El Palestino (26 page)

Read El Palestino Online

Authors: Antonio Salas

Malik1420
se dio de alta en los foros de Puta Locura el 3 de mayo de 2003, y en un año había aportado más de mil quinientos mensajes a esos foros, unos cuatro mensajes diarios. Y yo los tenía que leer todos. Es cierto que resultaba un poco irreverente que
Salaam1420
, ahora
Malik
, firmase su perfil de usuario en una página de contenido principalmente pornográfico utilizando la Bismallah, el primer verso del Sagrado Corán que inicia todas las oraciones del rezo musulmán. En un país árabe integrista, habría sido suficiente como para decapitarlo. Y, en mi humilde opinión, evidenciaba que el tal Sa laam-Malik era cualquier cosa menos un integrista. También es cierto que el contenido de sus mensajes permitía radiografiar sus fantasías sexuales. El mismo Malik enunciaba sin pudor, en varios hilos del foro, sus preferencias pornográficas, que no voy a comentar. Pero debo confesar, después de haberme leído dos veces los 1530 mensajes posteados por
Malik1420
en Puta Locura, que empecé a sentir cierta simpatía por él. Y no solo porque se tratase de un joven musulmán que intentaba ser coherente con su religión, sino porque el planteamiento de sus mensajes, incluso los de contenido sexual, era mucho más amable y romántico que el de la inmensa mayoría de usuarios.

De los catorce hilos que Malik inició en la pornoweb, algunos eran demandas de información o intercambio de porno sobre ciertas actrices o prácticas sexuales, pero la mayoría trataba sobre política, cultura, etcétera. Y lo mismo puede decirse de la mayoría de sus 1530 mensajes en otros hilos. Allah había querido que Malik viviese en el mundo real lo que yo solo había imaginado a la hora de confeccionar mi identidad como Muhammad Abdallah...

Gonzalo López Royo o Muhammad Hassan, alias
Salaam1420
, nació en Zaragoza el 18 de agosto de 1975. Siempre según su propio testimonio, conoció el Islam en 1992 cuando tenía solo dieciséis años, a través de una joven africana de su misma edad, Judith Abdallah Savimbi. Con ella perdió la virginidad y la fe en el cristianismo. Negra y musulmana como la sagrada Kaaba, Judith y su hermano fueron los instigadores de que el joven comenzase a estudiar el Corán. Con ellos se pasó dos meses en El Cairo, donde finalmente cambiaría su nombre por el de Muhammad Hassan. El 5 de agosto de 1995, y como parte de su compromiso con el Islam, renuncia al alcohol, el tabaco, las drogas y la carne de cerdo. En 1996 se sentó por primera vez ante un ordenador conectado a Internet, aunque no descubrió el potencial de los chats y los foros hasta cuatro años después. Pero ese año sus dibujos ya provocaron un escándalo.

El 3 de marzo se celebraban las elecciones generales de España, y los vecinos del barrio Almozara de Zaragoza, de evidente origen árabe, ejercían su derecho al voto en el Instituto de Educación Secundaria Obligatoria Andalán. Cuando los primeros votantes llegaron al centro, se encontraron con unos inquietantes grafitis en las paredes del colegio electoral: un guerrero árabe con una gran cimitarra en una mano y un Corán en la otra, y una representación de Shaytan, el Demonio del Corán. Los dibujos despertaron una absurda alarma social, y algún medio llegó a sugerir la existencia de sectas satánicas islámicas (?) en la zona... El autor de la travesura había sido
Salaam1420
.

El 20 de septiembre de 1997, según su relato, su primera novia Judith Abdallah Savimbi es víctima de un crimen de odio: estudiante de Derecho en Harvard, es asesinada por dos skin NS en Long Island (Nueva York), por el color de su piel. A partir de entonces y durante seis años, Gonzalo forma parte activa del movimiento SHARP antifascista zaragozano. El mismo movimiento que protagoniza un capítulo de
Diario de un skin
. El destino es caprichoso.

En febrero del año 2000 (1420 del calendario islámico) creó su propio estudio de diseño, Salaam Studio. Su nick
Salaam1420
es el nombre de ese primer estudio y el año musulmán de su creación.

En 2001 vivió muchos meses en París. A su regreso comenzó a darse de alta en docenas de foros y páginas web en Internet, donde lo localizamos la policía española por un lado y yo por otro. No puedo dejar de mencionar, como anécdota, que, cuando en 2003 se publicó
Diario de un skin
,
Salaam1420
participó también en los acalorados debates que generaron el libro y las especulaciones sobre mi identidad real. Él conocía perfectamente a la comunidad antifascista de Zaragoza que yo menciono en uno de los capítulos,
18
y también a los skin NS de Blood & Honour. En uno de sus mensajes en los foros menciona que estaba descargando ilegalmente dicho libro de la red... pero no se lo tendré en cuenta. Como tampoco que me defina como un «payaso periodista» en otro de sus mensajes. Supongo que cuando descubra quién era Muhammad, el palestino de barbas que frecuentaba la plaza Roma, le sorprenderá lo cerca que estaba de ese «payaso periodista» al que creía tener tan identificado como los Blood & Honour zaragozanos. Pero puedo comprender que sus dibujos y el eco que tuvieron en la comunidad ciberyihadista internacional terminasen por alertar al mismísimo juez Juan del Olmo, que ordenó la investigación de
Salaam1420
a la unidad de ciberterrorismo de la Guardia Civil, ese año 2006. Yo les llevaba ventaja.

De un golpe de ratón,
Salaam1420
se puso a la cabeza de mi lista de prioridades. Supongo que un musulmán devoto podría afirmar que, por alguna razón, Allah quería facilitarme las cosas una vez más. De lo contrario resulta increíble que justo el 18 de junio de ese año, a las 21:41,
Salaam1420
enviase este mensaje al foro islamista internacional de Almoltaqa que traduzco literalmente del inglés:

salaam1420

18-06-06, 21:41

Aquí tenéis algunos otros dibujos. Está dedicada a nuestro héroe musulmán, Khattab, la crema de los muyahidín:
http://galeon.com/mistagonzo/images/islaam/ Khattab_color.jpg

Este es un combatiente palestino que hice para un amigo mío que estuvo a cargo del capítulo de Belén de Al Fatah, Ibrahim Abayat, uno de los héroes de la iglesia de la Natividad, que ahora vive en mi ciudad. Él es amigo mío (y SÍ, soy partidario de Hamas. Su primo Aziz también vive en mi ciudad, era un miembro de Hamas):
http://galeon.com/mistagonzo/images/dibus/politics/shahid.jpg

Aquí un retrato idealizado de Juba, el famoso francotirador de Bagdad:
http:// galeon.com/mistagonzo/images/islaam/JUBA.jpg

Y esta es una foto de Ariel Sharon infernal que hice para el concurso de caricaturas de un periódico iraní (más información en
http://www.irancartoon.com/
):

http://galeon.com/mistagonzo/images/islaam/SHARON.jpg

¡Esperamos que os gusten!
19

Reconozco que, cuando leí en aquel mensaje el nombre de Ibrahim Abayat, sentí un escalofrío. Aunque resultase increíble, entre todos los ciberyihadistas del mundo, mi principal objetivo en España, el líder de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa y heredero del clan Abayat, era amigo, precisamente, de
Salaam1420
.

Ibrahim Abayat: el «terrorista» palestino más peligroso del mundo

Cuando salí para Zaragoza, con Ibrahim Abayat y
Salaam1420
en mi punto de mira, me sentía eufórico. Porque cuando llamase a la puerta del «terrorista palestino más peligroso», según el MOSSAD, no lo haría como un extraño, sino que disponía de una carta de presentación inmejorable: el rosario árabe que la esposa de su viejo camarada Aiman Abu Aita le había hecho con sus propias manos. Intuía que aquel obsequio iba a emocionarle, y a mí me abriría las puertas a la comunidad palestina en Zaragoza. Pero las cosas no iban a salir exactamente como esperaba.

Ibrahim Abayat aprieta fuerte al estrechar la mano. Y te sostiene la mirada, pero no desafiante, sino sincero. Y en cuanto estreché su mano y le miré a los ojos, ocurrió algo para lo que no estaba preparado. Algo que rompió todas mis defensas y que alteró mis objetivos como periodista infiltrado. Por alguna razón misteriosa, un torrente de simpatía fluyó entre nosotros desde el primer momento. A pesar de que también conocí a Aziz Yubran Abayat, miembro de Hamas y compañero de Ibrahim durante el asedio en la basílica de la Natividad, y a prácticamente toda la comunidad palestina de Zaragoza, mi relación con Ibrahim siempre fue especial. Mucho más cercana y fluida que con el resto de palestinos. Si yo fuese miembro de algún cuerpo o fuerza de seguridad del Estado, habría tenido un compañero que me habría advertido de que empezaba a sufrir los primeros síntomas del «estampamiento», la enfermedad del infiltrado. Como he explicado en otras ocasiones, cuando un agente de policía o un espía realiza una infiltración continuada en cualquier tipo de organización o banda criminal, debe ser siempre monitoreado por un compañero inseparable, que debe alertar si el infiltrado empieza a sentir demasiada empatía con el objetivo de la infiltración. Pero en mi caso no hay equipo de apoyo ni nadie que me advirtiese de que empezaba a creerme demasiado mi personaje. Llevaba más de dos años metido en el papel del muyahid palestino, pero mi infiltración no había hecho más que empezar...

Ibrahim Abayat y yo pasamos mucho tiempo juntos entre 2006 y 2010. Jugamos al ajedrez, lo acompañé a sus entrenamientos, al médico, al centro árabe, paseamos por Zaragoza e incluso me invitó a comer en su casa tradicional comida palestina. Y quizás por esa razón jamás fui capaz de utilizar la cámara oculta con él. A pesar de que mi intención inicial era grabar mis encuentros con terroristas utilizando la cámara oculta y pese a que tuve mil oportunidades de grabar a Ibrahim, algo en el fondo de mi corazón me decía que no era correcto, que no estaba bien. Que Ibrahim no era el terrorista fanático y psicópata que presentaban los israelíes. No sé. Quizás me equivoqué. Tal vez me dejé seducir por el dolor, la humillación y el sufrimiento que compartí en Palestina, y que Ibrahim rememoraba cada vez que hablaba de su tierra desde el exilio. O quizás es que los síntomas del «estampamiento» eran más graves de lo que imaginaba, pero no pude usar la cámara oculta con él nunca. Me propuse que, si quería conseguir grabar una entrevista con Ibrahim, debería ser él quien accediese a concedérmela, con la cámara al descubierto. Necesitaba su testimonio, sus experiencias y su punto de vista en mi investigación, pero no me parecía ético robarlos sin su consentimiento. Tal vez resultasen menos espontáneos, y cualquier colega periodista coincidirá conmigo en que las declaraciones del «terrorista palestino más peligroso del mundo», según Israel, eran una tentadora exclusiva. Pero con razón o sin ella, algo en la mirada fiera pero honesta de Ibrahim me decía que lo correcto era intentar convencerlo para que me diese esa entrevista voluntariamente. Tardé tres años en conseguirlo.

Quizás, en el fondo, fue una suerte que Ibrahim tardase tantos años en permitirme grabar en vídeo su historia, porque evidentemente en 2009 hablaba español con mucha más fluidez que en 2006, cuando lo conocí. Viví en la distancia sus esfuerzos para conseguir traer a su prometida, una prima jordana, con la que se casó en España año y medio después. Su embarazo y el nacimiento de su primer hijo, Atef —el nombre de su primo ejecutado por el MOSSAD—, y después del segundo.

Ibrahim Musa Salem Abayat, ahora Abu Atef, aterrizó en Madrid junto con su primo Aziz Yubran Abayat y Ahmad Hemamreh, como si llegasen a otro planeta, en mayo de 2002.
20
Durante treinta y nueve días, entre el 2 de abril y el 10 de mayo de 2002, toda la prensa internacional mantuvo su atención centrada en ellos y en otras doscientas cincuenta personas encerradas en la basílica de la Natividad, en Belén, el lugar exacto donde según la tradición nació Jesús de Nazaret, el profeta Isa.

Ese abril de 2002, doscientas cincuenta personas, incluidos mujeres, ancianos y niños, se refugiaron en la basílica de la Natividad, para protegerse de las incursiones israelíes que se estaban produciendo en Belén, al igual que en otras ciudades palestinas ocupadas, como Nablus, Ramallah o Yinín, donde se produjo la feroz masacre en el campo de refugiados que Mohamed Bakri inmortalizó en su polémico documental
Yinín, Yinín
. Sitiados por las tropas israelíes, los milicianos palestinos repelieron los intentos de penetrar en la basílica de la Natividad, donde se refugiaron para salvar la vida y consiguieron mantener la posición durante semanas. Sin medicinas, comida, mantas, etcétera, y rodeados por francotiradores que consiguieron abatir a ocho de los palestinos que intentaron asomarse al patio de la basílica para conseguir agua o ayuda. Los restantes tuvieron que ver cómo sus amigos y vecinos tiroteados se pudrían en el interior de la basílica, ya que las tropas israelíes no les permitían sacar los cadáveres de los muertos, como una forma más de presión psicológica contra los sitiados.

Todas las televisiones del mundo cubrieron la noticia, incluido mi canal, Telecinco, que desplazó a mi compañero Jon Sistiaga hasta la misma iglesia de Belén rodeada por las tropas israelíes. Probablemente fue la presencia de tantas cámaras de televisión la que evitó males mayores.

En un principio los israelíes aseguraron que, si Ibrahim se entregaba, permitirían salir al resto sin tomar represalias, pero disfrutando de una situación de ventaja decidieron aprovechar las circunstancias para exigir que se entregasen los colaboradores más cercanos de Abayat. Y gracias a la presión internacional se concluyó que, en lugar de ser encarcelados, los «terroristas» que se entregasen a requerimiento de Tel Aviv serían expulsados del país, pero conservarían la vida. Finalmente, trece de aquellos palestinos considerados terroristas por Israel tuvieron que sacrificar su identidad y su historia para que el resto de los sitiados pudiesen regresar a sus hogares. El líder de aquellos trece mártires, considerado por Israel como el «terrorista palestino más peligroso», terminó en España, convencido de que en cualquier momento los asesinos del MOSSAD le darían caza en suelo español, como habían hecho antes con sus primos y su tío en Palestina. De ocurrir eso se trataría del 36o miembro de la familia Abayat asesinado selectivamente por el ejército israelí. Por esa y por muchas otras razones, mereció la pena esperar tanto tiempo para conseguir esta entrevista que Ibrahim Abayat me permitió primero grabar en audio y posteriormente en vídeo.

Other books

The Murder Code by Steve Mosby
Frostbitten by Kelley Armstrong
Finding Focus by Jiffy Kate
Mercury by Ben Bova
Where the Red Fern Grows by Wilson Rawls
His For The Taking by Channing, Harris
Shades of Blue by Karen Kingsbury
Los hombres de Venus by George H. White