabulación de La Moncloa contra FG en la que participa activamente Miguel Sebastián, de quien dice que mandó elaborar el
dossier
«extraoficialmente» a gente de su oficina.

Sebastián insiste en que él sólo hizo de intermediario y que ni siquiera asistió a la reunión que celebraron, un sábado por la mañana, Conthe, Arenillas y Ruiz. Y desmiente categóricamente que la Oficina Económica elaborara dicho
dossier
, un documento, por cierto, bastante antiguo.

El
dossier
fue repicado al día siguiente por
El País
, cuyos redactores, cautelosos, sólo citan como fuente a la SER, sin añadir datos adicionales. El grupo Prisa entró a saco contra FG y contra Conthe hasta que Polanco, después de hablar con Francisco González, calma a sus tropas. En mayo de 2007, Manuel Conthe, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), denunciaría, al cesar en el cargo, la falta de independencia del vicepresidente Arenillas respecto a la opa sobre Endesa y las maniobras contra FG. Conthe acusó a su segundo de actuar de correa de transmisión de la Oficina Económica de La Moncloa.

Según Conthe, Carlos Arenillas le entregó un
dossier
en el que se señalaban irregularidades en la venta de la sociedad de FG a Merryl Lynch. El presidente de la CNMV denunció en su comparecencia ante el Congreso de los Diputados lo que denominó como «triangulación perturbadora» dibujada por Sebastián, Arenillas y la SER. La dimisión de Conthe se produjo por discrepancias con el Consejo de la CNMV respecto a la decisión de no abrir expediente sancionador a Enel y Acciona por sus maniobras en la opa sobre Endesa.

Puso también de manifiesto el conflicto de intereses que suponía la gestión de Arenillas de su patrimonio familiar, que comparte con su esposa Mercedes Cabrera, a través de una SICAV, Tagomago Investment.

Lo más llamativo, que hizo las delicias de la prensa, fue el reproche que le formulara el presidente de la CNMV al vicepresidente Arenillas por dejarse invitar a una cena pantagruélica por el gestor del más importante fondo español de alto riesgo, Ravinder Mehra, quien fuera socio de Emilio Botín O'Shea, hijo del presidente del Santander, y de otros directivos del banco. La cena tuvo lugar en el restaurante Zalacaín y estuvo regada con vinos fabulosos: una botella de Barca Velha de 1995, con un precio de 142 euros, y otra de La Tache Romanée Conti de 2002, que costó 654 euros, más 334 euros de licores, lo que elevó la factura del ágape a los 1.400 euros.

Se da la circunstancia de que Manuel Conthe ha ocupado cargos importantes en el gobierno de Felipe González: director general del Tesoro de 1988 a 1995 y secretario de Estado del Ministerio de Economía durante 1995 y 1996. Posteriormente sería socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI), consultora presidida por Emilio Ontiveros, hasta su nombramiento de presidente de la CNMV. En cierta manera puede decirse que Intermoney es en la época de Zapatero lo que Ibercorp, la sociedad fundada por Manolo de la Concha, representó en la de González. Sólo «en cierta manera», pues, aunque a Intermoney se la ha acusado de acciones irregulares como el enfriamiento o calentamiento de determinados valores, concretamente en lo que se refiere a la opa sobre Endesa, no ha sido llevada nunca a los tribunales. La
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tiene y tenía algo de comisión interpartidaria de la burguesía ilustrada. José Manuel Entrecanales tendría muchas papeletas para que se le considerara integrado entre «los guapos». Sin embargo, la
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de ahora es muy diferente a la de González y a la de Aznar. Hoy los emprendedores más activos e inteligentes, con escasas excepciones, se resisten a formar camarillas próximas a palacio. Algunos han salido escaldados y la mayoría mantienen una estricta neutralidad o al menos equidistancia entre el gobierno y la oposición, pues la alternancia está asegurada.

José Manuel Entrecanales lleva a rajatabla la neutralidad política, aunque tiene connotaciones que le sitúan en el empresariado ilustrado y, en sentido amplio, progresista. El presidente de Acciona es hijo de José María Entrecanales y Azcárate, fallecido en 2008. José Manuel se formó en el Colegio Estudio, heredero de la Institución Libre de Enseñanza, de la que fue patrón su padre y de la que sus abuelos, José Entrecanales y María de Azcárate, fueron alumnos.

Sin perjuicio de múltiples encuentros en actos públicos, José Manuel Entrecanales me asegura que sólo se ha reunido con Zapatero mano a mano en dos ocasiones, una en cada legislatura. La primera a raíz de una conferencia que diera Philip Pettit, uno de los ideólogos de referencia de Zapatero, a quien ya me he referido en el capítulo 7 y que patrocinó Vodafone, entonces presidida por Entrecanales. La segunda fue en una visita que le hiciera a La Moncloa para hablar de política energética. Con todas estas idas y venidas, de opa en opa y tiro porque me toca, Zapatero se ha creado un grupo de amigos del mundo empresarial que tiene alguna curiosa coincidencia con la
beautiful people
de Felipe González. Hay, sin embargo, diferencias: Zapatero, con alguna excepción, los frecuenta menos que el sevillano, cuando le visitan procura que no se sepa y los tiene más compartimentados. Quizás el empresario más amigo de Zapatero sea Antonio Catalán, el exitoso promotor hotelero nacido en Corella. Catalán, que tiene más de cien hoteles en España, Italia y Portugal, ha sufrido la persecución del PP por haber facilitado el acuerdo entre Zapatero y Miguel Sanz para que UPN se separara del Partido Popular AC sentó a cenar a Rodríguez Zapatero y a José Blanco con el presidente navarro, lo que se plasmó en una colaboración entre UPN y el PSOE que permite a Sanz gobernar en Navarra de forma estable, lo que no es nada fácil en esta comunidad. El precio pagado por el de Corella ha sido alto: Mariano Rajoy prohibió cualquier negocio con sus empresas, incluido el hospedaje en sus hoteles de los dirigentes del partido.

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